Gradualidad Progresiva en el Horizonte - Francisca Estay Lobos

De Casiopea
Gradualidad Progresiva en el Horizonte - Francisca Estay Lobos
TítuloGradualidad Progresiva en el Horizonte - Francisca Estay Lobos
Tipo de ProyectoProyecto de Titulación
Período2023-2023
AsignaturaProyecto de Titulación
CarrerasDiseño
Alumno(s)Francisca Estay
ProfesorAlfred Thiers
PDFArchivo:Estay Francisca Carpeta 11-12-2023.pdf

Introducción

El proyecto surge de la exploración y comprensión del habitar en espacios mínimos, hallando su expresión en la creación de un habitáculo en Ciudad Abierta. Este enfoque hacia el habitar mínimo se centra en desplegar los diversos actos de la vida cotidiana dentro de un único espacio, jugando con su aparición y desaparición. Durante esta inmersión en el espacio, se evidenció la ausencia del acto de cocinar y la existencia de un espacio reservado para ello. Al observar detenidamente el acto de cocinar, surgió la inquietud acerca de la transición natural entre cocinar y comer, percibiendo una secuencia de gestos que evolucionan gradualmente, marcando una transición única. Dentro del habitáculo, el acto de cocinar se desenvuelve en un plano horizontal, ofreciendo dimensiones específicas y un tiempo delimitado para llevar a cabo el acto.

Hipótesis

La pregunta central que guiará este estudio es: ¿Cuál es la configuración espacial o el diseño específico de un elemento que garantice una transición fluida entre los actos de cocinar y comer en el entorno de un habitar mínimo, considerando la esencia del aparecer y desaparecer del habitar en el espacio? Esta interrogante surge al buscar comprender cómo la configuración espacial, la integración de elementos y la gestualidad pueden influir significativamente en la transición entre acciones y actos, y el fomentar la continuidad en el desenvolvimiento de estos actos en un espacio reducido.

En esta línea, se explora la posibilidad de diseñar un mobiliario multifuncional basado en módulos que emergen mediante mecanismos de rotación y deslizamiento, además de una configuración interna que incorpora contenedores para utensilios de cocina, elementos pensados para acompañar y facilitar el proceso de uso de utensilios durante el desarrollo de los actos. Se anticipa que esta disposición modular, combinada con la organización interna actuarán como factores claves para propiciar una transición gradual y progresiva entre acciones, manteniendo la fluidez y coherencia en el flujo de acciones dentro del espacio habitable.

Objetivos del proyecto

Se explora la interacción dinámica entre el acto de cocinar y comer, así como la transición fluida entre ambos en un espacio con limitaciones, pero con potencial para optimizar el acto.

El objetivo general del proyecto es:

Diseñar y construir un mobiliario adaptable; desarrollar un mueble ergonómico y funcional que se ajuste al habitáculo, permitiendo la transición de una acción en tensión hacia una postura en distensión de manera gradual, como también la transición entre el acto de cocinar y comer. Este mobiliario debe permitir la optimización del espacio y la capacidad de aparecer y desaparecer.

Los objetivos específicos son:

Mejorar la habitabilidad del espacio; buscar soluciones para maximizar la eficiencia y comodidad en un área restringida, enfocándose en la ergonomía y la fluidez de movimiento durante el acto.

Crear una transición fluida; promover la continuidad y flujo entre las acciones de cocinar y comer, fomentando una experiencia gradual en la que el mobiliario actúe como facilitador de esta transición. Aplicar los conceptos de ergonomía y dinamismo; integrar principios ergonómicos y dinámicos en el diseño del mobiliario y el espacio, asegurando que se adapten a las necesidades del usuario y permitan la evolución natural de las acciones entre cocinar y comer.

Optimizar la interacción cuerpo-espacio-objetos; lograr una interacción entre el cuerpo humano, el mobiliario diseñado y el espacio limitado disponible, para facilitar la ejecución de tareas y la transición entre actos.

Demostrar viabilidad y funcionalidad; probar y validar el diseño propuesto mediante pruebas prácticas, simulaciones o maquetas, demostrando su eficacia para brindar esa continuidad fluida en el acto dentro del espacio limitado del habitáculo.

Proceso de Diseño

Se inició con un estudio de observación del espacio el cual habitamos diariamente. La vista puesta en un espacio de la casa el cual requiera de una mesa, por lo tanto, se debía proponer y desarrollar una mesa que sea conveniente para aquel espacio. Se distinguió un amplio lugar que llamaba la atención debido a su disponibilidad, mal conformado, generando un centro deshabitado en el espacio. En él existe un flujo de movimiento constante, por lo tanto, resultaba ser una zona de paso para la persona. La existencia de este espacio con aquellas características es potencia para la intervención del diseño, por lo que se propone una mesa la cual organiza la estancia del humano alrededor de este elemento céntrico.

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Propuesta de diseño en el espacio

Teniendo en cuenta que es un espacio el cual se adaptó al tránsito diario, al elemento se le otorgó la cualidad de pasar desapercibido. Por lo tanto, se piensa en una superficie elevable, de dos momentos. El primer momento será el desaparecer, elevando la superficie a la máxima altura del cielo del recinto. Y el segundo momento, el aparecer, será posado en el suelo durante su uso.

La forma, de la superficie, tomando en cuenta las cualidades que se le otorgarán, será simple, de una silueta sencilla y armónica, que, al ser expuesta en ambos momentos, esta pase desapercibida y no llamativa.

El desaparecer de la mesa será el aparecer de la iluminación en el ambiente. Por lo tanto, durante el primer momento de la mesa, cuando está suspendida en la altura máxima, aparecerán luces desde la parte inferior de la mesa. Desaparece la mesa, aparece la lampara.

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Mapa Conceptual

Tras haber realizado la tarea anterior, el desarrollo y propuesta de una mesa para un espacio de la casa, se trabaja la parte más fundamental, el proceso de diseño. Es importante ya que proporciona una estructura y metodología ordenada, sistemática y eficiente para abordar un proyecto de diseño. A partir del desarrollo del proceso de diseño de la mesa, se desarrolla un mapa conceptual del proceso de diseño más genérico, pero relacionado al proceso de diseño de un objeto.

Iteraciones

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Mapa Conceptual

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En el proceso de diseño se distinguen las etapas según su importancia.

Propuesta – se realiza un breve análisis de observación, formulación y proceso de formativo de la propuesta para poder definir un presupuesto de trabajo y materiales, una cotización pertinente del trabajo productivo y materiales.

Observación del espacio – estudio exploratorio y descriptivo para obtener información sobre el contexto y espacio.

Oportunidades de diseño en el espacio – a partir de os registros, se identifican oportunidades de diseño para intervenir en el espacio. ¿Cómo se abordan? - Se desarrollan propuestas obteniendo variables. Surge la creación de una forma. Se abordan las falencias y oportunidades del espacio donde se puede intervenir a través del diseño.

Ajuste de forma – en esta etapa se abordan diferentes aspectos y tareas de la ejecución de la forma, tales como dimensiones, recepción y clasificación de piezas/materiales/herramientas, fabricación de piezas, ensamble de piezas, verificación, terminación estructural, entre otras.

Costo productivo – son los gastos asociados con la creación, desarrollo y producción del producto y servicio.

Prototipado – primer modelo fabricado para la validación. En esta etapa se hacen pruebas más específicas, como de uniones, piezas, etc.

Validación – con la forma constructiva del elemento, se hacen pruebas de uso y ergonómicas, para comprobar su efectividad en cuanto a forma y funcionamiento. Se entregan los detalles constructivos que no se presentan en el prototipo (terminaciones).

Cuerpo final – fabricación total del elemento.

Caso de Estudio

Contexto Proyectos Anteriores

En la parte alta de Ciudad Abierta, Ritoque, existe un proyecto que se centra en la construcción de un habitáculo. Este espacio está destinado a explorar el concepto de espacios mínimos, y actualmente, varios proyectos de título están relacionados con esta iniciativa. La pregunta central que guía estos proyectos es:

¿Cómo es habitar un espacio mínimo?

La esencia de este concepto de habitar en espacios mínimos radica en la idea de que los diferentes actos cotidianos, como por ejemplo el acceder y el dormir, ocurran secuencialmente en un mismo espacio. Este enfoque sugiere que los diversos actos del habitar se desplieguen uno a la vez dentro de un único espacio, siguiendo una misma dirección, marcada por el aparecer y desaparecer. En otras palabras, los actos del habitar diario emergen y desaparecen visualmente, contribuyendo de manera conjunta a la totalidad de la experiencia de habitar en este espacio particular de Ciudad Abierta. El proyecto busca, mediante la simplicidad y la conexión entre los actos, explorar y definir cómo es vivir en un entorno mínimo.

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Observación

Observación y Reconocimiento Espacial Ciudad Abierta

Se realizaron diferentes visitas al lugar, las cuales consistieron en conocer y explorar el espacio. Por un lado, se comprendió su estructura y su relación con el exterior, el cómo su estructura y organización de los espacios están relacionados con el horizonte del exterior. Se percibe también cierta organización y orden en el espacio a partir de la luz que ingresa y se refleja en él, y mediante el horizonte y la luz, aparece y desaparece el habitar en el espacio.

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Mediante la luz natural, realzan distintas áreas del espacio, se definen límites que no están físicamente marcados. Se produce una orientación y organización en el espacio tras los componentes y la luz. Se genera una separación visual por el contraste de la luz en el espacio.

Existe una relación entre el espacio, la estructura, y el exterior. Los componentes del habitáculo comparten un horizonte con el exterior, las rectas siguen una altura. Tanto la luz como el horizonte organizan el espacio. En aquel espacio, mediante el horizonte delimitado y la luz natural, aparece y desaparece el habitar. Desaparece un acto y aparece otro.

Por otro lado, se realizó una estancia de 24 horas en el habitáculo, en donde nos hicimos la pregunta de cómo sería una estancia normal en un espacio mínimo. Nos pusimos en aquella situación, haciendo de la estancia en el espacio reducido un habitar normal y cotidiano, en donde se realizan las tareas diarias como trabajar, cocinar, comer, permanecer y descansar.

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Al momento de oscurecer, se instaló una luz direccionada hacia la superficie de trabajo de cocina, la cual resultaba iluminar todo el espacio del interior.

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En dos niveles diferentes del espacio instalamos las camas. En el suelo de la cocina y en el suelo del escritorio.

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A partir de las observaciones del horizonte y el cómo emerge el aparecer y desaparecer del habitar en el espacio, se profundiza en aquel gesto, centrando la mirada en el diálogo entre dos actos en particular, en la existencia de una transición entre el acto de cocinar y el acto de comer.

Observación Gestual

En el habitáculo, lo mínimo del habitar propone que los diferentes actos del habitar ocurran uno a la vez, dentro de este mismo espacio. Actos como el acceder el dormir, que han de tomar el espacio completo para su ocurrencia, y el diálogo que se genera entre estos. Me comienzo a preguntar por aquella transición, entre ambos actos, tomando el cocinar y el comer como un proceso, conformado por diferentes secuencias de acciones que aparecen y desaparecen constantemente. El modo de pasar de una a otra va de lo tenso a lo destenso, en donde la gestión del cuerpo inmerso en el proceso cambia gradualmente. Resulta ser un vaivén en donde la cadencia de los gestos progresa y cambia gradualmente. No aparecen y desaparecen de una vez, particularmente el cocinar y el comer, en otras palabras de la preparación a la mesa, sino que es una transición.

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Existen dos actos, el de cocinar y el de comer. Ambos actos se desenvuelven en una superficie, pero en espacios separados, distanciados. Ciertas etapas de la preparación toman tiempo, por lo que aparece un momento de espera. Existen lapsos de espera en donde el cuerpo tiene opciones de estar. Es el primer paso a la proximidad entre actos, que requiere de un consentimiento, en este caso sería el tiempo de espera. Estos espacios de tiempo entre actos dan cabida a los distingos que permiten la transición de un acto a otro, son traslapes que aparecen entre actos.

Se genera un vaivén entre actos. Un ir y venir a través de las zonas de trabajo, cocinar y comer, en donde en aquellos momentos de espera de un acto, se aproxima el inicio del otro. Durante la espera en el acto de cocinar, se comienza a preparar el acto de comer.

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Debido a que la zona de preparación es la misma en donde se come, no era posible que los utensilios y residuos permanecieran en el lugar del acto y luego pasar al acto siguiente. Estos actos se desenvuelven en el ámbito de una mesa, un espacio abierto, que ofrece tiempo y dimensiones, y se genera un traslape entre ambos a través del lapso de espera que existe en el acto de cocinar, el cual permite la introducción al acto de comer. El hecho de estar en un mismo espacio permite esa introducción de un acto mientras simultáneamente sigue ocurriendo el otro.

El sacar y guardar elementos implica un cambio en la orientación de los actos, en algunas ocasiones genera una sensación de interrupción en el flujo de los actos. Sin embargo, es un elemento fundamental en la cadencia de los actos, ya que mantiene una continuidad y eficiencia en el desenvolver de los actos.

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La persona realiza un movimiento envolvente con la mano y la cuchara para ahuecar la palta.

Ejerce presión hacia el plato desde el hombro, el cuerpo se inclina ligeramente hacia el frente para moler la palta.

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Durante el revolver, el cuerpo adopta una postura erguida y relajada, apoyada ligeramente. El movimiento lo hace el codo y la muñeca, minimizando la tensión. El movimiento es rítmico y repetitivo, coordinando ambas manos, mueve la cuchara en círculos mientras que con la otra mueve el plato, girando.

En el acto de cocinar, durante el ahuecar y moler una palta, la persona está en tensión, y durante el revolver la palta al aliñarla, el cuerpo está holgado, en distensión. Esta sucesión de acciones, el modo de pasar de una a otra va de lo tenso a lo destenso, ese pasar de una acción tensa a otra destensa ocurre gradualmente.

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Se mueve con una postura pausada y equilibrada alrededor de la cocina, sin esfuerzo. La persona adopta una postura aflojada, de movimientos pausados. Todo el cuerpo apoyado sobre una pierna, relajando la otra, ligeramente apoyada, movimientos sutiles.

Fundamento

En el desenvolvimiento de los actos de cocinar y comer, se evidencia una progresión entre actos. Aparece un diálogo entre acciones, una transición en donde el cuerpo recorre el espacio respectivo e interacciona con los elementos, generando un flujo. Junto con movimientos secuenciados, aumentando y disminuyendo la tensión gestual en un ritmo constante, aparece un vaivén cambiante y continuo de momentos. Una continuidad otorgada por la sucesión de acciones en los actos. Es una sucesión de lo tenso a lo destenso, y viceversa, que ocurre gradualmente.

Aquel gesto se desenvuelve en el ámbito de una mesa, una horizontal que resulta ser un espacio abierto, el cual ofrece tiempo y dimensión. Un espacio en donde el cuerpo tiene opciones de estar, el cual da cabida a distingos que permiten la transición de una acción a otra.

El cuerpo se encuentra inmerso en el proceso dinámico, generando el aparecer y desaparecer de acciones, en donde la transición de una acción en tensión comienza a adoptar una postura opuesta, en distensión, gradualmente. A esta situación la nombramos una cadencia gradual.

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Profundidad y extensión del espacio disponible para la ocurrencia del acto

Espacios mínimos

En el campo de la arquitectura y diseño, el concepto de espacios mínimos se refiere a un enfoque de diseño que se centra en la simplicidad, la eficiencia y la reducción de elementos innecesarios en un espacio. Este concepto busca crear espacios que sean funcionales.

Le Corbusier, arquitecto del siglo XX, aborda en sus estudios y en propuestas arquitectónicas el tema de la vivienda económica, considerando que era una necesidad fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas y resolver los problemas de la vivienda en las ciudades modernas. También desarrolla un sistema de medidas modular, conocido como “Le Modulor”, un sistema de medidas flexible y aplicable en diferentes escalas, que buscaba estandarizar las dimensiones de los espacios habitables de manera eficiente y económica, y buscaba establecer una relación entre el ser humano, el espacio y las proporciones en el diseño arquitectónico. En términos de diseño, Le Corbusier abogaba por la optimización del espacio, la eliminación de elementos innecesarios y la incorporación de espacios multifuncionales.

Estos principios de eficiencia espacial, estandarización y modularidad en los diseños de Le Corbusier se relacionan con la idea de microhabitabilidad.

Microhabitabilidad

A partir de la lectura de “Peculiaridades: cualidades intrinsecas de los objetos”, se comienza un estudio acerca de la microhabitabilidad. Este concepto se refiere a la planificación y diseño de espacios pequeños con el objetivo de hacerlos habitables y funcionales. Se trata de optimizar y aprovechar al máximo el espacio disponible para crear entornos habitables y cómodos en áreas reducidas.

En “Embarcación Amereida”, proyecto por Boris Ivelik (2005), el autor habla sobre la noción de la habitabilidad en contexto de un proyecto que se llevó a cabo durante varios años, el cual se distingue por su infraestructura y funcionalidad. El proyecto se basa principalmente en la investigación del diseño de la micro y macrohabitabilidad. Este posteriormente se comenzó a materializar con el objetivo de optimizar espacios y lograr una funcionalidad destacada, enfocándose en hacer que cada espacio sea aprovechado al máximo, asegurando una alta funcionalidad. Ivelik (2005) afirma “Podemos distinguir la macrohabitabilidad, esto es la concepción del barco como un gran objeto habitable, de otra que podríamos llamar microhabitabilidad, los objetos más pequeños, próximos al cuerpo, que se insertan con la macrohabitabilidad, fundiéndose en un solo gran elemento”. Además “Llegar a que la microhabitabilidad esté en una íntima relación con la macrohabitabilidad, en donde objeto y espacio no se anulen ni confundan, sino que mantengan equisdistancia y exalten, el uno al otro, sus propias cualidades.”. En cuanto al habitáculo, los componentes debieran estar relacionándose con el espacio, con su concepto del aparecer y desaparecer. El aparecer de los componentes permite que este se relacione con el espacio, transformándolo en un total del habitar.


También afirma que existen diferentes aspectos que aportan al diseño y a la planificación tanto de objetos como de espacios reducidos, para lograr que sean funcionales y habitables. Se nombran peculiaridades que se distinguen en objetos, tales como:

Plegabilidad Consiste en la capacidad de elementos de transformarse, su dimensión aumenta y disminuye, lo que permite que el elemento aparezca y desaparezca, tras solo un gesto del cuerpo.

Abrir y cerrar Al igual que la cualidad de plegabilidad, el abrir y cerrar es la capacidad de un objeto de hacer aparecer y desaparecer, hacer aparecer un elemento oculto, y viceversa.

Adosabilidad Es la capacidad de los elementos de unirse unos con otros, entre elementos semejantes, conformando elementos de cuerpos mayores.

Polifuncionalidad Es la capacidad de un elemento para cumplir múltiples funciones o usos diferentes. La polifuncionalidad es especialmente relevante en contextos en donde el espacio es reducido, por lo que se buscan soluciones de diseño que maximicen la funcionalidad y eficiencia del espacio disponible.

Aparecer y desaparecer Es la capacidad de elementos o estructuras para ser visibles o invisibles según sea necesario. Es una característica que permite ocultar o revelar elementos para optimizar el uso del espacio.

Abrir y Cerrar

Según Ivelik (2016), el concepto de abrir y cerrar se interpreta como el paso entre lo que está dentro y fuera. Al abrir, se revela lo que está guardado en el interior, se permite que aparezca. En contraste, al cerrar, se oculta, se guarda lo que estaba presente. En esencia, el acto de abrir y cerrar se convierte en la transición entre lo que permanece guardado y lo que se expone, marcando la frontera entre el contenido interior y el exterior.

La escala del abrir y cerrar puede entenderse en diferentes niveles, desde la interacción directa con objetos que podemos sostener hasta la manipulación de componentes más extensos del entorno de mobiliario de un espacio que forman parte de un interior más amplio.

A. Escala de objetos: Esta escala se refiere a la capacidad del cuerpo para portar y manipular objetos, incluso desplazarlos, dependiendo de la magnitud y el peso del objeto. Por ejemplo, abrir y cerrar una puerta, una caja, o cualquier objeto que pueda ser transportado y manejado directamente por una persona.

B- Escala del mobiliario: Esta escala se amplía al ámbito del mobiliario, que es acogido en un espacio interior más grande. Incluye elementos como escritorios, armarios, muebles de cocina, cómodas, etc. Aquí, el abrir y cerrar puede involucrar gabinetes, cajones, puertas y otros componentes que forman parte de muebles más grandes y complejos.

La dinámica del abrir y cerrar está intrínsecamente conectada con el proceso de guardar y ordenar. Al guardar, se ejerce un cuidado particular en mantener un orden preciso; ordenar se interpreta como la acción de clasificar meticulosamente. Esta clasificación tiene como finalidad principal facilitar la ubicación rápida y sin complicaciones de lo necesario cuando surge la demanda. Cuando llega el momento de abrir, se revela todo el contenido de manera prominente, dispuesto estratégicamente en gabinetes clasificados, sin elementos escondidos detrás o debajo. Esta disposición intencional busca eliminar la necesidad de búsqueda, optimizando la eficiencia del proceso. Aunque no se exprese de manera directa, la relación entre abrir y cerrar se manifiesta de manera inherente al acto de guardar y ordenar, consolidando un sistema fluido que enfatiza la accesibilidad y la organización.

La dinámica del abrir y cerrar está intrínsecamente conectada con el proceso de guardar y ordenar. Al guardar, se ejerce un cuidado particular en mantener un orden preciso; ordenar se interpreta como la acción de clasificar meticulosamente. Esta clasificación tiene como finalidad principal facilitar la ubicación rápida y sin complicaciones de lo necesario cuando surge la demanda. Cuando llega el momento de abrir, se revela todo el contenido de manera prominente, dispuesto estratégicamente en gabinetes clasificados, sin elementos escondidos detrás o debajo. Esta disposición intencional busca eliminar la necesidad de búsqueda, optimizando la eficiencia del proceso. Aunque no se exprese de manera directa, la relación entre abrir y cerrar se manifiesta de manera inherente al acto de guardar y ordenar, consolidando un sistema fluido que enfatiza la accesibilidad y la organización.

Caja de herramientas: el abrir ofrece bandejas de clasificación y guardado, mediante un conjunto de seis bielas. Los objetos contenidos quedan en primer plano para su rápida ubicación.

Ergonomía de la cocina

La mano humana es la base originaria de los medios de mecanización. Los gestos humanos vienen a partir de esta simple herramienta, la cual nos permite apretar, tirar, moldear, buscar, entre otras. La mecanización impacta la forma en que realizamos movimientos cotidianos, transformando los gestos manuales, como empujar o tirar, en movimientos más continuos. El gesto manual no puede mantener un movimiento de rotación continuo, siendo esto último lo que ocasiona la mecanización, la rotación continua. Por lo que la mecanización viene a logra una automatización y continuidad en los movimientos.

En aquello se destaca la importancia de la comodidad y conveniencia, donde el ser humano busca ordenar y controlar su entorno para obtener el máximo confort. Y la automatización y continuidad en los movimientos, logrados a través de la mecanización, contribuyen a esa búsqueda de comodidad en la vida cotidiana. La mecanización se presenta como un medio para mejorar la eficiencia y facilitar la acción, contribuyendo así a la búsqueda de mayor confort. El confort, entendido como “conveniencia”, implica que los seres humanos tienen la necesidad de organizar y controlar su entorno más cercano para obtener el máximo bienestar. Se destaca la influencia de esta perspectiva en la creación de mobiliario, utilizando ayudas técnicas proporcionadas por la mecanización, proporcionando así un mayor nivel de confort y movilidad.

La movilidad y la adaptación al cuerpo son elementos clave en el mobiliario que responde a la postura, abordando así los desafíos relacionados con el movimiento. Esta filosofía comparte similitudes entre los entornos de fabricación y el hogar, ambos buscando mejorar la organización y reducir trabajos innecesarios.

Un ejemplo histórico de esta búsqueda de eficiencia se encuentra en las palabras de Catherine Esther Beecher, quien, en 1869, destacó “la cocina del buque de vapor dispone de todos los artículos y utensilios utilizados al cocinar para 200 personas en un espacio (…) tan bien dispuestos que, con uno o dos pasos, el cocinero puede echar mano a todo lo que utiliza”. (Giedion, 1978)


En la cocina mecanizada contemporánea, se reconocen tres centros de trabajo: almacenamiento y conservación, limpieza y preparación, y la cocina y servicio. Es interesante notar que dos de estos centros ya fueron identificados por Beecher en 1869, demostrando la continuidad de la búsqueda de eficiencia y organización en la evolución de los espacios domésticos. (Giedion, 1978)

Ergonomía Del gr. ἔργον érgon ‘trabajo’ y -nomía.

1. f. Estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia. (Real Academia Española, 2023)

La ergonomía de la cocina se centra en diseñar espacios de trabajo que se ajusten a las características individuales de quienes los utilizan. Este enfoque abarca todas las medidas destinadas a personalizar la cocina según las necesidades físicas, asegurando que las personas puedan moverse con facilidad. La ergonomía en la cocina se traduce en comodidad, practicidad y confort, con el propósito de minimizar el esfuerzo requerido para realizar las tareas cotidianas en ese ambiente. En esencia, busca crear condiciones ideales que se adapten al cuerpo humano y mejoren la experiencia en la cocina.

Cuando hablamos de confort, hablamos de “conveniencia”. “El hombre debía ordenar y controlar su entorno intimo para que este pudiera proporcionarle las mayores comodidades. Esta visión nos movería a crear nuestro mobiliario. Y utilizar todas las ayudas técnicas que la mecanización ponga a nuestra disposición.” (Giedion, 1978)

Para alcanzar una cocina que optimice esto, es esencial considerar cuidadosamente la distribución del espacio, especialmente en relación con las diferentes etapas involucradas en el acto de cocinar. Siguiendo la distribución propuesta por Ernst Neufert, se establece un diseño para el entorno de cocina en un espacio mínimo, con el objetivo de proporcionar continuidad fluida durante la actividad.

La distribución se compone de distintas zonas de trabajo, cada una diseñada para facilitar la continuidad y eficiencia en el proceso de cocinar. Estas áreas fundamentales incluyen la zona de preparación, la zona de cocción y la zona de almacenamiento. La conexión fluida entre estas zonas se crea con la intención de simplificar y agilizar las acciones durante el acto de cocinar.

El modelo se basa en la idea de unir estas zonas para generar una continuidad, permitiendo así una disposición efectiva de los lugares de trabajo. Esta distribución se concibe con suficiente espacio para movimientos sin restricciones y eliminando trayectos innecesarios. Es decir, se busca no solo eficiencia funcional, sino también comodidad y fluidez en el proceso de cocinar.

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Esquema frecuencia de utilización de los distintos ámbitos de una cocina (Neufert, 1974)

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Simplificación gráfica del esquema

Christine Frederich (economista domestica de principios del siglo XX), en uno de sus textos llamado “The new housekeeping” (1913) habla sobre la carga de trabajo y la actitud mental de las mujeres hacia las tareas del hogar en aquella época, en donde destaca la importancia de adoptar una actitud eficiente y vigorosa para enfrentar las tareas. Para esto, menciona la aplicación de principios para mejorar la eficiencia, como la importancia de las operaciones estandarizadas, es decir, la estandarización de las condiciones en la cocina, lo que incluye tener una altura adecuada para la mesa de trabajo, buena iluminación, ventilación, y el uso de herramientas correctas. También destaca la existencia de tareas que pueden ser evitables o realizarlas de manera más eficiente durante el acto de cocinar, tales como evitar caminar veinte pies para colgar el batidor de huevos, según la autora.

El propósito de hacer la cocina accesible y ergonómica es facilitar al máximo los movimientos y la postura, asegurándose de que todo esté al alcance, sin dejar espacios vacíos y cuidando la comodidad postural. En este sentido, los muebles deben ajustarse con el fin de responder a las exigencias derivadas del habitar de la persona.

El gesto común de una persona en la cocina implica movimientos repetitivos, y el diseño de la cocina se deriva de un estudio detallado de estos hábitos. Esto conduce al desarrollo de sistemas que organizan los espacios de la cocina de manera eficiente. Se prioriza la funcionalidad de los movimientos entre las diferentes áreas de trabajo para minimizar la necesidad de desplazamientos innecesarios.

Cada elemento en la cocina tiene un espacio asignado de acuerdo con la lógica cotidiana, asegurando que su ubicación sea funcional y se ajuste a la forma en que las personas realizan sus tareas diarias, centrándose en optimizar la disposición de los elementos para mejorar la eficiencia y comodidad en el accionar.

¿Cuánto es el mínimo de etapas en el proceso?

Zonas de trabajo

Tras la lectura de Ernst Neufert en “Arte de proyectar en arquitectura”, un arquitecto alemán reconocido por su trabajo en el campo de la arquitectura y el diseño de espacios, se estudia el contenido el cual aborda una amplia variedad de temas relacionados con el diseño de espacios habitables, en donde considera aspectos como la ergonomía, la funcionalidad y los estándares de dimensionamiento, incluyendo la planificación de cocinas. Dentro de este estudio, Neufert (1974) ofrece pautas generales sobre la distribución de las zonas en una cocina, en la que plantea que una cocina debe organizarse en función de tres zonas principales: la zona de almacenamiento, la zona de preparación y la zona de cocción. Estas zonas están diseñadas para facilitar el flujo de trabajo y optimizar la eficiencia en la cocina.

La zona de almacenamiento es el área donde se almacenan los alimentos, utensilios y electrodomésticos. Neufert recomienda ubicar esta zona cerca de la entrada de la cocina para facilitar el acceso a los alimentos y permitir un flujo suave de entrega de suministros. La zona de preparación es donde se llevan a cabo las tareas de preparación de los alimentos, como cortar, pelar y mezclar. Neufert sugiere que esta zona se encuentre cerca de la zona de almacenamiento para facilitar el acceso rápido a los ingredientes necesarios. La zona de cocción está dedicada a la cocción de los alimentos la cual puede incluir la estufa, el horno y otros electrodomésticos de cocción. Sugiere que la zona de cocción se encuentre cerca de la zona de preparación para facilitar la transferencia de ingredientes de una zona a otra. Además de estas tres zonas principales, también destaca la importancia de la zona de limpieza, que debe estar ubicada cerca de la zona de preparación y cocción. Esta zona incluye lavaplatos y los suministros de limpieza necesarios para mantener la cocina ordenada y limpia.

Se tomaron criterios importantes tras la lectura de Neufert, como la disposición que requiere una cocina y la frecuencia de utilización de los distintos ámbitos de una cocina, para conocer las dimensiones de cada zona y su importancia en el proceso, como también la relación entre cada una durante todo el proceso. En términos de la disposición física del espacio, se busca una distribución que precipite la circulación y la continuidad entre las diferentes zonas de trabajo.

En una cocina, las zonas de trabajo desempeñan un papel fundamental en el flujo eficiente en el proceso de cocinar. Se distinguieron tres zonas principales que son esenciales para el proceso: la zona de cocción, la zona de preparación y la zona de limpieza. Estas áreas deben estar estratégicamente distribuidas en el espacio, ya que la transición fluida entre ellas es clave para garantizar un flujo eficiente durante el proceso de cocinar.

La zona de cocción es donde se llevan a cabo las actividades relacionadas con la cocción de los alimentos. Aquí se encuentran la estufa, el horno y otros electrodomésticos de cocción. Esta área es donde se colocan las ollas, sartén y otros utensilios necesarios para cocinar los alimentos.

La zona de preparación es donde se realizan las tareas de cortar, picar, mezclar y preparar los ingredientes antes de cocinarlos. Aquí se encuentra la encimera o mesa de trabajo, donde se cortan los alimentos y se preparan las mezclas.

La zona de limpieza es donde se lleva a cabo el lavado de los utensilios de cocina y la limpieza general del área de trabajo. Aquí se encuentra el lavaplatos, junto con los suministros de limpieza necesarios, como detergente y esponjas.

Estas tres zonas de trabajo están vinculadas, en donde el movimiento del proceso está representado por un triángulo, una continuidad entre las zonas, con el objetivo de facilitar las tareas de la cocina, para obtener una disposición efectiva de los lugares de trabajo. Debe facilitar los procesos fluidos, con suficiente holgura y sin trayectos superfluos.

Se ha creado un esquema que representa la disposición de una cocina, reflejando el proceso reconocido en el estudio previo. Este esquema integra el triángulo de trabajo, abarcando las tres zonas funcionales mencionadas anteriormente, con el área de almacenamiento ubicada dentro de estas zonas. Los círculos rellenos indican las áreas de trabajo designadas dentro de este proceso.

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Diseño de distribución de cocina

Dimensiones y proporciones mínimas

Medidas del cuerpo en el espacio

Se realiza un levantamiento del comportamiento gestual de una persona en un espacio necesario, relacionándose con el espacio. Se toma como referencia la lectura “Arte de proyectar en arquitectura” de Ernst Neufert, en donde se aborda el tema de las dimensiones básicas y proporciones del cuerpo humano en relación con el diseño de espacios. Se considera que comprender las medidas y necesidades humanas es esencial para crear entornos funcionales, de modo que el diseño de espacios se adapten a las necesidades humanas.

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Medidas y dimensiones en una cocina

A partir de la lectura de “Arte de proyectar en arquitectura” de Ernst Neufert, un arquitecto alemán reconocido por su trabajo en el campo de la arquitectura y el diseño de espacios, se estudia el contenido el cual aborda una amplia variedad de temas relacionados con el diseño de espacios habitables, en donde considera aspectos como la ergonomía, la funcionalidad y los estándares de dimensionamiento, incluyendo la planificación de cocinas. Dentro de la planificación de cocinas, aborda las dimensiones estándar para una cocina. A continuación se presenta una serie de medidas que se consideran mínimas para la construcción de una cocina.

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¿Cuánto es el mínimo de espacio disponible?

Levantamiento espacial a partir de un horizonte

Volumen

En el habitáculo se reconoció una zona como área de cocina, representada en la imagen a continuación. Es un núcleo dentro de una envolvente mayor, en donde existe la frontalidad entre una superficie y un muro. Aquella superficie es la horizontal que abarca gran parte del largo del habitáculo. Siendo el horizonte el ámbito en donde se desenvuelven los actos, se hace un levantamiento del espacio a partir de este que organiza el espacio, y en donde potencialmente ocurrirán los actos. Una superficie que recibe distintos actos del habitar. Esta área de cocina está albergada por aquello que llamamos núcleo cerrado, una estrechez que se encuentra debajo de la horizontal. El volumen total de este espacio es aproximadamente de 800,000 cm³, mientras que el volumen por encima de la superficie es de aproximadamente 1,877,000 cm³.

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Trayectoria residual

El proceso de los actos, este ha de tomar el espacio completo para su ocurrencia. El cuerpo inmerso en el proceso transita por las diferentes zonas para llevar a cabo las diferentes secuencias de acciones. Durante el cocinar, el cuerpo transita del interior hacia el exterior, por una zona que resulta ser de paso. Aquella zona permite la ocurrencia de aquella acción, el llevar el residuo de agua de la jornada hacia el exterior. Hay una relación entre el acto de cocinar, de esta acción en específico de botar el agua, y esa zona de paso. El cuerpo circula por esa zona, está disponible para que por ahí ocurra el acto. Es un trayecto, una trayectoria residual.

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Transito preparatorio

En el proceso de los actos, el cocinar y el comer, en donde ambos ocurren en espacios levemente distanciados, estos han de tomar el espacio completo para su ocurrencia, a pesar de ocurrir en zonas diferentes. El cuerpo inmerso en el proceso transita por las diferentes zonas para llevar a cabo las diferentes acciones, en este caso la preparación de la comida a la mesa (comedor). Durante el cocinar, en ciertos tiempos, se suele comenzar a preparar el acto de comer, por ejemplo, se comienza a parar la mesa y después cuando la comida esta servida, se lleva a la mesa, al comedor. La distancia entre la cocina y el comedor es muy corta, pero de todas maneras existe una zona, una altura entre ambas en donde se produce un vacío en el proceso. Ahora, el concepto del espacio es ocupar su totalidad para el proceso, por lo que el vacío entre la cocina y el comedor debiera estar dispuesto para favorecer la continuidad del proceso. Resultaría ser una zona de paso entre ambos, pero se puede construir para que no sea simplemente de paso. Es un espacio de convergencia, ya que es un punto de encuentro entre ambos. Una zona de fusión, en donde se fusionan las acciones, y es definitivamente de transición. Es un transito preparatorio.

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Escala del cocinar

Desde lo mínimo, del camping a la casa.

Tanto en un camping como en una casa, el espacio disponible puede variar. Algunas casas pueden tener cocinas mas chicas que un camping que ofrece áreas de cocina más amplias y equipadas. La escala se enfocará más en los recursos y equipamiento disponible, sin tener en cuenta el tamaño del espacio físico.

La escala del cocinar entre ambas situaciones, en camping y casa, va desde cocinar sin ningún recurso hasta cocinar en una cocina completamente equipada. Cada nivel ofrece diferentes grados de comodidad y capacidad para la preparación, adaptándose a las condiciones y recursos disponibles en cada entorno.

1. Cocinar sin ningún recurso (camping sin equipamiento) – en un escenario de camping extremo, es posible que no se cuente con ninguna infraestructura para cocinar. En este caso se debe recurrir a técnicas para cocinar, teniendo utensilios de cocina portátiles, como una cocinilla de gas, cocinando de manera mas conveniente, pero esta instalada en el suelo o sobre un tronco cortado, para el soporte.

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2. Cocinar en un quincho o estructura similar – algunos campamentos o áreas de picnic cuentan con quinchos o estructuras cubiertas diseñadas específicamente para cocinar al área libre. Estas áreas suelen tener mesas, bancas, incluso parillas fijas. Cocinar en un quincho proporciona mayor comodidad y protección.

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3. Cocinar en una cocina portátil – en caso de estar acampando con equipos mas avanzados, es posible contar con una cocina portátil. Estas cocinas suelen funcionar con gas o propano y estan diseñadas para simular una cocina casera. Estas pueden tener una superficie de cocción, quemadores y un horno pequeño, lo que brinda una mayor versatilidad y capacidad para preparar comidas mas elaboradas.

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4. Cocinar en una casa con cocina completa – en el extremo opuesto de la escala se encuentra la cocina completamente equipada en una casa. Aquí se tiene acceso a una amplia variedad de electrodomésticos y utensilios de cocina, como quemadores, horno, microondas, refrigerador, utensilios de cocina y vajilla completa. La cocina de una casa permite cocinar con todas las comodidades y recursos necesarios.

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¿Dónde se única el habitáculo dentro de la escala?

El habitáculo está en un punto intermedio entre una casa y entre el acampar, en términos de equipamiento y comodidades. Aunque el habitáculo es mas chico que una casa convencional, cuenta con características propias de una vivienda, o lo que potencialmente podría tener debido a la disponibilidad de espacio, como un baño o una cocina. Esto lo diferencia de las instalaciones más básicas de un camping y se asimila más a un motor home.

Considerando la escala, el habitáculo se podría ubicar cerca del tercer nivel “cocinar en una cocina portátil”.

El habitáculo combina algunas comodidades y elementos propios de una casa con la esencia del acampar. Es una opción más versátil que brinda confort y funcionalidad, como la de una casa, que la de la situación de acampar.

Aunque no proporciona electricidad ni agua corriente, se esta construyendo una cocina similar a una cocina portátil, utilizando una cocinilla portátil y un suministro de agua no convencional. Esto indica un nivel de equipamiento superior a un camping básico, ya que se esta creando un espacio específico para el acto de cocinar. A pesar de las limitaciones de recursos, el habitáculo muestra una adaptabilidad similar a la de un camping, combinando elementos de comodidad y funcionalidad que proporciona una casa.

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Se hizo una lectura acerca de dos extremos del habitar, particularmente del acto de cocinar, en la situación camping y la situación casa, en donde el objetivo es lograr ubicar la situación del habitáculo.

Comenzando, todo aquel levantamiento que se ha realizado de la casa (¿cuál?), se le incorporara a lo que es camping. De esta manera ubicamos la situación del habitar del habitáculo.

Se realizo una breve entrevista a una persona que acampa regularmente acerca del proceso de acampar, específicamente del lavar y servir la comida.

Comentó que en el acampar, el lavar particularmente en general es realizado a partir de un sistema común, el lavar a partir de dos recipientes. Un recipiente se llena con agua y jabón, y en otro con agua limpia. Para lavar, primero se cepillan los utensilios sucios en el recipiente con agua y jabón para sacar los residuos y luego en el recipiente con agua limpia se enjuagan los utensilios. Este método se utiliza para conservar el suministro de agua, y por la falta de agua corriente.

También comentó que en el campar, en el servir la comida particularmente, esto depende de factores tales como la disponibilidad del espacio, las comodidades del camping (establecimiento) o las preferencias personales, como también el tipo de comida que se preparó. Si se habla de un espacio el cual esta equipado para acampar, con mesa de comedor, una superficie auxiliar de trabajo con un lavaplatos, el proceso es más fluido. Se le preguntó acerca el proceso de servir la comida en un camping. Ella se puso en dos situaciones. Primero habló del servir la comida en un camping el cual está bien equipado para el acto de cocinar y comer. Contó que en general cuando se cocina algo en olla, cada persona se acerca con el plato a la olla para servirse comida, y luego va a la mesa a comer. Si se prepara una ensalada en un recipiente aparte, este se podría llevar a la mesa, pero depende de las preferencias de las personas, ellos preferían conservar todo en la cocina por los insectos. Se servía e inmediatamente se tapaba. Por lo tanto, en caso de que no hubiera mesa de comedor, obligatoriamente el servir seria en la zona de preparación.

¿Cuánto es el mínimo para una estancia en el habitáculo?

Levantamiento equipo de cocina

El equipo de cocina son todos aquellos utensilios indispensables para desarrollar las diferentes funciones de la cocina y del comer, desde una olla hasta una esponja.

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Se ha hecho un levantamiento de todos los utensilios, de sus volúmenes y su disponibilidad para la estancia, haciéndome la pregunta cuánto es el mínimo que se necesita para dar servicio a una estancia de dos días para dos personas en el habitáculo. ¿Qué se necesita? ¿Con qué frecuencia? Reflexioné sobre el equipo que se necesita para los actos de cocinar y comer.

Volúmenes aproximados

Tabla de picar: 600 cm3
Cuchillos: 525 cm3 y 420 cm3
Batidor alambre: 1029 cm3
Rallador: 573.3 cm3
Abrelatas: 1040 cm3
Tijeras: 220.5 cm3

Cocinilla: 4374 cm3
Olla: 5 litros
Sartén
Cafetera
Tetera: 2799 cm3
Tostador: 1600 cm3

Bidón de agua: 8.987 cm3
Basurero: 44.450 cm3
Recipiente: 12.315 cm3
Detergente: 645 cm3
Esponja: 168 cm3
Jabón: 538 cm3
Rollo de bolsas de basura: 373 cm3

¿Cuánto es lo mínimo de alimento que se necesita para una estancia en el habitáculo de máximo dos días para dos personas?

En una estancia en el habitáculo, teniendo en cuenta que es sin refrigeración y con poca zona de almacenamiento, para un máximo de dos días para dos personas, es importante seleccionar cuidadosamente los alimentos que se necesitarán. Dada la falta de refrigeración, es conveniente seleccionar alimentos no perecederos y seguros para el consumo sin necesidad de frio. Debido a que la estadía es pasajera y breve, dentro de la selección de alimentos, hay unos que pueden permanecer en el lugar, y son aquellos de los cuales se consume en cantidades pequeñas, tales como sal o café, suelen ser alimentos no perecederos.

En cuanto a proteína, se consideran alimentos enlatados como atún, pollo enlatado y legumbres, que son duraderos, y también se pueden incluir alimentos envasados al vacío como embutidos y quesos curados, que pueden soportar mejor las condiciones sin refrigeración. Para carbohidratos, se pueden considerar opciones como pan seco, tortillas, galletas y barras de cereales, que son compactos y no requieren refrigeración. En cuanto a las frutas y verduras, existen opciones duraderas como manzanas, naranjas y zanahorias, que no se pudren rápidamente y no necesitan refrigeración.

Se hizo una selección de alimentos según las cantidades sugeridas para el consumo de una persona diariamente. Dentro de estos también se seleccionaron los alimentos no perecederos, los cuales se llevan en cantidades mayores de lo que una persona consumiría en dos días.

Cantidades sugeridas para el consumo de dos personas diariamente y la cantidad para dos semanas respectivamente (solo alimentos no perecederos

Alimentos no perecederos:

SAL: 10 gramos – 140 gramos para dos semanas
ACEITE: 30 a 45 ml – 1 litro para dos semanas
OREGANO: 1,5 a 4 gramos – 50 gramos para dos semanas
CANELA, PIMIENTA O MIX DE CONDIMENTOS: mix mediterraneo 216 gramos
ARROZ: 200 a 400 gramos – 4 ½ kilos para dos semanas
FIDEOS: 170 gramos – 3 kilos para dos semanas
LEGUMBRES: 200 a 300 gramos – 4 ½ kilos para dos semanas
FRUTOS SECOS: 60 gramos – 1 kilo para dos semanas
CEREALES A GRANEL: 60 a 90 gramos – 1 ½ kilos para dos semanas
CAFÉ: 60 gramos – 1 kilo para dos semanas
TE: 12 gramos – 200 gramos para dos semanas
FRUTAS DESHIDRATADAS: 60 gramos – 1 kilo para dos semanas
PRODUCTOS ENLATADOS: 7 salsas de tomate aproximadamente, 7 latas de atún
HARINA: 2 kilos dos semanas
AZUCAR: 1 kilo dos semanas
LECHE DESCREMADA EN POLVO: 40 GRAMOS – 600 gramos dos semanas

Alimentos perecederos:

HUEVOS: una docena

Los utensilios seleccionados se organizaron en grupos según criterios, se relacionaron según su función y frecuencia con que se utilizan durante el proceso.

1. Equipo para la preparación

Equivale a los utensilios para las preparaciones de comidas, tareas tales como pelar, cortar, picar, moler, mezclar, etc. Cerca del fuego se guardan para la preparación de comida cocinada, y cerca de una superficie de trabajo para la preparación de alimentos sin cocción.

2. Equipo para la cocción

Son usados para la cocción de alimentos, e idealmente es ubicarlos en el área de cocción.

3. Equipo para la mesa de diario

Abarca vajilla, cristalería y cubiertos. Idealmente, estos elementos deben ir guardados cerca de la zona de lavado. Para que la secuencia del lavado y el guardar la vajilla sea oportuna, es preciso que la distancia entre ambos lugares sea corta, sin interrupciones.

4. Equipo para la limpieza

Productos y elementos que se necesitan para el lavado de loza y de superficies. Todo se debe alojar cerca de la zona en donde se disponga el agua y recipiente de lavado.

5. Equipo comida

Para esta categoría, me hago dos preguntas. Por un lado, me pregunto cuánto es el mínimo en cantidades de alimentos y condimentos que se necesitan para aquel contexto. Por otro lado, me pregunto cuáles de todos los seleccionados podrían permanecer en un tiempo más prolongado en el habitáculo.

El guardado de todos estos elementos debe facilitar el acceso, pero no obstruir el gesto.

Cubicación de los volúmenes del equipo de cocina

Equipo preparación

Suma de volúmenes: 4.734 cm3

Equipo cocción

Suma de volúmenes: 24.000 cm3

Equipo mesa de diario

Suma de volúmenes: 9.000 cm3

Equipo limpieza

Suma de volúmenes: 112.000 cm3

Alimentos

Suma de volúmenes: 50.000 cm3

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Este estudio fue esencial para determinar con precisión los elementos esenciales para cubrir las necesidades básicas de cocinar y comer durante una estancia en el habitáculo de dos días. Al evaluar minuciosamente los utensilios de cocina y la selección de alimentos, se identificó no solo lo necesario para satisfacer las funciones básicas, sino también cómo organizar eficientemente estos elementos dentro del espacio limitado disponible. Este análisis garantiza que, a pesar de las limitaciones del habitáculo, se cuenten con los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de cocina y alimentación durante el tiempo estipulado. Además, permitió verificar la posibilidad de adecuar y almacenar eficazmente todos estos elementos dentro del espacio definido y limitado del habitáculo, asegurando su accesibilidad y funcionalidad dentro de las restricciones de espacio.


Proposición

La continuidad en el proceso de los actos se otorga facilitando el acceso de la gestualidad en el espacio. El movimiento del cuerpo y de los gestos en las zonas de trabajo debiera ser propiciado por la forma de un elemento y el gesto que otorga. Se propone una relación entre el cocinar y el comer, lo cual se busca otorgar a partir de la postura del cuerpo en el espacio. El gesto que tiene el cuerpo por el eje de la superficie se tiene que quebrar para lograr la proximidad y la relación entre los actos.

¿Hacia dónde va el cocinar?

En el habitáculo se identificó una zona como área de cocina, la cual está albergada por un núcleo cerrado, tras la existencia de un eje, una horizontal, y se reconocer como un área estrecha dentro de una envolvente mayor.

¿Cómo se transforma esa estrechez de la envolvente para poder abarcar ese volumen mayor?

En aquel núcleo cerrado, esa área estrecha en donde potencialmente ocurre el acto de cocinar, es la frontalidad de una superficie y un muro, en aquella horizontal. Tras la ocurrencia del acto, el cuerpo se encuentra ante esa frontalidad, dejando atrás gran parte del volumen espacial. En un habitar mínimo, el dejar atrás volumen espacial no es conveniente. Cada espacio se debe optimizar y maximizar funcionalmente, pues todos los volúmenes deben alcanzarse, ya que todos esos volúmenes son necesarios para romper con aquella estrechez, con la frontalidad con la que el cuerpo se encuentra durante el acto de cocinar.

Frontalidad en el horizonte

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Giro al cuerpo

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¿Cómo el cuerpo es capaz de tener un alcance total del espacio?

Para que el cuerpo tenga una mayor amplitud en el espacio, un alcance total del espacio, se propone hacer aparecer un elemento que sitúe al cuerpo ante el total. Para que efectivamente se tome el total del espacio, el aparecer del elemento debe girar el cuerpo, a través del gesto de apertura. Al darle un ángulo a la apertura, lo que hace es darle el giro preciso al cuerpo para que aborde el espacio total, sin perder el flujo natural del espacio y generar la relación y el flujo entre el cocinar y el comer.

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Definición de Diseño

Forma al gesto

Con el objetivo de garantizar la continuidad y fluidez en las acciones, enfocándose en la accesibilidad y gestualidad dentro del espacio, se emprendió un proceso para concebir una forma disruptiva que rompiera con la frontalidad y limitaciones preexistentes en la zona designada para el desarrollo de actividades.

Se exploraron diversas formas con la intención de crear un elemento que facilitara el movimiento a través de aperturas, generando un giro que permitiera al usuario abarcar la totalidad del entorno. Este enfoque proporciona un espacio de trabajo adicional que fomenta una conexión dinámica entre las tareas de cocinar y comer, propiciando una interacción más fluida y orgánica entre ambas actividades.

Forma

Se emplearán módulos que se despliegan y se ocultan utilizando movimientos de rotación y correderas para maximizar el espacio disponible en la cocina, delineando áreas específicas de acción. Tras una exhaustiva investigación, se identificaron tres áreas esenciales: preparación, cocción y limpieza, con el objetivo de otorgar fluidez a las acciones. Para materializar esta visión, se concibieron dos módulos principales que delimitarán estas zonas en el espacio.

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Se delimitó inicialmente el espacio de trabajo, concebido para el diseño de elementos que transiten del estar guardados al hacer aparecer una cocina completa. Se diseña la estructuración de este espacio compacto, destinado al acto de cocinar, el que se compone de un área interior de la horizontal.

La estrategia propuesta para materializar la cocina implica la extensión de sus componentes mediante movimientos rotativos y deslizantes. Este enfoque busca ampliar el alcance del espacio disponible y proporcionar a la persona un entorno adecuado para llevar a cabo el acto de cocinar. Los elementos clave de la cocina se compone principalmente de dos módulos principales, que se despliegan hacia el exterior con ángulos variables.

La consideración primordial durante la extensión de los módulos fue garantizar que no obstruyeran el área esencial para la persona, evitando interferir con su posición frontal en la superficie horizontal. Por lo tanto, la extensión de los módulos se ideó hacia los costados, permitiendo así un paso libre alrededor de la persona y creando un área de trabajo triangular centrada en su posición.

Para mantener coherencia con la disposición de los elementos en el habitáculo, se mantuvo la orientación de los escalones. Estos siguen el ángulo principal que definió gran parte de la estructura, con una inclinación de 80 grados, en línea por ejemplo con las paredes y las aberturas de las ventanas. En consonancia con esta orientación, el segundo modulo posee un ángulo de apertura paralelo al escalón, es decir, de 80 grados en relación perpendicular al frente del área horizontal. En contraste con la mesada, este cuenta con una apertura de 90 grados. Para generar una percepción visual equilibrada de los módulos, se estableció que el ancho máximo de ambos fuese similar, si no idéntico. El diseño del primer módulo se alineo con el ángulo de apertura del segundo, considerando que se abre mediante un movimiento de rotación. Esto condujo a una configuración interna diferente para permitir su apertura sin obstrucciones.

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Esquema de ángulos aplicados en el diseño del espacio

El primer módulo estará destinado al almacenamiento de alimentos y productos de limpieza. Mientras tanto, el segundo módulo proporcionará una superficie adicional de trabajo ideal y utensilios para las labores de preparación y cocción, creando así un triángulo de funcionalidad en la cocina.

La construcción del espacio interior, específicamente debajo de la superficie, contemplará paredes divisorias que facilitarán la configuración y movimiento fluido de los módulos, considerando el limitado espacio disponible para las actividades respectivas.

Dispensador Despensa

El primer módulo, está destinado al almacenamiento de alimentos y productos de limpieza, esto debido a su orientación en la distribución en el espacio, próximo a la zona de limpieza y paralelo a la zona de cocción.

Inicialmente, se idearon y exploraron diferentes métodos de acceso al interior de este módulo, contemplando elementos extraíbles mediante correderas o elevaciones de compartimentos, implementado para mejorar la accesibilidad del usuario a los elementos dentro del dispensador.

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Debido a su complejidad se simplificó a un diseño compuesto por repisas accesibles directamente al abrir el módulo, buscando un acceso inmediato a los elementos almacenados. A este modulo se le llama ‘Dispensador despensa’. Se propone un diseño distintivo, con una apertura de rotación desde su eje y los ángulos definidos a partir de una bisagra de piano que sigue el alto del eje, lo cual busca crear un espacio abierto con cuatro paredes, donde solo el frente y el reverso estan cerrados, dejando los laterales abiertos para facilitar el acceso a su interior. El interior del dispensador está planificado para incluir repisas fabricadas en madera y acrílico, proporcionando una disposición óptima y visualmente accesible para los objetos almacenados.

Propuesta final

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Dispensador de Utensilios

El segundo módulo está específicamente diseñado para el almacenamiento de utensilios utilizados en las etapas de preparación y cocción en la cocina. A este se denominó ‘Dispensador de Utensilios’. El mecanismo de apertura de este dispensador se basa en un sistema de correderas, que asegura su posición fija dentro del espacio y ofrece una extensión funcional durante el proceso.

Este cuerpo rectangular cuenta con un interior espacioso, cuidadosamente trabajado para maximizar la utilidad del espacio disponible. Se concibieron divisiones internas para organizar el espacio en distintas zonas de almacenamiento, considerando su disposición dentro del habitáculo.

Se optó por dividir el interior del módulo en cuatro zonas distintas. En el extremo frontal, se creó una división que separa una porción del cuerpo, generando una zona independiente. Esta sección se subdividió en la parte superior con la incorporación de una repisa, mientras que la zona restante se dividió mediante una pared central, creando dos áreas separadas.

La disposición estratégica de estas zonas internas se planificó para brindar un orden estructurado en el proceso de cocinar y transitar hacia el momento de comer.


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Dentro del módulo, se establecieron divisiones estratégicas para organizar los espacios según su función y su relación con las distintas etapas del proceso. En la zona orientada hacia el comedor se destinó el espacio para almacenar los contenedores de la vajilla, con el objetivo de crear una transición fluida entre los actos de cocinar y comer.

En contraposición a esta área, en la zona opuesta orientada hacia la zona de cocina, se dispuso el almacenamiento de una parte de los utensilios de cocina, complementando así el área frontal del cuerpo del módulo. Aquí se guardan no solo utensilios generales de cocina, sino también aquellos específicos para cocinar a fuego directo.

Por último, se reservó la superficie de este cuerpo para el lugar destinado a la cocinilla, al cual se posa sobre su repisa correspondiente. Esta organización minuciosa de espacios se basó en una investigación exhaustiva sobre las distintas áreas de trabajo en la cocina y su relación directa con los utensilios necesarios para otorgar fluidez y continuidad al proceso.

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El interior del módulo será estructurado utilizando contenedores de acrílico para el almacenamiento, mientras que la sección destinada al colgado se estructurará empleando tarugos, de manera similar al diseño del dispensador despensa.

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Propuesta final

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Contenedores

En el diseño del interior de los dispensadores, se plantea la integración de contenedores para el almacenamiento de utensilios. Se pretende que estos contenedores sigan el trayecto de los utensilios durante todo el proceso, desde su almacenamiento hasta la limpieza. Para lograrlo, se sugiere que los contenedores se adapten a los utensilios específicos y sus diferentes usos, empezando con el diseño de sus formas, agrupando los utensilios según su función en las diferentes áreas de trabajo, para así proponer los contenedores más apropiados.

Tras considerar distintos tipos de contenedores para utensilios y ante la limitación de espacio y la compleja distribución de los contenedores en el interior del módulo, como se mencionó anteriormente,se considera la incorporación de tarugos para la configuración interna para ciertos utensilios que pueden ser colgados. Esto busca simplificar el acceso directo a los elementos agrupados por función y área de trabajo. Se propone que permanezca el uso de contenedor para la vajilla de mesa, proporcionando una transición entre el cocinar y el comer a través del contenedor. Tambien se propone una bandeja para recibir variedad de utensilios, y se propone incorporar el uso de repisas para el dispensador despensa.

Como se mencionó anteriormente, los utensilios que no pueden ser colgados se consideran para un contenedor que facilite su ciclo de uso; guardado, utilización y limpieza. Para el dispensador despensa, se piensa en dos repisas de acrílico transparente de 4 mm con una inclinación de 10 grados hacia abajo en su área correspondiente. Estas repisas serán destinadas al almacenamiento de productos enlatados, debido a que su inclinación permite la reposición del producto desde un extremo, permitiendo su deslizamiento hacia el otro extremo, donde se encuentra una pared tope, y la zona de extracción del producto.

Asimismo, se ideó un contenedor específico para los elementos de lavado de vajilla, con el propósito de mantener un almacenamiento funcional y su accesibilidad después de su uso.

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Para el dispensador de utensilios, se proponen dos contenedores distintos. Uno diseñado para la vajilla utilizada en la mesa del comedor, incluyendo platos, vasos, cubiertos, entre otros. Por otro lado, se desarrolló una bandeja contenedora para una variedad de utensilios de cocina, abarcando herramientas para la preparación y cocción de alimentos. Estos contenedores se asentarán sobre láminas de acrílico, instaladas en las paredes laterales del módulo para alinear su diseño constructivo y facilitar el acceso a los contenedores siguiendo la misma línea de diseño.

Para los contenedores se propone trabajar con laminas de acrílico transparente de 3 y 4 mm, debido a su transparencia, resistencia y maleabilidad para cortar, doblar y moldear, por lo que implicó una serie de pruebas de corte y doblado para evaluar su viabilidad en el proyecto.

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Propuesta final

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Configuración interna con tarugos

Como se mencionó previamente, se introdujo el mundo de los tarugos para colgar utensilios, lo que le otorga una mayor fluidez y continuidad al acto de cocinar, permitiendo un acceso más directo a los elementos necesarios. Se inició con la agrupación inicial de utensilios según su función y área de trabajo, para luego reagrupar específicamente aquellos aptos para colgarse, organizándolos en las diferentes zonas del espacio destinadas para los tarugos.

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Cajón almacenamiento

Se decidió diseñar un cajón de almacenamiento que se ubicará debajo del dispensador de utensilios para aprovechar completamente el espacio disponible. Este será instalado en el espacio correspondiente a través de dos correderas normales de 600 mm, para facilitar su apertura.


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Construcción

Paredes

El proceso de construcción del espacio se inició con la demarcación de las líneas estructurales interiores, estableciendo guías precisas de líneas y ángulos que servirían como referencia para las paredes que albergarían los módulos.

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Luego de este paso inicial, se procedió a la construcción de las paredes conforme a las líneas demarcadas, elaborado con tableros de terciado estructural de 15 mm de grosor, los cuales fueron cortados a la medida requerida utilizando una sierra circular de mesa, culminando con su instalación final dentro del habitáculo. Para asegurar su fijación al suelo, se emplearon perfiles de aluminio que funcionaron como escuadras, proporcionando estabilidad y soporte a las paredes. Se realizaron perforaciones en estos perfiles, tres en cada uno, para asegurar su fijación al suelo mediante tornillos de cabeza plana.

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Comienzo de la construcción de las paredes que formarán los compartimentos de los dispensadores

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Instalación de los compartimentos en el espacio designado del habitáculo

Se continuo con la construcción de los módulos dispensadores, prosiguiendo con su estructura volumétrica, empezando por sus paredes exteriores para luego verificar y garantizar el funcionamiento de su apertura, los cuales son mediante bisagra de piano y correderas telescópicas. Tanto estas superficies como las paredes se fabricaron utilizando terciado estructural de 15 mm, cortado a medida también con una sierra circular de mesa.

Dispensador de Utensilios

Después de llevar a cabo la primera prueba de apertura de los dispensadores y verificar su funcionalidad, se avanzó con la construcción de estos dispositivos. Se inició construyendo las paredes exteriores y realizando los cortes necesarios para ensamblar la estructura completa. En cada pared lateral, se realizó un corte para permitir el acceso al interior, utilizando una sierra caladora manual. Estas se unieron entre sí utilizando tornillos.

Posteriormente, se procedió a la fabricación de la puerta frontal y la creación de las divisiones internas para el adecuado funcionamiento del interior. La puerta se diseñó a partir de un espacio rectangular en el interior del módulo. Se realizó un corte diagonal a lo largo de este espacio, dividiéndolo en dos partes. Estas se unieron con una bisagra de piano, formando así la puerta frontal.

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Dado que el dispensador cuenta con un espacio designado para la cocinilla de camping, se optó por realizar un corte en su superficie para encajar adecuadamente la cocinilla en su repisa correspondiente. Este corte se efectuó utilizando una sierra caladora manual.

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Corte en la superficie del dispensador

Para la instalación del dispensador se optó por utilizar correderas telescópicas de 650 mm. Por lo tanto, se realizaron dos instalaciones. Por un lado, se instalaron las partes medias de las cuatro correderas en las paredes en donde irá fijo el dispensador dentro del espacio correspondiente. Y por otro lado, se instalaron las partes internas de las correderas en ambas laterales del dispensador, a sus extremos superior e inferior.

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Dispensador Despensa

Simultáneamente con el trabajo en el dispensador de utensilios, se procedió al corte preciso de las distintas piezas del dispensador despensa, también en terciado estructural de 15 mm en una sierra de mesa, ajustando las medidas requeridas y configurando los ángulos necesarios para su ensamblaje.

Como se ha mencionado previamente, el cuerpo del dispensador consta de dos paredes cerradas, frontal y trasera, mientras que sus laterales permanecen abiertos. En su interior, además de la base, se dispone de una repisa con barandas en ambos lados, las cuales actúan como soportes estructurales y salvaguardan los elementos almacenados. Al igual que en el dispensador de utensilios, el interior se divide en áreas específicas destinadas al almacenamiento de diferentes elementos.

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La sección superior del dispensador está separada por una repisa diseñada para contener frascos de vidrio. La parte restante del dispensador se divide en dos secciones: una parte estrecha con repisas inclinadas para productos enlatados, dejando un espacio inferior libre, y una zona amplia y abierta diseñada para almacenamiento variado, incluyendo un soporte para la toalla nova, consistente en un tarugo que atraviesa horizontalmente.

Tras completar la construcción del dispensador, se incorporó una bisagra de piano que permite una rotación de 180° en su eje.

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Cajón Almacenamiento

Debajo del dispensador de utensilios se ha incorporado un espacio vacío diseñado específicamente para un cajón de almacenamiento. Este cajón sigue la misma línea horizontal que los módulos, por lo que, en lugar de presentar esquinas rectas de 90°, su frente tiene un corte irregular de 80° hacia el interior.

Para asegurarlo, se han instalado correderas de 600 mm, lo que permite una apertura de esta longitud. La dirección de apertura del cajón difiere del ángulo de apertura del dispensador de utensilios, ya que el cajón sigue el ángulo de apertura del escalón paralelo a este.

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Este último se atornilló y pegó al canto frontal de las paredes laterales del cajón


Se crearon hendiduras estratégicamente ubicadas para facilitar la apertura de los dispensadores y ranura para el cajón, utilizando una Fresadora Tupi manual, donde se empleó una fresa de ranura redonda de dos filos de ¾ para madera, con un encastre de ¼”, siguiendo guías personalizadas para obtener el diseño deseado y permitir un acceso cómodo con las manos.

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Contenedores

El proceso de trabajo con los contenedores de acrílico comenzó con pruebas para evaluar el corte y doblado del material. Se llevaron a cabo pruebas de corte con láser en acrílico de 3 y 4 mm, seguidas por pruebas de plegado para explorar diversas formas y ángulos.

Sobre el material - acrílico

El acrílico, conocido por su versatilidad, es ampliamente empleado en una amplia gama de usos gracias a sus características distintivas. Se trata de un tipo de polímero termoplástico transparente que, a pesar de su semejanza con el vidrio en transparencia, se distingue por ser más liviano y resistente a las roturas. Además, se destaca por su maleabilidad y facilidad tanto para el moldeado como para el corte.

Dentro de la gama de acrílicos disponibles, se encuentran variantes como el acrílico fundido y el acrílico extruido, siendo este último una opción más económica. Estos materiales se presentan en forma de láminas, planchas y tubos. Las láminas de acrílico, en particular, pueden ser manipuladas de diversas maneras, permitiendo cortes, dobleces y moldeados adaptados a su grosor específico.

Trabajar el acrílico

Corte: Para realizar cortes precisos en el acrílico, se requiere el uso de herramientas especializadas, como sierras circulares equipadas con hojas delgadas o maquinaria láser de corte.

Doblado: Para lograr el doblado del material, es factible calentarlo suavemente sin sobrecalentarlo y luego darle forma. Este procedimiento se ejecuta utilizando una pistola de calor, un calentador de banda o un cautín. Otra técnica implica el uso de un horno.

Pegado: Por lo general, la unión de piezas de acrílico se realiza con adhesivos a base de solventes específicamente diseñados para este tipo de material. El uso de adhesivos comunes puede dañar el acrílico, por lo que se recomienda emplear adhesivos específicos para garantizar una unión adecuada.

Temperatura de trabajo

La temperatura requerida para el moldeado o doblado del acrílico puede variar dependiendo de varios factores, como el grosor, la calidad del material y el método de calentamiento empleado. Por lo general, el rango de temperatura adecuado para el doblado oscila entre los 150 y 180 grados Celsius. El grosor de la lámina de acrílico puede impactar directamente en la temperatura requerida; las láminas más gruesas necesitarán más tiempo y calor para ablandarse lo suficiente como para ser moldeadas. Las láminas delgadas, en el rango de 2 a 3 mm, pueden comenzar a calentarse a temperaturas más bajas, alrededor de los 150 grados Celsius, aumentando gradualmente si es necesario, pero siempre manteniéndose por debajo de los 180 grados Celsius, que es la temperatura máxima recomendada.

Es importante destacar que el acrílico se vuelve maleable con el calor, pero es susceptible al sobrecalentamiento, lo que puede resultar en su fusión. Por esta razón, se aconseja el uso de un termómetro infrarrojo para monitorear la temperatura del acrílico durante el proceso de calentamiento. Además, prolongar el tiempo de calentamiento, independientemente de la temperatura, puede causar deformaciones o daños en el material.

Pruebas en acrílico

El proceso de trabajo con los contenedores de acrílico comenzó con pruebas para evaluar el corte y doblado del material. Se llevaron a cabo pruebas de corte con láser en acrílico de 3 y 4 mm, seguidas por pruebas de plegado para explorar diversas formas y ángulos.

En el caso del dispensador de utensilios, se llevaron a cabo los cortes y doblados correspondientes a la propuesta final, incluyendo los contenedores de vajilla y la bandeja, así como la fabricación de láminas que servirían como soportes para los contenedores.

Para el dispensador despensa, se realizaron los cortes necesarios para las repisas y el contenedor, llevando a cabo los respectivos dobleces requeridos para su conformación.

Se optó por utilizar acrílico de 4 mm para los contenedores de vajilla y las repisas destinadas a los productos enlatados. Por otro lado, se empleó acrílico de 3 mm para los contenedores bandejas y las láminas de soporte.

Primera prueba

Se llevó a cabo una primera prueba con el acrílico, la cual implicó calentar y moldear el material para darle forma. Se empleó una disposición con maderas y prensas como matriz para llevar a cabo este procedimiento. Para el calentamiento se utilizó una pistola de calor Bauker que ofrece tres niveles de potencia de turbina y nueve niveles de potencia de calor. Se calentó el acrílico hasta alcanzar los 140 grados Celsius, utilizando el nivel nueve de calor y el nivel dos de turbina. Este proceso tomó un minuto y cuarenta segundos para alcanzar la temperatura deseada, la cual resultó suficiente para permitir el doblado del material.

En una segunda instancia, se repitió el procedimiento con el mismo acrílico, pero esta vez se buscó alcanzar una temperatura de 150 grados Celsius. Sin embargo, esta prueba presentó dificultades al intentar doblar el material cerca de la zona previamente moldeada, lo que provocó la deformación del doblez anterior durante el proceso de calentamiento. De todas maneras, resultaron ambos procedimientos.

También se llevó a cabo una prueba con una lámina de acrílico de 4 mm de espesor, la cual, al igual que en las pruebas anteriores, se colocó en una matriz y se calentó a 140 grados Celsius. Dado que este material es ligeramente más grueso que el anterior, requirió una presión adicional para lograr el doblado, por lo que se incorporó otro trozo de madera para ejercer presión sobre el acrílico en la matriz. Se repitió este proceso variando las temperaturas de calentamiento, alcanzando los 150 grados Celsius en una prueba y los 160 grados Celsius en otra. En todas las pruebas se necesitó mayor presión para lograr el doblado, sin embargo, calentar el acrílico a 160 grados resultó suficiente para doblar el material correctamente.

Además, se realizó una prueba sobre una matriz con una forma curva específica. Se utilizó una lámina de acrílico de dimensiones 30 cm de largo por 15 cm de ancho. Esta lámina se calentó previamente a 160 grados Celsius hasta que se volvió maleable y luego se colocó en la matriz. Se dejó en esa posición hasta que se secó por completo. La lámina adquirió la forma deseada de manera rápida y sin complicaciones.

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Segunda prueba

Las siguientes pruebas se llevaron a cabo para evaluar el corte del acrílico mediante láser y su posterior doblado, manteniendo la metodología empleada en pruebas anteriores y siguiendo el diseño preestablecido del contenedor.

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Tercera prueba

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Prueba forma del contenedor

Después de completar las pruebas con el material, se avanzó hacia pruebas de corte en cartón para confirmar las medidas requeridas para los dobleces y los recortes específicos. Estas pruebas se realizaron en cartón corrugado de 3 mm utilizando corte láser.

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Instalación de soportes de acrílico y contenedores respectivos

Para el dispensador de utensilios, se utilizaron piezas de acrílico transparente de 3 mm cortadas con láser y moldeadas en un calentador de banda para obtener la forma deseada. Los elementos del dispensador despensa siguieron el mismo procedimiento, utilizando acrílico de 4 mm en lugar de 3 mm, cortado con láser y moldeado con calor para obtener su forma.

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Configuración interna con tarugos

En ambos dispensadores se incorporaron tarugos de madera para permitir el colgado de los utensilios de cocina seleccionados.

En el caso del dispensador de utensilios, se emplearon tarugos estriados de 8 mm con una longitud de un metro, adaptados a las dimensiones requeridas por cada utensilio. Estos tarugos dimensionados tenían una longitud variable entre 3 y 5 cm. Su instalación consistió en perforar la madera con una broca de 8 mm y luego insertarlos en las perforaciones correspondientes.

En contraste, para el dispensador despensa, se utilizó un tarugo estriado de 12 mm con una medida 25 cm. Este tarugo se coloca sobre las perforaciones, ya que se trata de un elemento que se extrae para reponer el utensilio, como la toalla nova.

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Registro primera fase constructiva del espacio

Se llevó a cabo una primera prueba de ensamblaje de los dispensadores para verificar el funcionamiento de sus respectivos mecanismos de movimiento. Es importante mencionar que los dispensadores aún no estaban completamente construidos ni equipados.

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Registro segunda fase constructiva del espacio

La segunda prueba de ensamblaje se llevó a cabo exclusivamente en el dispensador de utensilios con su respectivo mecanismo de movimiento, una vez que estuvo completamente construido. A pesar de que el dispensador de despensa también estaba completamente construido en este punto, no se sometió a prueba debido a la fragilidad de los tornillos de la bisagra.

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Registro tercera fase constructiva del espacio

El ensamblaje final incluyó la instalación de ambos dispensadores, el cajón debajo del dispensador de utensilios y la repisa detrás del dispensador de despensa. Durante esta etapa, los dispensadores se equiparon con los elementos correspondientes para proceder con su validación.

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Validación

Mediante la interacción del usuario con el espacio construído, se percibe la conexión entre la cocina y el comedor, y la transición que existe entre ambos actos de cocinar y comer. Esta conexión se logra gracias a la disposición estratégica de las áreas de trabajo y el eficiente almacenamiento, lo que mejora notablemente el flujo y la continuidad para quien lo utiliza.

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Dispensador Despensa equipado

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Dispensador de Utensilios equipado

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Acto de cocinar en el espacio construido

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En esta etapa, se obtuvieron valiosos conocimientos sobre cómo el diseño del espacio influye en la experiencia del usuario durante los actos de cocinar y sentarse en el comedor, y la transición entre ambas. Esta comprensión no solo mejoró la eficiencia y la comodidad durante el acto de cocinar, sino que también permitió adaptar el diseño para satisfacer las necesidades del usuario. Se exploró cómo la interacción entre el diseño y el usuario impactó el bienestar del individuo en este espacio limitado.

Se descubrió que la inclinación de las repisas simplificó el acceso a ciertos elementos, facilitando su uso durante el proceso. Además, la disposición estratégica de las áreas de trabajo, combinada con un almacenamiento optimizado mediante tarugos y contenedores, creó un flujo de trabajo continuo y eficiente, reduciendo el tiempo y las complicaciones durante las tareas.

La observación directa de la interacción con los módulos destacó la relevancia de adaptar el diseño a las necesidades del usuario. La flexibilidad en el almacenamiento y la accesibilidad a los utensilios, permitiendo ajustes personalizados, resultó fundamental para mejorar la experiencia durante el proceso de cocinar.

Planimetrías

Dispensador de Utensilios

Dispensador Despensa

Cajón de almacenamiento

Repisa inclinada descendente

Contenedor de vajilla

Contenedor bandeja

Soportes de acrílico

Archivos de corte

Contenedor de vajilla

Contenedor Bandeja Dispensador de Utensilios

Contenedor bandeja Dispensador Despensa

Conclusión

La concepción y estructuración del espacio destinado al acto de cocinar se fundamentó en la creación de dispensadores versátiles capaces de desplegarse para proporcionar el ambiente y los elementos necesarios para este acto. Estos dispensadores no solo garantizan el espacio requerido, sino que también añaden una dimensión adicional que enriquece la función de la cocina. El propósito esencial de este diseño residía en facilitar la continuidad y la fluidez del proceso de cocinar como también la transición entre el cocinar y el comer. Estos módulos, al ser flexibles en su aparición y desaparición según la demanda, aseguran un flujo ininterrumpido de acciones, permitiendo una transición natural entre las distintas fases del proceso. Esta dinámica no solo optimiza la utilización del espacio disponible, sino que también mejora la experiencia del habitar mínimo al integrar de manera funcional y eficiente la preparación de alimentos dentro de un entorno compacto.