Relación Cuerpo/Espacio como agente Extraordinario, desencadenante del Acto Escénico y su forma - Rocío Vásquez

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2020
AsignaturaTaller del Programa y Forma de la Edificación
Del CursoTaller del Programa y Forma de la Edificación 2º Semestre 2020
CarrerasArquitectura
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Relación Cuerpo/Espacio como agente Extraordinario, desencadenante del Acto Escénico y su forma.

La danza, que maravilloso arte, que tanto da gusto presenciar y encarnar. La Máscara de la tarea n°4 [1] , la hice aparecer desde aquella arista, la del baile, el que me hace sentir diferente, que me hace sentir viva, en movimiento y en armonía con la música, ¿Qué resultó? Una puesta en escena representativa de un cuerpo en suave movimiento en coordinación del ritmo que guía la música, donde música/movimiento se volvieron uno. Es en aquel acto extraordinario que termina apareciendo el personaje de la máscara, no mi identidad cotidiana, si no, un ave en vuelo, que, al contemplar, sientes. Entonces ¿Qué agentes convergen para llevar a cabo una puesta en escena así, que conmueve a quien la ve?

Entendiendo como característica principal del acto escénico es su carácter ‘’Extraordinario’’ y su capacidad de conmover, es decir, entenderlo como un momento extraordinario, en contraste de los momentos cotidianos del día a día, que se desarrolla en una puesta de escena a partir y en función de una acción particular, generalmente artística (danza, canto, opera, teatro) que lleva en si misma una cualidad emocional, sensible y sensorial, que llega a la fibra emocional de quien la presencie, provocando así una conmoción, que transforma la puesta en escena en ‘’Acto Escénico’’ y también a un acto catártico para los espectadores.

Leyendo lo expuesto, y aquella particularidad emocional dentro de estas acciones artísticas, que se transforman en actos escénicos, nos preguntamos ¿Será suficiente solo la realización de la acción artística? ¿Qué otros elementos/agentes son los que aparecen para lograr conmover al público y volver el acto ‘’escénico’’?

A partir de estas últimas preguntas, aparece el concepto de espacio, su forma y sus cualidades, las cuales desencadenan una forma de habitar, pues aquel acto extraordinario que definimos no sucede en el aire, si no, tiene forma, ritmo, lugar, es decir una espacialidad particular. El cuerpo y los cuerpos en acción tienen lugar, por ende ¿Qué cualidades debe tener un espacio para realizar un acto escénico? ¿Será suficiente solo el espacio para llevar a cabo el acto escénico? No, como vimos antes, este es parte de diversas dimensiones que convergen en el acto escénico: Cuerpo (Movimiento/acción corporal), Espacio (Forma/Luz y sus cualidades) y espectador. La relación entre estas son las que analizaremos en este ensayo, con la hipótesis de que la ruptura de la norma en el ritmo de estas cualidades en las dimensiones ‘’Cuerpo/Espacio’’, que son y están en complicidad y complementariedad, dan cabida al espacio escénico y a lo extraordinario conmovedor, por ende, al acto escénico. Una hipótesis como resultado de la materia obtenida a través de la observación/croquis y las clases del profesor, arquitecto Andrés Garcés[2] en el taller ‘’ Taller del Programa y Forma de la Edificación – La ciudad Teatro: El lugar de la escena y otros lugares’’ del segundo semestre del año 2020[3] . En un comienzo definiremos ciertos conceptos principales para entender la hipótesis propiamente tal (conceptos que desencadenan de esta misma), para luego explicarla en su cabalidad y ejemplificarla.

Elaboración propia: Norma



Primeramente comenzaremos entendiendo el concepto de la ‘’Norma’’ para ello hay que caer en la cuenta de que cada lugar, momento, acción, se lleva a cabo dentro de una ‘’normalidad’’ en la relación cuerpo y espacio, es decir que ciertos espacios, con respectiva forma, generalmente se habitan con determinadas acciones/movimientos corporales, que están vinculadas y responden al abanico de formas de habitar que aquel espacio proporciona, por ende aquellas acciones, llevadas a cabo en esos espacios resultan habituales, comunes y corrientes. Ejemplificando lo dicho podríamos pensar en la calle esmeralda, que por su estrechez resulta ser principalmente de paso, raro e incómodo resulta detenerse allí a distenderse o a bailar, sin embargo, en una discoteque, es normal habitar aquella estrechez en permanencia danzante. Constatando entonces que cada acción se lleva bajo un contexto corpóreo-espacial, es decir que estas dos dimensiones llevan en si mismas un ‘’Ritmo’’, que dentro de la ‘’norma’’ presentan un grado de concordancia y correspondencia.


¿Y qué sucede cuando se quiebra esta correspondencia? Tomamos por primer ejemplo el encargo n°4 de la máscara[4] . Aquella terraza donde se grabó, conecta la habitación de mi hermano con el patio, día a día se le ve pasar por allí como algo normal, pero yo intuitivamente terminé escogiendo ese lugar para grabar, pues bailar en la cocina, mi pieza, el living, no era lo mismo, algo diferente se presentaba allí, ¿Qué cosa era? El fondo de escena. Algo tenía, sin saber conscientemente que era, pero después a partir de la observación constatamos que aquella espacialidad, principalmente de paso en el cotidiano, escondía un secreto, este presentaba una potencialidad escénica a partir de un atrás próximo y homogéneo que acentúa la perfilación los elementos que se superponen a él en contraste de color, que también incluye ciertas transparencias, que abren aquella proximidad construida, a la lejanía y su extensión. Finalmente, ¿Qué resulta al relacionar esta espacialidad con el cuerpo en danza? El acto escénico, ya que el baile otorga un nuevo ritmo, distinto al cotidiano, se presenta en una permanencia en movimiento, que conmueve a los ojos que la ven, ritmo que el espacio es capaz de acoger gracias a sus cualidades, como la disponible amplitud necesaria para desenvolver, el cuerpo holgadamente, por otro lado, una luz trasera en diagonal que ilumina desde atrás del cuerpo, perfilándolo luminosamente, a partir de la luz que atraviesa las ropas, los cabellos, las hojas superiores de la máscara, otorgando una singular belleza y una sombra que se dinamiza gracias al movimiento del cuerpo. Concluimos entonces, con la aparición de este concepto: ‘La ruptura de la norma’, acciones, cambios, rupturas (artísticas) al ritmo de la ‘’norma’’ de la relación cuerpo/espacio cotidiano, aquellos momentos ‘’Extraordinarios’’ y conmovedores, son los que desencadenan el Acto escénico en determinada espacialidad que presentan características escénicas que resultan también extraordinarias, pudiendo ser desde un teatro, hasta un callejón.

Elaboración propia:
Elaboración propia:
Elaboración propia:


Respondida la pregunta previa, llegamos más concretamente a nuestra hipótesis: ‘la ruptura de la norma en el ritmo de estas cualidades (Movimiento/acción corporal-Forma/Luz) en las dimensiones ‘’Cuerpo/Espacio’’ que son y están en complicidad y complementariedad, dan cabida al espacio escénico, a lo extraordinario conmovedor, por ende, al acto escénico’, analizando cómo la ruptura de la norma del ritmo corporal, en aquel espacio potencialmente escénico, se vuelve acto escénico. Sin embargo, por otro lado, a partir de la observación, constatamos que también esto podría darse de manera viceversa, en el cual sea principalmente el espacio que otorgue la cualidad extraordinaria. Como vemos en lo siguientes croquis, una acción cotidiana, como lo es sentarse, se termina volviendo una puesta en escena, cuando es hecho arriba de una estrecha superficie, una baranda de un metro, con el cerro de fondo y su perfil, con los árboles próximos enmarcando aquella lejanía, generando un umbral de transición visual entre distancias a partir de la disminución del follaje en la copa de árbol, que genera una transparencia que de a poco va dejando aparecer la extensión. Es decir, que hay cualidades espaciales extraordinarias, que también rompen con el ritmo cotidiano, como lo es llegar a la avenida Alemania subiendo el cerro por Guillermo Rivera rodeando de casas, arboles, el perfil del cerro y empezar a caminar por ella dirección Playancha y de repente se abra el espacio y su horizonte a la inmensidad del mar, y de los cerros que lo abrazan, aquel acto extraordinario invita a cambiar el ritmo del caminar, para darse una pausa contemplativa.

Elaboración propia: Cualidades espaciales potencialmente escénicas


Ya analizando aquellos ejemplos de extraordinario en las dimensiones cuerpo/espacio, constatamos que el acto escénico no se da con lo extraordinario solamente en una de estas dimensiones por si sola, si no a través de su relación, y como se establece, estos resultan complementarios y es su armonía la que dan cabida al extraordinario como unidad, es decir, un espacio con determinadas características, para llevar a cabo determinada acción y movimiento del cuerpo tanto de los expositores, como de los espectadores, rompen con la norma del ritmo y se da cabida a un momento de conmoción, donde todos se vuelven un mismo cuerpo a pesar el carácter individual de cada uno. Por lo tanto, entendemos que la relación cuerpo-espacial va articular la particularidad de cada acto escénico, su desarrollo, y el habitar de los cuerpos por si mismo, y en relación a los otros cuerpos, es decir, entre espectador-expositor, espectador-espectador, expositor-expositor, por ende, el resultado obtenido, será a partir de la determinada intención que establezcamos en esta relación cuerpo-espacio, si darle mayor énfasis a uno que al otro, o de manera equilibrada.

Elaboración propia: Relación cuerpo-espacio

Es por lo dicho anteriormente, el por qué podemos encontrar tanta diversidad de espacios escénicos (construidos específicamente para ello: teatro, o con la potencia para volverse uno: callejón), cada uno presentará una cualidad particular que se puede adecuar más, o menos, a lo que se quiere mostrar, como hacerlo y como se quiere que sea recibido. Por último, ejemplificando lo dicho, existen ritos como el Beltrane, expuesto por nuestra compañera de taller Catalina Bravo, que se lleva a cabo en ruedo alrededor del fuego, a pesar de no haber un espacio construido, son los cuerpos en su disposición en ruedo los que forman una espacialidad contenedora de aquel acto litúrgico, que brinda mayor libertad de movimiento a las personas, mayor proximidad y encuentro para aquella celebración de la fertilidad de la naturaleza y la humana, también con cierta finalidad de dar encuentro a las personas en aquel contexto de libertinaje para así para buscar pareja y mantener la prosperidad del pueblo. Por otro lado, vemos como esta relación cuerpo/espacio en ruedo, que también se repite en otro ritos, como el ditirambo que estudiamos en las clases de Andrés Garcés, que a lo largo del tiempo se materializa en un espacio definido y construido, tomando forma en los primeros teatros griegos clásicos, que mantiene aquel carácter relación cuerpo-espacio orientado al acto litúrgico/teatral, pero de una forma distinta, con gradas, espacios definidos para elementos específicos como la orquesta o aquel fondo de escena a la extensión que representaba la presencia de los Dioses. Por lo tanto, estos dos ejemplos expuestos, nos enseñan dos maneras diferentes de construir la relación cuerpo-espacio, y cómo, cada uno de ellos presenta una tendencia hacía una de estas dos dimensiones que convergen y así, hacen aparecer en sí mismos sus propias virtudes particulares que resultan de su forma de relacionar cuerpo-espacio.


Elaboración propia: Poligono de relaciones

En conclusión, partir de los diferentes ejemplos y conceptos que fueron apareciendo a medida de la reflexión, podemos evidenciar que, la ruptura artística de la norma en el ritmo cotidiano de los cuerpos y espacios, y su relación provocan un momento extraordinario. Entonces, constatamos que esta relación cuerpo-espacio extraordinaria es uno de los factores generales más esenciales para la constitución del acto escénico, pues es la base espacial que lo permitirá llevarse a cabo y que después va desencadenando sus propias cualidades espaciales y corporales más particulares, como el movimiento, la luz, la sombra, la transparencia, el ritmo, etc, que resultan diferentes según cada acto escénico y su finalidad en la puesta de escena, en lo que quiere hacer sentir al espectador, es por ello es que podemos encontrar tantos tipos de puesta en escena diferentes. Por último, con el final de este ensayo abrimos una nueva pregunta para sugerir un posible nuevo comienzo desencadenando de esta reflexión que desarrollamos: ¿Qué nos explica que diferentes rituales y teatros de múltiples partes del mundo presenten una relación cuerpo-espacio similar para dar cabida al acto escénico? Por ende, ¿Qué cualidades en la relación cuerpo-espacio resultan prácticamente intrínsecas para que se del acto escénico?



Vídeo complementario

Lectura conclusión junto de un vídeo complementario de representación.

Referencias: