Javiera Fernández Allendes /Observación del acto reverente
Observación del acto reverente
<La multitud revela un espacio equivalente y las posturas un distanciamiento para la introspección y pleitesía en el acto reverente.>
En una vigilia y misa en Placilla.
El templo se encuentra repleto de feligreses, donde la multitud va construyendo una horizontal, que revela la medida humana y un espacio uniforme y equivalente; la verticalidad está en cercanía con la postura del cuerpo y la mirada del fiel se dirige hacia el altar como un fondo, mientras que detenidos contemplamos las espaldas.
Las posturas, nuestras cabezas y miradas dirigidas dan cuenta de cómo y por qué habitamos el espacio. Revelan nuestro comportar ante diversas situaciones a las que a diario nos enfrentamos. Pero es en una misa o liturgia, donde la postura humana toma otra virtud, ya que la actitud frente al acto reverente cambia. Son las manos que revelan respeto y admiración; y el cuerpo toma una inclinación que demuestra aquel recogimiento en los momentos de reflexión interior. Es también el simbolismo y visión que se tiene con respecto al interior de un templo. Al acceder inmediatamente se demuestra pleitesía…comenzando entonces, el acto reverente y sus distintos momentos.
Como demuestra el croquis, el estar cabizbaja, parado, con las manos juntas hacia abajo genera un aire y una holgura en una postura que puede parecer rígida y marcada por el momento de la misa, pero no es más que un gesto de retiro y de introspección entre la multitud. Es la búsqueda de aquel espacio propio entre la multitud, aquel distanciamiento a través de una postura que envuelve y acoge las dimensiones corporales anteriormente nombradas.
Es entonces el acto reverente aquella postura que permite distanciarnos de la multitud en virtud de quedar ensimismados, entre uno mismo hacia un fondo, hacia el altar en señal de entrega hacia Dios.