La tensión contenida en el espacio por la sombra distendida

De Casiopea

En esta etapa de Taller, mediante una analogía con el viajar, se profundizó en el contar un relato a un lector. De este modo, se trató la composición de texto e imágenes, postales, que permitieran al lector acceder a un modo de ver la ciudad. Mediante la técnica de punta seca, fueron ampliándose las herramientas de trabajo y el modo de ordenar contrastes en la imagen para otorgar una jerarquía a la lectura.


El aparecer de la ciudad a través de la experiencia del viaje y el pasear

Al enfrentarse al viajar, uno se encuentra frente a una dinámica entre elementos, un movimiento. El viajar es una condicionante de las personas, un contexto en el cual se delimitan sus acciones según una temporalidad que comienza y termina en un cierto punto. En el contexto del taller, fue presentado como caso de estudio el concepto de “turismo innovador”, un mostrar a través de un caso particular, que permita un aparecer sutil de la ciudad. Esta forma de mostrar un lugar, un espacio en lo cotidiano, de manera atrayente a un lector y al mismo tiempo leve, provocó el comenzar a leer la ciudad de una manera distinta. Ya que es el relato aquello que le entrega un valor de especial a lo habitual.

El viajar acotado a la experiencia del paseo, permite un mayor detenimiento y recogimiento frente al lugar. El espacio y su carácter aparecen a medida que nosotros nos aproximemos a ellos, con la intención de mostrar mediante el dibujo una cierta tensión entre contrastes que ocurren en el lugar. En el leer la ciudad, comienza a surgir una cierta tensión en el espacio, que fue evidenciada tanto en una plaza, en el alumbrado público y en el mercado.

En el espacio público y expuesto de la calle, se puede observar un contraste entre aquello que pasa, que transita, y aquello que está, que permanece en el lugar. Se genera de este modo una reunión en torno a aquello que indica su permanecer en el espacio, y en este contraste enfrentado, surge la tensión al encontrarse ambos ritmos. Aquel que pasa por el espacio, pasa a ser un elemento efímero, sombrío, que pierde su carácter, frente a aquello que permanece en el lugar, que con su estadía permite ser leído con detención y cuidado, apareciendo así sus luces y sombras claramente. La sombra del pasar va generando una unión entre estados de permanencia en el lugar. La tensión es entonces, contenida por la sombra que atraviesa el espacio. Se observa que hay un énfasis en la figura del vendedor, frente a una difuminación del contorno de aquel que transita, formándose así un contraste en el espacio.

El aparecer del color en el lugar observado –mercado- es leve, y se sitúa en las frutas, que parecieran iluminar el espacio gris de la ciudad mediante tonalidades fuertes, aunque en pequeñas cantidades. El pasante en su atravesar el mercado, es un reflejo de esta luz.

Contrastes que otorgan un orden al espacio

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En el desarrollo del taller, se planteó el concepto de densidad como el valor adquirido por parte del croquis de observación una vez que pasa a ser una imagen. Esta densidad de la imagen vendría dada por un cambio en la técnica del dibujo. Es decir, el salir a leer la ciudad utilizando como herramienta de anotación el lápiz gel, permite una cierta gama gráfica con la cual comunicar a un posible lector lo observado, y a medida que esta gama sea ampliada mediante diferentes técnicas de trabajo, se va al mismo tiempo aumentando la variabilidad del dibujo y consolidando la observación.

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De este modo, mediante la introducción al taller de la técnica de punta seca, una variable del grabado, se fueron evidenciando los contraste observados previamente en la ciudad.

En el primer caso de estudio, se propuso una serie de cinco postales que mostraran un aspecto particular del metro en la Quinta Región. Mediante la observación reflexiva en el metro, comienzan a aparecer elementos contrastantes entre sí que permiten un despliegue gráfico de una temporalidad particular, que es la del metro. Surgen a razón de la observación los contrastes interior-exterior y permanencia-fugacidad.

El contraste entre aquello que se encuentra dentro de algo y que contempla lo externo viene dado por un encuentro del pasajero y la ventana, que transparenta el exterior, en un espacio limitado. De modo que el contraste interior-exterior hace una diferenciación entre aquello próximo, vecino a nosotros que nos permite del mismo modo reflejarnos como lectores en ello, y lo otro que no se llega a evidenciar ante nosotros. Aparece en la situación observada en el metro un segundo contraste que es entre aquello que se mantiene en el espacio a través de la temporalidad propia del viaje, el ir, y todos los elementos que en ese transcurso aparecen y desaparecen sin concordancia con la temporalidad del viajante. Ambos contrastes nombrados anteriormente, al ser insertos en la técnica de punta seca, van entregándole una densidad al espacio de la postal. Esta densidad tiene de mismo modo un orden que responde a lo observado en el metro, es decir, una aparecer paulatino de los elementos contrastados, lo que permite al lector un acceder a la imagen que define un cierto aspecto del viajar.

Ritmo construido mediante elementos gráficos y su aparecer en la imagen

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En el segundo caso de estudio, se planteó el concepto de crear un “turismo innovador” de nuestra ciudad, que permitiera el dar a conocer un elemento particular de ella. Este mostrar la ciudad fue mediante una nueva proposición de cinco postales, que comprendieran un valor gráfico por sí solas, aunque utilizando la observación como guía y fundamento en su creación, permitiendo al lector acceder a ellas sin necesariamente conocer el lugar físico en sí.

Siendo en este caso los valores gráficos los que toman el protagonismo del espacio de la imagen, la ampliación de la paleta gráfica se torna necesaria, y en cierto modo, natural. Mediante herramientas tradicionales como la aguja, el pincel o el algodón, o particulares como el cuchillo de cocina, monedas, llaves, se van creando luces y sombras únicas en la técnica. La particularidad del aparecer de elementos gráficos otorga una especialidad propia a la imagen, que le permite desenvolverse por si sola frente a un lector.


Observando el espacio del mercado en Valparaíso, surgen los contrastes permanencia-pasar, y tensión-distensión. La permanencia y el pasar, van ligados a un valor temporal de las personas en el espacio, es decir, que los vendedores van generando su propia temporalidad en el lugar, mientras que aquellos que sólo lo atraviesan, dejan un leve rastro de su presencia. En la técnica de punta seca, esto aparece mediante una mayor exactitud en el perfilado de aquellos que permanecen, y una difuminación de la silueta de aquel que sólo pasa por el lugar. El contraste percibido entre tensión y distensión tiene relación con el ritmo del fenómeno observado. El ritmo es un concepto que define la temporalidad particular de un lugar, que viene medida por una espera de algo que causa una tensión entre elementos. El ritmo en el lugar, habla del aparecer de la tensión entre aquel que permanece en el lugar, y aquel que, atravesando el lugar, interactúa con la permanencia, generando una espera. Esta espera viene dada por el encuentro entre dos temporalidades opuestas, lo que genera un aparecer de la tensión.

“El ritmo no es medida, ni algo que está fuera de nosotros, sino que somos nosotros mismos los que nos vertemos en el ritmo y nos disparamos hacia ‘algo’. El ritmo es sentido y dice ‘algo’. “ Calvino

Mediante los elementos gráficos se va generando esta tensión sobre la superficie de la postal. De este modo, este encuentro entre la permanencia y el pasar tiene un valor gráfico que es un trazo particular que los vincula, y también un valor espacial que es la superposición del pasar y la permanencia, evidenciando su enfrentamiento.