Hotel Antumalal

De Casiopea
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Hotel Antumalal



AutorJorge Elton, Miguel Eyquem
LugarPucón, Chile
Período1948-1952
Palabras Clavearquitectura, obra
OficiosArquitectura
MaterialidadHormigón Armado, Acero, Roca, Cristal
Dimensiones2000 m2
Documentos
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Notas de Miguel Eyquem



En esa época era socio de Jorge Elton, como sucesor de Alberto Cruz. Ese año –1947– Jorge iniciaba la construcción de casas de madera con paneles isolita, una invención del ingeniero Joaquín Gandarillas. De tal modo, el poco trabajo de proyectos de arquitectura quedaba a mi cargo en la oficina de calle Morandé, mientras Jorge estaba en los talleres de Gandarillas.

En esta situación llegó Willy [Guillermo] Pollak a pedir que le estudiaran un hotel en el lago Villarrica. Tuve la suerte de haber iniciado el proyecto desde el momento de conseguir un préstamo de la Corporación de Fomento. Para esto Pollak había invitado al presidente Gabriel González Videla y a su mujer, Miti, al café que Jorge le había construido en la playa del lago. Tuve el honor de darles la mano para que no se cayeran al agua al bajar del bote que los traía.

Willy quería que el Presidente le ayudara con el crédito corfo. Así comenzó el proyecto. Un terreno con un bosque nativo, con quiebres y sin un levantamiento topográfico (era muy caro). Un fin de semana Jorge con Willy miden el lugar descubierto por Willy, y sin duda el único posible ya que todos los árboles eran sagrados. Ésta era la primera regla. La segunda: sólo hormigón pues la madera se incendia. La tercera: el terreno es igualmente intocable; en este caso desde luego por el costo.

Jorge logra rayar el croquis de un partido general sin tocar ningún árbol. Esto, conversado con Pollak. Estaba aceptada una idea para realizar un proyecto. A este proyecto dediqué el año 47, y el 48 a su construcción. Este espíritu de simplicidad y economía iluminó todo el proyecto. Una absoluta sencillez geométrica: dos planos horizontales separados por un plano vertical. Dos losas absolutamente lisas por el interior. Sin dinteles ni vigas a la vista; un solo cielo sin sombras.

Los largos aleros de los dormitorios salitas, alargaban el espacio muy medido. Al sentarse en el alféizar de madera de la ventana –apoyándose contra el gran vidrio– se extiende el interior protegido por la prolongación del cielo sin ningún dintel. Desde el borde del alero hasta el fondo del dormitorio con su chimenea, hay un cielo liso sin sombras, que iluminado agranda el espacio.

Este partido lineal se extendió en una plataforma plana que comienza a bajar rápidamente hacia el lago bajo el living. Siguiendo el principio de no alterar el suelo natural, la losa del living sigue a nivel sin muros de contención. El muro de piedra que gira alrededor del hermoso lingue descansa sobre una viga, la que se apoya sobre la pata de «Marsella» (como en la Unité d’Habitation, construida cuatro años después), un homenaje a Le Corbusier, el maestro. El no seguir la pendiente alargando pilares también lo realizó Le Corbusier en el convento de La Tourette diez años después; en ese entonces nadie lo conocía. Caminando por el parque junto al extremo del living se oye un canto del agua que viene por el hueco bajo la losa. Una vertiente natural, como un homenaje a Wright.

En el living, la ventana del fondo sobre el lago ofrece una pequeña inclinación hacia el lago. Todos los vidrios reflejan, sobre todo de noche desde el interior. Esta ventana refleja el cielo blanco y liso sin sombras. De tal modo no dibuja ningún reflejo sobre el vidrio. La visión del lago aparece sin interrupciones.

En esta obra es necesario avalar un hecho inhabitual capaz de explicar la calidad y ciertas particularidades. Es el extraño hecho donde el constructor es el propietario. Es él quien se arriesga. Esta obra tuvo la suerte de tener a Willy Pollak, un artista capaz de superar las incalculables dificultades para realizar lo que se proponía en un lugar tan aislado como era Pucón en ese entonces.

Ésta es una obra realizada mano a mano por tres autores. Jorge, quien dio el puntapié de la partida (después debía dedicarse a montar un taller de prefabricación). Eyquem con Pollak en el desarrollo del proyecto y su edificación. Willy era muy fiel para seguir todos los detalles de construcción porque comprendía la arquitectura naciente y colaboraba con sus propios aportes con la seguridad de un artista. Por ejemplo, el revestimiento de tablones de araucaria en el muro del living. El muro de piedra que no toca el cielo; es un cielo flotando sobre la luz. A este muro dibujado recto a continuación de la curva, Willy le imprimió un gálibo, leve curvatura revelada por la luz tangente de la ventana del lago. Así ablandó la dureza de la piedra, con la sensibilidad de la luz del fotógrafo.

Igualmente el ingeniero calculista, el mejor de la época, Luis Matte, no propuso ningún cambio, aún en un tramo muy difícil de calcular. Este tramo debía mantener la línea del borde del alero sin interrupción hasta el living donde seguía la línea de la losa. El tramo entre alero y living, de seis 52 metros, significaba una viga cuya sección era en posición horizontal. Nada reclamó, comprendiendo la necesidad de esta línea para mostrar la unidad plástica de este volumen. Después me contó cuánto le había costado ese cálculo. Esta presentación de la obra sería muy incompleta si no la instalamos en el lugar especialísimo donde se encuentra. Quien se dedicó en cuerpo y alma a esta delicada tarea fue Katchena, la señora. Ella limpió, ordenó el bosque virgen. Trazó esas terrazas de piedra del lugar, dibujó esas gradas que van girando suavemente alrededor de una roca, sin hacer bordes de cemento sino de flores, igual con los troncos de los grandes árboles rodeados con un cuello de flores muy bien escogidas. Hizo de la selva este parque acogedor y admirable, admirado hoy día por todos. Era una familia de artistas, escaladores de montañas en Europa. Aquí siguieron remontando alturas insospechadas con estas obras de arte. Solamente reconociendo esta verdad después de muchos años, es posible comprender esta obra donde está; un fenómeno fuera de rango en lo normal de este país en aquellos años. Una obra sin otro interés sino el de descubrir la belleza. En 1947 le debemos estos recursos plásticos a los grandes pioneros europeos: Le Corbusier, Van der Rohe, Gropius, y a los americanos: Wright; y los austriacos Rudolph Schindler y Richard Neutra en California.

Entre los factores fundamentales en la generación de esta obra se encuentra Jorge Elton, gran amigo de Willy Pollak. Se encuentra en una situación especial por circunstancias del momento. Elton no ha sido reconocido en su verdadera estatura; su figura como arquitecto y como persona. Su tiempo no tuvo la suerte de conocer el gran talento plástico, la mano que poseía. No hubo reales oportunidades y esto se perdió. Su persona, humildemente no se hacía notar; humilde como un gran creador. Su enorme generosidad sólo podía conocerse en un contacto muy próximo, en el trabajo mismo. Con el proyecto de Antumalal tuve, por esos dones del espíritu, la suerte de encontrarme en acción con esa generosidad incalculable, sólo posible en una alma grande. Me confió sin restricciones el desarrollo y la responsabilidad de la obra desde el proyecto. Es decir, me entregaba la obra. Nunca he visto algo igual, y con una obra que nos importaba, pues la teníamos en el corazón. Nos dábamos cuenta del caso único que significaba ahí, en esos momentos de la arquitectura moderna en Chile. Aunque al país le ha costado más de 50 años darse cuenta que era una obra de vanguardia en el mundo en ese momento. Y, en Chile, Emilio Duhart, un gran pionero con quien trabajé.

Hoy día, le debemos el estado original en que se encuentra la obra a la heredera de estos artistas, la hija menor, Ronny Pollak, quien ha hecho este esfuerzo con absoluta fidelidad durante los 67 años de este edificio.

FotografÍas AHJVA



Las fotografías están publicadas en el Flickr Archivo Histórico José Vial Armstrong de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV > Colecciones > I OBRAS > Miguel Eyquem (VER LINK), contiene 10 fotografías y croquis de Miguel Eyquem.

Flickr de archivo-escuela.

Publicaciones sobre la obra



  1. Oyarzún Pérez, Fernando. Antumalal: Capturando el sol en Villarica. Revista ARQ
  2. Revista En Viaje, 1956
  3. Eyguem, Miguel. Antumalal: Testimonio de proyecto. 2013
  4. Booth, Rodrigo. “Y aquí la mano del hombre complementó la prodigalidad de Dios”...El proyecto moderno en el hotel Antumalal. 1er seminario DOCOMOMO Chile
  5. Eyquem, Miguel (2016) El proyecto de la obra: de la gravedad a la levedad / Pág. 50-59