María Jesús Ossandón EAD 3212 Tarea Final

De Casiopea



TítuloMaría Jesús Ossandón EAD 3212 Tarea Final
AsignaturaPoética General 2020
Del CursoPoética General 2020
CarrerasDiseño
Alumno(s)María Jesús Ossandón

La palabra poética como origen de la observación que desvela el diseño de la realidad

La experiencia del encuentro con la relación de la palabra y el oficio

El diseño es un oficio disciplinar de carácter creativo y funcional que permite la construcción de nuevos objetos, servicios, interfaces, libros, esculturas, muebles, etc. La creación de un “algo” que permita innovar en la realidad en la cual vivimos, no necesariamente haciendo aparecer algo inexistente hasta ese momento, sino que también puede ser una nueva versión de algo que ya existía, el construir una nueva forma de pensarlo. En este intento de innovar es necesario estar constantemente replanteándose el entorno con el que nos relacionamos, las personas, los objetos, los servicios; hay que hacerse preguntas nuevas, observar particularidades que no se habían aparecido antes, construir relaciones que antes no existían entre objetos que no se habían puesto en el mismo espacio mental hasta ese momento. Para lograr romper con este esquema de verdades y realidades ya construidas, la poesía nos ayuda a abrir los ojos, a replantearnos la realidad y que así aparezcan preguntas que nos mueven a perseguir un propósito, necesario para ejercer el diseño.

La poesía siempre ha sido parte de la carrera universitaria de diseño impartida en esta Escuela, desde su origen, donde a partir de un viaje nace la relación de la poesía y la arquitectura y diseño como el fundamento del cuerpo de la Escuela. A pesar de que es algo instaurado desde el inicio, y para los profesores siempre ha sido parte del acto de enseñar, los alumnos que llegan a la universidad se enfrentan a una realidad que no habían presenciado antes. Al principio la poesía se presentó como un anexo a las tareas que teníamos en Taller, era algo desconocido que nunca había sido parte de los quehaceres académicos hasta el momento. A medida que teníamos más clases en el Taller de Amereida, habían ciertas reflexiones y textos que se empezaron a relacionar la palabra con trabajo que estábamos haciendo, con las observaciones que nuestros croquis debían tener, quizás al inicio fue una relación forzada, ya que era una de las materias que debíamos atender, pero fue evolucionando en en una relación co-dependiente, donde no hay oficio sin poesía, ya que no hay creación sin la palabra, no hay diseño sin plantearse una pregunta que aparece desde la observación.

Una de las experiencias que aparecen al reflexionar sobre la poesía y el oficio es la vivida en el Teller del Hacer Visible, impartido por el profesor Alejandro Garretón, donde la primera indicación fue leer. Personalmente no entendía porque leíamos y analizábamos textos en lugar de salir a dibujar o aprender sobre las técnicas gráficas de grabado, sentía que quizás había tomado una mala decisión al tomar este taller en particular. Las clases pasaban hasta que un día se nos dio la instrucción de que a partir de las lecturas debíamos salir a observar y dibujar árboles en la ciudad, que estos llegaran a nuestro ojo como personajes con particularidades que los distinguían de cualquier otro árbol, no sólo por su especie, o por sus características superficiales, sino por su entorno, por los cuerpos que lo rodean. Uno de los textos leídos fue escrito por Godofredo Iommi, “Hay que ser Absolutamente Moderno”, en estas páginas expresaba su pensamiento sobre la palabra que siempre va de la mano de la creación. Y para explicar esta relación hace una viaje hacia el origen poético de la palabra, y lo encuentra en la mitología griega, a través de una cita de Walter Otto que menciona:

Le Muse. Jacopo Tintoretto, 1578

“Zeus termina la construcción del mundo. Todos los dioses están presentes. Sobreviene un admirable silencio, estupor ante la belleza de lo construido. Entonces Zeus pregunta a los dioses si falta algo para que la construcción sea perfecta. Los dioses si falta algo para que la construcción sea perfecta. Los dioses convienen que algo falta, ¿Qué? Falta la palabra, pues sólo la palabra elogia. Y entonces Zeus crea las Musas” (Godofredo Iommi, 1982) [1].


Godofredo Iommi habla de una armonía que sólo puede ser lograda por la palabra poética, declara que la palabra es elogio y que la palabra misma es desvelada por las Musas. A continuación de este texto se nos entregó uno que hablaba específicamente de estas Musas, existían nueve, y cada una tenía particularidades y poderes distintos, diferentes cantos, diferentes momentos. Con esta información en la cabeza las relaciones empiezan a esbozarse, la indicación: ir a encontrar a las distintas musas en los árboles, hacerlas aparecer con nuestra palabra, con nuestra observación. Así es como se hace visible la relación de la palabra poética con la realidad, las Musas, con el árbol. Cada momento del Ginkgo Biloba ubicado en la Plaza Vitoria se convirtió en una Musa y su canto, siendo el mismo árbol, aparecía de pronto muy distinto dependiendo de la relación desde la cuál se observaba. Estos momentos de su ser que aparecían con la poesía desvelaban una observación de su particularidad que hasta ese entonces no existía, solo a través de la palabra, de mi palabra, se convertía en realidad.

La lectura de un árbol en la ciudad. Taller del Hacer Visible, 2017

Para el trabajo de diseño, tuvimos que hacer grabados de estos dibujos de nuestro árbol, que pasaban a ser el contenido de un papel que se desplegaba en estos momentos particulares, acompañado de nuestra observación. Así como la palabra poética de las Musas me guiaron a los momentos de mi encuentro con el árbol, el papel desvelaba con cada despliegue las distintas escenas del dibujo y la observación, correspondientes a estos momentos, que se iban relacionando entre ellas. Al salir a observar se abre un espacio infinito de posibilidades de diseño, porque el número posibilidades de realizar observaciones de particularidades de la realidad y la relación entre sus cuerpos o elementos, no tiene fin. Puede ser la forma en la que esta construida una hoja de un árbol, la textura que hace aparecer el follaje en su completitud, la sombra que proyecta el cuerpo en su totalidad, la relación de esta sombra con el gesto de la persona al sentarse bajo ella en reposo; y como estas muchas posibilidades ante los ojos. Puede que para esto se piense que sólo se necesitan los ojos, un lápiz y un papel, pero el proceso que lleva a juntar todos estos elementos y que funcione, son las relaciones que nacen en la mente a partir de reflexiones que uno ha tenido en algún momento. Preguntas que nacen con lecturas de libros, de poesías, de mitología, de historias antiguas, de reflexiones ajenas como las que tienen lugar en el Taller de Amereida; son palabras que en su unión logran quedarse en tu mente y deambular hasta que cobren sentido en la realidad observada por tus ojos.

“La poesía se encuentra en la raíz de la libertad; en su doble giro de reconocimiento del caos de donde brota el hombre y de la luz con la cual un mundo puede ser ordenado. En este sentido ella es siempre creadora puesto que desvela la condición «poética» del hombre.” (Godofredo Iommi, 1976) [2].

Registro del árbol

Bibliografía

Bibliografía

  1. Hay que ser Absolutamente Moderno. Godofredo Iommi, 1982 (Cita de Walter Otto)
  2. La Carta del Errante. Godofredo Iommi,1976