Benjamín Ascui Campos-Replanteamiento del oficio desde la Bauhaus en el “Cómo hacer Ciudad”

De Casiopea
Revisión del 16:32 11 dic 2019 de Benjascui (discusión | contribs.)
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)



TítuloBenjamín Ascui Campos-Replanteamiento del oficio desde la Bauhaus
AsignaturaPresentación de las Vanguardias
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2019
CarrerasArquitectura
2
Alumno(s)Benjamin Ascui

Replanteamiento del oficio desde la Bauhaus en el “Cómo hacer Ciudad”

Benjamín Ascui Campos

El ser humano ha tenido un crecimiento desde diferentes aristas en el quehacer diario, que involucra directamente la vida y especialmente el oficio; oficio y vida como una forma de vivir, de manera que se han ido conjugando intrínsecamente a lo largo de la historia. En eso, la vida del oficio ha tenido un dinamismo importante, con acentuaciones de momentos que han retratado épocas y que finalmente llegan a puntos críticos de inflexión, determinando lo que depara el camino. Es así como en 1919 dentro de un contexto post-bélico de la Primera Guerra Mundial, y en donde la miseria se apreciaba en las calles, nace la Bauhaus. Aquella institución que se funda con una propuesta vanguardista con el fin de cambiar la desdicha de aquel entonces, pero ¿cómo lograrlo? Pregunta que repercutió en Walter Gropius (fundador de la escuela) producto de una necesidad de cambio, y que él orientó hacia un cambio de perspectiva desde el oficio, oficio que en esos tiempos se estaba desligando cada vez más con el arte o artesanía en la arquitectura, quedando atrapado en oficinas. Es específicamente a este punto el cual este ensayo hace referencia, desarrollándose a partir de la siguiente pregunta ¿Hasta qué punto el replanteamiento del oficio permite definir el “cómo hacer ciudad”? Teniendo así, como hipótesis del ensayo que, los antecedentes socio-culturales de la sociedad resultan ser gatillantes para el surgimiento de nuevas corrientes e ideas que den paso a la construcción de una mejor ciudad, como fue el rol de la Bauhaus. A lo largo del ensayo se utilizarán diferentes recursos que darán cuenta de estas dimensiones del oficio y cómo la Bauhaus resultó ser en un exponente vanguardista en el mundo del diseño y arquitectura. Revisaremos de esta manera un recorrido histórico de la Bauhaus a modo contextualizar sus ideales, luego un análisis más detallado sobre sus métodos de enseñanza que justifican su cambio de visión en el oficio, junto con revisar algunas obras inherentes al sentido de la Bauhaus como propuestas espaciales y del habitar, y para finalizar, una apreciación que permita englobar todos los puntos tratados con el fin de construir una conclusión a modo de reflexión sobre la pregunta de investigación e hipótesis.

Como bien se ha mencionado anteriormente, La Bauhaus nace a partir de un malestar colectivo que se fue sembrando en el ámbito bélico de la Primera Guerra Mundial 1918, antes, durante y posterior a ella. Existió una gran decadencia humanitaria y económica que estancó el progreso en Alemania junto con la moralidad de las personas[1]. Es en este momento en donde muchos artistas emergen manifestándose a través de diferentes medios. Los esquemas estrictos preestablecidos se volvían obsoletos entre la mayoría de los artistas de aquellos días, y en donde gobernaba la sensación de que la guerra iba a servir como detonador de una gran renovación colectiva, intelectual[2]. Walter Gropius, arquitecto de ese tiempo, al haber participado de la Gran Guerra como director de una escuela de formación, y al haber observado las atrocidades que dejó el conflicto, decide fundar en 1919 la «Das Staatliches Bauhaus» como una fusión de la Sächsischen Kunstgewerbeschule (Escuela de Artes y Oficios) y de la Sächsischen Hochschule für bildene Kunst (Escuela Superior de Bellas Artes). De tal manera que las fusionaría en una sola Escuela, y que compartiera los objetivos académicos de cada una y a la cual se le agregaría una sección de arquitectura[3]. La Bauhaus determinó en sus primeros instantes sus principios en su manifiesto de la Bauhaus: “La recuperación de los métodos artesanales en la actividad constructiva, elevar la potencia artesana al mismo nivel que las Bellas Artes e intentar comercializar los productos que, integrados en la producción industrial, se convertirían en objetos de consumo asequibles para el gran público”[4]. Es así como frases como “la forma sigue a la función” ya iban entonando las ideas y estilos que la Bauhaus potenciaría en sus alumnos. Y es aquí cuando la idea se materializa, planteando diferentes métodos de enseñanza que permitieron a sus alumnos explorar por otros medios, el estudio del oficio. De esta manera Gropius denunciaba que se debía crear un “todo” entre el arte y el diseño, de forma de que se logre desarrollar lo estético como arco de la vida. Es así como se introduce el “taller” como una expresión del oficio con la artesanía, entablándose una relación con la máquina y el artista. El acercamiento a las texturas, los materiales, colores, etc., eran parte de dicha experimentación y que también fue liderada por Johannes Ittes, diseñador de la Bauhaus. Durante los primeros tres años y medio que ejerció la Bauhaus en Weimar, alumnos y profesores lograron una dinámica de escuela única en el mundo. En las horas libres existían numerosas actividades en donde los alumnos y profesores trabajaban juntos (talleres propedéuticos): audiciones musicales, conferencias, lecturas, discusiones, exposiciones, certámenes deportivos, etc. De esta manera la creación artística surgía de un modo natural en las actividades cotidianas, convirtiéndose justamente en lo que se buscaba, apartar la actividad artística de cualquier carácter de excepcionalidad porque el arte destinado a ser resonante y a confundirse con la vida debía nacer como un acto más del ser humano[5]. Dichos ejercicios se realizaban con mayor énfasis en el primer año, ya que, tenían como propósito expandir los sentidos para luego absorber de mejor manera las genialidades del arte.

Ballet Triádico de la Bauhaus[6]

Existen múltiples aspectos sobre lo significó la Bauhaus en el mundo moderno. Así como en el diseño se definieron áreas concretas como el diseño industrial y el diseño gráfico como carreras, en la arquitectura sobresalieron filosofías constructivas, como “la forma sigue a la función”. En el tercer y último periodo toma el directorio el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe en Berlín (1925-1933). Mies van der Rohe nació en Alemán, pero se nacionalizó estadounidense, y es considerado uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna siglo XX en la construcción de acero y vidrio[7]. Dentro de las obras construidas por Mies van der Rohe se destaca el Golfclubhaus en Krefeld, Alemania. Golfclubhaus es una obra recuperada de L. Mies van der Rohe de 1930, pero que nunca se volvió tangible producto de la Gran Depresión de aquel entonces. Fue así como un grupo de arquitectos (Robbrecht en Daem architecten) deciden, en 2013, construir la obra, a través de la recopilación de dibujos planimétricos, esquemas, etc. Lo construyen a manera de un “modelo arquitectónico”, el cual deja en evidencia las concepciones espaciales que Mies van der Rohe dejó como herencia en la arquitectura moderna.

La obra representada fue construida sin una funcionalidad habitable, sino para traer a presencia lo espacial y lumínico de ella. La obra es el fiel reflejo de su intención, definiéndose como racionalista, ya que se puede observar el dominio de la geometría y la ausencia de ornamentos en la estructura, que en este caso correspondería a un pabellón. Este pabellón se configura en una losa libre lo cual permite trabajar con una amplitud lumínica que es recogida desde diferentes orientaciones. También deja en evidencia una relación de apertura del interior hacia el exterior, construyendo vanos extensos en la envolvente, permitiendo así traer ese exterior campestre hacia el interior. La obra también cuenta con una jerarquía espacial que es fiel reflejo de las ideas Bauhaus con respecto a la circulación de espacios. La obra se distingue por sus dos “ejes” acompañados por un set de pilotajes, dando cuenta de una frecuencia estructural, donde en aquella época se empezó a utilizar con el fin de dar libertad espacial en las losas. Así mismo se destaca un lenguaje que permite que la estructura se vea mucho más liviana de lo que podría llegar a ser.

Pabellón Sur Golfclubhaus[8]

En conclusión, la Bauhaus se alza como una manifestación de vida en el oficio y el arte, específicamente en la arquitectura y el diseño, pero que consecuentemente tienen relación en el cómo vivimos, relacionamos y habitamos con nuestro entorno; la ciudad. Gracias a estos principios, la Bauhaus se plantea una nueva educación, de tal forma que el alumno integrara el arte en el oficio, y aún más, a la vida ordinaria. Con esto, la manera en cómo abordarían los desafíos profesionales de sus egresados tendrían una visión y un resultado distinto comparado a cualquiera de su competencia. Es por esto que la perspectiva y la necesidad de construir una nueva ciudad hundida en el conflicto post-bélico se hizo necesaria y efectiva posteriormente, gracias a un gran cuerpo colectivo, que entregó herramientas desde el arte. Dichos cambios provocan una resonancia en el acto de habitar, una medida que la Bauhaus propone a la ciudad, y que a través del tiempo se convierte en belleza. De esta forma se confirma la hipótesis planteada, la guerra dio paso a un cambio rotundo de cómo pensar la ciudad y que finalmente hace eco diferentes partes del mundo occidental para luego enmarcarse como un hito histórico en el cual todavía sigue dando muestras de lo que el oficio puede llegar a configurar.