Taller de Amereida 2019: Las Arenas

De Casiopea
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Asignatura(s)Taller de Amereida
Año2019
Tipo de CursoRamo Lectivo
TalleresARQ 1º, ARQ 2º, ARQ 3º, DIS 1º, DG 2º, DG 3º, DO 2º, DO 3º
ProfesoresJaime Reyes, Carlos Covarrubias, Manuel Sanfuentes, Isabel Margarita Reyes
EstudiantesJoaquin Mansilla, Romina Flores, Javiera Riquelme Maceiras, Josefa Herreros Cárdenas, Claudio Acuña, Catalina Riveros, María José Lineros, Ayrton Pereira, David Silva Bernales, Alondra Zamorano, Carla Gómez Guerra, Catalina Fuentes, Matilde Croxatto Ullrich, Alejandra Witto Royo, Anaís Johnson, Valentina Cofré, Antonia Jeldes, Joaquin Ignacio Rojas Alarcon, Catalina Jorquera Kruberg, Sebastián Rubilar Gutiérrez, María Paz Quiroz, José Herrera Nuñez, Carolina Varela Giesecke, Bastián González, Michell Diaz, Stephany Rojas, Francisca Faúndez Soto, Marina Cabezas, Paulina Zuñiga, Catalina Riveros, Alejandro Jiménez Amín
Palabras Claveoficio, poesía, arquitectura, diseño, América
Carreras RelacionadasArquitectura, Diseño

Estudiantes

Presentación

Taller de Amereida 20190306.JPG

Este curso corresponde a la asignatura Taller de Amereida 1 a 7. Se imparte los días miércoles en las arenas de la Ciudad Abierta. El tema principal de este año será la Ciudad Abierta. Desde esta palabra poética se tratará la relación entre la poesía y los oficios y la pregunta por el ser americano.

Clases de Jaime Reyes

Las clases de este año estuvieron basadas en el siguiente texto: A la luz de Amereida.

Además presenté los siguientes temas.

En las reuniones del Taller de Amereida II que son también las del curso de Poética General hemos sostenido conversaciones en torno a una mesa. Hemos pensado juntarnos a conversar entre profesores y alumnos, para poner en juego algunas de nuestras aseveraciones o enunciados principales. Después de algunas sesiones hemos llegado a plantear algunas preguntas.

El sentido de la misma pregunta

Dado que existe entre nosotros una larga tradición de relaciones entre la poesía y los oficios, nos preguntamos junto a los alumnos por el ser americano. Esa pregunta es uno de los grandes horizontes hacia donde se dirigen los proyectos, las obras y las teorías en el devenir de la Escuela y la Ciudad Abierta durante décadas. Quisiéramos saber si la pregunta por el ser americano hoy consuena del mismo modo que cuando fue planteada hace ya tantos años, si para los alumnos hoy esta hace sentido, si tiene vigencia, si puede mover y conmover como lo hizo antes y como lo hace aún, por ejemplo, en la Ciudad Abierta o en las travesías. La pregunta por el ser americano ¿fue una pregunta de un momento que estaba esperando un siguiente momento? ¿es una pregunta que fue del momento, a la espera de ser modernizada por la luz de un nuevo momento (como un vestido de moda)? No se trata de sólo poner al día o actualizar la pregunta, porque lo actual no tiene nada que ver con lo presente. Lo actual es aquello que puede ser fácilmente reemplazable. El presente es insustituible. Nuestra pregunta quisiéramos que la pregunta, de suyo, no sea meramente consumible o reemplazable, como si estuviésemos tratando el aspecto o la estética de la pregunta (eso quisiéramos aunque ese anhelo no asegura que así vaya a ser). La pregunta por el ser americano ¿de verdad obedece a una tradición que se transmite de generación en generación? O ¿es un mero modelo que se puede reemplazar dependiendo de la época, o de la estación? Este es el debate ahora y aquí, para ustedes.

Nosotros desde la poesía proponemos que la pregunta tenga presente, no mera actualidad. Esto quiere decir que pretendemos que la pregunta tenga tiempo ¿Cómo abrimos siempre entonces el tiempo de la pregunta por el ser americano para que ella sea y tenga presente? Así: “La permanencia debiese ser la constancia de una disputa que se transmite, no lo simplemente renovable. En lo simplemente renovable no es posible ver el rostro o la sombra del ser” (Iommi, 1987). En otra ocasión le vamos a pedir a Godofredo Iommi que nos cuente el mito de Perséfone y Hades, como lo hizo en esta misma clase hace más de treinta años, para admirarnos de la belleza de una Tierra que cuando cambia de estaciones no es simplemente que esté renovando flores y semillas, sino que está creando la posibilidad del tiempo en sí.

Luego quisiéramos sostener esa disputa. Por ejemplo encontrar una nueva relación con la naturaleza, que a partir de la técnica moderna, creadora de stocks explotables para el consumo que son la esencia de lo meramente reemplazable, ya no volverá a ser nunca la que tuvimos.

Por otra parte, es evidente que no se trata de una pregunta que persigue una respuesta; mucho menos una definitiva y única.

La extensión orientada

Ante las obras, de cualquier disciplina, que responden a estilos, normas, movimientos, manifiestos y un largo etc., la modernidad planteó abordar uno de los aspectos esenciales de la arquitectura: la orientación. Porque las obras de arquitectura se orientaban de acuerdo a funciones, por ejemplo, simbólicas; que es como se orientan todos los templos de todas las religiones. Entonces surgen nuevas cuestiones, por ejemplo técnicas, que pasan a ser relevantes: el asoleamiento, la higiene, etc. Y de ahí ya cosas como una primera planta libre sobre pilotes, o las fachadas de vidrio, y otro largo etc. Entonces en esta Escuela se avanza o se arremete y se pone todo esto de la modernidad en tela de juicio, pero no por el solo afán de discutirle a la modernidad sus fundamentos, no se trata de ir contra cualquier convención porque sí y ya (no es la revolución). Se trata de hallarnos en la paz creativa, que obliga necesariamente a permanecer en una disputa que se transmite. En el fondo significa que toda creatividad, más aún en el arte, está siempre supeditada a nacer desde una pregunta radical. Para acceder a la paz creativa hay que hacerse las preguntas, las esenciales, las que se muestran siempre preguntando, las que por su sola enunciación logran luego retirarse para que surja una aparición. Entonces en los inicios de la Escuela se plantea ante el problema de la orientación en la arquitectura y tantos otros problemas artísticos aparece la pregunta por el ser americano, que quiere decir, bueno, cómo vamos nosotros a atender creativa y originalmente estos problemas. ¿Será posible que desde América, ya no simulemos ni imitemos y podamos aportar con algo nuevo? Entonces surge la pregunta por el ser americano y se plantea, por ejemplo la “extensión orientada”. Una extensión orientada no por funciones simbólicas o por decisiones técnicas, sino por la palabra destino.

Y así es como se piensa el proyecto de urbanismo Achupallas en Viña del Mar (Cruz, A. (1954), que ustedes debieran revisar porque es uno de los proyectos que es parte de lo que llamamos los fundamentos de la Escuela. Allí, en las primeras láminas del proyecto se hace una enumeración de cuestiones útiles y necesarios para una obra de urbanismo (cantidad de habitantes, clima, costos, inversiones, etc). Y enseguida se pregunta:

¿Pero es esta la labor del urbanista?

Es esta su sola empresa. No. El urbanista descubre el destino de la ciudad y la coloca en el espacio, para que la ciudad y sus habitantes vivan su destino. Sea éste, suave o duro, heróico o no heróico, pero no anda buscando medios para hacerle la vida agradable a nadie.

¿Pero tiene Valparaíso un destino?

Luego, es una pregunta por el destino. Y termina diciendo que no importan los medios, los recursos, las habilidades, las intenciones o los impedimentos, pero “Jamás el destino traicionado” esto es nuevo. Por supuesto que habría que revisar qué entendemos por destino, pero eso es materia de otros escritos. Lo que quiero destacar es que se introdujo una nueva visión para acometer la construcción de la ciudad, del territorio, del hacer y quehacer de la arquitectura y también el diseño. Desde allí se podía comenzar cualquier obra; y se podía pensar no ya ‘las formas’, sino ‘la’ forma. Se tenía entonces una teoría propia, un fundamento propio. Algún tiempo después, hasta ahora, la Escuela ha planteado la pregunta por el ser americano como las travesías; estas son la pregunta misma. Así mantenemos año a año la pregunta, yendo de travesía a través del continente construyendo obras de arquitectura y diseño. Luego, ¿es lícito preguntar a los alumnos cómo van a involucrarse ellos con América, lo americano, a través de sus oficios y obras? En sus proyectos de título o luego en sus obras profesionales, dónde y como se introduce lo americano, si es que eso sucede.

La pregunta en la Ciudad Abierta y en la travesía

Por otra parte en la Ciudad Abierta se inventaron algunas leyes o voluntades de los oficios para hacer que las obras tuvieran el carácter de lo americano. Voy a dar dos ejemplos para cada una de estas leyes. Un ejemplo con una obra en la Ciudad Abierta, que puede ser de hoy o más antigua, y el otro ejemplo será sobre una obra de travesía, aunque esta vez con una obra de travesía especial.

Cualquier material

Significa que de entrada no hay ningún material mejor o peor que otro. Tanto vale construir y trabajar con ladrillos de tierra como con planchas de bronce, con alambre como con cuerdas, con hormigón armado como con totora. No va a ser el material el que determine si va a haber arquitectura o diseño. Si tenemos titanio, pues trabajamos con titanio, si tenemos piedrecitas de río, pues con estas. Voy a dar dos ejemplos para cada una de estas leyes.

En Kassel. Hace un par años la Escuela y la Ciudad Abierta fuimos invitados a una exposición que se llama Documenta y que se hace cada 5 años en Kassel, Alemania. Es la exposición de arte más importante del mundo y van artistas de todas las especies imaginables e inimaginables; todo lo que el arte posmoderno, moderno, antiguo, nuevo, etc. ha podido juntar. Esta vez además, por primera vez se celebró en dos ciudades; Atenas y Kassel. Voy a hablar de la experiencia de Kassel.

Empezamos a reunirnos después de recibir la invitación para ver qué podríamos hacer. Y pensamos que podríamos actuar como en una travesía, aunque no sabíamos si el modo de la travesía americana iba a resultar en Alemania. Habría que hacer varios ajustes. Tuvimos la suerte de que un ex alumno nuestro, joven arquitecto, Leopoldo Saavedra estaba viviendo en Kassel y hacía clases en una escuela de arquitectura allí y en Stuttgart. Lo contactamos y él fue nuestro ángel desde Alemania; participaba en las reuniones que teníamos a través de internet con los organizadores alemanes y nos ayudaba en la traducción, pero sobretodo en la interpretación. Por ejemplo y a propósito de lo que estoy diciendo del cualquier material, los alemanes querían saber qué íbamos a hacer para o en la exposición y nos preguntaban:

– Bueno, qué necesitan.

– Bueno, qué tienen allá… – Cómo que tenemos… pues… qué tenemos (se preguntaban entre ellos y nosotros los veíamos en la pantalla) Ahí intervenía Leo y explicaba un poco –Ahh, bueno, sí tenemos madera. – Ah, perfecto, madera entonces. – Bien, madera, qué más. – No, nada más, sólo madera… y sí, obviamente las herramientas para la madera y unos papeles y algunas pinturas… – Pero ¿van a hacer ustedes una obra de arquitectura y diseño? – Por supuesto – Pero entonces cómo solo madera…

– Sí, gracias, perfecto, sólo madera.

En la Hospedería del Megaterio. Para el sistema de aislación de esta obra no usamos los sistemas de paneles corrientes y normales que existen hoy en el mercado, que son muy buenos y eficientes. Decidimos tratar con un material muy antiguo; la paja. Pero Usamos unos paneles de paja prensada a través de un ingenio bastante simple, que no es high tech sino low tech, en Texas, EEUU. Pudimos hacer esto porque una empresa chilena que comenzó a importarlos hace poco quiso donarlos a alguna obra de la Ciudad Abierta y entonces estábamos comenzando la construcción de la Hospedería del Megaterio. Ya está dicho: si tenemos piedrecitas de río, pues con estas, si tenemos paneles de paja, entonces con paneles de paja.

Incluso vinieron hace unas semanas un grupo de constructores invitados por esta empresa donadora a ver cómo habíamos usado nosotros los paneles, porque no seguimos las especificaciones técnicas de los estadounidenses sino que inventamos una forma nueva de ponerlos en los muros. Y ellos vinieron a mirar porque quieren usarlos para la vivienda social porque tienen huella de carbono neutra. Y es esta una forma nueva que apareció como veremos a continuación “ a flor de labios”.

A flor de labios

Si nosotros no tuviéramos una teoría o fundamento propio tendríamos que salir a buscarla en alguna parte, casi diríamos copiarla. Y tendríamos que basarnos en los índices, en los indicadores, en la sociología o la sicología, o la ingeniería. Y así no podríamos decir nada a flor de labios, que es precisamente lo que sí hacen ustedes todo el tiempo cuando salen a la ciudad a observar mediante el dibujo, los croquis. Eso es tener palabra, sobre la ciudad (o sobre el territorio, la montaña, el desierto, etc), a flor de labios. Y podemos hacer eso porque luego esas observaciones serán efectivamente la partida sustancial de sus proyectos y sus obras. Estos nacen así a flor de labios. No nacen de las necesidades planteadas por los indicadores sociales, políticos o de moda.

En Kassel. Entonces después los alemanes nos preguntaban

– Bueno, sólo madera… mándennos los planos de la obra para poder cubicar y comprar la madera.

– Ah, sí, los planos… No, no tenemos los planos. – Bueno, no importa, cuándo los pueden ustedes mandar. – Ah, miren, no, no los vamos a mandar. – Pero entonces es imposible que nosotros podamos cubicar y comprar la madera. Bueno, van a tener que ustedes hacer la cubicación y nosotros acá compramos. – Ah, sí, miren, si quieren les podemos dar ahora mismo una lista con las maderas a comprar (nosotros ya la habíamos hecho). – Pero cómo, ¿no tienen los planos y sí tienen una lista con las maderas a usar? – Exacto no los tenemos, los planos, pero sí tenemos la lista… – Pero cómo es eso posible…

– Bueno, miren, lo que pasa es que nosotros vamos a hacer nuestra obra a flor de labios.

Lo mismo sucedió con la elección del lugar, que escogimos el Parque Karlsaue, una maravilla que atraviesa por el centro de la ciudad, que había sido fundado hace 500 años. Y nosotros llegamos con 30 estudiantes a acampar, estudiantes alemanes y de toda europa, además de varios ex alumnos nuestros que supieron que íbamos y se unieron a la obra. Entonces en los primeros días aparece el jardinero mayor del parque, un señor bastante serio que no le gustaba mucho la idea de que la documenta interviniera en su parque y menos aún con esta verdadera horda.

– Bueno necesito ver los planos de la obra por favor.

– Ah, bueno, mire, es que no tenemos planos. Entonces intervenía en nuestro favor uno de los curadores de la exposición, Dieter Roelstraete, que había estado en Chile y en la Ciudad Abierta, tratando de explicarle esto de los no-planos. – Por favor, es esencial que yo pueda revisar los planos. Lo que pasa es que debo saber exactamente dónde van a hacer excavaciones.

– Ah, bueno, lo que se dice excavaciones no vamos a hacer, sabe usted, porque la madera… mire lo vamos a determinar durante el curso de la obra, a flor de labios…

Bueno, pero no es que este jardinero, que después fue amigo nuestro, estuviese molestando por la aplicación obtusa de alguna norma o regla cualquiera. Sucedía que debía venir un especialista detector de metales para revisar si allí donde íbamos a excavar no había ninguna bomba de la 2ª guerra mundial enterrada por casualidad. Y bueno, delimitamos un área y vino el detector y así se hizo. Pero aquí hay que hacer un alcance. En el poema de Amereida hay un fragmento que dice:

¿ entonces ?
acaso la obra hic et nunc digamos improvisada lo cual quiere decir hecha allí mismo y no sin preparación ni preparativo y con todo el tiempo que se quiera puede casar a la tierra con el nombre es esta una celebración local la poesía el acto poético

Hic et nunc quiere decir “hecha ahí mismo”, con lo que se tiene, con lo que hay, pero específicamente el poema aun cuando dice improvisada, luego agrega “no sin preparación ni preparativo”.

Esto es muy importante. Porque no estoy diciendo que las obras de arquitectura o diseño deban hacerse sin planos. Los planos son un lenguaje para proyectar una obra y es un lenguaje magnífico y bello que ustedes deberán aprender. Yo sólo digo que no son el único lenguaje de la construcción de una obra. También hay otro, que comienza a flor de labios, en el que el lenguaje es proyectar la obra allí mismo, en verdadera magnitud, paso a paso, como se dice 1:1. El a flor de labios es la partida para este otro lenguaje, que hemos llamado el erigir.

El Erigir

Las palabras erigir y edificar aún cuando tienen raíces latinas distintas nosotros las tenemos por sinónimos. Sin embargo podríamos distinguirlas de alguna manera. El erigir fue el nombre que tomó la construcción de algunas obras en la Ciudad Abierta; de aquellas que se levantaron sin planos, que se iban haciendo entre muchos, en lo irregular, en Ronda, a flor de labios.

En Kassel.

Una vez que ya estábamos instalados en el parque hicimos un acto poético entre los alumnos y los profesores y algunos invitados; unas treinta personas. Con los ojos vendados caminamos a ciegas en tumulto diciendo cada uno una palabra, en el idioma nativo de cada cual. En esta agitación ciega nos íbamos cruzando, topando, tocando, encontrando. El resultado fue el dibujo de una figura extendida en el pasto. Esta figura tenía un punto por cada participante y unas líneas rectas que unían estos puntos señalando los recorridos de cada cual. En cada punto residía un nombre. Era en el fondo el dibujo de una constelación. Y qué hacemos ahora con esta constelación; vamos a levantarla del suelo, hasta cierta altura para construir una mesa; la mesa del pueblo de las mesas, donde dar cabida a la fiesta, el principio de la hospitalidad. Así fuimos erigiendo, pieza por pieza, con nuestras maderas, esta mesa-constelación-bancas. Decidiendo o erigiendo allí mismo cada cruce, cada vínculo, cada terminación. Con la condición de no tener planos, sino solo líneas. Por supuesto que los alumnos europeos dudaban y al cabo se reían, porque no estábamos atendiendo ninguna de las reglas básicas o normas de cualquier edificación europea (más aún en Alemania). Y por supuesto que los niños que pasaban por ahí se subían a esta estructura de madera y jugaban y corrían por arriba de una vigas y partes que no estaban ni de cerca planificadas para esos juegos. En palabras de cualquier planificador eran un peligro público. Pero la verdad es que todo el mundo jugaba. Incluso un día unos bailarines improvisaron una obra de música y danza sobre y entre esta mesa-constelación.

Hospedería del Megaterio. En esta nueva etapa de la construcción de esta Hospedería (ha tenido muchas otras etapas de las que hablaré más adelante) se hicieron unos planos primeros y sencillos para tener el programa general de la hospedería y gobernar una cierta cantidad de metros cuadrados en función de un presupuesto. Plantas y elevaciones. Ningún detalle constructivo. Y así comenzamos a erigir 1:1, pieza por pieza, muro por muro. Y esta hospedería ha sido construida literalmente por muchos, porque durante mucho tiempo no tuvo a ningún trabajador contratado; se erigió entre los propios ciudadanos abiertos, con amigos, con la familia y los niños, con los que quisieran. Puro trabajo manual. Y venían a construir un fin de semana los amigos, o los ciudadanos, o los vecinos.

– ¿Y aquí qué va?

– Un muro –¿Y cómo es? – Como tú lo hagas –¿Y hasta donde llega?

– Pues habría que ver, pensemos un instante. Mira, hagamos un dibujo. Ya, así.

Así hemos erigido esta Hospedería

Lo nuevo y lo viejo

Significa que nunca es posible tener todo nuevo. Ni en la ropa ni en la casa ni en el oficio, entonces hay que aprender a tratar con lo nuevo y con lo viejo (me refiero a los materiales, no a las personas). Hay que saber respetar y observar ciertas dimensiones existentes que pueden ser verdaderamente antiguas porque deberemos trabajar, necesariamente o por puro gusto, con ellas.

Kassel

El parque, lo antiguo, la mesa lo nuevo, el Tri bal Como ya mencionamos en Kassel hicimos nuestra obra en el antiguo Parque Karlsaue, fundado hace más de 500 años, rediseñado como jardín en 1785. Los parques en Alemania no se parecen a los nuestros por varios motivos; incluyendo evidentemente su antigüedad. Nosotros debíamos observar este parque para que nuestra obra no solamente fuese una abstracción mera dedicada a la hospitalidad, sino que esta obra debía cantar al dios del lugar, al genio del lugar, la maravilla del lugar. Es decir, debíamos reconocer al parque como lugar. Y lugar hay allí donde hay encuentro. Pues bien, ¿qué es lo que encontramos? ¿cuál fue el encuentro? ¿Cuál fuer la naturaleza del encuentro?

Hospedería del Megaterio La antigua estructura de Hormigón. La nueva hospedería.

La hospedería del Megaterio fue sancionada en ágora en el año 2000. Se consintió además que fuese la biblioteca de la Ciudad Abierta. Luego hicimos un acto poético en la parte alta de los terrenos para celebrar el nacimiento de una nueva obra, y para otorgarle algo a esta. Después del acto, después de varios recorridos de reconocimiento Alberto Cruz y Fabio Cruz decidieron un lugar, en el cabezal oriente de la quebrada del cementerio.

Audios de las Clases

  1. Audio de la segunda clase del miércoles 6 de marzo en la Ciudad Abierta en la plataforma SoundCloud del Archivo Histórico José Vial Armstrong.

Finalización 2º Semestre 2019

Introducción

La mirada del poema de Amereida sobre el continente americano establece una envergadura y tamaño sobre un vasto territorio cuya identidad traspasa la noción de entidad nacional, dando un origen a América y su constitución bajo la figura equívoca del «descubriemiento». A partir de entonces, una mirada así sobre este hecho como un hallazgo, puede arrojar luces sobre el presente de América y las posibilidades de su porvenir.

Encargo

Se trata de concebir y dibujar una cartografía o mapa anotado del continente americano (página 0), en tanto realidad histórico-geográfica contemporánea, cultura y cuestión social, particularmente poniendo foco en el año 2019; de modo de establecer una observación crítica general y total de la cosa americana y su desenvolvimiento; esto podrá otorgarnos una lectura actual del presente más próximo de América. Este mapa podrá adscribirse a las cartografías que contiene el poema de Amereida, de modo de prolongar su lectura hasta nuestros días.

Junto a ello, redactar un prólogo (página 2 y 3) que de cuenta, en un lenguaje escrito y dibujado, de la reflexión que cada uno puede hacer a partir de estas condiciones, transformando en hipótesis lo que se ha visto. A su vez, cotejar las incertidumbres con las certezas observadas en esta realidad de América contemporánea.

Fecha entrega: 9 al 13 de diciembre 2019. La entrega se hará en un archivo PDF al siguiente correo electrónico: amereida@ead.cl

Formato extendido: 420 x 297 mm. Formato plegado: 110 x 148,5 mm.

Archivo:Entrega final Taller de Amereida 2ºS 2019.pdf

Forma del pliego