Lectura: Chernóbil: Crónica del futuro
Título | Chernóbil: Crónica del futuro |
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Alumno(s) | Camila Herman |
Chernóbil: Crónica del futuro
Svetlana Aleksiévich, 2004
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona 2004 Conferencia pronunciada en el marco del debate. Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". CCCB, 7-11 julio 2004
Como persona que viene de Bielorrusia, un país afectado por la catástrofe de Chernóbil, vivo con la sensación de tener como un tercer ojo. Toda nuestra tierra es un palacio de cristal, toda la tierra, todo el planeta. Desde la perspectiva de Chernóbil, la cuestión de las fronteras se ve de forma muy distinta. Chernóbil está casi olvidado, que es nuestro pasado, creo que no se ve como un símbolo, un mensaje, porque yo siempre, en mi país y hasta ahora, tengo la sensación de no haber hablado del pasado. Cuando vi todo lo que pasaba, cuando grabé las conversaciones con la gente, para mí aquello era el futuro. Chernóbil nos introdujo en otra realidad.
¿Qué es lo que pasó? Cambió la relación con el tiempo. Existe la idea de que el tiempo es muy efímero, pero nosotros hemos depositado en éste alguna esperanza. ¿Qué pasa también con el espacio después de Chernóbil? El cuarto día las emisiones ya llegaban a África y a China. En Bielorrusia no hay ninguna instalación nuclear, pero nosotros ya habíamos recibido todas las emisiones, toda la contaminación. Antes teníamos una determinada noción de lo que está cerca y de lo que está lejos. Y todo esto cambió.
Habíamos entrado en un nuevo mundo, con nuevos misterios, nuevos sentimientos y nuevas dudas sobre nuestra existencia y sobre la manera de sobrevivir.
Chernóbil supuso la la aparición de una nueva realidad.
También se descubrieron aspectos vulnerables de nuestro mundo. En una reunión de la Academia de Ciencias en Bielorrusia, a pesar de la oposición de los políticos, empezando por Gorbachov, por el enorme coste que representaba, se decidió que había que desplazar a 400.000 personas de Bielorrusia. Esto planteaba otra cuestión en esa nueva realidad: se puede salvar a la gente, que puede llevarse documentos y dinero, pero ¿qué se hace con los animales, por ejemplo?
Pero ¿qué se hace, por ejemplo, con los árboles, con todo lo que vive dentro de la tierra o en los bosques? Por primera vez en la historia de la humanidad, se plantearon este tipo de preguntas. Eran nuevas cuestiones filosóficas. Pero en ese régimen tan cruel, no fueron desarrolladas todas estas cuestiones.
Chernóbil fue una primera alerta. Cuando me reúno con científicos de todo el mundo en Chernóbil, siempre dicen: «nos preparamos para el futuro». Todos entienden ahora que es un laboratorio gigante, que es un banco de datos muy importante para la supervivencia del ser humano.
Se necesita mucho valor por parte de la sociedad civil y también de los intelectuales; es la manera de llegar a estos conocimientos. La gente, sobre todo en aquellas zonas, no quiere hablar del futuro, porque se ha perdido el optimismo.