Javiera Ruiz - C2: Encargo 8 - Taller Ciudad Legible 2020

De Casiopea


Esterojavitosii.jpg


TítuloC2: Encargo 8 - Taller Ciudad Legible 2020
AsignaturaTaller Ciudad Legible
Del CursoTaller Ciudad Legible 2020
CarrerasDiseño, Diseño Gráfico"Diseño Gráfico" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
15
Alumno(s)Javiera Ruiz

(Ciudad) Fortaleza de Ortiga

Entre las celosías que descubren la primavera en el barrio, me adentro a paso lento entre los pasajes y atajos que la juventud comunica en código, traspasa el dato entre uno y otro creando una suerte de plano mental que viaja en el secreto y la travesura “yo sé algo que tú no”. Sin embargo, la vista es la misma, nos reconocemos en el puente que pasa sobre el estero. Con la lluvia el flujo del agua es desastroso, sin embargo, llega la primavera, verde, muy verde y todos queremos pasar por ahí a pesar de lo solitario del lugar y los peligros que conlleva, rara vez bajamos a observar, miramos desde arriba como este sendero vegetal da sentido al espacio que habitamos, como hemos construido puentes para contemplar desde lo conocido, como la profundidad nos hace sentir con curiosidad la humedad. El verano llega y el calor nos sofoca, todo es seco y la cápsula fresca nos llama a ese puente, veo niños insistiendo a sus padres pasar por ahí, es un juego, el sonido de lata, el estar sobre y admirar la belleza de algo tan apartado como un humedal cubierto de ortiga, el tiempo allí no pasa, el paso se vuelve lento, y cuando termina la sombra, el recuerdo de la frescura en la piel nos acompaña en la disposición a caminar por las subidas de tierra con el sol sobre la cabeza, pensamos estar en lo alto, pero el valle nos sorprende en su temporalidad, habitamos el tiempo en el sentir, lo que siempre permanece en su belleza y lo que nos obliga a centrarnos en un presente a través de la piel dimensionando el recorrido en su diferencia.


Texto Escogido (Ciudades y la Memoria)

LAS CIUDADES Y LA MEMORIA. 3

Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte Zaira, la ciudad de los altos bastiones. Podría decirte de cuántos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de zinc cubren los tejados; pero ya sé que sería como no decirte nada. La ciudad no está hecha de esto, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia del suelo de una farola y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde la farola hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de un canalón y el gato que lo recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de pronto detrás del cabo y la bomba que destruye el canalón; los rasgones de las redes de pesca y los tres viejos que sentados en el muelle para remendarlas se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador, de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle. En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira tal como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas.

(Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)

Fragmentos en los que reconozco

  • La ciudad no está hecha de esto, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia del suelo de una farola y los pies colgantes de un usurpador ahorcado (Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)
  • En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira talcomo es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas. (Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)


Fundamento

Escogí la ciudad Zaira por su distinción entre el espacio y el tiempo. En mi barrio se crea un tipo de manto virtual entre el espacio y sus distancias: Un estero que divide el habitar y el tránsito, el adaptar de alguna manera en soluciones cercanas, un puente que facilita el paso de un lado al otro. El espacio no solo se revela de manera horizontal, también en la altura, como la profundidad del estero y su vegetación nos da sensación de estar en lo mas alto, siendo que el entorno cambia y estamos en el centro, previo a las tortuosas subidas. El espacio nos permite encontrar identidad en el trayecto, personalidades que a través de la distinción y el reconocimiento, nos ubican en un tiempo, en un recuerdo que se mantiene vivo, que está ahí todo el año a pesar de su flujo y cambio constante, y su contrario, el tránstito que nos lleva a un presente conectado y que solo se entiende desde la sensación de lo conocido, lo pasado y lo que siempre estuvo. Distingo el espacio y el tiempo como dimensiones en mi experiencia de habitante de esta dualidad y en la observación del otro, como cambia su ritmo, la cabeza hacia atrás al sentir lo fresco y llevar la mano a la frente cuando el sol la toca.