Javier Aguilar Tarea 4 - Módulo investigación T3 2016

De Casiopea



TítuloJavier Aguilar Tarea 4 - Módulo Investigación T3 2016
AsignaturaTitulo 1 Arquitectura
Del CursoMódulo de Investigación T3 2016
CarrerasArquitectura
4
Alumno(s)Javier Aguilar

Aulas Flexibles: El aula como catalizador de soluciones.

Nombre | Javier Aguilar Aldunate

Carrera | Arquitectura

Profesor | Prof. Dr. Iván Ivelic Yanes

Abstract

La presente investigación expone los al aula como una espacialidad flexible capaz de poder dar solución desde el espacio a diferentes problemáticas que tocan tanto ámbitos educacionales como sociales, para esto el articulo expone experiencias de aulas enfrentadas a 3 momentos, el aula entorno al juego y la experiencia cognitiva en la primera infancia, el aula entorno a su territorio y como esta es capaz de recoger elementos de identidad y por último el aula entorno a la salud pública, y como esta es un aliado en lo que precisa salud pública y prevención de enfermedades en edad escolar. El objetivo de este artículo es complementar la visión del aula como lugar de formación académica y expandirlo a un espectro más amplio de consideraciones, enriqueciendo la carga programática de este espacio.

Palabras clave

AULA FLEXIBLE | AULA Y SALUD | AULA Y JUEGO | AULA Y TERRITORIO


Discusión Bibliográfica

Introducción

Aula como especialidad flexible.

El aula es el espacio donde se aprende, experimenta y genera conocimiento en niños, jóvenes y adultos, en sus diferentes etapas de formación, pero el aula responde además a otras instancias formativas que pueden o no implicar conocimiento académico. Poniendo especial énfasis en los primeros años de formación académica, los niños y jóvenes del país pasan aproximadamente el 70% de su tiempo en estos espacios, por lo que las aulas tienen que ser capaces de ser flexibles en relación a su programa y el cómo recogen diferentes variables del entorno, dentro de este escrito tomaremos 3 ejemplos de la relación aula-entorno que conllevan experiencias formativas indirectas, el primero de ellos tiene que ver con el aula y su entorno geográfico y socio-cultural, el siguiente tiene que ver con el aula y el juego en la primera infancia y el cómo los espacios de juego pueden ser una experiencia formativa formal y el ultimo que tiene que ver con el aula y su espacio físico en relación a enfermedades.

El Aula y el juego

Según el artículo “Arquitectura y juego, de aprender haciendo a aprender jugando”, de Irene Escobar (Arquitecto Universidad de Chile y Master de arquitectura y medio ambiente, U. Politécnica de Madrid, España.), nos explica que uno de los esfuerzos de la reforma educacional actual, es el de cambiar el foco de la enseñanza desde el alumno como receptor pasivo de conocimiento por el de la multiplicidad de procesos que son interpretados e intervenidos por este para la construcción de su propio camino de aprendizaje. El método que plantea la reforma educacional para lograr estos fines es pasar paulatinamente al aprender haciendo, que en la primera infancia se interpreta mejo como un aprender jugando, de este modo el aula tiene la capacidad de expandirse al área de juego y de pensar estos sitios como lugares de desarrollo de la imaginación infantil, diseñados con capacidades de reinterpretación, de construcción y deconstrucción. El juego constituye un micro sociedad a través del cual el niño realiza su primer aprendizaje de la vida social. Jean Piaget, observando los juegos de canicas de los niños de la región de Ginebra, constataba la manera inmutable como se transmitían unas “leyes” cuyo carácter obligatorio aceptaba espontáneamente cada pequeño sin tener la menor idea de las maneras y de las personas que habían intervenido en la transmisión de esas “leyes”. (…) A través del juego, los niños reproducen el orden social, lo recrean, lo innovan e incluso lo subvierten (… ) Mediante el juego y el juguete, el niño entra en relación con los mitos constitutivos de su pueblo. Sin embargo, por intermedio del juguete industrial, artificial y costoso, el niño del mundo occidental queda sumergido desde sus primeros años en la ideología dominante de su sociedad. (…)En las sociedades en las que se valoran excesivamente los estudios como forma ideal de promoción social, el juego se considera también como improductivo. Por esta razón, es excluido con demasiada frecuencia de la escuela desde el final de la etapa preescolar [1]

El “aprender jugando” implicará revisar la función educativa del juego para poder integrarla en el diseño arquitectónico de los espacios abiertos enfocados en este ámbito.* De esta forma Irene plantea que si aceptamos la experiencia lúdica del juego como una expresión educativa espontanea capaz de reflejar los íntimos valores de una sociedad,"va a ser necesario comenzar a desarrollar metodologías de aproximación al diseño de las arquitecturas del juego, con y para los niños, de acuerdo a su edad y de acuerdo al proyecto pedagógico que orienta el quehacer del entorno educativo"

[2]


El Aula y Territorio.

En el contexto territorial, el artículo “extensión del aula en el territorio” de Rodrigo Saavedra (Arquitecto PUCV, Chile; Doctor Universidad Politécnica de Cataluña, España) y Javiera Fernández (Arquitecto PUCV, Chile), plantea una deuda entre el aula y su contexto territorio, se hace notar una desconexión, o un vínculo que es necesario profundizar, de manera que los autores llegan a afirmar, basados en sus experiencias de taller en la escuela de arquitectura y diseño PUCV y las travesías de la escuela al territorio americano, que: "Mediante la arquitectura aparece la posibilidad de que las aulas se abran a su contexto y logren tener un carácter público, en el sentido de promover identidad y sentimientos de pertenencia para sus habitantes en términos amplios, haciendo énfasis en que detrás de cada niño o niña hay una familia y una comunidad, por tanto, el beneficio a este grupo etario redunda también en el grupo social que los contiene.”

[3] Para lograr la extensión del aula hacia su contexto es necesario una lectura acertada de lugar y el proyecto educativo, el punto de esta lectura es lograr el mejor vinculo posible entre proyecto- contexto para así acrecentar el arraigo, apego y aprendizaje de los niños y su entorno Uno de los casos de referencia de esta expansión del aula en el territorio es la que ocurrió en un contexto de travesía a Marimenuco en la región de la Araucanía donde se logra vincular el vacío arquitectónico con el territorio, el lugar forma parte significante del proceso formativo de los niños y niñas ya que el aprendizaje en palabras de sus autores, se comprende incorporando elementos significativos del territorio.

Para el caso Marimenuco los docentes de la escuela hicieron notar, en una conversación sobre las celebraciones de la comunidad, que el We-tripantu, o año nuevo mapuche, era la más significativa, ya que conlleva además el inicio de una calendarización de los tiempos de siembra y cosecha, y siendo este un acontecimiento relevante dentro de su cosmovisión, carecían de un lugar apropiado para celebrarlo, de esta manera el We-tripantu surge en palabra de los autores como, “ocasión de forma, pues articula muy bien el aula con las relaciones sociales y culturales del entorno, además niños y niñas mantendrían vivas sus tradiciones, como también la propia comunidad; es un lugar que trascendería a la escuela, extendiendo el aula a la comunidad. [4]

Aula y salud

En el artículo, “Habitar la escuela: El problema de la infraestructura y su relación con las enfermedades escolares en Chile” de Macarena Ibarra (PhD Universidad de Cambridge, Reino Unido. Profesora asistente, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile), nos expone el rol de la arquitectura escolar en dos momentos históricos de chile en relación a dos enfermedades que azotaron el ambiente escolar, la viruela a principios de siglo XX, y la obesidad, enfermedad que vive su auge desde la década de los noventa hasta nuestros días. La autora defiende que tanto las políticas contra la viruela y las políticas contra la obesidad tuvieron inicialmente un carácter fuertemente sanitario, para luego ampliar el campo de acción incorporando a la arquitectura como política pública en contra de estos padecimientos.

En el caso de la obesidad, es una enfermedad que se acento en la sociedad chilena durante la década de los ochenta y a partir de ese entonces se ha transformado en uno de los principales padecimientos de la sociedad, el aumento de la obesidad tiene dos causales principales, el cambio de los hábitos alimenticios y una sociedad sedentaria. En un comienzo, sobre todo la década de los 90, las políticas de salud pública en relación a la obesidad eran más bien informativas, en cuanto a los riesgos que conlleva la obesidad y como evitarla, pero se le daba muy poca relevancia a la actividad física, que hoy sabemos que es uno de los métodos eficaces para romper con el sedentarismo. Respecto a lo anterior la autora señala lo siguiente: “Las políticas de combate a la obesidad comenzaron gradualmente a cambiar su foco en los últimos diez años. En término generales, este cambio consistió en concebir la escuela como aliado en el combate a la obesidad. Lo anterior se sustentaba en el hecho de que la escuela podía educar a sus estudiantes en formas de alimentación y en modos de vida más saludables.22 En otras palabras, se comenzaba a considerar que la escuela debería fomentar el ejercicio en los estudiantes, tanto al interior como al exterior de los recintos. Esta mirada asigna un nuevo rol al medio físico y urbano en la promoción de la salud.” [5]

Es en este punto donde aparece la “expansión del aula”, toma políticas de salud pública y las hace material pedagógico, educar sobre salud tanto en teoría como en práctica y desde el aula, como aliado en el papel de difundir y educa, es posible hacer legar políticas sanitarias a los niños y su círculo social más cercano (familia, amigos, barrio, etc.). De este modo el aula se transforma en una poderosa herramienta para hacer llegar políticas sanitarias a la mayor cantidad de personas posibles. El país ya tenía antecedentes de un proceso relacionado, durante principios de siglo XX la viruela se transformó en la enfermedad infecciosa que más injerencia tenía con la mortalidad infantil, en esos años, venían con fuerza las corrientes higienistas por lo que la higiene pública incluyo medidas de desinsectación urbana y vacunación obligatoria. Aparecieron desinfectorios públicos y en 1899 se promulgo una ley la cual establecía:

“como obligatoria la desinfección de habitaciones u objetos contactados con las enfermedades que declaraba como infecciosas: cólera morbos, fiebre amarilla, peste bubónica, difteria, viruela, tifus, escarlatina y lepra.” [6]

Las corrientes higienistas tocaron también higiene urbana, los especialistas de la época determinaron que las principales padecimientos infecciosos de las áreas urbanas eran evitables planteando la idea de “sanear la ciudad”, para lo cual se desarrollaron planes que tenían que ver con la desinfección de casas y habitaciones, regulaciones de construcción e inspección periódica, de este modo la higiene no solo se focalizo en la ciudad, sino también en habitaciones y en otros edificios.

En la escuela, los niños eran muy vulnerables a este tipo de enfermedades (por nutrición deficiente, espacios poco adecuados, etc.). Se implementó a raíz de lo señalado en el párrafo anterior, un mejoramiento de las escuelas públicas con una mirada higienista, posterior a un diagnostico que arrojo que las instituciones educacionales de la época eran poco adecuadas para estos fines, como señala la autora: El problema de fondo que explicaba el deplorable estado de las escuelas primarias públicas en Santiago era que éstas funcionaban, en su mayoría, en casas arrendadas que carecían de las más absolutas reglas de higiene. Al tratarse de edificios diseñados con otros objetivos, su diseño, materiales de construcción e infraestructura sanitaria no respondían a las necesidades pedagógicas o higiénicas de niños y jóvenes. Así lo manifestaba el médico higienista, Tomás Ríos:

Hasta el día estos establecimientos han ocupado indistintamente edificios que para todo podrían servir, menos para el objeto a que se les destina: nada se ha consultado para su adquisición; las nociones más elementales de la higiene se han empeñosamente olvidado, sin calcular el inmenso mal que se infiere a los educandos, que pasan el período más delicado de su existencia en estos establecimientos mal situados, mal construidos, insalubres; en una palabra, que tienen que ejercer funesta influencia en su economía, puesto que muchas veces no es bueno ni el aire que en ellos se respira. [7]

En este contexto, lo que se llevó a cabo fueron políticas sanitarias a la escuela, nuevamente un problema de carácter médico y sanitario, encontró en la arquitectura escolar y expansión del aula una respuesta eficaz para reducir estos padecimiento, hubo un acondicionamiento sanitarios de los establecimientos educacionales deficientes, además de otras consideraciones generales que tuvieron un impacto notable, como la ubicación de estos establecimientos lejos de fábricas o lugares insalubres, se incorporaron variables de ventilación, humedad y luz, reduciendo así infecciones respiratorias, en fin, hubo una respuesta desde la arquitectura a un problema de salud pública, nuevamente como nos sucede hoy en día con la obesidad esto género no solo un impacto positivo en los niños de la época sino también en su ambiente social directo (familia, amigos barrio).

Conclusión

El aula es una espacialidad dinámica, recoge contextos, propone métodos, lugar propicio para implementar políticas públicas y desde la arquitectura existe una oportunidad de potenciar o evidenciar estas cualidades sociales que evocan a un bien común dentro de una comunidad. Existe una arista muy relevante en esta aula dinámica que es que pone a los niños como protagonistas de materias de importancia no solo educativo, por ende, tienen un rol importante dentro de su comunidad. Un aula capaz de leer un contexto social y además flexible como para albergar soluciones en áreas no tradicionalmente educacionales (arraigo, identidad, salud pública, educación cívica, etc), la convierte en un catalizador de soluciones, mejorando así calidad de vida.

Notas al pie

  1. UNESCO, 1980
  2. Escobar, I. (2016). Arquitectura y juego, de aprender haciendo a aprender jugando. Agosto, 2016, de Revista c/a Sitio web: http://revistaca.cl/portada-revista-ca-153/articulos-portada/articulo-05-irene-escobar
  3. Saavedra, R. & Fernández, J. (2016). Extensión del aula en el territorio. Agosto, 2016, de Revista c/a Sitio web: revistaca.cl/portada-revista-ca-153/articulos-portada/articulo-09-rodrigo-saavedra/
  4. Saavedra, R. & Fernández, J. (2016). Extensión del aula en el territorio. Agosto, 2016, de Revista c/a Sitio web: revistaca.cl/portada-revista-ca-153/articulos-portada/articulo-09-rodrigo-saavedra/
  5. Ibarra, M., & Mora, R. (2011). Habitar la escuela: El problema de la infraestructura y su relación con las enfermedades escolares en Chile. Revista INVI, 26(71), 109-131.
  6. Ley de la republica de chile; Ley de prevención de enfermedades infecciosas (1899)
  7. Ibarra, M., & Mora, R. (2011). Habitar la escuela: El problema de la infraestructura y su relación con las enfermedades escolares en Chile. Revista INVI, 26(71), 109-131.