Pablo Miranda /Observación acto reverente
El padecimiento ante la rememoración que conmueve
Sobre la pasión de Cristo, Viernes Santo.
“Aquel padecimiento que congrega, que determina la pausa en el retiro expectante de la rememoración, encuentro ensimismado de lo colectivo en una lenta agonía envolvente”.
Las imágenes se envuelven, se neutralizan, ocultando aquella presencia que determina su identidad y reconocimiento, anulándose en el manto negro que las cubre pero que resalta aún más su presencia. Una ausencia que cobra presencia en el gesto de hacerlas ocultar en el luto que conmueve.
Somos uno, en el encuentro con el otro, aquella espera que nos posiciona expectantes a lo que acontece de frente, una espera en el silencio continuo, donde el acto reverente conlleva al recogimiento; aquel padecimiento que envuelve al lugar en lo fúnebre del receso.
Poco a poco nos acercamos a la imagen principal y presente, aquel cuerpo descubierto de Jesús, la gente le besa los pies en señal de reverencia, de sentirse uno y parte de aquel dolor ante la imagen adorada. Se genera así, un constante letargo de seguimiento, de acompañar y estar presente, una sensación que cambia el ánimo, mientras la multitud se congrega conducente por la imagen silenciosa que cubre el centro del lugar.