La Trascendencia Del Gesto A Través De La Dimensión Dual Del Objeto-Valentina Duran Persico

De Casiopea



TítuloEnsayo 3-2ºS 2021
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2021 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
5
Alumno(s)Valentina Durán Persico

La trascendencia del gesto a través de la dimensión dual del objeto

Ensayo

Introducción

La evolución del objeto desprendido desde su funcionalidad básica regido por la elaboración propia y la necesidad, hasta la dimensión más exquisita del mismo, nos hacen pensar en el uso del mismo, es decir su gesto y su diferenciación en relación a distintas personas, culturas y propósitos. Allí, el objeto padece distintas transformaciones en relación a su forma, a la decoración implementada para su elaboración o hasta sus dimensiones, apropiándose así de este e introduciendo una identidad propia , donde su uso y experiencia es única para cada usuario. Entendemos entonces una correlación entre gesto y objeto única y determinante en cuanto al diseño, como al movimiento. La época de las Vanguardias pareciera impulsar un orden más definido en este aspecto, con la intención de lograr una comunicación exacta entre una forma adecuada que logre descansar el gesto y adecuarlo a la forma en un sentido que permite la esencia de la justeza y lo esencial en la forma, pero también el confort del uso. Estas varían según el tipo de objeto; desde la rapidez y eficacia en utensilios, a priorizar la pausa en el gesto para el mobiliario, a la flexibilidad y libertad del movimiento en el vestuario por dar solo unos ejemplos. Por ello nos preguntaremos sobre cómo afectó este movimiento artístico al gesto marcandolo hasta hoy en día, yendo de su forma a la costumbre

El objeto se redefine en lo esencial pero en holgura

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La época de Vanguardias despliega una nueva gama de utensilios y objetos nacidos debido a nuevas demandas que comienzan a surgir como necesidades más particulares o simplemente la especificación de elementos ya desarrollados. Esta especificación se denota, cambia y refuerza mediante una cualidad propia del objeto que viene siendo la posibilidad de moldearse de acuerdo al gesto, y así al gusto propio. Se trata de lograr plasmar una parte de una identidad ajena en el objeto mediante la experiencia propia frente a este, y lograr de esa manera universalizar el gesto. Esto solo es posible dada la forma nueva que toman los elementos, que tienden a contener una dimensión que prioriza la holgura como base, tanto en la disposición de piezas del objeto, como en el fácil manejo de este a la hora de manipular. El objeto adquiere distintas maneras y distintas aperturas que posibilitan una holgura mayor que permite una exploración con el mismo, y así una experiencia única con él. Se genera una dualidad en esta holgura: precisión y flexibilidad. Y es que a partir de estos principios, se desarrolla la forma a partir de una geometría base que logra albergar lo propio y a la vez lo directo. Al pensar en una evolución de una tetera, que sería un hervidor, se percibe un gesto puntual del destape, y el agarre. Sin embargo, su verticalidad, largo de su mango y cualidad de la tapa lo hacen explorable, al ya tener cierta certeza de la forma gracias a su simetría. Otro caso sería la creación de un gesto nuevo, como una postura en las sillas tubulares, donde el cuerpo se instala en el objeto pero a la vez lo explora, a través de distintas posturas y gestos que recorren la totalidad dada la holgura que esta posee. El sentarse, echarse, instalarse, tumbarse o doblarse ante la silla comienzan a desarrollarse y así un nuevo entendimiento con el objeto donde este le permite gracias a la forma ser memorizado dada su geometría, y ver así su principio fundamental, y a la vez, descubrirlo a través de sus bordes distintivos y habitarlo en su extensión. Esta dimensión, se adhiere así a la idea de que este habitar pareciera prolongarse, pese a tener cierta definición.

El objeto adquiere un nuevo sentido temporal pero uno propio

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Si bien desde la primitividad del objeto se ha tenido la noción de construirlo con un único propósito, durante la época de las Vanguardias pareciera alcanzar un mayor grado de definición en cuanto a su funcionalidad y precisión en su definición. Los objetos realizados durante la era industrial por ejemplo, también tenían esta dimensión, sin embargo suelen tener un uso menos permisivo en relación a la duración. Se pensaría que el objeto se planea como un uso exclusivo para cierta actividad y cierto tiempo. Sin embargo, la holgura y la libertad mayor del gesto que se desprende de los futuros elementos, nos abre una tendencia al uso de estos en un tiempo distinto en cada uno. Al elaborar algún elemento con tales características, hace que la experiencia con este tenga un descubrimiento distinto, al generar más o menos atención, y así demorar más o menos en su uso, y por ello, a través del gesto, se trata de una exploración ligada a una continuidad de la línea de la funcionalidad, y esta a su vez a la dimensión de la realización de un gesto preciso, contrastado por alguna textura o diferenciación también precisa que genera una detención mayor que refuerza la comodidad del gesto, y por ende en la exploración del descubrimiento de tal textura. Esta diferenciación hace que el gesto comience a atravesar la totalidad del objeto y así lo rodea, posibilitando un encuentro mayor con este. El primer pomo de puerta en producción mayor elaborado, se basó en una forma ergonómica que se adapta al molde de la mano como a su enganche para bajar y tirar la puerta. El propósito es claro en la forma y tamaño. Sin embargo, se le añade una textura acolchada que otorga un confort mayor que hace que el descubrimiento y exploración tome impulso. Una experiencia parecida se realiza con las nuevas lámparas de “escritorio” creadas, donde lo que predomina es la forma más ovalada en la parte donde va la ampolleta, mientras que el soporte es más bien uniforme en lo esbelto. Se conjugan así dos formas contrastantes que incitan al gesto a recorrer como a identificar. El no tener una relación directa con esta forma, ya que solo se enciende o apaga el interruptor, hace que la temporalidad sea diversificada y única en el uso del descubrimiento de la forma a través del tacto o un gesto preciso.Esta diferencia hace pensar en él cómo puede darse la conjugación entre formas opuestas, centrado en la sucesión de estas últimas.

El objeto presenta continuidades y sucesiones pero en diferenciación

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La confección de distintos tipos de objetos se centra en un primer momento en su utilidad y luego en su forma. Su forma nace a partir de una comodidad mayor que logre descansar el gesto y no hacerlo trabajar de más en vano, si no lo demás como experiencia sensorial particular con este. Para que se de tal característica, la forma nace a partir de esta oposición, pero no es oposición sino se centra en la sucesión de elementos, figuras o formas menores que la confeccionan logrando tal continuidad en esta. Tal sucesión puede ser basada tanto en reiteraciones virtuales, virtuales refiriéndose al sentido tridimensional de la forma, y por ende a sucesiones por ejemplo circulares en la confección esférica de la tetera, creada a partir de anillos de latón repetitivos, pero también a reiteraciones palpables, que son las más notorias. Tomando el caso de espacios de almacenamiento, la Bauhaus explora espacios de cavidades mayores con transparencias y así, atravesables. El gesto lo contornea, como se mencionó anteriormente, pero también se repite, pero esta vez jugando con el ordenamiento de esta. Cajoneras o estantes se forman de tal manera que repiten su forma siguiendo una geometría tal que logra que este gesto sea repetitivo en la extensión del total. Esta condición se replica en distintos tipos de objetos que eligen repetir el patrón en su totalidad o ejecutar alguna leve modificación, ya sea en su ordenamiento, textura, color o tamaño. En el caso de modificarlo en el orden de su magnitud y escala, comienza a tener el objeto en sí mismo subdivisiones y separaciones , donde el tipo de almacenaje cambia, y asimismo el tipo de gesto convertido a algo más preciso y más limitado como también la temporalidad frente a tal tamaño, y tanto así como su uso, pudiendo variar hasta su ocupación y propósito, como la creación de mesas de distintos tamaños que se guardan entre ellas, pero al mismo tiempo, la mesa de menor tamaño puede ser usada como asiento frente al tamaño de la mesa más grande.Estas diferencias y dualidades cambian la percepción del objeto como del gesto frente a él, pero aún así, conservan su esencia como particularidad, haciendo que estas cualidades logren trascender en el tiempo.

Conclusión

La Bauhaus le da un nuevo sentido, o mejor dicho, un sentido perdido al objeto , donde rescata principalmente lo esencial como lo artesanal de este. Esta cualidad hace que el objeto tenga una particularidad propia basada en una dualidad que concierne tanto su forma, su uso y su estructura. La forma se vuelca a lo esencial mediante el ordenamiento de piezas que la componen, pero asimismo, la distancia entre estas posibilita la holgura del gesto. Su uso se diferencia pasando de una temporalidad precisa a una explorativa que se centra en la diferenciación de los bordes. Su estructura difiere tanto en su repetición como continuidad. La inserción de dualidades en la creación del objeto en sí mismo abre paso a la experiencia mayor del gesto como a su precisión, logrando de esa manera que el gesto haya logrado continuar su composición durante todos estos años.