Nico López Ramírez- El gesto humano que da lugar a la construcción del acto y el espacio teatral.
Título | Ensayo |
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Asignatura | Taller del Programa y Forma de la Edificación |
Del Curso | Taller del Programa y Forma de la Edificación 1º Semestre 2020 |
Carreras | Arquitectura |
Nº | 1 |
Alumno(s) | Nico López Ramírez |
El gesto humano que da lugar a la construcción del acto y el espacio teatral.
Ensayo
Introducción
El teatro nace desde la necesidad humana de trasmitir una idea relato o emoción hacia otro, a modo de replicar una cosmovisión un contexto o una forma de vivir que se tiene en la sociedad, pero ¿de donde nace esta necesidad de darle un mensaje al otro? ¿Qué medios comunicativos ocupan las personas para ello?
En la cotidianidad podemos observar que la necesidad de trasmitir cosas es una característica propia y natural de expresarnos frente a otro viviendo en sociedad, para tener una mejor conexión o para compartir con otro. Por el medio de la observación, se ve esta naturalidad del modo en el que nos expresamos a través del gesto, la postura que usamos para decir una idea o el tono de voz que tenemos en una discusión, presentación o conversaciones personales. Todos estos elementos forman una red bella y compleja de comunicación e interacción con el otro. Estos elementos comunicativos a su vez se pueden complejizar llegando a conformar la expresión teatral, la cual junta distintas disciplinas artísticas y técnicas para dar origen a un espectáculo que asombra y cautiva al espectador.1
El gesto humano a su vez funciona de manera primordial junto con el sonido y la palabra que se unen para encontrarse con otro. Esta entrega hacia otro que se da a través del acto, se observa en pequeños detalles del rostro, las manos, la postura y el tono de voz de la persona, en una comunicación complementaria que permite comunicar y a su vez dar una condición teatral que transforma el espacio según el acto realizado.
Transformación del teatro en la historia
Durante la historia del teatro éste fue transformando su interpretación social a medida que se iba implementando y transformando con las nuevas sociedades. Durante la época clásica, el teatro era un acto extraordinario, que consistía en ir asistir y quedarse por varios días en lugares que tenían gran complejidad espiritual, social y cultural.2 Por ello en esa época el espacio del teatro era construido en medida de una profunda necesidad espiritual y comunicativa de dar a entender hacia otro emociones e historias a través de una catarsis liberadora al interpretar un personaje en el acto ditirámbico. A través de éste desplazamiento de la ciudad y la realización de actos catalizadores, se sale de lo cotidiano y se adentra en lo extraordinario del acto teatral.
Otras transformaciones sociales que cambiaron por completo a lo que se entendía del teatro fue el medioevo, donde debido a la fuerte inserción de la religión católica se transformó la perspectiva de lo que se tenía de lo cotidiano y lo divino, donde ésta absorbía por completo las formas de representación espiritual de los pueblos conquistados por la misión evangelizadora y por consecuencia la iglesia y la religión se volvieron el epicentro escenográfico de la interpretación usándose tanto el edificio mismo de la iglesia como lugar de representación o usando las escenas bíblicas para representar actos que llamen a la plebe a creer en la religión a modo de predicación, en éste último destacan los juglares y trovadores como principales artistas escénicos.3 A su vez en éste periodo al usarse la iglesia misma como escenario principal de los actos religiosos, se le fue dando una connotación teatral a través de la construcción arquitectónica, que se componía de distintas propiedades estructurales, escultóricas y pictóricas que permitían mostrar actos divinos llevados a lo terrenal. Por ello la luz que se construía a través del vacío arquitectónico de la iglesia estaba directamente relacionada con lo divino, en lo que se denomina el acto sacro de la luz.
Éste acto se daba por ejemplo, en los modos de construir su paso desde el exterior a un interior, los reflejos o como invadía el espacio del acto, como en las iglesias bizantinas, los decorados mosaicos y escenas bíblicas además del manejo de la penumbra en el espacio, provocan un sobrecogimiento del espectador, una condición extraordinaria desde lo espacial que refleja un contacto divino en su magnitud y esplendor. También cabe destacar que la luz superpone a su vez una nueva geometría del espacio, su propia geometría óptica, donde genera un universo infinito de sombras propias que dentro del acto de lo sagrado otorga un componente escenográfico y dramático.4
¿Cómo la espacialidad se relaciona con el gesto humano?
Desde el estudio del gesto mismo que relaciona en su complejidad comunicativa con lo que se hace en una obra teatral, también se puede observar cómo se da el contexto del gesto dentro de una espacialidad que se trabaja en la construcción de la luz interior, relacionándolo a su vez con la escena teatral del medioevo, donde la luz configuraba un elemento dramático importante, junto con otros elementos ornamentales y pictóricos. Ésta construcción de la luz se relaciona profundamente con el gesto, ya que la luz es la que crea la presencia del cuerpo en el espacio, envolviéndolo en una atmósfera que conecta al cuerpo con éste a través de distintos elementos que se vuelven escenográficos, como los brillos o reflejos que invaden el gesto y lo hacen presente en el contexto espacial. También a su vez, la penumbra se vuelve parte protagónica de la construcción luminosa del espacio y a su vez da la presencia del gesto en él, ya que la penumbra es la que da volumen y delimita la forma del cuerpo en forma de silueta, que define un gesto concreto. Estos distintos elementos lumínicos como la penumbra luces, brillos y reflejos, provocan una alteración del espacio, modificando su atmósfera y forma, dándole a su vez un dramatismo y presencia del gesto humano, formando un espacio teatral de expresión de las formas corpóreas.5
Continuando con el estudio del desarrollo del teatro a través de la historia y a su vez la relación continua con el gesto humano, podemos observar otros fuertes cambios en la época renacentista, una época de apogeo en la arquitectura las artes, filosofía, matemáticas y en muchos aspectos del conocimiento humano, que a su vez también contribuyeron grandes invenciones dentro del espacio teatral. Unas de estas invenciones fue el concepto de perspectiva y profundidad, que fueron muy importantes para la construcción y desarrollo de la escenografía.
El desarrollo de la escenografía y el espacio teatral muestran a su vez una reinterpretación de la extensión natural que caracterizaba al teatro de la época clásica, donde ésta extensión ya era dada por el terreno mismo que se tenía en lo rural, y que con el paso del tiempo y la reinserción del teatro en el corazón de la ciudad, tuvo que reinventarse y construirse dentro del teatro mismo, como en el teatro olímpico de Palladio, que construye un espacio totalmente nuevo en un lugar reducido para producir un efecto óptico de perspectiva al espectador.
Hoy en día la reinterpretación de la extensión dentro de la escena teatral se puede ver en la construcción misma de una escenografía o bien en el teatro callejero se puede ver como la ciudad misma, donde en las calles en su fluir constante de gente se genera el acto que sale de lo cotidiano y transforma la calle según el acto teatral que se ejecuta por el artista, es decir que la extensión se ve configurada por el acto.
La escena teatral urbana se da forma y configura delimitando el espacio a través del acto, donde la extensión se da lugar en lo urbano y el acto pasa a ser lo que interviene en el ir cotidiano, permitiendo que los transeúntes salgan de este para entrar en la acción de la función dramática.
El artista callejero interviene al espectador en un dinamismo de sus gestos corporales tomando el protagonismo del acto y en consecuencia del espacio que éste ocupa, ya que los transeúntes delimitan el espacio del acto y lo vuelven un espacio teatral.
Visto desde la cotidianidad interior del hogar se puede observar como el gesto humano se vuelve un elemento unificador del espacio y el habitar, donde gracias a éste el cuerpo toma espacialidad y el espacio topa gesto envolviéndose en una atmósfera construida en función de la luz que ingresa a un interior.6
Conclusión
Finalmente se puede concluir que en el paso de la historia el teatro se ha visto como una necesidad natural del ser humano que vive en sociedad y por ello ha ido cambiando y reinventándose en distintos momentos de la historia, donde en consecuencia el gesto humano ha estado presente en el acto teatral y la configuración del espacio a partir de éste, por medio de distintos elementos espaciales que construyen el espacio en función del acto, como lo es la luz y la penumbra. En la actualidad se puede observar el gesto en lo urbano y cotidiano como una forma de trasmitir emociones y experiencias en un acto que transforma el espacio en un escena teatral extraordinaria y que rompe con el ir cotidiano.
Citas
1 Nicol López. Guion I. El teatro como resultado de la necesidad comunicativa del gesto humano.
2 Andrés Garcés. (Mayo 2019). La ciudad Teatro. El lugar de la escena y otros lugares.Valparaíso, Chile.
3 Nicol López. Guion II. El trabajo de la luz que envuelve el espacio teatral del medioevo.
4 Joaquín Arnau Amo. El espacio, la luz y lo santo la arquitectura del templo cristiano.
5 Nicol López .Guion II. Acto: presencia del gesto en el espacio a través de la luz y la penumbra.
6 Nicol López .Guion III. El renacimiento como apogeo de la invención en el espacio teatral.