Investigación inclusiva y confort térmico
Título | Investigación inclusiva y confort térmico: Uso de sistemas personales de confort en viviendas con apoyo para adultos con discapacidad intelectual en Chile |
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Palabras Clave | investigación inclusiva, discapacidad intelectual, vida independiente, confort térmico, sistemas personales de confort, PCS, pobreza energética |
Período | 2021-2025 |
Financiamiento | CONICYT |
Área | Forma, Cultura y Tecnología |
Modalidad | Individual |
Investigador Responsable | Katherine Exss |
Vinculación con el Medio | Sí |
El proyecto de tesis propone realizar una investigación de confort térmico en contexto residencial y de pobreza energética, donde habitan personas adultas con discapacidad intelectual, de manera independiente. Esto es relevante para el desarrollo del país desde un punto de vista arquitectónico y social.
Relevancia del estudio arquitectónico
En Chile, los altos niveles de desigualdad económica y los bajos ingresos provocan que sólo los hogares del quintil de ingreso más elevado alcancen un confort térmico y energético adecuado, es decir, que existe un contexto generalizado de pobreza energética (Calvo et al., 2019; Reyes et al., 2019). Los estudios de confort térmico en la arquitectura históricamente han cuidado del bienestar de los ocupantes en el entorno construido. En los últimos tiempos, también se ha planteado el problema asociado a la cantidad de energía utilizada para satisfacer a los ocupantes, sumado al hecho que la percepción térmica es variable y altamente subjetiva. Los Sistemas Personales de Confort Térmico (PCS) ofrecen una solución a estas problemáticas y soportan los modelos de confort personal como nuevo paradigma en la arquitectura y la construcción (Wegertseder, 2023; Kim et al., 2018). La más reciente definición, establece que los PCS son sistemas térmicos que temperan a las personas sin afectar los entornos de los ocupantes circundantes (Arens & Zhang, 2022).
Diversos autores mencionan que los sistemas personales de confort pueden beneficiar a poblaciones críticas o con requerimientos especiales (Casson et al., 2021; Hutchings, Olsen y Moulton, 2008), lo cual se presenta como una oportunidad para esta investigación, ya que, a pesar de que el confort térmico y la energía de calidad han demostrado tener implicancias para el bienestar y la salud, son escasas las investigaciones que han explorado el confort térmico y el uso de energías en entornos domésticos por parte de personas con discapacidad (Ivanova & Middlemiss, 2021).
Esta investigación espera contribuir a los estudios de confort térmico realizados en el sector residencial, específicamente en viviendas unifamiliares, la cual se caracteriza por un contexto de pobreza energética, donde las soluciones individuales o personalizables pueden impactar positivamente en el confort térmico de los habitantes. El uso de PCS portables en este escenario, se presenta como una oportunidad de mejorar las condiciones ambientales sin requerir de modificaciones estructurales en las viviendas, además de permitir ajustar la sensación térmica personal, en entornos donde habitan más personas.
Relevancia social de la investigación
El último estudio nacional sobre discapacidad establece que las personas con discapacidad y dependencia en el país representan un 17,6 % de la población (Ministerio de Desarrollo Social, 2022). En estudios anteriores, se ha establecido que específicamente las personas con discapacidad intelectual en Chile representan el 5,4% de la población, aunque es necesario considerar, que esta cifra puede ser más alta debido a que la encuesta representa a población residente en viviendas particulares únicamente, dejando afuera a personas residentes en viviendas colectivas, instituciones o en situación de calle (Ministerio de Desarrollo Social, 2016). De la población general con discapacidad es significativamente mayor la prevalencia de ésta en los quintiles de menores ingresos. En esa línea, es relevante también constatar la importancia que tienen los factores ambientales, como el entorno construido, las ayudas técnicas y los apoyos tecnológicos, en posibilitar un buen funcionamiento de las personas. Estos factores pueden afectar negativamente el confort y bienestar de esta población (Arce et al., 2017).
Las formas de vida de las personas con discapacidad han evolucionado desde paradigmas o modelos de prescindencia donde la discapacidad era excluida de la sociedad, hacia paradigmas rehabilitadores. Actualmente transicionamos hacia el modelo social, el cual de acuerdo a la visión establecida por las Naciones Unidas (2006), la discapacidad no radica únicamente en la persona y de sus características sino que en la interacción de ella con la sociedad y el entorno construido. Asimismo lo expresa el Artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde se establece el “Derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad” (Vega et al., 2019; Quinn et al, 2014). Este modelo ha sido una base para la creación de legislaciones en nuestro país, como se refleja en la ley N°20.422 la cual establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, con énfasis en cumplir los principios de vida independiente, accesibilidad universal y diseño universal, entre otros (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2021). De acuerdo a este modelo, es responsabilidad de toda la sociedad que sus integrantes puedan vivir y desarrollarse con igualdad de oportunidades.
La misma evolución que presentan estos modelos, se manifiesta en los tipos de vivienda donde han residido las personas con discapacidad intelectual. Inicialmente, excluidos, posteriormente institucionalizados y actualmente comenzando a vivir con mayor independencia en viviendas en las ciudades. Esta visión de inclusión en la vivienda, es también una de las principales necesidades emanadas por movimientos y agrupaciones de personas en situación de discapacidad. Investigaciones recientes dan cuenta de este punto, demostrando que las personas con DI que viven en modelos desinstitucionalizados o en un régimen semi independiente, tienen una calidad de vida objetiva mejor que la de las personas que viven en entornos grandes y congregados, al poder tener mayores oportunidades de elección, de amistades y participación en la vida comunitaria, entre otros (Esteban, Verdugo & Arias, 2021; Kozma, Mansell & Beadle-Brown, 2009, Benjano & García, 2009).
El impulso por promover la vida independiente en personas con Discapacidad Intelectual (DI), ha planteado nuevos escenarios para estudios centrados en el bienestar en la vivienda, especialmente en zonas climáticas con altas temperaturas en verano y bajas en invierno, como es el caso de Santiago de Chile. Iniciativas como “Tránsito a la vida independiente” de Coanil, son un ejemplo local de un movimiento iniciado de manera global. Estos puntos refuerzan la necesidad de hacer converger los Sistemas Personales de Confort (PCS) con la población de personas con DI, para lo cual es fundamental diseñar investigaciones que permitan una participación efectiva, mediante el diseño de procesos y métodos cognitivamente accesibles (Vega Córdova et al., 2020; Salmon et al., 2018; Walmsley et al. 2018).
El paradigma en el cual se enmarca esta investigación es el de la investigación intersubjetiva, en la cual el investigador se asume como un componente más en la interacción con el sujeto investigado, reconociendo una influencia mutua. En este contexto, se identifica la importancia de generar relaciones simétricas, característica común con la investigación inclusiva. Cabe destacar que los orígenes de la investigación inclusiva se relacionan al movimiento “nada sobre nosotros sin nosotros” de finales del siglo XX donde se buscó equiparar la participación de las personas con discapacidad en un rol de pares con los investigadores, con una fuerte racionalidad emancipadora y transformadora de las desigualdades sociales (Walmsley, Strnadová, Johnson, 2018).
Desde el enfoque que se plantea esta investigación, es relevante que las personas con discapacidad involucradas comprendan y consideren la relevancia del estudio para sus vidas. De esta manera, se apunta a una participación no únicamente como sujetos de estudio, sino como socios colaboradores, en una relación de horizontalidad con la investigadora. Para ello, se propone un proceso de investigación que cuida la utilización de métodos cognitivamente accesible, en permanente validación con expertos en discapacidad intelectual.
Preguntas de investigación
¿En qué medida la utilización de PCS mejora el confort térmico en personas adultas con discapacidad intelectual y modifica las acciones asociadas a la adaptación térmica?
Preguntas secundarias
- ¿Cuáles son las condiciones ambientales, hábitos y acciones en relación al confort térmico, de adultos con discapacidad intelectual que viven de manera autónoma en sus viviendas en un clima mediterráneo continentalizado?
- ¿Cuál es el impacto de la utilización de PCS en la percepción de confort térmico y las acciones adaptativas de adultos con discapacidad intelectual?
- ¿Qué aspectos de usabilidad y accesibilidad de los PCS influyen en la percepción térmica de personas adultas con DI en sus viviendas?