El cuerpo como un vago testigo. vienes llegando del exilio
Búsqueda semántica
En contraposición a lo sugerido, mediante la palabra...acercamos la mente del otro.
Desde el Muelle Prat, la ciudad se abre, pero no tan solo eso, sino que también el cerro se inserta. Acá es importante mencionar el volumen verde se anuncia, y que en forma de cono pasa y se aplana en el horizonte del cerro.
Fondo de cerro, horizontal de lago. La playa y el agua lo horizontal. El cerro corta y aparece como un cierre. Conjunto de cerros que cortan y cierran el agua
En el ínfimo cielo aguado yace tu parpado apagado
cielo libre y pasajero
Continuidad entre verticalidades de ciudad
los problemas son fácilmente solucionables, siempre y cuando no sean tus problemas.
Aislada, la comunidad se fortalece, la cultura se enraíza como una nueva planta, crece el nuevo bosque, decimos nosotros.
Exito en el hablar del otro, me articula y nombra proyectandome en el ahora, soy arrastrado al presente y no es un movimiento autónomo, pero estoy consciente.
Conectividad colectiva
Desde que comenzó este confinamiento ya no me es posible salir, ya no se ven las cosas del mismo modo, la luz perdió su rumbo y la debo encontrar.
En tiempos de aislamiento terminar conociendo más a la persona que mora junto a ti bajo el mismo techo como nunca antes en tiempo de libertad de circulación, conocer gente y pensamientos de ti y de los tuyos hacia ellos con una calidez que no se había dado en la proximidad física. Conocer sin salir
Con tanto sucediendo mundialmente y personalmente, se puede quebrar y dudar de uno mismo, es por eso que el amor propio debe prevalecer en uno. Al final, no se esta mal si quien te acompaña estando solo te hace feliz.
Entregando un camino y un sitio seguro rebosante de conocimientos, guiado por el cielo donde compartimos un límite que a su vez se presenta sin un fin.
Una nueva realidad que permanecerá en la vivencia propia
Mi campo se encuentra delimitado por los terrenos de mi casa, mis pupilas se dislumbras con lo que me permite abarcar desde mi vetana, deseosas del dia en que todo pueda regresar a la normalidad, pero simpre recordando estos acontecimientos, que te enseñan que es ser humano es fragil y diminuto, ante la fuerza de la naturaleza.
Cuchitril: Son construcciones de líneas cortas, segmentadas. La vertical de la casa permite que en ella el total se presente inmediatamente, se tiene así de golpe el acceso, al tendedero y el jardín. Es un modo de habitación traslapado. Numancia: Un jardín armado a partir de maceteros, una expresión de lo sin suelo, lo contractado. Un borde arrimado en que frente y fondo son simultáneos.
quien recorre el desierto debe tener la fortaleza interior para no volverse en arena, si no que fluir en ella, apreciando la frescura de lo singular que no se ve con los ojos, para así encontrar la celebración.
conforme al tiempo, lo improvisto siempre contribuye a la maduración de nuestras capacidades en realzar sus virtudes en tiempo y espacio.
El suelo hoy, dentro de la casa, seco, pero por la ventana se muestra fresco, mojado por las gotas de afuera.
Desde lo cálido de lo propio hacia un acto en lejanía me detiene presente para descubrir
Es este preciso momento la perdida del gesto.
La nueva distancia nos trae los viejos deseos, de vernos, de abrazarnos entre una multitud imposible de seres.
Dibujo de complacencia. Una moto sobre un balde en un taller desordenado. Mientras voy dibujando caigo en la cuenta de dos miradas: la primera directa que mide y penetra, la segunda que lee y articula lo dibujado. Entre ellas no calzan. La mirada que avanza tejiendo con el trazo del lápiz, la mirada que mide y compara en un nuevo punto de vista abstracto en la hoja de papel. El dibujo se cristaliza entre las grietas de ese descalce.
Dueño del cielo que se desglosa por siluetas pasajeras
Entre trotes y vueltas […] No importa. El hoy, es el ayer y el mañana.
¿Cuánto vive la eterna espera?
Su canto, eco del mar, atraviesa la quietud de lo cotidiano
por entre verdes confines, efímeros soles y fulminantes vientos... me detengo y siento aquella luz...
Pensar es lo es todo, y se piensa con la mente. Sin la mente, no somos lo que somos.
En pausa
El apoyo brinda seguridad para maniobrar con mayor libertad, apertura de la exploración y conocimiento. No avanza, sin embargo, el despliece hacia adelante y hacia atrás aprecia el control, maniobro y el funcionamiento de los patines. Josefa Antris
La pausa entre un encargo y otro
"En el café un acto en-común es el enrostrarse —más allá del enfrentarse. Allí rostros llenan no sólo las mesas sino el salón"
En medio del encierro, me pregunto,observo, me oriento y se ilumina mi hacer.
El espacio que abarca entre columnas, la pausa en el que los fenómenos surgen a través del tiempo
El cielo es como un manto que nos envuelve. En el transcurso del tiempo, su rostro o apariencia van cambiando de forma única e irrepetible. Posee la habilidad de cambiar la apariencia de su ser en tonalidades y forma de expresión con la ayuda de las nubes que lo adornan y el sol que permite su distinción en su diferencia ante quien lo observa.
El esqueleto de piedra es nuevo otra vez
1. El niño se aproxima a dibujar en una hoja dispuesta en la horizontal del suelo. Mantiene su cuerpo próximo al dibujo, posicionándose para comenzar el trazado. Su cuerpo se flecta, se recoge y contrae atendiendo a la primera línea, las manos establecen el punto de apoyo del cuerpo y a la vez comienzan a trazar con levedad. La luz tenue proyectada posiciona al cuerpo en levedad.
2. El niño acerca su rostro al dibujo. Se acorta la distancia entre el trazo que hace aparecer con su mano y la recepción de éste a través de sus ojos. Sumada a la horizontal del suelo, el niño construye otra con su cuerpo.
3. Para contemplar el total del trazo realizado, el niño distancia el torso del horizonte del suelo y eleva su rostro al encuentro del dibujo, sonríe, se asombra, la obra está terminada.
Cada dos kilómetros las agujas de las iglesias de piedra, van trazando el curso del río y de su valle, que a la vez es el límite de las provincias de Guipúzcoa y Alava. La puerta de la iglesia y su atrio están situados al borde del camino que sigue el valle. Entonces el orden de lo cercano, es decir las fachadas de las Iglesias, dicen del orden de lo lejano, el valle de su río y su territorio.
Notas y letras se hacen oír en mi craneo, pero no solo las oigo. Ahora son prisioneras en mi interior, en mi confuso corazón.
Se ahogaba en la profundidad de la cueva.
Divagar de certezas crueles
El silencio parece algo lejano dentro de este espacio. Todo se ha vuelto ruido desde que estamos aquí.
Cada día el sol nos trae la alegría de un nuevo inicio.
Un nuevo día para descubrirse