Parque La Quebrada: salida a terreno 2 - Natalia Avsolomovich
Después de un incendio que arrasó con toda la ladera oriente en el año 1993, los vecinos de la Cooperativa Melvin Jones deciden organizarse para recuperar biológicamente la quebrada frente a sus casas. Esta había sido peligro de incendios varias veces, además de ser tratada como basural, por lo que en el año 1994 comienzan su trabajo de limpiar, reforestar (bosque esclerófilo) y descontaminar el cauce de agua. Así surge por primera vez el Grupo Ecológico de Defensa de Quebradas (GEDEQ), el cual 10 años después se vuelve una personalidad jurídica, donde se definen como una organización comunitaria de carácter funcional y sin fines de lucro.
Cuando ya llevaban un año de esfuerzos vecinales, el Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF) se une al proyecto, siendo una ayuda técnica fundamental para el desarrollo de este. Posteriormente, otros organismos como la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y el Fondo de las Américas junto a la I.Municipalidad de Viña del Mar (donación de las 2 palmas pórtico), comienzan también a apoyar la iniciativa volviéndose el primer proyecto de parque nativo de flora y fauna de Viña del Mar, el cual se consolida en el año 1999.
El trabajo de este proyecto no ha sido fácil. Manuel Aguirre fue el creador, junto a su hijo biólogo Francisco Aguirre y el naturalista Sergio Elórtegui, y es el que se ha hecho cargo a lo largo de estos 20 años de cuidar lo logrado y de seguir avanzando. Él nos cuenta que, a pesar de lo que muchos creerían, la mayoría de los vecinos no se preocupa de cuidar el parque y que muchos preferirían que lo cementaran. Sin embargo, existen otros, que han desarrollado conciencia y agradecen el vivir en torno a un bosque y escuchar los pajaritos cantar constantemente, y son estos los que se preocupan de mantener desmalezado el espacio público del borde del parque y están atentos a los incendios, y en caso de que comience un foco apagarlo inmediatamente. De igual manera, el parque contempla muros cortafuegos (muros de contención) y al ser reserva de bosque esclerófilo (ignífugo) los riesgos de que se incendie son muy bajos, no obstante, Manuel está siempre muy atento de mantener controladas las especies exóticas, que son generalmente las más pirógenas (eucaliptus, zarzamora, etc.) y que además se caracterizan por ser tremendamente depredadoras de nuestro bosque nativo.
El principal enemigo del parque La Quebrada ha sido la zarzamora, la cual al no ser parte del ecosistema local no tiene depredadores que la controlen, sin embargo, se ha visto que la pasiflora ayuda a mantener la situación más o menos estable. Se le llama ‘la colonizadora’, ya que después de un incendio es siempre la primera especie en brotar. Su cualidad expansiva la hace tener un crecimiento exponencial muy difícil de detener (se trepa a los árboles y cae plantando nuevos focos en el suelo) y que sólo se soluciona sacándola completamente de raíz. En su proceso de exterminación es donde se concentra la mayor parte de los recursos horas hombres, cosa que vale considerar en el desarrollo de futuros proyectos.
‘’El valor es que está’’ nos dice Manuel satisfecho. Ha sido un trabajo constante de su parte, un verdadero compromiso, pero ya después de 20 años sabe que todo estará bien y de que es posible llegar a mantener un espacio privado de uso público en mano de un grupo de vecinos organizados. Rescata el valor de los recursos y equipamiento en la viabilidad del espacio, ya que cuando estos aparecen, la gente aparece, pero cuando se descuida comienza a aparecer la basura, el deterioro y descuido. En base a esto, nos cuenta de dos oportunidades en los cuales el parque se asoció a dos escuelas del sector en un apadrinamiento escolar. En estas instancias los alumnos venían a trabajar a la quebrada y a aprender de la flora y fauna nativa por medio de la experiencia, lo cual enriquecía su aprendizaje en la sala de clases, además de regalarles un tiempo semanal de compartir en un entorno natural y el conocimiento del trabajo de la tierra y cuidado de las especies endémicas.
En todo momento se hace hincapié en el cuidado del espacio como algo común consentido. Por ejemplo, nos cuenta, la importancia del cerco como un elemento que se presenta como un límite inclusivo para la comunidad, dando cuenta que ese es un lugar que se consolidado, donde existen plantaciones, accesos, senderos y trabajo constante por su preservación. Asimismo, la presencia de letreros explicativos hacen parte a la comunidad de lo que allí se hace para generar conciencia y así seguir creciendo en el cuidado comunitario. Sin embargo, es fundamental, un trabajo del grupo social, ya que también sucedió que un grupo de vecinos, al hacérseles un acceso directo a la cancha de arriba, la quemaron y desmantelaron ya que les molestaba que viniera gente ‘de afuera’ a visitar ‘su espacio’. Es por esto que para que un proyecto de esta índole funcione, es preciso tener el apoyo y participación de cada uno de los vecinos que se verán directamente afectados y así evitar situaciones como estas. ‘’El parque se encuentra al interior de una quebrada y pretende conservar la flora y fauna nativa del lugar, recuperardo las zonas deterioradas e incorporado a la comunidad a través de senderos de observación de la naturaleza con zonas de descanso y esparcimiento’’. (extracto presentación del parque en pág. Web www.laquebrada.cl)
El verdadero valor de estos 20 años de trabajo es que actualmente, los vecinos del parque habitan el encuentro de la ciudad con el entorno natural, volviéndose un centro de verde que oxigena el barrio no sólo biológicamente sino que también socialmente, otorgándoles privacidad, recreación visual (paisaje) y la riqueza de ser parte del ecosistema local (flora y fauna: aromas, canto de los pájaros, control de plagas y basura, etc.), además de la posibilidad de visitarlo en cualquier momento deseado. Asimismo, la consolidación de este ha sido fundamental en el desarrollo de un sentido de pertenencia y territorialismo muy marcado en el sector, tanto por parte de los habitantes humanos como animales, es así que junto al crecimiento del proyecto se ha valorado un crecimiento del sentido de comunidad y barrio y el cuidado por los espacios de uso público.