Entrega final VIII Nicole Valdivia

De Casiopea


Encuentro sin la vista.jpg


TítuloEl temple del alma en libertad, a través de los sentidos.
AsignaturaTaller de Amereida 2014
Del CursoTaller de Amereida 2014
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Nicole Valdivia, Nicole Valdivia Accardi

El temple del alma en libertad, a través de los sentidos.

PARTE 1

El encuentro de hombres con la palabra, en la adversidad

Comenta la descripción de la bitácora de la primera travesía sobre Clifton: “un padre más joven que su propio hijo”*. Clifton hijo, que se desenvuelve en las mismas faenas campesinas que su padre. Pero este inglés asentado en tierras del fin del mundo es aventurero, nómade, un emigrante jamás quieto, es el atravesar su ser y llegar a la sabiduría, a pesar de su mansedumbre.

Observan en él una idiosincrasia paradojal, se preguntan; ¿cómo alguien puede tener la bravura, el coraje, y al mismo tiempo ser quien apacigua y contiene? Dos naturalezas que parecen de personas distintas, en un mismo ser; una incongruencia que me parece tiene que ver con su doble desolación, esto es; la de la nación dejada, cualquiera sea el motivo del abandono, pues abandono es Coraje, decisión, riesgo, y la desolación de las tierras inhóspitas del fin del mundo. No es sabido, por su misma cualidad de postrera, el fervor con que el habitante magallánico se opone al clima extremo para desenvolverse con normalidad y el triunfo en esta lucha diaria se traduce en pasión; pasión regalada de aguante; el temple de aquel hombre del fin del mundo es apaciguado, pues cuando la circunstancia no puede ser peor, lo mejor de él mismo revierte la circunstancia. Hablamos del que es calmo y que contiene, Clifton.

He ahí entonces la esencia de la paradoja: El despojo (abandono) y la adversidad (de la circunstancia).

Y aunque no se esté a sabiendas de esto, existe un momento de soledad ante la presencia del despojo y la adversidad, momento en que el hombre se encuentra envuelto en la nada, donde sólo le queda precipitarse hacía sí mismo, pues no le queda nada, no tiene más, quizás en ese momento el hombre entra en la presencia de su propia comprensión, mediante su palabra, para luego lanzarse a la vida, se hace consciente con su alma. Hablamos del apaciguar, contener y alma.

Así, al superar el despojo y la adversidad, el hombre se encuentre consigo mismo, y contrariamente a lo que es entendido por muchos como despojo: La adversidad misma, puesto que la posesión material es vista con entusiasmo, es fecundo decir que una vez en el abandono absoluto, no queda más que centrar la posesión en sí mismo y luego en el otro, para revelársenos así el más extraordinario y luminoso hecho a nuestro conocimiento: El hombre. Y a partir del hombre vendrá toda posterior posesión, pero ante el despojo, lo que queda es el hombre, que lo es todo. Eso en cuanto a la decisión del despojo, como la de Clifton. Pero también mencionaré sobre aquel despojo que viene ha lugar sin ser solicitado: la pérdida. “Siempre hay una ganancia tras una pérdida: Saber quién te quiere”1 comenta Albert Espinosa y devuelve al hecho inicial, el hombre.

Ahora bien, también podemos distinguir a la adversidad como una condición inherente al hombre, que es en comparación o un predicamento de circunstancias; la adversidad en el trabajo, una incapacidad física, una condición sociocultural peor, etc. Este distinguir de lo adverso lo apreciamos más como algo externo, no cumpliendo la función interior antes descrita junto al despojo. Pero no deja de ser importante, pues la adversidad en este caso sería una grieta en el camino, tan extensamente profunda que a lo mejor jamás se rellenará del todo, pero que aún a medio llenar, confirma que se puede seguir adelante y pararse sobre ella sin caer.

Un ejemplo de lo que describimos cono adversidad son los colonos españoles, estos al imponer sus paradigmas incluyeron la palabra pertenencia en nuestras tierras. Consideraron enseñar el no afable modo de entender que “lo propio” enaltece y de hacerlo necesario. Y junto a esto, apareció la adversidad: Se vislumbra falta de educación, de habla: Se les enseña a entender con la vista, “Los caciques indios tenían por lo que les pertenecía, lo propio, aquello que la vista alcanzaba a ver”. El ver les otorgaba propiedad. 2 se apropia lo que se ve, lo material, no había el ímpetu de la trascendencia en sí, de la función interior, sólo una grieta en el camino como fue señalado anteriormente.

Recogeré lo que sé sobre el temple, sobre Clifton en la adversidad de lo propio. ¿Cómo se revierte alguien despojado de todo al llegar a un lugar extraño con la adversidad del clima y la adversidad de las no-pertenencias? ”A través del temple de la lengua”3, Responde el poeta, que significa todo el mundo se vuelve casa, se le vuelve lo propio, aún sin serlo. Y aparece la palabra. ”Los poetas son los que enseñan a ver aquello que nos circunda y que ha de ser lo propio. Nuestro propio campo. Nuestra heredad”.2

En la adversidad y despojo, el hombre se descubre con la más profunda de las realidades, con su mismidad total y absoluta, en su soledad el hombre se encuentra con su ser, queda desnudo ante sí, quedamos abiertos a nuestra propia identidad, a nuestra palabra, a nuestra alma, pero el hombre no es solo, está abierto al mundo, a la vida, lo que ha de ser propio, no es lo que probablemente vaya a serlo, concebido como posesión misma, sino lo que le será regalado desde cada lugar del mundo habitado y por habitar: La palabra; que tiene algo que enhebrar en cada tierra y que está confidencial para aquellos que se apronten a su descubrimiento: El hallazgo va desde escuchar la palabra de un lugareño hasta abrir un libro cualquiera, en una hoja cualquiera, en un lugar exacto, somos posesión de nuestro exterior, somos puro exterior una vez superado el encuentro de nuestra mismidad.


PARTE 2

La paradoja en el contexto propio.

(Se y nos) pregunta el poeta: Sobre el encuentro con el otro “¿Cómo podría ser hoy este encuentro?” 4 y “¿En lo adverso se encuentra la profunda libertad del cuerpo y del alma que va como cada uno?” 5

Entonces; ¿Cómo podría ser hoy ese acercamiento entre hombres en la adversidad, para que encuentren sus profundas libertades individuales?

¿Siempre es necesario entrar en crisis, en adversidad, despojo, para apaciguar, contener y encontrarnos a nosotros mismos (ontológicamente) para conseguir la libertad del cuerpo y alma?

Podemos conseguir que la profunda libertad del cuerpo y del alma, se traduzcan en la “Paradoja de Clifton”: El coraje y la contención, en el abandono y la adversidad


¿Cómo igualarlos?

a. El alma, el ánima de la persona: “es posible identificar la psiqué de Homero con el alma libre. Dicha psiqué solo se menciona en su obra como parte de la persona viva en tiempos de crisis”6 ¿Por qué la crisis exalta la aparición del alma?, es interesante que ya en los primeros tiempos, aquellos que escribieron establecieron, sin saberlo del todo, cierta labor ontológica a la crisis, y como ya lo señalamos, también la adversidad y despojo tendrían esta labor, la del encuentro con el alma. Más interesante es ver que homero se valió del lenguaje poético para entregar y desarrollar valores humanos, divinos o de trascendencia, la persona viva.

Interesante en este punto sostener que la palabra poética puede ser la llamada también a encontrar la esencia del ser humano, y además de tender el encuentro entre nosotros. La poesía es el gozo del hombre mismo con su entorno muchas veces, es el canto mismo, el lenguaje poético muestra nuestro exterior como nadie lo haría, y a la vez mediante el sentir que nos da, nos puede iluminar el encuentro de nuestra alma.

La aproximación al alma se encuentra ligada a la fuerza vital de la persona, y ante la aclaración expuesta por homero (S. III a.C.), los tiempos adversos de una persona revelan su alma.

Pero el autor define alma libre como “la forma de existencia no física del individuo, no solo después de la muerte sino en sueños, desvanecimientos y otras clases de inconsciencias. Es el alma libre en esas condiciones la que representa la individualidad de la persona, algo que queda de manifiesto en los numerosos relatos en los que la gente habla, en términos de experiencia personal, de las aventuras de su alma del sueño, ya sea como insecto, animal u homúnculo7”8

Entonces, reunidas ambas concepciones de alma, se extrae del concepto de psiqué de Homero que es una aproximación al alma propiamente tal, esto es como un ente aventurero en un estado inconsciente de la persona viva, que no tiene lugar corpóreo y que le acompaña en sus tiempos de crisis. Aquí ya tenemos el alma junto con la adversidad, incluso en el abandono del cuerpo.

b. Vamos con el cuerpo: Como la cita 8, para algunos el alma permanece luego de la existencia no física, es decir, aún al desaparecer el cuerpo. Para otros el cuerpo se debe dar a su abandono para el aparecer del alma y sin este, el alma deja de existir.


Ahora, cómo hacemos para que el encuentro hoy en día entre hombres sea consciente, libre y con la palabra, cómo llegamos a esta comunión de almas, sin que haya mediado la labor ontológica de la adversidad, despojo?, cómo el hombre se desarrolla en su ser, alma absoluta sin caer necesariamente antes en una crisis?.

Sin acceder en el espiritualismo o dogmas situados en la realidad actual, a sabiendas de parámetros y estereotipos mundiales que recuerdan la aparición del cuerpo hasta en las señaléticas, llegamos a ese encuentro, según mí parecer, en dos cosas que todos tenemos la posibilidad diaria de notar, sin embargo pensará alguno que no lo ha aprovechado lo suficiente:

1. En primer lugar debemos estar conscientes de nuestro propio cuerpo; habiendo palpado, medido, comparado dimensiones propias. Hay que cerrar los ojos veinte minutos y pensar en relajar un pie, luego el otro, luego cada parte del cuerpo, esperar tiempo entre cada parte.. Después lo mismo tensando cada parte. Sentir la fuerza y la debilidad corpórea interiormente.

2. Arrojarse a los sentidos: Ahora hay que ser consciente de lo que puede provocar el cuerpo hacia el exterior. Potenciar cada sentido inhibiendo los demás, probar todos juntos, probar algunos juntos. Ir a los olores que uno gusta, a la temperatura deseada, beber agua, etc...

Hay que saciar los sentidos, y si se desposee alguno, imaginarlo hasta crear una idea de él que venga a uno cada vez que se de un encuentro con el/los elemento/s que lo contiene/n. Y si se desposee un elemento con que saciar un sentido, imaginarlo hasta sentirlo.

Hay que hacer esto todos los días Todo el día.

Y a momento en que se esté en posesión de los sentidos, se está listo al encuentro sin el cuerpo, pues si existe la posibilidad de acercarse tanto a un sentido como para experimentarlo diariamente todo el tiempo consciente de él, quiere decir que el cuerpo está cumpliendo su función originaria de convocación en comunidad, vivenciar todo el regalo interior y exterior que existe a nuestro favor… Todo gracias a lo invisible: Los sentidos.

Dicho esto, responderé aquello de la pregunta que me queda clarificado; ¿Cómo podría ser hoy ese acercamiento entre hombres en la adversidad, para que encuentren sus profundas libertades individuales?

El encuentro entre hombres debe ser sensorial. Para que el cuerpo se encuentre en libertad se hace su abandono mediante los sentidos, que priman y nos regalan de lo interior y de lo exterior. Si bien este abandono no se traduce en el coraje descrito en la primera parte: Un acto del coraje respecto del abandono sensorial, puede ser el despojo de algo nocivo relacionado a los sentido para vivenciar el nuevo sentido a favor nuestro sin él, por ejemplo el fumar, el uso prolongado del computador, una manía cualquiera. Y consecuentemente en este acto de abandono se dará la libertad del alma explicada en la parte 2.a, cuyo carácter contenedor se verá reflejado en aquel sentido exaltado durante el encuentro, en el que se quiera permanecer. Es así como se dará un encuentro entre hombres a favor de ellos, donde se verá reflejado el temple de la contención y el coraje en lo sensorial y en el despojo, que aprontan a recibir los regalos externos a nuestro conocimiento: La magna invención: El hombre mismo, y la palabra.



Citas y Bibliografía:

  • Bitácora de Amereida, del día 9 de agosto de 1965

1 Cita del libro de Albert Espinosa “Brújulas que buscan sonrisas perdidas” 2 y 3 Nota 31, Primera travesía, Amereida 4 de la clase de Amereida del día 15 de julio de 2014 5 de la clase de Amereida del día 23 de julio de 2014 6 El concepto del alma en la antigua Grecia, Jan N Bremmer, pág. 26 7 Ser con características humanas, generalmente deforme y creado artificialmente. 8 El concepto del alma en la antigua Grecia, Jan N Bremmer, pág. 27