IGLESIA DEL SANTO SUDARIO

De Casiopea

Terminada de construir en 1694, la capilla del Santo Sudario, esta situada entre la catedral de Turin y el Palacio Real. Es un edificio destinado a conservar el sudario con el cual según la tradición fue envuelto el cuerpo muerto de Cristo conteniendo además la impresión milagrosa de su cuerpo. Para comprender mejor el edificio es determinante considerar que después de la impresión milagrosa está la Luz. A partir de esa premisa, Guarini hiso de la luz el elemento clave de su proyecto ya que el chorro lumínico procedente de la linterna es una metáfora de la propia luz de Cristo proyectada sobre la sábana. El acceso a la capilla se produce desde la catedral por cualquiera de las dos estrechas escaleras que en realidad son pasadizos oscuros casi opresivos pero esa centración de duelo funerario mejora a medida que uno sube y cambia totalmente al ingresar a la capilla, gracias al gran arrebato de luz procedente de las alturas. Guarini tuvo que adaptar su obra a una construcción inicial, a una capilla circular, lo inmediato hubiera sido continuar el cilindro mural hacia arriba y cerrar el espacio circular mediante una simple cúpula semiesférica. Pero Guarini recurrió en planta a la geometría del triangulo equilátero para subrayar las tres entradas a la capilla cuyos pórticos convexos de planta circular penetran ligeramente en el espacio principal, transformada la planta circular en otra triangular por medio de tres grandes arcos de medio punto, Guarini hiso descansar sobre estos la cúpula mas inimaginable jamás construida. La cúpula consiste en un elevado tambor que soporta una bóveda enervada de perfil cónico, 36 nervios arqueados se agrupan en hileras de a 6 con cada nervio marcando un par de ventanas los soportes macizos se disuelven virtualmente en un as de luz, resultando la estructura aún mas misteriosa y desconcertante. El climas del empuje ascendente de la capilla viene representado por una estrella calada de 12 puntas situada en la base de la linterna que arroja aun más luz indirecta por detrás de la cual se vislumbra la paloma del espíritu santo como en una aparición milagrosa. Toda la complejidad formal de este edificio se ha resuelto finalmente en la simplicidad de un círculo. Al exterior la cúpula no es menos sorprendente, siguiendo las pasos de Borromini, Guarini propone que el componente de mayor tamaño de la cúpula no sea el casquete sino el tambor, esta inesperada solución contrasta con las tradicionales cúpulas de silueta abombada. Guarini creo en esta capilla un programa que expresa visiblemente la visión barroca de apoteosis espiritual gracias al tratamiento exaltado de la luz, quizás nunca hasta ahora había sido tan claro el contraste arquitectónico entre lo terrenal y lo celestial, entre lo finito y lo infinito. Guarini renunció al principio clásico que obliga a los arquitectos a proyectar en términos de módulos, como Borromini, Guarini también basó su procedimiento de proyecto en las formas poligonales, en consecuencia el espacio arquitectónico pierde la rigidez que pone la ley del modulo y puede ganar en fluidez proyectar por combinación de figuras geométricas permitió a Guarini construir intersectados, uno dentro de otros.