Agustina Fernández: taller de Amereida V

De Casiopea
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TítuloTaller de Amereida Vta etapa
AsignaturaTaller de Amereida 2014
Del CursoTaller de Amereida
CarrerasDiseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
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Alumno(s)Agustina Fernandez


“La RUTA y la Aventura Poética”

La Ruta si bien es un camino, debe ser visto desde la mirada poética y no como el trayecto de un viaje. El camino pasa ser un instrumento racional donde confluyen la belleza y la manera de hacer las cosas o procedimientos con reglas conscientes y al mismo tiempo también inconscientes, como señala Jäsche:

“Todo en la naturaleza, tanto en el mundo animado como en el inanimado, sucede conforme a reglas, aunque no siempre conozcamos. El agua cae conforme a leyes de la gravedad y el movimiento de locomoción de los animales tiene lugar también conforme a reglas. El pez en el agua, el pájaro en el aire, se mueven conforme a reglas. La totalidad de la naturaleza en general no es más que una interconexión de fenómenos conforme a reglas y no existe en parte alguna ausencia de reglas. Cuando creemos hallarla sólo podemos decir que en este caso desconocemos las reglas.” (Jäsche G.B., “lógica de Immanuel Kant, un manual de lecciones”, Akal, 2000)

Por otra parte, la Travesía si bien puede resultar con un desempeño concreto, es decir, con una medida de eficiencia en términos de cumplimiento de un objetivo tangible, debe al mismo tiempo, y con mayor grado de importancia, constituir un camino sin un objetivo, para dar paso a que la Aventura misma sea, a través de un “rumbo abierto”, la que permita hacer las cosas con un “sin sentido”, que el hacer las cosas por gusto sea el camino hacia el aprendizaje creativo. De alguna forma, en este andar, lo inesperado del trayecto, tanto en lo racional como en lo intangible, logran confabularse para generar un “proceso de destrucción creadora” que confunde y al mismo tiempo permite esquematizar un proceso “POÉTICO-INNOVADOR”

“En el fondo, el debate sobre la poesía y la realidad –en el cual el futurismo regló el acto provocación, exasperado más tarde por Dada, y ahondado por el surrealismo– dista de estar aclarado.
¿Qué poeta, después de ellos, puede, verdaderamente, soslayar una tal cuestión? Se ha querido trascender la literatura, la «obra de arte», las prisiones de la estética, y a pesar de todo, se ha permanecido y se permanece todavía hoy en el poema, en el cuadro y en el objeto. ¿Cómo podrá evitar el Surrealismo –y esto ocurre ya– ser clasificado en las bibliotecas, y quizás un día –por qué no– en las antologías escolares?” (Iommi, G, “Carta del errante”,, 1976)


Ahora bien, si nos centramos en el individuo, además vemos como la competencias y características intrínsecas, que en un gran sentido son culpa de la cultura vivida, también es parte de la ruta, como se evidencia en escritos de Kant, como el siguiente;

“Ni en el mundo ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan solo una buena voluntad. El entendimiento, el gracejo, el Juicio, o como quieran llamarse los talentos del espíritu; el valor, la decisión la perseverancia en los propósitos, como cualidades del temperamento, son, sin duda, en muchos respectos, buenos y deseables; pero también pueden llegar a ser extraordinariamente malos y dañinos si la voluntad que ha de hacer uso de esos dones de la naturaleza, y cuya peculiar constitución se llama por eso carácter, no es buena” (Kant, I. “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”, Centaur, 2013)

Lo antes descrito hace ver que siempre existirá una unión entre el Sujeto y el Objeto, lo que se manifiesta a través del proceso del “Ver”, a través de lo que la persona mira de su entorno, lo que sin duda conduce hacia una observación holística de lo natural, físico, material y humano.

Si bien es fundamental ver, Si no se tiene el coraje que venga del corazón difícilmente el individuo logrará mirar lo que haya a su alrededor y generará una miopía de lo aprendido, esto lo manifiesta Nicolás Maquiavelo, cuando escribe:

“Tener el coraje necesario para superar los fracasos .....porque solo así se construyen los sueños”

En el camino, nuevamente nos encontramos con otro elemento que nos permite ampliar el conocimiento, que se constituye a través de las formas gestuales como también de sonido, es decir, a la comunicación de pares a través de palabras o símbolos que trasmiten la percepción, sabiduría, ignorancia y otros conceptos propios de cada ser humano, los que en su conjunto son un complemento ideal de nuestro proceso de iluminación poética.


También tenemos que considerar que la escritura es otro elemento del camino, como lo cuenta Godofredo Iommi:

“A lo largo de los siglos se ha adquirido la gracia de la escritura. Pero ella es un instrumento entre tantos otros –¿es un medio?– aún si para el poeta el instrumento se volvió casi naturaleza. El río de la existencia profunda se atiene a sus orillas, y yo también estoy sobre sus bordes. Sin embargo, la poesía existió antes de toda escritura, y nada impide al poeta prescindir de ella.
Además, el poeta de hoy –y Artaud sabía mucho sobre esto– ha perdido su cuerpo en la mesa, en la cama y en el desdoblamiento de su existencia.
He visto al poeta que no escribe sino que hace su poesía provocando la fiesta con su voz, su cuerpo y su presencia en un chorro espontáneo. Pero, entonces ¿su acto no deja huella en el tiempo?” (Iommi, G, “Carta del errante”, 1976)

Podemos entonces concluir que si bien es necesario tener objetivos, lo relevante siempre es del sendero, la ruta y ésta se manifiesta como poesía en la medida que logremos aprender a vincular los componentes del trayecto para que pueda fluir el arte de la creación. Los elementos que se han expuesto como aquellos que conforman el viaje o travesía son lo finalmente importante, porque permiten un aprendizaje sistemático.

Podemos también mencionar que la ciudad abierta es parte del concepto de aprendizaje, pues el salir de las tradicionales aulas y espacios hacen que nuevamente generemos un camino hacia un verdadero “Rumbo abierto” como expresión tangible de la deseada RUTA hacia el Diseño.