A mi

De Casiopea
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TítuloA mi
AutorGodofredo Iommi
Páginas38
Imágenes39
Ancho 16 cms.
Alto 21 cms.
Fecha1980
ColecciónPoesía
FondoIommi-Amunátegui
ConjuntoCarpeta Violeta
Número de Ingreso001
NotaSe trata de originales mecanografiados. No se conoce hasta ahora edición alguna del texto; proponemos 1980 como fecha promedio del conjunto. La página 31 está impresa por ambos lados, en el retiro se lee versión en francés del texto en tiro. Al parecer el primer poema «A mi», termina en la página 9; en la 10 parte un nuevo título «A un amigo llamado Pato»; en la página 18 un tercero, «Cuando ya no esté»; en página 26, «A sesenta kilómetros de Puerto Montt»; en página 27, «A Paloma…».
PDFArchivo:A mi.pdf
Código
IOM-POE-IAM-CVI-AMI-980-001


p. 1

A mi

Tanto me gusta dar,
que a mi,
ni un poema me puedo mandar.


p. 2

Es de noche,
mi cuarto duerme,
escucho el silencio,
¿de pronto!,
algo perturba mi sueño,
el silencio se ha hecho muy silencioso,
ya no escucho su bella melodía,
mis ojos escudriñan el espacio,
veo las estrellas,
que en coquetos destellos configuran tu
rostro,
subo hasta hacerlas mías y te busco...
...tan sólo es de noche y el silencio
se ha vuelto bella melodía,
ya todo duerme y mis ojos cerrados despi-
den,
como a un tren que se aleja entre pañue-
los y lagrimas,
a ese sueño que llegó a mí en ésta noche.


p. 3

El mundo al verte se sonrió,
pensó,
¿qué nuevo loco Dios nos mando?,
es que acaso no se cansó de mandar
chiflados poetas que con sus palabras
arruinan todo,
que viven su vida en un segundo,
¿y lo demás?,
lo demás lo dejan a las palabras,
palabras que tratan de aclarar la nebulo-
sa del ser.


p. 4

Muchas veces te vi pasar por esa calle,
callada,
solitaria a entregar...
...muchas veces me sonreistes al verme
pasar por tu lado,
pero mis ojos no vieron lo que tu cuerpo
mostraba,
ví tu alma,
que harta de suciedad lloraba,
y no te llamé ramera o puta como otros,
te pensé mujer,
otros te dirán «amiga»,
y él te dira mamá.
Cuando pasen los años me veras,
y sola en esa esquina fría,
no te imaginarás que un poema te pude
cantar.


p. 5

Es de noche y el mar me ha llamado,
estoy sobre su arena,
algo falta,
la que en guiños me coqueteó ya no está,
la luna su luz me entrega,
algo falta,
tú no estás,
el mar me llama,
ahora que soy parte de él aún noto que
tu no estás,
es de noche,
el mar no ha muerto,
sólo un amante más se ha ido,
y una mujer nunca sabrá que fue por ella.


p. 6

Una madre está pariendo,
es de noche,
su cuerpo tenso,
sobre ropajes infectos reposa,
su techo,
ennegrecido por un brasero humeante,
protege su débil acto,
los líquidos penetran en lo más profundo
del lecho parturiento,
su interior se desgarra,
puja,
suda,
luego el llanto,
las manos de la Meica, o de la partera,
o quizás de la Machi han cortado el frágil
puente carnal,
el milagro se repite.


p. 7

La radio toca a Serrat,
una mosca tranquila vuela a mi alrededor,
me mira como preguntando,
¿que pasa?,
la radio aún toca a Serrat,
ye sigo escuchando sin poder oír,
todo pasa rápido,
todo se fue,
Serrat se perdió,
tu corazón ya me olvidó.


p. 8

Mujeres nocturnas,
perras rabiosas de asco,
mierdas!!,
que escapan de gargantas secas de
salivar ajeno,
mujeres que «aman»,
al ebrio,
al sucio,
al enfermo,
mujeres que son mujeres,
que lloran y aman,
paren y sufren como una Magdalena más,
sólo la noche las oculta de todos los
«puros»,
sólo Dios las entiende en este mundo
de «puros».


p. 9

No necesito decirte: hola,
para que notes mi presencia,
o entregarte la más bella rosa de invierno,
para que tengas algo mío.

No necesito decirte: amor,
ni contarte poemas,
para que veas lo que siento cuando te
tengo a mi lado.

No necesito decirte: adios,
para que notes que mi alma desea estar
en soledad con ella misma.

No necesito decirte: este poema es tuyo,
si sabes que con oler cada letra,
notas el aroma de tu ser.


p. 10

A un amigo llamado Pato

Tu recuerdo pesa más que mi vida.


p. 11

Hoy me encontré con el viento del Sur,
me trajo tu nombre,
llegó con suave caminar,
tranquilo,
bello corno tus ojos claros,
ese maíz que él movía coqueto,
tu cabello emuló.

Hoy me encontré con el viento del Sur,
me trajo tu sonrisa,
el amor,
tu pasión...
...solo con el viento del Sur lloré tu recuerdo,
consoló mi pena,
sobre él voy hacia tu encuentro.


p. 12

Es de noche,
y en la oscuridad de mi cuarto te
percibo como un recuerdo.


p. 13

El mar en su brusco tronar,
me recordó tu nombre,
el ave que con su volar me llamó a
buscarte,
y bajo mis pies,
la arena,
en la cual dibujé tu rostro,
¿no lo borró, ni el batallar de las olas
o el jugar del Sol ?
Ahora busco el porqué de mis letras,
sólo encuentro un ¡te quiero! tímido,
que llegó de lejos.


p. 14

Hoy me siento a escribir,
entre sentimientos y pensamientos,
nacen palabras,
que para ti son corno el diario vivir,
el pensar,
el volver a sentir,
el querer amar,
palabras,
sólo palabras,
que corno plegarias,
hago el poema,
vuelo alto,
como el ave solitaria,
y no me canso de las palabras,
palabras y palabras,
te escribo...
...amigo de palabras.


p. 15

Amiga,
si tu amor me perteneciera,
y yo fuera el que añoras,
desvelando tu sueño,
leyendo cada poema mío,
no permitiría tu sufrir,
sabiendo,
como hoy,
que puedes contar conmigo.


p. 16

Al final todo se acaba,
sólo quedamos nosotros.


p. 17

En una cafetería tranquila,
veo rostros ausentes,
máscaras de innoble proceder,
gente que ante todos,
son lo que quería ser,
gestos,
expresiones que en compulsivas palabras
relatan el diario vivir,
y yo,
que sólo observo,
espero por ti,
sólo por ti.


p. 18

Cuando ya no esté

Cuando ya no esté,
cuando el verano de mi vida llegue al fin,
¿sólo estaré?,
¿cuál será el amigo que muera por mí?,
¿cuál el que despida mi mortaja?,
¿cuál el que arroje su violencia en contra
de Dios,
negándose al designio?,
¿quizás uno?,
sólo Dios lo sabe.


p. 19

Que solo,
frente a este papel me encuentre,
buscando algo,
algo que diga lo que siento en este
momento,
me causa un amanecer de penas,
de esos que se perciben de cara al
mar...
...cuando el mar se nos da por entero
y no lo podemos entender,
a lo mismo que cuando una mujer da
a luz en el lecho del amor,
sin más compañera que la noche,
luego un llanto,
todo terminó,
el amor se perpetuó.


p. 20

Me he pasado una vida escribiendo sobre
el amor,
ellos escriben sobre el hambre,
me he pasado una vid8 escribiendo sobre
el ... .
ellos escriben sobre Dios,
me he pasado una vida escribiendo sobre...
ellos escriben sobre su ideal político,
me he pasado una vida escribiendo...
ellos no pueden escribir,
me he pasado una vida...
ellos no saben escribir,
¿qué he escrito en mi vida?


p. 21

Entre chicharras cantoras,
verdes prados,
te veo venir,
eres como la estrella fugas que anoche
vi,
en segundos derramas toda tu luz,
y como hoja mecida por el viento,
tu palabra das a entender,
te escucho,
y de tus labios brotan bellas orquídeas
blancas que en mis oídos siembran la
dulzura.


p. 22

Nuestro amor se terminó,
quizás por destino,
quizás por amor,
ese amor que te di sobre el lecho de
invierno,
ese amor que nos llevó a cortar de raíz
el fruto que floreció en tu vientre,
ese fruto que tantas veces soñamos,
ese fruto de planes y mil nombres,
y que cuando llegó no pudo ser,
¿qué irónico no?
quizás nuestro amor no terminó aún,
quizás es Dios que nos separó,
por esos dos meses,
esos dos meses que vivió nuestro fruto
soñado.


p. 23

Un río que corre por la tierra,
regando gastados terruños,
alimentándolos,
mojándalos,
en sus riberas,
marchitas flores renacen,
mostrándoles sus colores al Sol,
eso eres para mí.


p. 24

El Salvador agoniza,
padre herido por la pendencia de sus hijos,
hermanos que disputan el poder,
poder de uno sobre el otro,
sangran,
mueren...
...Nicaragua,
de Somoza,
de Cardenal,
del Ejército Sandinista de Liberación,
¡queda!,
él aún no sana su herida...
...Vietnam no se apagó...
...Afganistán,
Polonia,
son tantos que es imposible,
escribir un poema de amor hoy en día.


p. 25

Hoy te vi,
leías con silencio mis poemas,
casi soñando,
recordando,
desde tus ojos,
tus angustias,
en fogosos destellos,
caen en los míos.

Hoy te vi
tu rostro,
que en tímidos gestos tratas de ocultar,
ilumina mi piano...
...de pronto llegas a mí,
al sentir tu corazón,
mis manos tiemblan...
...la melodía no he podido terminar.


p. 26

A sesenta kilómetros de Puerto Montt

Troncos raídos,
miradas ausentes,
sueño pesado,
mirar tranquilo,
niños que en siluetas pobres y humildes,
juegan con Dios,
su creación,
se aman y se odian,
se miran y ciegamente se ignoran,
a ti caña silvestre,
que naciste en tierras sureñas,
no creces,
no miras,
no quieres,
solo te humillas a los demás sin perder
tu identidad.


p. 27

A Paloma

Paloma blanca que vuelas tu vida,
en un cielo coronado de algodón,
pasas tus días,
pecas que brillan en tu rostro,
como estrellas en el oscuro firmamento,
llaman a detener tu vuelo ciego,
que en bruscos aleteos buscan el camino,...
...de esta tierra te veo,
mi alma descansa en llanuras de verde follaje,
te veo,
tu vuelo detienes,
bajas y tomas fresca agua,
vuelas,
temerosa del mundo,
mis manos quedan vacías,
y en vuelos bruscos te alejas de mí.


p. 28

Cuando percibas el aroma de una flor,
A menudo me encontrarás en él,
Rodaré quizás por todo el mundo,
Olvidaré tu nombre,
Lidiaré con mil entuertos, pero,
Invisible mi recuerdo te tocará,
Naciendo como el Sol de marzo,
Algo tibio, algo amigo


p. 29

Esta noche fuiste mía,
tan sólo mía,
tan mía que te compartí con todo lo mío,
te dejé acariciar por el verde prado,
que nos sirvió de lecho,
ese cielo nocturno que nos cubrió con su
manto de estrellas titilantes,
fue mudo testigo de tu amor,
de tu entrega.

Esta noche fuiste mía,
tan mía que te compartí con cada célula
de mi piel,
con cada pelo de mi rizada cabellera,
con cada rayo de luna.

Esta noche fuiste mía,
tan mía,
que jamás podré compartir esta noche,
esta noche en la cual fuiste mía.


p. 30

En el cielo,
Dos amores juegan,
Dos viejos que aún se aman,
Al cielo se han ido a amar.

Viven su muerte,
Incapaces de odiar,
Siempre juntos,
Inventando poemas de amor,
Nadando sobre nubes rosas,
Temiendo que la muerte no alcance
Incorrupta para seguir amándose.
Nunca pensaron que su amor
Interminable, fuera interminable.


p. 31

Mi embarcación algún día dejará
el abrigo de tu puerto,
se soltarán mis amarras,
seré arrastrado por el viento del
Oeste,
me alejaré,
arrastraré mi cuerpo por las gargantas
vivas del Pacífico,
buscándome,
siguiéndome,
y allá en la lejanía te recordaré,
y un ave marina,
que vuele libre,
te traerá mi recuerdo.


p. 31 Retiro

Ma barque quelque jours quittera
l’abri de ton port,
en detacherant mes liens,
je serai mené par le vent del’Ouest,
je m’ eloignerai,
je trainerai mon corps par les gorges
vivantes du Pacifique,
en me cherchant,
en me suivant,
et la au lois je te souviendrai,
et un oisseau marin,
qui vole livre,
t’apportera mon souvenir.


p. 32

Anochece y sobre la
Lejanía de tu rostro
Engendro sueños,
Jazmines rebotan sobre mi rostro,
Anochece y la luna
No brilla, mis ojos
Dan destellos azulinos,
Rompen el silencio y mis
Oídos escuchan tu nombre.

Fácil es mi despertar,
La noche ya terminó,
Oscuros sueños y pesadillas,
Retornaron a su lugar,
En si, ya no sueño ya,
Sólo vivo y nada más.

Bajando al medio día,
Un ebrio mi atención llama,
Sólo es medio día,
Tanto es así, que el calor borra,
Amargamente tu recuerdo,
Muchos me miran,
Algo comentan,
Total ya es de noche,
Empieza mi sueño.


p. 33

Vuelas en el cielo de marzo,
Encontrándote con parte de tu ser,
Rompiendo todo lo nuevo que encuentras,
Observando y luego callando,
Negándote a cada nuevo amor que encuentras,
Insistiendo en el recuerdo ,
Cabalgando sobre sueños,
Anhelando el bello ayer .


p. 34

Hijo...
...ayer perdí mi corazón,
es que vi a un ebrio tambalear y caer,
y no me interesó,
pues el ebrio no era yo,
vi a un pequeño mendigo,
y no me interesó,
pues tú tienes todo mi ser,
y como no sé volar,
no me interesó ver al ave volar.

Hijo...
...hoy encontré mi corazón,
es que pensé en todo lo que ví y no me
interesó...
...que por ello lloro mi corazón.


p. 35

Anoche subí al cielo,
toque con mis manos las estrellas,
la Luna,
el cielo mismo,
todo el Universo,
hablé con cada ángel,
sus trompetas anunciaron la alegría,
el amor...
...anoche subí al cielo,
pues anoche en el cielo estabas tú.


p. 36

Hoy me fui a volar,
entre las nubes solitarias,
sólo me encontré,
¿de pronto?,
salías de la luna corno un ángel,
algo bello,
algo blanco,
como el nacer del día,
tímido,
y llegaste a mí corno el bello
recuerdo.


p. 37

Acabo de escuchar de tus labios un
¡te quiero!,
y mi mente estalló en pensamientos
de todo tipo,
el corazón se me detuvo por segundos
interminables.


p. 38

Las flores del jardín,
tienen hoy,
un aroma y olor particular,
las radios entregan su mejor música,
el día,
aunque nublado y lluvioso amaneció,
tiene un pequeño encanto,
las luces del semáforo,
no son; rojas, verdes, o amarillas,
son tan rojas como puede ser el rojo,
tan verde como el verde prado,
y tan amarillas como el trigo de verano,
los árboles de Libertad,
cuando paso bajo ellos,
cubren mi camino de hojas de otoño,
y todo porque hoy te divisé en las
calles de mi ciudad.

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Fondo Iommi-Amunátegui / Carpeta Violeta:

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