Travesía Río Hurtado
Travesía Río Hurtado, 2014 | |
2014/11/16 - 2014/11/24 | |
Destino | Hurtado, Río Hurtado, IV Región |
Obra | Lucarna de la umbra. |
Profesores | Arturo Chicano, Daniela Salgado, Francisca Vidal |
Alumnos | Agustina Fernandez, Katherine Nicol Piñones Zuleta, Davor Koscina, Francisca Manríquez Allendes, Cristián zamora miranda, Maria Jesus Oliva Palma, Miguel Angel Adofacci, Barbara Madariaga, A. Paz Osses, Javiera Martínez, Carolina Olivares Rivera, Josefina Macarena Molfino Maggi, Maximiliano León, Gabriela Diaz Naranjo, Valentina Hirane Valderrama, Monserrat Lucia Pacheco Sandoval, Camila Jeria |
Talleres | DO 2º |
Travesía a Hurtado
Sobre la sombra y el objeto en Travesía.
Tiempo efectivo: 8 días de obra, 2 días de viaje y 20 personas y media.
La naturaleza nuestra, por ser diseñadores, es tender a construir un objeto. Sin embargo cuando nos proponemos construir la sombra o la luz, nos encontramos con la problemática de que es necesario meter materia a algo que no la tiene. Comienza el diálogo entre la materialización y la desmaterialización, un tránsito entre dos recorridos que tiene una lógica de inmersión en la que la materia es lo grávido y la luz lo ingrávido e incontenible, pero que se evidencia o refleja en la sombra. La sombra no se ve en el objeto, el objeto es lo que está arriba, pero su presencia real se corrobora en la sombra. Esta traducción implica dejar de mirar el elemento, que debe “desaparecer” para que aparezca, lo que coincide con la palabra poética asignada al taller.
La obra de travesía puede ser dispuesta de cualquier modo, pero siempre conservando un sentido real y constructivo, aprendizaje que cierra la etapa de estudio de los talleres de esta escuela. En todas las especulaciones con las que ella se encuentra en su llevar a cabo, hay algo primero que no se cuestiona, esto es que somos capaces de hacerla, lo que claramente implica dedicación, estudio y persistencia.
El hacer aparecer la lucarna era algo intransable, aunque la obra hubiese quedado inconclusa. En el momento en que la obra sube, esto se cumple. Se le da cabida al arriba y al abajo, permitiendo ese quedar inmerso en el follaje aparecido en las observaciones del taller. Se baja para encontrarse con esa umbra tintineante, para volver a subir a alcanzar el último destello de la luz del día. Intentando ser fiel a lo recogido, aparece la forma. ¿Dónde no abandona el diseñador? en los elementos constructivos, por ejemplo en el “enmarcar”. ¿ por qué se hace entonces necesario enmarcar?. El marco es un objeto que se fija, que se lleva, que se construye con distintas veladuras, se posiciona y se comprueba, se hace para que coincida en ciertos puntos, tiene un tono, un color... forma diferentes figuras que se hacen coincidentes, no siendo una unidad en sí misma desligada, que destruye el total. Se piensa para ser leído en un todo, en la totalidad del recorrido de la sombra. La magnitud cobra relevancia, pero la gestualidad y las medidas del cuerpo siempre la acompañan. La gratuidad nacida en los dibujos de Valparaíso es traída a Río Hurtado por los alumnos a través del regalo de la obra. Lo bello ocurre cuando se corrobora a través de las palabras del otor. Don Gustavo dice: “es un regalo que yo no me esperaba”. La travesía ha culminado, el presente ha sido reconocido. La obra de travesía busca hacer próxima la extensión del paisaje. Se acerca la lejanía,y al ser definida en su trazo, queda amarrada en un “entre” del cerro que tiende al cielo y el agua, que tiende al suelo y refleja la obra introduciéndola en ella. Entonces construimos una lucarna que atrapa la luz y baja la cruz del sur a través de la sombra,baja el cielo al suelo. Y por otro lado levantamos la roca, la piedra, y subimos el suelo al cielo. La obra baja la umbra para que envuelva a la persona en la medida de su cuerpo. Quien la recorre puede adentrarse en ella y abordarla por todas sus partes, ya que es una “cosa” y se recorre como se recorren las cosas, por todos lados. Está hecha para ser mirada por todos sus frentes, espesores y líneas. Todos los envolventes que dan umbra y las capas que ella posee, leen la gestualidad de una persona que transita entre la luz y la umbra. La obra está fija, pero en su rigidez dispuesta a perseguir la luz que le otorga movilidad, persiguiéndola en los destellos de los marcos, en los claros de la madera y el aluminio, en los brillos de las mallas tensas que resplandecen y en los colores de sus cantos y trazos. La obra lee la luz del día completo, la obra se deja recorrer.
Cuando en la individualidad el estudiante pierde el norte, aparece nuestra labor para hacer retomar el sentido que cada uno busca en su propuesta de proyecto y perseguirla a través de la forma, el sentido y la belleza. Recordamos entonces la obra de travesía y la persistencia en hacerla aparecer,lo que nos reitera que las obras no son inmediatas, responden a las preguntas y a las proposiciones que nosotros les hacemos, hasta que por fin, aparecen las musas... y también los cierres.
Platón, por su parte, dice aproximadamente lo siguiente: Las cosas de este mundo, que percibimos a través de los sentidos, no tienen ningún ser verdadero; siempre cambian, pero nunca existen realmente... tienen algo del no ser.. Por el contrario, aquello que existe verdaderamente, aquello que siempre existe y no perece, es el conjunto de modelos reales que las sombras imitan: todo lo real es lo que tiene sombra.