Javiera Missana EAD 3212 Tarea Final

De Casiopea



TítuloReflexión sobre la relación poesía-oficio
AsignaturaPoética General
Del CursoPoética General 2020
CarrerasDiseño
Alumno(s)Javiera Missana

La poesía en los Espacios Entre

Haciendo bailar el blanco y el negro

La Venus del Vacío

Dice Dennett que las metáforas son herramientas del pensamiento (Dennett, 1995)[1]. ¿Será la poesía entonces una herramienta del pensamiento, si la poesía construye metáforas, construye realidades? ¿Será una herramienta de los oficios? ¿Será esta herramienta lo que vive en los vacíos de los oficios, en los espacios entre?

¿Qué son estos "espacios entre"? Son aquellas instancias que aparecen entre el que oficia y lo oficiado, entre el que construye y lo construido. José Balcells trabajó gran parte de su vida para encontrarse con lo que llamó la Venus del Vacío: "Por esta Venus del vacío es que he trabajado con arquitectos [y diseñadores] y mis esculturas han quedado así dedicadas, esto es, en templos. Por esa Venus del vacío puedo hablar de la contemplación de la escultura como un baile y por ella es que puedo invitar a bailar, única forma de celebrarla sin reconocerla." (Balcells, 2009)[2].

Balcells indica que la Venus del Vacío reside en las relaciones: relaciones entre las piezas de sus obras y el mundo en el que están incertas. Así, la escultura se vuelve a la vez algo infinito y que cambia constantemente.

Los Espacios Entre en los oficios

Ahora bien, ¿puede este tipo de relación darse en otras instancias, otros oficios? Yo sostengo que sí. Es más, es en estos espacios entre donde la poesía se hace aparecer en los oficios, y permite a su vez el hacer aparecer.

Un ejemplo concreto de esta relación se dio en un proyecto realizado el año 2019, el cual trabajó con un poema de Godofredo Iommi sin título, que para la ocasión se le otorgó como título la primera frase del poema: Siempre lo mismo pero nunca igual. El proyecto tomó al poema y lo insertó en una edición pequeña que llevaba monocopias de la arena, resultando en un cuerpo cuyo ritmo lo marcaba la palabra y la imagen acompañaba la lectura. La monocopia fue trabajada de forma ajena al poema y a cualquier significado extraído de este: el foco fue encontrar formas de cantarle a la arena a través de la monocopia con tinta offset, y poder lograr una modulación que hiciera aparecer la arena. El poema fue separado en sus distintas partes a través de las páginas, y en cada doble página o página individual aparecen las monografías en distintos tamaños: algunas ocupando la mayoría del blanco y otras un espacio muy pequeño.

La edición es en sí una instancia de lectura que, a través del baile entre el blanco y el negro, logra relacionar la palabra con la imagen, haciendo aparecer una manera de leer el poema particular y una manera de mirar un espacio gráfico.

Entonces, aparecen dos tipos de relaciones en esta instancia de lectura, entre la poesía y el oficio. La primera se nos presenta directamente y en plenitud: el poema es la espina dorsal de la edición, la palabra es el ente principal alrededor del cual gira la lectura, el blanco y el negro. Pero hay una segunda relación, y es la que ya nombramos como la relación de los espacios entre: en el blanco, el blanco que está entre el negro de la tipografía y el negro de la imagen, reside un espacio que se abre, que se hace aparecer de distintas formas conforme los dos negros bailan entre sí. Esta segunda relación es la que conecta dos entes que inicialmente no tienen relación alguna: es la vieja definición de belleza de Lautreamont, cuando propone que esta surge cuando se reúnen un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de operaciones (Lautreamont, 1988)[3].

Ahora bien, la belleza de este tipo de relación, de este baile entre el negro y el blanco en el papel, no radica tan solo en su aparecer, sino que en su volver a aparecer. Y es que cada vez que se mire a la edición, cada vez que se tome en las manos, se abra y se lea, se encontrará de nuevo con ella en una nueva instancia de lectura dictada por el contexto externo. Por la luz, por el espacio en que se esté, por la persona que lea, etc.

Dice Fabio Cruz sobre la observación:

"El hombre está irremediablemente llamado y obligado a hacer y rehacer el mundo. Vale decir a re-inventarlo una y otra vez [...]. Y esta urgencia y obligación, puede cumplirla porque tiene la posibilidad de ver el mundo, su mundo, siempre de nuevo, de verlo como por primera vez [...]. "Observar" sería entonces esa actividad del espíritu (y del cuerpo) que nos permite acceder, una y otra vez, a una nueva, inédita, visión de la realidad."(Cruz, F. 2003)[4]

Es más, Fabio sostiene que la condición humana es poética y que es esta condición la que abre la posibilidad a la observación que practicamos, que permite este volver a ver (Cruz, F. 2003)[5]. Si esto es así, entonces la poesía efectivamente vive en los oficios, en cada oficio, pues el oficio es una actividad humana.

Y es esto lo que sostengo: que la poesía vive en cada oficio a través de relaciones indirectas, a través de estos espacios entre que se crean entre el oficiante y el oficio, y que es esta condición poética es la que permite el volver a ver, volver a revisar, y volver a reinventar el oficio cada vez.

Bibliografía

  1. Dennett, D., Dennett, D. C., Weiner, P., & Ravera, S. B. (1995). La conciencia explicada: una teoría interdisciplinar. Paidós.
  2. Balcells, J. (2009). Trece cahalotes o la dimensión poética de un país. Colección arquitectura y Diseño. Valparaíso: Ediciones e[ad], Ediciones, Universitarias de Valparaíso,.
  3. Lautreamont, & Álvarez, M. (1988). Lautreamont. Obra Completa. Madrid: Ediciones Akal.
  4. Cruz, F. (2003). Sobre la Observación. Viña del Mar.
  5. Cruz, F. (2003). Sobre la Observación. Viña del Mar.