Percepción del fondo escénico y la conexión con el espectador - Paula Castro Caniguante
| Título | Ensayo 1-2ºS 2020 |
|---|---|
| Asignatura | Taller del Programa y Forma de la Edificación |
| Del Curso | Taller del Programa y Forma de la Edificación 2º Semestre 2020 |
| Carreras | Arquitectura |
| Nº | 7 |
| Alumno(s) | Paula Castro Caniguante |
Percepción del fondo escénico y la conexión con el espectador
La obra teatral es una historia en el escenario, que al ser completada de alguna forma u otra debemos sentir una especie de inmersión en esta; una conexión con la historia que se nos presenta. Si bien tenemos en cuenta que lo que vemos en la obra no es real, imaginamos por unas horas o momentos que lo es, hasta la historia o acción más surreal. Mientras esto ocurre todo lo exterior desaparece, solo para dar paso a lo que le debemos estar poniendo atención, lo que existe en la escena. Este acto teatral no ocurre solo, hay un fondo de escena que envuelve lo que se ve y permite que la obra sea ejecutada, este fondo ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, volviéndose más complejo y exigente con su composición y a su vez permitiendo mostrar más de lo que se podía en un principio. Tomando en cuenta lo anterior se plantea una idea, el fondo de escena construido (considerando los factores que posee como la profundidad, la luz, la sombra y la perspectiva) y la percepción que el espectador tenga de ella, la cual aumenta la inmersión y la conexión con lo que se está representando, es decir, con la obra.
El fondo escénico
El fondo de escena en el teatro ha tenido una serie de cambios en su composición, enfatizando cosas distintas desde su concepción en la antigua Grecia hasta la actualidad. En sus inicios el teatro era al aire libre y poseía en su fondo de escena lo que era la naturaleza y su extensión, esto con la creencia de que los dioses estaban (o podían estar) presentes en la representación, indiferente de la iluminación o el fondo construido puesto que de este se tenía un poco menos de control, era un tema más cultural el fondo escogido para sus obras. En Roma en cambio, debido a su contexto de poder político imperial, se creó un edificio atrás de la escena para mostrar el poder que este gran imperio decía poseer, el cual comenzó a usar el fondo, como en el teatro olímpico de Palladio, cuyo fondo de escena poseía una falsa perspectiva que transportaba la actuación a un lugar frente a una calle. Esta calle visible pero no tangible al espectador poseía la cualidad de tener menos longitud de la que aparentaba, un engaño al ojo que permitía divisar una calle con sus edificaciones, pero al momento en que los actores decidieran acercarse comenzaban a hacerse más grandes que el fondo, una perspectiva falsa.[1] Considerando lo anterior se podría decir que mientras paso el tiempo el fondo de escena fue haciéndose más complejo, tanto así que algunos teatros más grandes poseen plataformas mecánicas que se van alternando para poder cambiar la escenografía o bien hacer el acto más dinámico, ahora, este cambio o evolución en la realización o construcción del fondo escénico o del teatro en general es algo que se ha dado con el tiempo, pero ¿Es tan solo una resultante del pasar de los años? o sea, una simple respuesta al avance tecnológico y cultural, o quizá, más bien, sea la necesidad de reforzar el mensaje, para que llegue de mejor forma al público espectador. Cuando uno ve una serie, una película, o ve en este caso una obra teatral, se busca una inmersión con la historia planteada, el creer que lo que se ve es “real” teniendo en cuenta que no lo es, se busca una conexión con los personajes o con la obra en general para poder así tener un mejor disfrute de esta, entonces ¿El fondo de escena puede de algún modo ayudar a esta necesidad de conectarse con la obra? ¿Es más eficaz para el espectador asimilar que un personaje o escena transcurre en un castillo, calle, o entre otros, viendo los elementos (algunos o gran parte) que conforman los escenarios más que lo imaginario? ¿El juego de luces y sombras que se ejercen en el fondo parte de esta profundidad que el espectador percibe y ayuda a conectar con lo que ve?
La Percepción, el volumen y su relación con la profundidad.
Primero que todo, hay que hablar del concepto de “percepción”. La percepción es una imagen mental que nos creamos con respecto a nuestras experiencias previas, esta imagen al estar sujeta a nuestra propia visión del mundo es estrictamente algo subjetivo y ligado a la interpretación. La característica mas grande de la percepción es que es selectiva, es decir, un individuo no capta todos los estímulos a los que es expuesto, sino que selecciona lo que quiere percibir.[2] Ahora, si extrapolamos el sentido de la percepción a una puesta en escena, se puede considerar que lo que captemos de la obra se base en lo que nuestra percepción permita, en decir, lo que llame nuestra atención o lo que derechamente conecte con nosotros, como los personajes, la puesta en escena o en este caso el fondo y el reconocimiento de su existencia. Con respecto al tema de la iluminación, en los croquis de observación se llegó a la idea de que las luces y las sombras pueden ser una especie de guía visual, enfatizando ciertos objetos en el espacio y dejando otros en segundo plano. En una obra teatral estas luces y sombras se construyen, son una invención la cual redirige nuestra atención, llevándola a focalizar objetos, pero no dejando de lado el fondo de la escena, puesto que esta no desaparece, sigue estando presente en el sentido de que podemos percibir que esta, pero en una especie de segundo plano fuera de la tensión (acto escénico), en otras palabras, pasa a ser contenedora de la tensión. (los siguientes croquis son un ejemplo)
Otra característica importante de las luces y las sombras que otorgan profundidad a los objetos del fondo, se les valoriza con un volumen/dimensión en el espacio, es decir, la capacidad de ser detectados por el espectador como objetos reales y tangibles de la escena, como se ejemplifica en el siguiente croquis.
Con respecto a la incógnita que si es el espectador conecta mejor con la existencia de un fondo mayormente trabajado que contenga el acto escénico o la tensión del primer plano (hablando en el sentido de que tiene ganado lo anteriormente mencionado; la profundidad otorgada por la volumetría, y el foco atencional dirigido), hay dos lados con relación a esto, el primero es que en el teatro griego no existían la gran cantidad de avances tecnológicos de la actualidad y aun así las obras presentadas llevaban a su público a la catarsis (considerando que el termino surgió de la época), sin tener un gran uso de parafernalia, solo un espacio con suficiente amplitud para albergar espectadores y cuya forma permitiera contemplar la obra en escena (el ver y escuchar lo que se presenta). Por otro lado, las personas han cambiado, mientras más avances tecnológicos y facilidades existen para poder mostrar lo que se quiere plasmar en la obra, más exigentes son los espectadores con respecto a lo que ven y/o quieren ver, es decir, hay más probabilidades de que un fondo de escena que no solo contenga la tensión, sino que le otorgue algo complementario como ambientar lo que se está viendo o focalizar lo que se debe ver. No obstante, la gran cantidad de espectáculos de toda índole que reciben audiencia podrían mermar esta sentencia, ya que para hacer teatro o una puesta en escena se necesita la voluntad de gente que haga el espectáculo y de personas dispuestas a ver. Cuando uno va a su teatro local, no espera ver una gran puesta en escenas con escenografía que va cambiando por cada acto, simplemente va con las ganas de observar algo con lo cual pueda o no conectar.
Una percepción dual del entorno escénico
En síntesis, las obras que son contenidas en un fondo de escena trabajado con lo mencionado anteriormente, véase la focalización que otorga la iluminación, el fondo de escena que contiene la tensión y sitúan el acto escénico en un ambiente determinado, y coherente con lo que se quiere mostrar en el acto, pueden hacer que el espectador este más inmerso o conectado con la obra, es decir, los elementos capturaran la atención y el espectador podrá percibir la obra logrando conectar más con ella, en el sentido de que se vuelve un espectáculo que no solo radica en su acto principal sino también en lo que lo rodea y que reafirma lo que se debe ver. No obstante, si bien esto complementa la presentación de la obra y la hacen llamativa, no es determinante para que una obra se disfrute, puesto a que la percepción (ligada a la atención y a experiencias previas) es selectiva y subjetiva, es decir, dependiendo de cómo cada individuo experimente la experiencia de presenciar la obra es como esta va a conectar. Esto respaldado en el hecho de que el teatro se puede dar en todos lados donde haya algo que lo pueda contener, como lo es una plaza, un escenario, etc. Una conexión con el espectador en cualquier lugar, pero de una intensidad que limita en cada uno.
- ↑ Garcés Andrés A.(2019). La Ciudad Teatro. El lugar de la escena y otros lugares.(ed.).Valparaíso:EUV.
- ↑ https://www.um.es/docencia/pguardio/documentos/percepcion.pdf
