Entradas gerais
Título | Entradas gerais |
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Autor | Godofredo Iommi |
Páginas | 14 |
Imágenes | 14 |
Ancho | 21 cms. |
Alto | 27 cms. |
Lugar | Viña del Mar |
Fecha | 1967 |
Colección | Poesía |
Fondo | Iommi-Amunátegui |
Conjunto | Carpeta A |
Número de Ingreso | 003 |
Nota | Dos versiones del mismo poema, cada una de 7 páginas mecanografiadas; la primera en tinta azul, la segunda en negro; son dos máquinas de escribir distintas, varía el tamaño de la letra, revisar si las versiones difieren o es el mismo texto. Sin fecha, mantenemos el año 1967, al que pertenece el grueso de documentos de esta carpeta del tiempo de Amereida. |
Archivo:Entradas gerais.pdf | |
Código | IOM-POE-IAM-CMA-ENT-967-003 |
p. 0
Entradas Gerais
p. 1
La tarde se va en don de amigos.
Por la real, real grandeza
porque juntos . . . . . .
Bajemos, bajemos
a la vieja luz del pantano
con el día.
El borde aparece donde tú te detienes,
como en ciertas calles
nos levanta la mirada un pájaro invisible.
Mucho silencio tiene el sentido
– allá,
donde hubo aguas,
o el vano intento de este cielo
para acoger sus nubes
y la púdica superficie
escondida entre sus plantas.
Sin embargo
el hombre recibe de la luz
la travesía.
p. 2
– Bajan o suben estas aguas ?
(Comprometidos, comprometidos –Abidias– por la antigua ter-
nura que nos dieron los ríos. Juntos andamos estos campos
que el sol separa del paisaje, que no reúnen el día a sus
perfiles. Acaso el crimen ayude a afirmarnos pero esta in-
móvil bandada de cuervos sujeta el aire y voces, voces inaudi-
bles – a moving grove.)
– Suben o bajan estas aguas ?
Es bueno escuchar aquello que nos presenta y recibir la voz
dura y humilde de la imagen.
Hace lejos
el tren silbando su propia melodía
y cosas
caídas del calor hasta la época
Vera o asome, el habitante
ceñido a su cara como un canto
– ah, mis señales –
y entre tanta
– tantas–
tierra rota
la casa encierra la distancia.
p. 3
Donde se pierden las palabras
desaparecen los recuerdos
y, libre,
como una risa nocturna se despereza el trayecto.
En la insistencia
– Bajan o suben estas aguas ?
El río multiplica con piedras sus destinos
y, entre nosotros, sus líquidos intentan
nuevos puntos cardinales. Toda edad nace de la fiesta
y aun
femenina
la tierra expande el agua para domar un cielo en su reflejo.
Por la real, real grandeza
no vamos ni venimos
cuyo signo
no sabemos
dulcemente
entre palabras sanas y triviales.
p. 4
Entonces pacifican los suelos con el pasto,
con una casa humeante y sin nombre
anclada como un barco entre las flores
y las lavanderas
con una gran alfombra blanca
– pañuelo y sudario –
porque solo hay demora en el saludo.
Junto al camino se tienden sus poblados
al pie del día
donde
los flancos se abren en riberas
y en golfos el tiempo se desnuda.
Por la real, real grandeza
nunca vamos ni venimos.
( Quisiera decir tan poco
que fuera necesario
pero no basta creer en dioses
hay, también, que ser creído. )
p. 5
– No busca este camino,
como el año,
sus propias estaciones ?
– No conoce la india sus seres nocturnos
que barren la tierra con palmeras
para darle a cada día su jornada
y, por ello, celosos los bambúes
permanecen atados ?
También todo olvido es un principio
como las razas muriendo y viviendo
del tránsito desprenden un transcurso.
No
no vamos ni venimos
( Tú dices: “La naturaleza nos duerme y amenaza con un regalo
más fuerte que la especie. Desencantados, como el hijo, desperte-
mos a su obediencia y el propio cuerpo con su muerte la celebre.)
p. 6
– No busca cada río su oro propio ?
Y cada valle – no guarda una ciudad entre sus labios ?
Pero con iglesias enfrentan la altura,
separan las colinas
y, sin cálculos,
parten el lugar
como una fruta.
Y aquí ya hay tumbas.
Así, cuando el arco del día
pasa sobre las cuerdas del aire
– no profetizan estas doce piedras en el cielo ?
Expuestos
solo el imperio atrae la superficie
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Fondo Iommi-Amunátegui / Carpeta A:
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