La Revolución de la ciudad industrial del siglo XIX-Rodolfo González Suárez

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2022
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2022 - Andrés Garcés
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Alumno(s)Rodolfo Antonio González Suárez

LA REVOLUCIÓN DE LA CIUDAD INDUSTRIAL DEL SIGLO XIX

INTRODUCCIÓN

En la Europa del siglo XIX y finales del XVIII dado el reciente fin del periodo feudal, en donde existía esta dependencia a un señor al cual ofrecer sus pleitesías y poder cuidar de las tierras aquellas en las zonas más rurales, los trabajadores de la clase obrera se vieron forzados a buscar oportunidades para sobrellevar el cambio y optar a una vida con mayor comodidad y estabilidad, dado que ahora el tópico económico mutaría a una forma de organización en base a la producción, con lo que el ciudadano rural se vio acomplejado en su labor de abastecer a su familia en lugares tan apartado de los centro urbanos, conclusiones que resolvieron muchas familias resultando en una migración exponencial a las ciudades; En consecuencia, esto revela un nuevo paradigma en la resiliencia del habitar y permanecer en una ciudad ¿Bajo el contexto que lo atañe como ocurre este cambio de lo rural a lo urbano? ¿Las necesidades de las nuevas personas alteraron la estructura de la ciudad?


CIUDADANO INDUSTRIALIZADO

Se debe tomar en cuenta el cómo se toma a la persona y cómo se introduce en el proceso de industrial, partiendo por el contexto de la revolución industrial como un proceso de renovación socio-económico y tecnológico donde los procesos en los que antes era necesario un grupo de persona en arduas jornada de trabajo a mano, ahora se podría ejecutar en procesos mecanizados en un tiempo reducido por la maquinaria que automatizaba ciertos módulos, un ejemplo relevante sería el desarrollo en el área textil donde ahora se disponía de un conjunto especializado de herramientas en una fábrica para así acomodar en áreas de trabajo a las personas y así producir en mayor masa.


LA CIUDAD DE LA EPOCA

Es importante reflexionar el cómo la ciudad se adaptó a estos cambios, la desmedida migración de habitantes colapsa la capacidad habitacional de la ciudad que se enfrenta a la necesidad de dar abasto con semejante volumen de población. La tendencia solía estar en el habitar horizontal y la posibilidad de hacerlo de manera vertical era algo reservado para la clase económica aburguesada que podía permitir un estilo de vida más holgada. Sin embargo, las exigencias y necesidades obligaron al desarrollo de este tipo de habitar para el nuevo ciudadano de origen campesino, pero esta de manera más estrecha y concentrada, hacinando los espacios para maximizar la ocupación del suelo. La capacidad administrativa necesaria resultó de gran complejidad, el someter un medio a un gran cambio en un corto periodo de tiempo naturalmente presenta imprevistos y dificultades en su ejecución, en consecuencia la calidad de vida de las personas de clase obrares (en su mayoría ciudadanos rurales) se vería mermada, partiendo desde la ubicación, el espacio en donde se emplazarían, en los barrios más alejados de la ciudad centro, apartados de los centros urbanos de importancia, en pocas palabras, marginados de la ciudad y del ritmo social. La necesidad de mejorar esta problemática y calidad de vida era evidente


LA VIVIENDA

se complican las condiciones al vivir en espacios compactos, por lo tanto, la cohabitación en las viviendas colectivas resulta una solución, donde se convive de manera íntima con la comunidad pertenecientes, pero se elimina la privacidad en grandes rasgos al vivir de esta manera. Se destaca una vivienda de extensión vertical con sus pisos vinculados en su costado por escaleras, con un primer piso en general compuesto por una habitación amplia en que solía corresponder a la cocina y comedor, una pequeña área de esparcimiento con una puerta trasera que permitía el acceso al patio, el baño por lo general estaba en el primer piso aunque un tanto distante a la organización de la vivienda, las hacinadas habitaciones se ubicaban en los pisos superiores, compartidas por varios integrantes de una misma familia o incluso más de una y remataba con una azotea que servía de lavadero de ropa Por otra parte, la vivienda general para una persona con un mayor estatus económico y social, presentaba habitaciones individuales, donde se podía llegar a ocupar un piso solo para la recámara, otro para una sala de descanso de grandes dimensiones, una habitación particular para el comedor, una cocina con almacenes de comida y sótano; Si bien la composición general de los espacios parece idéntica a la de sus contrapartes obreras, lo cierto es que el contraste de sus dimensiones es notable, la vivienda obrera es compacta, con tendencias a la ocupación horizontal y una alta carga ocupacional por vivienda. El desarrollo de la revolución industrial fue generando de manera paulatina mejoras en lo que respecta a las viviendas obreras, si bien se sostenía su calidad de vivienda compacta, ahora ve mejoras en sus cualidades asociadas a la higiene, lo que permite una mejora en el estado de salud, una mayor esperanza de vida y así mismo, una mejor calidad de vida; Lo cual estimula el ciclo productivo, ya que las mejoras de las condiciones de vida provocaban un estímulo en el desempeño laboral de los trabajadores. Una importante de estas mejoras fue la presencia de un patio común, donde las viviendas de una cuadra conformaban de cierta forma como un claustro, un vacío interior definido como un patio común y que, a su vez podría considerarse relativamente público, la ciudad comenzó a ordenarse por medio de las necesidades que exigían las personas, cambios estructurados que forjarían la ciudad.

Este tipo de estructuración acabaría por denominarse “casas de diseño adosado”, donde la forma y modulación de la casa es repetitivo, pero de carácter unifamiliar a largo plazo (dado que para esta época persistiría la convivencia de múltiples familias en ellas), las cuales en el área inglesa estaban dispuestas por filas secuenciales en una cuadra, manteniendo esa condición bordeante de una cuadra con el vacío central como patio, su estructura es sencilla pero completa en función de lo esencial. Como contraparte latinoamericana, del mismo modo en Chile se establecían los conocidos como “conventillos” (proveniente del convento, este lugar religioso que en Europa surgió como solución a las aglomeraciones de personas en lugares precarios, donde se les daba cobijo en determinados lugares religiosos) donde se alquilaban habitaciones en una vivienda común de grandes dimensiones pero con la diferencia que, principalmente eran para familias completas y no para uso individual, reduciendo el espacio por persona pero, favoreciendo en términos de cercanía a la comunidad, sin embargo, en países menos desarrollados como Chile en ese entonces se traducía como una poca salubridad dado que tardaría años en alcanzar o siquiera emular la salubridad conseguida en Europa


CONCLUSIÓN

Se contempla el origen de las migraciones demográficas de las zonas rurales, que deciden trasladarse hasta la ciudad en busca de oportunidades laborales y socioeconómicas; Oportunidades que se estaban adaptando a estos nuevos procesos industriales que pretendían favorecer las necesidades de la ciudad y sociedad en proceso de cambio. Esto claro tratándose de una conveniencia en la articulación del ciclo productivo al fomentar el bienestar en la calidad de vida en las personas de clases obreras, tomando de esta manera gran relevancia el habitar de la población obrera industrializada y como esta se logra insertar en la sociedad por su importancia en el reformar de la ciudad, desde el espacio mínimo de habitación hasta los grandes aspectos como la interconexión del centro urbano con su periferia, todo gatillado por el movimiento demográfico.