Lucas León - Taller Amereida IX

De Casiopea

PRIMERA CLASE DE AMEREIDA

ACERCA DE LA GRATUIDAD

…”la travesía sin objeto se trata de que surja un modo de habitar en gratuidad, el verdadero antes, cuando los oficiantes y artistas operan y obran en la gratuidad, luego, desde allí existe la posibilidad y surge lo inesperado, lo imprevisto, lo incalculable, obrar permite el regalo, el presente. Así el operar con gratuidad permite el develo de América, la travesía es el medio por el cuál podemos vivir en la gratuidad de América”… JAIME REYES.

EL jardín de los presentes.

Se concibe el presente como un estado del ser, en donde ocurre y transcurre el tiempo y sus espacios en un determinado momento y lugar, y el presente es efímero luego de que pasa, entonces ¿realmente estamos inmersos en algo presente?. ..”Algo del día se le quedó grabado en la cabeza, la mortuoria ciudad gris de Valparaíso, encadenando cerros opacos, llenos del brillo de la tarde, y de la ansiedad de querer salir del cuerpo propio, y hacerse uno con su mente. Mente que viene descubriendo recién ahora, después de siglos de remolinos neuronales, sublimes espirales del mundo, y tormentos golpeando la puerta de su sien, más, sentado en el borde del camino, seguía preguntándose ¿donde quepo en este inmenso barrial, en donde los objetos que me rodean se convierten en seres igual que yo, y yo en objetos rodeándolos a ellos?...”

Aparecer del yo Yo soy, yo estoy, yo era, yo fui, yo, y más yo Y ¿Cuándo el yo soslaya lo vacío? Cuando miente, Y piensa creer, Y se hunde en su propio mar Mar incierto sobretodo Mar lleno de nubes dolidas.

Tenemos que concebir nuestra estancia en este mundo a partir de lo crucial del yo en uno mismo, el comprenderse y saberse superior al reino animal, le dio la capacidad al ser humano de intervenir dentro de los espacios regalados, de manera tal de mejorar su modo. Esta intervención radica en una forma, la forma de los objetos que nos han llevado y permitido un encuentro materializado de lo pensado, es este acto de dar forma, el que se debe recibir como un verdadero don que se otorga al ser más inteligente del mundo. El don de crear a partir de lo no orgánico, sino que de algo más etéreo lleno de imperfecciones y secciones que no se acercan en lo minúsculo a dios, sino que siguen un patrón de orden y sistemas creados por el propio der humano para el alimento de su fé. Hay que aferrarse a algo Hay que aferrarse a algo para no tropezar y caer, una baranda, un árbol, una persona, algo, que se vé, que se siente y se sabe que és, pero nos resulta más práctico poner nuestras incertidumbres en la fé, el yo necesita aferrarse a algo que le explique lo que para él, tangencialmente, no tiene explicación, lo divino, y es eso divino desde donde viene el crear. Entendamos el crear no como el dar vida a algo, sino que llenarlo con vida, habitarlo, sea un obeto o un edifcio, de alguna u otra menra es habitable, así la arquitectura se encuentra en todos lados, el estudio de un todo correspondiente entre sí, de ahí proviene su gratuidad, es un todo, y el conjunto de todo, lo hacemos todos los seres, humanos o no, estamos inmersos en una sóla cosa, y sin embargo lucramos desfachatadamente a merced de lo natural, de lo corpóreo, dejando a un lado lo escencial que es estar.

“comprender que sólo estar es más puro”

De la gratuidad hablamos entonces como un regalo presente en el minuto, que como todo objeto y forma llega a ser habitable, ahora, ¿cómo habitamos américa? Sin ser objeto, sin estar presente, y a la vez presente siempre, porque nosotros hacemos américa, descubriéndola, recorriéndola y llenándola de presentes de artes que la endulzan, estamos sobre un continente que nos invita a encontrar la identidad perdida, la costumbre robada, la costumbre ganada y olvidada, el proponer una armoniosa Fe de presentes insurrectos que surgen a partir del regalo que es la obra, y el habitar la obra en travesía, es habitar desde la experiencia del hacer, uno se llega a percatar de como el esfuerzo puesto en la obra, los días de trabajo, de planeo, y de ideas surgiendo culminan en un gran acto de agradecimiento que logra equilibrar todo lo enérgicamente perdido y la obra queda conclusa, así el regalo es grato, el presente se apropia del habitar y la obra cumple su objetivo.