Lanzamiento libro El Pacífico en la Visión de Maritorio
Título | Lanzamiento libro El Pacífico en la Visión de Maritorio |
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Tipo | Acto Público |
Profesores | Jaime Reyes, Boris Ivelic |
Descripción | Lanzamiento de libro |
Rol de la Escuela | Responsable |
Contraparte(s) | centro de estudios avanzados PUCV |
Rol de la Contraparte | Patrocinante o Auspiciador |
Lugar | Santiago |
Modalidad | Presencial |
Fecha | 2022/07/04 |
Palabras Clave | Libro, boris ivelic, lanzamiento |
Discurso de Jaime Reyes
4 de julio de 2022
Agradecimientos
Estimado Boris, señor decano David Luza, señor director Juan Carlos Jeldes, señor decano Mario Ubilla. Queridos amigos.
Buenas tardes. Es un placer y un honor estar hoy día ante ustedes aquí, celebrando la publicación del libro El Océano Pacífico en la Visión del Maritorio de nuestro maestro Boris Ivelic. Fundamentalmente quiero agradecer a Boris por concederme la palabra en estos momentos. En realidad debo agradecerle porque me ha concedido la palabra siempre, desde que fui su alumno; y es por la palabra que devine en la poesía, hasta hoy. También debo agradecerle por habernos llevado a mí y a sus estudiantes en las aventuras de tantas navegaciones por tantas aguas y por el Mar Nuevo de Aysén; esos rumbos y esas rutas son, en nuestro espíritu, ahora inagotables. Mi reconocimiento es también para los estudiantes, algunos aquí presentes, cuyos proyectos y obras están en el libro. Ellos son también autores del libro y de la gesta que este presenta. Es también su gesta.
La poesía
Ya escribí algunas cosas acerca de este libro en uno de sus prólogos y ahora voy a tomar un pequeño desvío, hacia los archipiélagos. Dice Derek Walcott:
Al final de esta frase, empezará a llover.
Al filo de la lluvia, una vela.
Lentamente la vela perderá la vista de las islas;
Dentro de una niebla se irá la creencia en los puertos
de toda una raza.
La guerra de los diez años ha terminado.
El pelo de Helena, una nube gris.
Troya, un foso de blanca ceniza
junto al mar de llovizna.
La llovizna se tensa como las cuerdas de un arpa.
Un hombre con los ojos nublados toca la lluvia
y tañe el primer verso de La Odisea.
Según el poeta caribeño la reunión de las civilizaciones, nuevas y antiguas, para bien y para mal, acontece a través de los mares. Los mares de todo el mundo. Esta es una indicación de la poesía, que a nosotros nos vino de mares eróticos primero, por Godofredo Iommi, y luego fundamentalmente por Ignacio Balcells. En los mares es donde las mutaciones sociales y culturales producen, poéticamente, la evolución del mundo. La poesía canta esa evolución, pero no la hace. Entonces ¿quiénes y cómo la hacen esta evolución del mundo? Los hombres y mujeres de oficio mediante sus obras en la Demora. Y esas obras que construyen el mundo, sin importar la disciplina en la que se ubiquen, han de tener algo en común.
Ciencia, humanidades y artes
Aquí es donde me parece que la vida, el trabajo y el estudio de Boris Ivelic, hoy presentado en este libro junto a sus estudiantes, establece su método o sistema. Se trata de la reunión sistemática de las ciencias, las artes y las humanidades. Esta es la máxima expresión de lo universitario. Es nuestro deber en tanto que académicos permitir que esta reunión exista y no dejarnos convencer por las competencias de los estudiantes, que son más fáciles de medir. Boris comienza por aclarar un horizonte poético, casi un mandato espiritual para dar vigor al florecimiento de la condición poética del ser humano. Y luego viene la ardua tarea. Una de las cosas principales es saber que todas las personas, sin excepción, tienen creatividad. Cualquiera de las obras o proyectos que pretendan aportar a la evolución del mundo deben ser necesariamente creativos. Un mundo que antes fue modelado por la revolución industrial, después por la revolución de la información y que hoy es modelado por la creatividad. Es muy importante comprender que las novedades siempre provienen de un entrelazamiento de las disciplinas de toda clase y que la velocidad a la que hoy cambia nuestro mundo sólo podremos afrontarla con flexibilidad cognitiva.
Boris intenta, junto a sus estudiantes, abrir el campo de la creatividad dando tres pasos.
El primer paso es mediante lo que nosotros en esta Escuela conocemos como la observación. Esta es una aproximación subjetiva a la realidad y cuyos hallazgos son personales o individuales y únicos, no repetibles ni replicables. Otros la han llamado una intuición (Yo la entiendo como Fabio Cruz, una actividad del espíritu –y del cuerpo–). Este primer paso es personal.
Con esto entre manos se da el segundo paso, que es, en arquitectura o diseño, el proyecto, que ya no es personal sino colectivo, en equipo. Hoy se le llama interdisciplinario, nosotros decimos en Ronda. Aquí es necesario estudiar y estudiar, saber lo que las personas, la naturaleza y el mundo han hecho. El estado del arte que le dicen. Pararse sobre los hombros de los gigantes. Y así, luego, hay que hacer una proposición, un adelanto, un giro, una idea o novedad. La nuevo no nace de un gesto celestial de las musas ni por un chispazo súbito de inspiración total y personal, sino que brota después de un esfuerzo en común. Por esto trabajamos en talleres. Esta es, en esta Escuela, una práctica artística. Aquí es donde pretendemos aportar no sólo una solución a un problema, sino que mediante el arte quisiéramos además que se haga con belleza.
El tercer paso es darle cabida a la ciencia. Cada idea nueva se plasma en el proyecto, y algunos aspectos del proyecto se apoyan en una o en varias hipótesis. Estas pueden demostrarse o verificarse. Y la ciencia conoce el método para esto. En el caso de los proyectos presentes en este libro el trabajo científico es mediante la teoría de modelos.
Con todo lo anterior la arquitectura y el diseño se han abocado al desvelamiento y construcción de nuestro Maritorio. Así han perseguido lo nuevo, pretendiendo hacer aparecer aquella sorpresa que modifica lo predecible, que supera expectativas. Una leve transgresión que evita lo repetido, lo corriente. He aquí lo original. Así se pretende dar cumplimiento y florecimiento a la condición humana, porque somos unos insaciables buscadores de lo desconocido.
Este es el legado y es nuestro presente, así el magnífico regalo que recibimos de Boris y de sus estudiantes.
En hora buena.