Lo espiritual de la arquitectura - Isabel Gallardo
| Título | Lo espiritual de la arquitectura - Isabel Gallardo |
|---|---|
| Asignatura | - Asignatura: Presentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad |
| Del Curso | - Curso: Presentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2022 - Andrés Garcés |
| Carreras | Arquitectura |
| Nº | 3 |
| Alumno(s) | Isabel Margarita Gallardo |
Lo espiritual en la arquitectura de Luis Barragán
Luis Ramiro Barragán Morfín fue un ingeniero de profesión y arquitecto mexicano. Nació en Guadalajara, Jalisco en 1902. Creció rodeado de naturaleza, recorriendo haciendas y rancherías muy ligadas al elitismo, los caballos y el paisaje. Muy atraído por la naturaleza y sobre todo la tierra, el color y el olor de esta. Las grandes estancias que pasaba los veranos en las haciendas en Jalisco lo marcaron de por vida.
Cursó estudios de ingeniería civil y arquitectura entre 1919 y 1923. Posteriormente viajó por Europa dónde conoció la obra del paisajista Ferdinand Bac y se maravilló con la arquitectura del sur de España y norte de África. Obras de ferdinand Bac: Bac, el poeta de los jardines, transmite una especie de misticismo en los jardines en los que se puede observar la influencia arabe en España.
A partir de esto Barragán elaboró arquitectura inspirada en la obra de bac, rápidamente su obra caminó hacia la interioridad de su vida, en el sentido de que se inspiraba mucho en los recuerdos vividos de su infancia, olores, colores, y por supuesto en cosas que le potenciaban la inspiración referencial, que luego las traducía en arquitectura.
Su primera etapa fue impresionado por lo arabesco de los cuadros inscritos, balcones, terrazas. “Un viaje que hice a África es el que más me ha impresionado en mi vida. Vi las construcciones que llamaban Casbah, en el sur de Marruecos, es lo que encontré plásticamente más ligado al paisaje, más ligado a la gente que lo vive, a su ropa, a la atmósfera, inclusive más ligado a sus propias danzas, a su familia. Es decir, encontré ahí la integración perfecta de su religión con todo el ambiente en que viven y las cosas físicas que tocan”. (Barragán, S.F)
Al poco tiempo su arquitectura fue despojándose de lo literal y abrió paso al espacio público y los jardines, construyendo de a poco los cimientos de, se podría decir, la tercera etapa de su carrera, Los proyectos urbanísticos.
El pedregal, la aventura de la vida de Barragán
En el sur de la ciudad de México y las Arboledas en el estado de México. La urbanización de los jardines del pedregal de San Angelo comenzó en los años 40 del siglo XX. Unió la experiencia previa que tenía de la modernidad, Todo aquello que vivió en Jalisco y lo que vió del mundo árabe combinado con el desarrollo de las arboledas, los fraccionamientos. Compró el Pedregal para poder construir su obra y desarrollar lo que él deseaba, provocar un mundo de interioridad tal que fuera ajeno al mundo.
El jardín se vuelve un escenario surreal y atemporal en donde las fuentes y los caballos presentan una dinámica espiritualmente conectada con la naturaleza de lo surreal. “Lo bello es la unidad entre el paisaje y la expresión estética” Barragán. Para Luis Barragán la arquitectura era un medio para conectarse con la naturaleza y justamente su obra se basaba en lograr esta conexión de hacer surgir la arquitectura del propio suelo, construyendo con la materialidad que regalaba el entorno.
Capilla DE LAS CAPUCHINAS
La arquitectura litúrgica.
La obra religiosa del siglo XX que más rescata a modo personal, la ideología de Luis Barragán en la arquitectura. El proyecto trataba de reutilizar un viejo inmueble donde la capilla sería el único elemento nuevo, y aún así Barragán buscó la manera de aprovechar muros existentes para las paredes perimetrales. En este convento inspirado dedicado a la oración y recogimiento se conjugan, como quizás en ninguna de sus obras, los elementos arquitectónicos y plásticos al servicio de lo espiritual, lo poético, lo místico.
El arquitecto Nacho Díaz Morales definió: “la arquitectura como el arte de crear espacios que te impelan a realizar la función para la cual fueron creados. Mientras que la Iglesia será aquel lugar donde caes de rodillas al entrar y sientes una presencia Divina”.
Lo que se logra en las capuchinas es una luz filtrada con fugas de luz y vitrales que crean diferentes atmósferas donde en cada una de ellas, la espiritualidad se cuela y entona una presencia envolvente que te conecta con la carga omnipresente de la luz y su contraste. Si bien el convento no es un trabajo en el que hay jardín, reaviva emociones de conexión profunda con algo espiritual, tal como en la naturaleza.
Casa estudio Luis Barragán
Construida en la calle General Fransisco Ramirez, que hoy es colonia ampliación Daniel Garza. Desde el 1947 que comenzó la casa, hasta el 1988 que murió, no dejó de buscar que fuera el lugar más apropiado, íntimo y sereno para desarrollar su propia vida. Su casa fue una especie de laboratorio permanente que fue desarrollando y afinando hasta el delirio, una manera de habitar el mundo, que estuviera acorde al refinamiento y la mayor sencillez y potencia vital. Era el lugar donde Luis Barragan podía reconocer que había vivido en un estado de plenitud. Sencillo ensayo que le permitió sintetizar en una arquitectura, jardín o atmósfera, toda la búsqueda de serenidad y trascendencia de un hombre como ser espiritual y sensible.
Reflexiones
Barragan ha construido su arquitectura a punta de emociones. La luz final, lateral. reflejada o tamizada, o la penumbra, son efectos que inciden en el ánimo del habitante y le incitan a reflexionar y a recrear los sentimientos mas puros del espíritu. Sus muros acogen, detienen, invitan a estar, protegen y dan serenidad y seguridad ante la idea de lo desconocido. Poco a poco, ir entendiendo la arquitectura de Barragán es ir encontrando en la medida y dimensión una relación sensorial justa del cuerpo con el espacio para lo que deseo recibir del espacio. En pocas palabras El manejo de la estereometría para la concepción clave y portentosa del espacio. El ancho, el alto y lo profundo mezclado con la luz, la secuencia. Cosas que van más allá de la representación en planta. Y que solo se dimensionan en la tridimensionalidad.
“ya estamos a 2.30 desde el piso, eso tiene que deprimir al hombre, le quita señorío y le convierte en un ser pequeño…”. “La idea de la máquina de vivir no solamente es la disminución de la arquitectura. sino también la del ser humano. No le alivia al hombre de su ansiedad, fenómeno de este siglo agitado. ni le desarrolla el uso placentero del pensamiento.” Barragán,
Así proyectaba barragán. se imaginaba cosas y las construye mentalmente, en un recorrido que hilvanaba ambientes y elementos que iban surgiendo de entre sus recuerdos.
La arquitectura de la experiencia, el recuerdo y la inspiración se vuelve un trabajo mucho más asertivo e íntimo cuando se trata de algo personal, pero lo personal no deja de convivir con lo colectivo. El vínculo cultural más puro representado en la arquitectura a través de materiales, colores, elementos.
¿Cómo lo colectivo se hace parte de esta partida personal? ¿Es lo colectivo el objetivo o más bien una resultante de la obra y el proceso creativo de esta?
Al momento de pensar en la arquitectura de Barragán, debemos enfocarnos en su ideología e inspiración, de ahí se cultivan los primeros rasgos de colectividad que yacen en lo cultural de una población en particular en la que se inspiraría y comenzaría a rescata la historia del lugar, sus cimientos y envolventes como la vegetación, el clima y la luz, para escribir, dibujar y crear de manera consciente y enlazada, y así cobrara sentido aquello que se buscaba construir.
La colectividad aparece entonces como una partida ideológica espacial que parte desde el ideológicamente tener en cuenta desde el trazado de la obra en su emplazamiento hasta la materialidad y envolvente que ésta adquiere según su contexto.
No es que Barragán construyera para un gran colectivo, así como otros arquitectos. Más bien, Barragán, a través de cómo lo colectivo que se presentaba en el lugar, lograba levantar aquello que resaltara esa añoranza o acto arquitectónico propio, poniendo siempre el foco en lo espiritual de la luz, el juego de los colores, sus temperaturas y los espacios vividos que es capaz de crear a través del recuerdo de una historia pasada de la que se rescatan sensaciones aclamadas para ser revividas en el espacio. Barragán podía leer y rescatar aquellos elementos y sensaciones y representarlas tridimensionalmente.
El arte de darle forma y cabida a lo sensitivo para la mente y el cuerpo. Es también entregar confort a las necesidades espirituales y justas del ser humano con espacios integrales que recojan lo externo del alma y el medioambiente, al interior de una casa. Podríamos hablar perfectamente de una arquitectura escénica que le da cabida a los sueños del hombre, la distensión del cuerpo y liberación de presiones del mundo laboral y emergente.
Es curioso como en la misma arquitectura se encuentra esta responsabilidad dualitativa de problema y solución. Porque una vez siendo responsable de crear las fábricas y el espacio donde lo mecánico encuentra alojo, es también la responsable de darle solución a los espacios sin espiritu, para que conecten y le entreguen la cuota de plenitud necesaria al cuerpo. Me es pertinente traer al presente el rol del urbanismo y paisajismo en el sistema de vida actual, donde la rapidez constante del tránsito y los flujos de personas, reclaman por espacios de pausa y recuperación, donde nos permita encontrar alojo y confort en medio de la intensidad. Es sin duda el rol de la arquitectura y aún más del urbanismo construir serenidad entre el caos y darle cabida de manera estratégicamente inserta, al desarrollo espiritual de las personas y la conexión palpable del cuerpo con el contexto orgánico y natural de la ciudad y los rincones mismos de esta.
