Josefa Arellano - Taller de Obras - Presentación
Título | Josefa Arellano - Taller de Obras - Encargo 0 Presentación |
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Asignatura | Taller de Obra |
Del Curso | Taller de Obras 2S2020 |
Carreras | Arquitectura |
Nº | 0 |
Alumno(s) | Josefa Arellano |
A. Autorretrato
Presentación
El año 2017 descubrí a la escuela, con su gente y su ambiente artístico. Buscando en mi vida la visión del arte, desde el primer momento me sentí acogida.
En primer año la observación fue la ruptura de cómo sentir la realidad, de analizar la ciudad y encontrarme inmersa en el espacio público. Este año fuimos de travesía a la Araucanía en Pilico, lejos de toda tecnología y cerca de la naturaleza nativa. Una obra que dió lugar a un campamento de estudio habitable desde una extensión inhóspita. El pequeño río próximo al lugar y una planicie en el monte determinó la estancia, resguardo y sobrevivencia.
En el segundo año 2018, sufrí un fractura en mi tobillo y congelé el primer semestre. Fue un buen momento de pausa y detención a mi desarrollo personal que dentro del ámbito académico queda estrecho; la música se internalizó en mí y me ayudó en mi recuperación. A final de año, viajamos de travesía a Cuzco, donde le concebimos un regalo a la comunidad indígena de Huilloc. El trabajo duro en altura, envueltos por montañas verdes y vestigios ancestrales, fortalecimos nuestro cuerpo y espíritu. La entrega de un juego para los niños vinculado a un espacio de reunión comunitaria nos vitalizó con alegría, ya que la comunidad aún habiéndose sentido invadida e intimidada con nuestra presencia, logramos crear un lazo y los propios niños finalmente nos ayudaron a construir el juego.
En el año 2019 la capacidad de observar se transforma más elocuente, reflexionando más allá de una afirmación connotativa. Mi cuerpo se desplazó a lo largo del borde costero. Una dualidad entre el frente infinito del mar y el recogimiento de los cerros de Valparaíso por las quebrabas, pies de cerro, laderas y cimas. El segundo semestre todo el ambiente del país se revoluciona desde un descontento social, por lo que nuestro trabajo hacia la travesía se ve imposibilitada. A partir de la contingencia, las mesas de trabajo en la escuela entre estudiantes y profesores, inspiran una motivación de actuar desde el oficio. Nuestro taller, como la unidad más mínima de la escuela nos organizamos para acatar algún problema social desde nuestro oficio como arquitectos. Nos contactamos con una escuela rural Kimün en Limache, donde estaban en proceso de construcción. Sus necesidad principal era la carencia de una cocina y a partir de ello, planteamos un proyecto lúdico y versátil, una Cocina-Teatro.
Todo lo que he echo gracias a la escuela tiene un gran valor social y cultural, donde la poesía da cuenta de una realidad sostenida por el arte del fundamento derivado de la observación.