Nicolás Morales Saldías Tarea 5 - Presentación del Mundo Antiguo

De Casiopea



TítuloNicolás Morales Saldías Tarea 5 - Presentación del Mundo Antiguo
Asignatura1° ARQ
Del CursoPresentación del Mundo Antiguo 2020
CarrerasArquitectura
5
Alumno(s)Nicolás Morales Saldías

Tarea 5 - Cruces: Batallas y Personajes (Martes 15 de Septiembre)

Expansionismo persa

En el concierto del Mediterráneo donde confluían distintos actores tales como Fenicia, Egipto y las polis griegas tanto europeas como las del otro lado del Egeo, el mayor vinculo presente entre estas partes era el comercio, increíblemente activo a pesar de las distancias, que trajo prosperidad y el desarrollo de la tecnología naval. Sin embargo una nueva amenaza se cernía en el Este, los persas.

Su rápido avance durante el los siglos VI Y V a.C supuso un desafío para todos estos poderes presentes en torno a este mar. Con el advenimiento y la sorprendente escalada de invasiones bajo el reinado de Ciro II El Grande, pronto cayeron los imperios que separaban a los aqueménidas con el Mediterráneo. Los primeros en caer fueron los Medos, que extendían sus dominios desde Bactriana hasta la Frigia griega; pronto se rindieron los Babilonios y las ciudades fenicias. Estas conquistas pusieron en alerta tanto como a egipcios como a los griegos pero los persas frenaron su avance con la muerte de su rey Ciro.

Luego de un inestable interregno de alrededor de un año, lo sucedió su hijo Cambises II. Con él, los persas pusieron en la mira las fértiles y productivas tierras del Nilo para abastecer al gran imperio del grano necesario.

Conquista de Egipto

Batalla de Pelusio (525 a.C)

Un año antes Cambises pactó con las tribus árabes para permitir el paso de sus tropas y un abastecimiento de agua confiable en medio del desierto. Pronto llegaron al Sinaí y en desigual batalla el recién entronizado faraón Psamético III se enfrentó a los persas. Los historiadores confirman una aplastante derrota con la infantería egipcia masacrada en una carnicería. Se sabe que los sobrevivientes que lograron huir se refugiaron en la ciudad de Pelusio y forzar un asedio pero Cambises sabiendo de que los gatos gozaban de un estatus divino allí, ordenó a sus soldados capturarlos y lanzarlos a las murallas de la fortaleza. Al creer que su diosa gata Bastet los había abandonado a su suerte, los egipcios se rindieron y entregaron la ciudad. Los aqueménidas luego tomarían la capital Menfis y secuestrarían al faraón que terminaría suicidándose tiempo después al intentar, infructuosamente, incitar un levantamiento.

Rebelión Jonia y los conflictos con los helenos

Batalla de Lade (494 a.C)

Cinco años antes, la dodecápolis jonia dominada por los persas desde el reinado de Ciro II, lograron reunir suficientes fuerzas para rebelarse y lograr la independencia. Solicitaron ayuda a las polis griegas continentales pero pocos acudieron a su ayuda, con excepción de algunos beocios y Atenas. El levantamiento avanzó hasta Sardis, la capital de la satrapía pero Dario I ya ordenaba el agrupamiento de sus tropas para sofocar la revuelta, y así lo hizo en la batalla naval de Lade frente a las costas de Mileto, donde traicionados, los jonios sucumbieron a los aqueménidas.

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Primera Guerra Médica

Batalla de Maratón (490 a.C)

Luego de la victoria en Jonia, los persas centraron su atención en quienes ayudaron a los rebeldes a mantener su autonomía. Rápidamente, Darío I reformó las tropas terrestres y marítimas para invadir tierras helenas pero los vientos no fueron benevolentes para los navíos aqueménidas. La mitad de la flota naufragó en las costas de la Calcídica y la otra mitad fracasó en desembarcar en Maratón, donde fueron repelidos por los griegos sin poder desplegar su caballería. Finalmente los pocos contingentes restantes trataron de tomar Atenas pero al ver el rápido despliegue de las fuerzas atenienses huyeron de vuelta a Asia.

Segunda Guerra Médica

Luego del fallido intento por vengarse de los griegos, Darío muere, sucediéndolo su hijo Jerjes I, quien retomó la ofensiva contra ellos, primero en forma diplomática, donde envió embajadores a la mayoría de las polis, incluidas Atenas y Esparta; y después tomando las armas. Los griegos advertidos de la situación se aliaron en la Liga Panhelénica para defender sus tierras de la inminente invasión.

Batalla de las Termópilas (480 a.C)

El avance de los persas se vió facilitado por su alianza con Macedonia, lo que les permitió adentrarse prontamente en Grecia. Así, llegaron al paso de las Termópilas, un estrecho pasaje donde apenas cabían dos carros de guerra. Eso mermó el empleo de la caballería persa pero aún tenían la superioridad numérica, con 250,000 soldados listos para atacar versus los 7500 espartanos y focidios. Tras 7 días de breves enfrentamientos y gracias a la ayuda de un traidor, los persas lograron traspasar la barrera de hoplitas lacedemonios y atacarlos desde la retaguardia, sellando el destino de las ciudades del Ática.

Batalla de Salamina (480 a.C)

Con las noticias de la derrota espartana en Termópilas, los griegos ordenaron la evacuación inmediata del Ática. Los atenienses esperaron en la cercana isla de Salamina, donde los navíos griegos aguardaron la llegada de la flota de los persas. Mientras, las fuerzas de tierra saqueaban la ciudad e incendiaban la acrópolis, esperando que este gesto ayudara a la rendición de la polis. Sin embargo, los atenienses se limitaron a esperar hasta que llegara la marina invasora. Al llegar, los guiaron hasta el estrecho de la isla, donde se vieron imposibilitados de maniobrar sus naves debido al tamaño de éstas y la difícil topografía. Se estima que los griegos lograron tomar 300 navíos mientras Jerjes y los restantes se retiraban.

Batalla de Platea (479 a.C)

Si bien la flota de Jerjes ya no representaba una amenaza, aún los persas tenían control sobre todas las tierras griegas a excepción del Peloponeso, donde el estrecho de Corinto era ferozmente defendido por las tropas helenas. Un año después de los acontecimientos de Salamina, los griegos reforzaron su contingente y salieron del Peloponeso, obligando a los aqueménidas retirarse a Beocia. Allí montaron un campamento pero los griegos desarmaron sus líneas de suministro y esperaron durante 11 días un enfrentamiento directo. Mardonio, el general del ejército, lo interpretó como una retirada, ordenó la persecución que finalmente fracasó, terminando con su vida y la masacre de sus soldados. Con esta decisiva derrota, los invasores se retiran hacia Anatolia.

Batalla de Mícala (479 a.C)

A pesar de la aplastante victoria de los griegos en Salamina, aún Jerjes poseía fuerzas suficientes para atacar por mar. Los persas atracaron en Mícala y montaron un campamento que constaba además de una guarnición jonia. Mientras un contingente derrotaba a los invasores en Platea, los espartanos atacaba al infantería estacionada en las cosas de Jonia, derrotándolos gracias a la deserción de los jonios. Esta victoria helena pone fin a las pretensiones de Jerjes de una invasión a Grecia en gran escala.

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