Módulo de Investigación - Nicole Cofré - T3

De Casiopea



TítuloModulo de investigación
AsignaturaTitulo 1
Del CursoMódulo Investigación T1 2015
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Nicole Cofré Torres


Abstract

Bordes urbano. Parque borde río Cachaopal, sexta región

La expansión de las ciudades en Chile esta regulada por el límite urbano, instrumento de planificación territorial (IPT) que se define como "línea imaginaria que delimita las áreas urbanas y de extensión urbana que conforman los centros poblados, diferenciándolos del resto del área comunal" (1). Estos separan el área urbana del área rural, lo que quiere decir que fuera de este límite no se puede urbanizar. Cuando un límite urbano se amplía, inmediatamente se definen en el plan regulador comunal los usos de suelos de los terrenos que se incorporan al área urbana, pero no se hace ninguna acotación sobre el límite urbano mismo. Dentro de la definición de límite no considera a este como un espacio habitable; como un borde donde se da la transición entre lo urbano y lo rural y que además esta fuertemente vinculado a su entorno natural. Ante esta inquietud, es que se indaga en el concepto de borde urbano, el cual se refiere al territorio que conforma el margen de la ciudad, donde se dan diversas dinámicas y que además tiene la potencia de vincular la ciudad con su entorno, ya sea este natural, rural o urbano.

El siguiente trabajo enfoca su estudio a las diferentes modos de abarcar el concepto de borde urbano, reflexionando sobre los distintos aspectos que lo conforman centrándonos específicamente en cuando en este esta comprometido un elemento natural.

Dentro de las ciudades donde el límite urbano es a su vez un elemento natural podemos mencionar a Rancagua, la cual ha expandido sus límites urbanos hasta el río Cachapoal. Anterior a esto, el río no guardaba una relación directa con la vida urbana, pasando de ser un río al cual la ciudad le daba la espalda, a relacionarse con uno de sus bordes. Frente a esto cabe plantearse el río como elemento configurador del borde urbano, considerándolo como un espacio complejo articulador de la ciudad y de su entorno, en cuanto incorpora el paisaje y naturaleza en el ordenamiento del territorio.

Palabras claves: Borde urbano, parque urbano, borde natural, Borde río, Límite urbano.


Objetivos

Objetivos generales:

- Analizar las distintas formas de abarcar el concepto de borde urbano.

Objetivos específicos:

-Indagar en el borde donde se encuentra un límite urbano con elemento natural.


Discusión bibliográfica

Ficha 1

El borde como espacio articulador de la ciudad actual y su entorno

Toro Vasco, Carolina; Velasco Bernal, Vanessa; Niño Soto, Alexander

Revista Ingenierías Universidad de Medellín, vol. 4, núm. 7, julio-diciembre, 2005, pp. 55-65

Este texto aborda la problemática de borde desde 4 aspectos: definición e historia, lo ambiental y lo urbano, metodología de análisis de borde y modelo de planeación y finalmente los lineamientos de borde como espacio articulador. Es útil ya que lleva el concepto a campo de la espacialidad.

“Las distintas acepciones se refieren a la misma porción de territorio que rodea, circunscribe o conforma el margen de las complejas organizaciones de las ciudades. Cada organización urbana manifiesta diferentes dinámicas en este espacio de múltiples contactos, según las características de la región o país donde se ubican.”

“María Clara Vejarano describe el borde como un límite a lo construido urbano, consolidación de lo suburbano y área de enlace de las relaciones regionales.”

“El Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, Decreto 469 de 2003, en su artículo 91, define el Corredor Ecológico de Borde como una franja de 50 a 100 metros de ancho en suelo rural, contiguo y paralelo al perímetro urbano. Y en su Decreto 619 de 2000, enuncia el papel que deben cumplir las áreas periféricas, suburbanas y rurales, atribuyéndoles las siguientes funciones: ï Contener procesos de conurbación de la ciudad. ï Cumplir una función articuladora de la ciudad región. ï Incorporar la escala regional para el desarrollo y planeación de los equipamientos e infraestructuras. ï Consolidar un modelo de ciudad-región, posiblemente de carácter poli céntrico o sistema de ciudades, basado en la diversificación y especialización de funciones. ï Afianzar y precisar su papel como valor paisajístico y ambiental que incluye reconocer su función como proveedora de servicios ambientales.”

“El Protocolo Distrital de Pacto de Borde, define los bordes urbanos como territorios de retos y oportunidades, por su sistemático incumplimiento de la norma urbanística, cambios y conflictos en el uso del suelo, situaciones de riesgo, degradación de la Estructura Ecológica principal y procesos de conurbación no planificados; espacio donde se <juega> el ordenamiento de la ciudad”

“Franja territorial que denota una transición de los aspectos urbanos predominantes: densidad de ocupación, morfología, usos urbanos, dinámicas socio-culturales, etc, a lo natural, o hacia los usos del suelo rurales. Cuyas características son intrínsecas a las dinámicas que en esas franjas desarrollan, afectando o no, un espacio de importancia ecológica, y constituyendo un ·rea potencial de enlace de las relaciones: campo-ciudad, ciudad-ciudad, y de otras escalas”

Ficha 2

Manifeste du tiers-paysage

Clément, Gilles

Editorial Gustavo Gili, Barcelona.

En este texto el autor define un nuevo tipo de paisaje nombrado como “el tercer paisaje” , el cual se refiere a los espacios residuales, desprovistos de función dentro de la ciudad. Nos hace ver estos espacios como lugares potenciales, en cuanto son refugio de la diversidad, poniendo en valor al territorio abandonado y su condición de límite.

“la gran cantidad de espacios indecisos, desprovistos de función, a los que resulta difícil darles nombre. Este conjunto no pertenece ni al dominio de la sombra ni al de la luz. Está situado en sus márgenes: en las orillas de los bosques, a lo largo de las carreteras y de los ríos, en los rincones más olvidados de la cultura, allí donde las máquinas no pueden llegar. Cubre superficies de dimensiones modestas tan dispersas como las esquinas perdidas de un prado. Son unitarios y vastos como las turberas, las landas y ciertos terrenos yermos surgidos de un desprendimiento reciente. Entre estos fragmentos de paisaje no existe ninguna similitud de forma. Sólo tienen una cosa en común: todos ellos constituyen un territorio de refugio para la diversidad. En todas las demás partes ha sido expulsada.”

“Los conjuntos primarios, son espacios que jamás han estado sometidos a explotación y que poseen una amplia diversidad.”

“Los residuos que son el resultado del abandono de una actividad, son espacios poseedores de una diversidad heterogénea y caótica.”

“Las reservas son conjuntos protegidos de la actividad humana, por decisión. Son considerados frágiles y escasos, ricos en una diversidad que se encuentra en peligro.”

“Los límites – interfaces, canopeas, lindes, bordes- constituyen por si mismos grosores biológicos. Su riqueza es a menudo superior a la de los medios que separan.”

“La representación de los límites del tercer paisaje no puede traducir objetivamente su grosor biológico, pero puede evocarlo.”

Ficha 3

Bordes urbanos: una pregunta desde el crecimiento de las ciudades hacia la concepción de una categoría para el análisis y la proyectación de territorios urbanos.

Natalia C. Villamizar-Duarte, Jeny Stephany Luna Sánchez


El texto se dirige a precisar preguntas que orienten en la conceptualización de “borde urbano”, llevado al análisis y proyección de territorios urbanizados. Para esto hacen la revisión de varios puntos de vista de los bordes urbanos, que son expuestos en citas a continuación.

“En el caso chileno, el inicio del nuevo siglo se ha caracterizado por un proceso de crecimiento a partir de expansiones urbanas desarrolladas mediante grandes piezas que se conforman como fragmentos. En el caso específico de Santiago, estas expansiones se han dado hacia las zonas norte sur de la región metropolitana. Esta expansión urbana se ha dado bajo un modelo de desarrollo suburbano en áreas de alto valor ambiental pero que cuentan con poca oferta de estructuras urbanas, infraestructuras o equipamientos. Estos nuevos desarrollos ofrecen un tipo de ciudad asociado a la naturaleza 3 y a una vida de lujo a costas de la incorporación como suelo urbano de miles de hectáreas anteriormente rurales. Bajo este modelo de desarrollo la idea de borde se diluye en una expansión sin fin de áreas urbanas (Torres, 2012).”

“En diversos contextos, la realidad territorial del borde hoy lo ha mostrado como un elemento menos definido, más difuso; menos línea y más como una franja, un espacio en donde convergen y coexisten diversas dinámicas sociales, económicas y ambientales en un continuo urbano-rural que tiene diversos niveles de relación con la ciudad y el territorio circundante. Esta condición ha planteado la necesidad de superar la idea de límite (al interior de áreas urbanas, entre áreas urbanas y rurales, entre áreas naturales de diversas características, etc.) como una condición física, esto implica incluir en la reflexión otras dimensiones de conocimiento que aporten al estudio de este elemento, que hoy por hoy, es crucial para comprender las dinámicas de urbanización a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, que ha generado una serie de desequilibrios territoriales que se manifiestan en un deterioro ambiental y en el constante conflicto social y de intereses de diversos actores (Talavera, H., Villamizar, N.,2012)”

“¿seria posible pensar que la arquitectura y el planteamiento de los bordes podrían dar luces a las decisiones políticas que se tomen sobre estos territorios?”

“desde la ecología el borde se plantea como algo más que una línea ya que este elemento que separa dos unidades obtiene propiedades de las dos unidades y esto lo constituye como una unidad funcional que requiere ser estudiada bajo esta condición de entidad. Se entiende entonces que el estudio del borde implica ampliar la mirada hacia la región desde dimensiones ambientales y funcionales que soportan y permiten el desarrollo económico y humano en estos entornos urbanos (González, 2012).”

Ficha 4

Cuando el territorio se vuelve paisaje

René Cerda Gosselin

Revista CA nº131 (agosto-septiembre 2007). pág 48-49

En este texto el autor señala la definición de paisaje y los diversos factores que se involucran en su configuración. Es interesante ya que nos invita a ser sensibles en el momento de analizar un territorio.

“Un paisaje está configurado por una infinita red de relaciones territoriales, biológicas, sociales, histórico-culturales, económicas, perceptuales, que cuando comienzan a operar de forma simultanea develan su presencia en el total.”

“El paisaje se vuelve patrimonio de quien lo percibe y vive, reconociendo sus diversas escalas desde el nivel macroterritorial hasta el particular tangible, y su totalidad a través de la visión, del recorrido y de la experiencia histórica y física de cada hombre o lugar…del ojo y del pie”

“La intervención del paisaje será entonces producto de un profundo análisis de los factores comprometidos en esta red de relaciones multidisciplinarias y multicontextuales y, con la superposición de estos estratos, no es necesario más que solo un pequeño gesto: “subrayar en lugar de reescribir lo que existe: subrayar la palabra paisaje”

Ficha 5

Sinergias afectivas. El paisaje como origen de un proceso de intermediación ecológico-cultural.

Ángel L. González Morales

Revista Urbano nº 30/ Nov 2014. Pág. 104-111

El siguiente texto da cuenta de la evolución de la definición de paisaje, centrándose en el nuevo giro tomado desde la convención europea del paisaje realizada en Florencia, Italia, menciona que estás premisas de ha poco se han ido incorporando en las políticas europeas y hace la comparación con las normativas chilenas, que tratan el tema desde una manera incipiente. Finalmente el autor plantea una nueva metodología de trabajo, el cual considera al paisaje como origen de un proceso de intermediación ecológico cultural. Este plantea concebir el proyecto arquitectónico y urbano en conjunto con los habitantes del territorio a intervenir, lo cual permitirá trabajar con relaciones reales.

“el del paisaje, un giro a la hora de considerar el papel de la arquitectura en general –y del arquitecto en particular-, que implica pasar de ser el único origen de los procesos de cambio, a considerarla/nos una herramienta capaz de constituirse y construir un verdadero proceso de intermediación en el contexto de este constante cambio social y ecológico que venimos describiendo.”

“la búsqueda y definición de un paisaje elegido, como origen de un proceso de intermediación ecológico-cultural, el cual basándose en un concepto como es el de la percepción de los propios habitantes, nos permitirá frente a los modelos urbanos actuales basados todos ellos en modelos utópicos, la de conocer y trabajar con relaciones reales.”

“plantearemos en primer lugar el entender de ahora en adelante el proyecto -arquitectónico y urbano- como un instrumento al servicio de una población determinada, el cual a través del estudio de la construcción de los signos que definen su identidad y su carácter, permitirá a dichos habitantes el paso de la simple acción de “conocer” a la de “conocerse”, y a través de procesos y estrategias participativas que potencien su invención y su creatividad, de este “conocerse”, a un concepto todavía más importante como es el de “reconocerse”, haciendo de esos mecanismos de potenciación de esa afectividad una alternativa de proyecto.”

“será necesario entender el patrimonio natural contenido en estas áreas como una llave hacia la sobrevivencia económica y cultural -y no solo como un instrumento hacia el ocio y el bienestar físico o mental-, que permita a dicha población su desarrollo social y económico relacionándolo directamente con un sentimiento de pertenencia y de apropiación de un lugar”

“cómo partir de la consideración del paisaje como un instrumento de potenciación y defensa de una diversidad –sea social, que ambiental- nos llevará obligatoriamente a tratar y estudiar las relaciones ecológicas, económicas y sobre todo emotivas y afectivas, existentes en un territorio.”

Ficha 6

Gestión del paisaje

Capítulo 4, El paisaje en la planificación territorial y urbanística.

Juli Esteban Noguera

Jaume Busquets Fàbregas, Albert Cortina Ramos

Editorial Ariel (2009)

En este capítulo del libro se habla sobre las temáticas u objetivos de los que se ocupan los diversos planes existentes en España en relación al paisaje.

“Espacio territorial y paisaje son dos realidades íntimamente asociadas.”

“La construcción de paisajes como objetivo asociado a la creación de nuevas áreas de extensión urbana o a la reforma de las existentes. Mediante las pautas de ordenación urbana, más o menos precisas según el carácter del plan, se establecen las condiciones para un paisaje que materializarán y concretarán la arquitectura, la urbanización y la jardinería”

“la permanencia de aquellos paisajes a los cuales atribuimos un gran valor estético, identitario o ecológico.” En primer lugar, preservando su espacio del alcance de las propuestas de transformación física que propone el propio plan y, en segundo lugar protegiendo la lógica económica de las actividades que han construido y dado sentido funcional a estos paisajes, ya sean barrios populares de la ciudad o viñedos en el campo. (381)

“La legislación urbanística de Cataluña prevé que los planes directores urbanísticos puedan tener en determinados casos finalidad específica, que puede ser próxima a la problemática del paisaje. Este es el caso del plan director urbanístico del sistema costero (2005) que protege los espacios todavía no urbanizados de la franja costera como un claro objetivo de preservación del paisaje.”


Desarrollo

Concepto Borde urbano

Para llegar a un entendimiento del concepto de borde es necesario analizar las definiciones de diferentes autores, y en diversos tipos de territorios. Los conceptos revisados a continuación hacen alusión al territorio que forman los márgenes de las ciudades, en los cuales se dan diversas dinámicas y relaciones. De esta manera paso a enumerar una serie de definiciones y así mediante estas definir sus elementos característicos

El Protocolo Distrital de Pacto de Borde (2004), define los bordes urbanos como territorios de retos y oportunidades, por su sistemático incumplimiento de la norma urbanística, cambios y conflictos en el uso del suelo, situaciones de riesgo, degradación de la Estructura Ecológica principal y procesos de conurbación no planificados; espacio donde se <juega> el ordenamiento de la ciudad.(2)

En algunos países como Colombia, el concepto difuso de borde se ha ido incorporando en los Instrumentos de planificación territorial, como podemos ver en el Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, Decreto 469 de 2003, en su artículo 91, “define el Corredor Ecológico de Borde como una franja de 50 a 100 metros de ancho en suelo rural, contiguo y paralelo al perímetro urbano. Y en su Decreto 619 de 2000, enuncia el papel que deben cumplir las áreas periféricas, suburbanas y rurales, atribuyéndoles las siguientes funciones: ï Contener procesos de conurbación de la ciudad. ï Cumplir una función articuladora de la ciudad región. ï Incorporar la escala regional para el desarrollo y planeación de los equipamientos e infraestructuras. ï Consolidar un modelo de ciudad-región, posiblemente de carácter poli céntrico o sistema de ciudades, basado en la diversificación y especialización de funciones. ï Afianzar y precisar su papel como valor paisajístico y ambiental que incluye reconocer su función como proveedora de servicios ambientales.” (3)

Es interesante ver como la definición anterior se enfoca en la dilucidación formal de borde, haciendo de esta un área reconocible en la ciudad y siendo normada por un instrumento de planificación territorial. Además de lo formal, atribuye múltiples funciones, considerándola como un área compleja que articula a la ciudad con su contexto ya sea este natural o urbano. Al estar reconocido y normado por un instrumento de planificación territorial se reconoce la problemática y se enfrenta desde la atribución de un uso de suelo con importancia intercomunal.

Según los autores colombianos H. Talavera y N. Villamizar, “la realidad territorial del borde hoy lo ha mostrado como un elemento menos definido, más difuso; menos línea y más como una franja, un espacio en donde convergen y coexisten diversas dinámicas sociales, económicas y ambientales en un continuo urbano-rural que tiene diversos niveles de relación con la ciudad y el territorio circundante. Esta condición ha planteado la necesidad de superar la idea de límite (al interior de áreas urbanas, entre áreas urbanas y rurales, entre áreas naturales de diversas características, etc.) como una condición física, esto implica incluir en la reflexión otras dimensiones de conocimiento que aporten al estudio de este elemento”(4).

Lo anterior citado da cuenta de las diversas dinámicas que convergen en los bordes urbanos, los autores nos invitan a superar la idea de límite, incorporando nuevas disciplinas que aporten en su estudio.

A modo de conclusión de las definiciones antes mencionadas podemos nombrar al borde urbano como un espesor donde se encuentran diversas dinámicas sociales, económicas y ambientales, que puede tener un rol importante en la articulación de la ciudad con su entorno, ya sea este natural o urbano. Un espacio de transición entre dos áreas con características diferentes, que se encuentra en constante transformación.

Encuentro del límite urbano con un elemento natural

En el caso de Rancagua, el límite urbano se encuentra con el borde norte del río Cachapoal, pero no se hace cargo de este. Actualmente este lugar se encuentra completamente desvinculado urbana y espacialmente de la ciudad, debido a la existencia de un canal de relaves de CODELCO por superficie que crea una ruptura en la relación río-ciudad y a las malas decisiones en cuanto a su planificación. Este lugar se ha convertido en un espacio residual, sin una función definida, lo cual permite acoger diversos actos irregulares, entre ellos campamentos.

El arquitecto paisajista francés Clement Gilles, define estos lugares como el tercer paisaje, que se refiere a “la gran cantidad de espacios indecisos, desprovistos de función, a los que resulta difícil darles nombre. ..Está situado en sus márgenes: en las orillas de los bosques, a lo largo de las carreteras y de los ríos, en los rincones más olvidados de la cultura, allí donde las máquinas no pueden llegar. Cubre superficies de dimensiones modestas tan dispersas como las esquinas perdidas de un prado. Son unitarios y vastos como las turberas, las landas y ciertos terrenos yermos surgidos de un desprendimiento reciente. Entre estos fragmentos de paisaje no existe ninguna similitud de forma. Sólo tienen una cosa en común: todos ellos constituyen un territorio de refugio para la diversidad. En todas las demás partes ha sido expulsada.” (5). El autor nos hace ver estos espacios como lugares potenciales, en cuanto son refugio de la diversidad, poniendo en valor al territorio abandonado y su condición de límite y además da cuenta de que “Los límites – interfaces, canopeas, lindes, bordes- constituyen por si mismos grosores biológicos. Su riqueza es a menudo superior a la de los medios que separan.” (6)

Es importante considerar el río como elemento configurador del borde urbano, poniendo en valor su condición de corredor biológico. (falta desarrollo)

Bibliografía

(1)Artículo 52° Ley General de Urbanismo y Construcciones. Chile

(2)

(3)

(4)Talavera, H., Villamizar, N, 2012, ―Seminario Bordes Urbanos: Procesos Territoriales Colombia, Chile, Gran Bretaña, India, China, España‖, Presentación del problema y justificación para la realización del Seminario, Documento de Trabajo, IHCT, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá D.C.

(5)y(6) Clément, Gilles. Manifeste du tiers-paysage. Editorial Gustavo Gili, Barcelona.