Ensayo Final: Vacío Construido

De Casiopea

Introducción al Renacimiento: Paisaje y Aventura

El Renacimiento es un fenómeno arquitectónico y sociocultural en el cual el hombre aparece como centro del universo, hay una valoración del quehacer humano y renacen ideas antiguas de Platón, Aristóteles, Vitruvio como fundamentos central de las ideas del humanismo. En cuanto a la arquitectura, se empiezan a concebir espacios amables que conciban una ciudad plena y saludable, en contraste con como eran las ciudades en la Edad Media.

Desde esta cosmovisión del universo y el hombre introducidas por el Humanismo, el hombre renacentista busca salir de las murallas medievales y se aventura en la naturaleza. Comienza a incursionar en los aspectos altruistas de la contemplación de lo natural. Logra, a través de sus villa y jardines, dominar la naturaleza para así hacerla placentera. Ese anhelo por lo desconocido se traduce en una valoración por el territorio y la forma que se domina para hacerlo recreativo, contemplable, y dominable a través de la mirada.

El concepto de paisaje representa la aventura del pensamiento renacentista. Por primera vez, el arquitecto utiliza el entorno como lienzo. Así el paisaje se empieza a construir a través del jardín y sus ejes que se proyectan desde la obra misma. El jardín se vuelve parte de la obra. Las villas situadas generalmente en la ladera de un monte, alejadas moderadamente de la ciudad proyectan sus ejes al paisaje para construir formas y umbrales para llegar a la obra. De esta manera, el entorno sigue construyendo una dimensión estética: se proyectan avenidas de arboles, jardines y se emplaza la obra a una distancia que permita contemplar la fachada en su total con toda la intención del arquitecto. La villa renacentista es un lugar para pensar y filosofar ante la contemplación de la naturaleza y sus olores, colores, temperaturas.

Paisaje construído en las villas renacentistas

Viendo la Villa Careggi, vemos como de a poco antiguos castillos feudales de uso utilitario para la proteger los cultivos se convirtieron en villas: se les agregan loggias y se produce un mestizaje en el diseño expresado en el tamaño de las ventanas y en los ornamentos. Todo esto en un intento por abrir el interior con el exterior. Transformar la rocca medieval -utilitaria- en una villa renacentista para el ocio y la contemplación de la naturaleza.

Otra caso es la Villa Fiesole es del Cinquecento (1458-1470), que se levanta a media ladera y tiene una altura que le otorga un dominio visual sobre la ciudad. Esta obra domina el desnivel del suelo y de esa manera construye relaciones verticales dentro de la obra y relaciones horizontales hacia la ciudad y los ejes de la obra. Su lejanía respecto a la ciudad genera un alcance visual: un dominio del territorio.

La obra del Cinquecento que estudié es la Villa Barbaro. Es una obra palladiana en Maser, Trenso en la región del Veneto. Fue diseñada por Andrea Palladio para dos de sus mas importantes mecenas, los hermanos Barbaro entre 1560 y 1570. Observo la forma que se construye la llegada a la obra y su fachada a través de secuencias escenográficas. Primero se pasa por un avenida de árboles. Luego se llega a la visualización de la obra a lo lejos con la obra coronada por la naturaleza que la corona. Finalmente hay un enfrentamiento a la fachada completa con dimensiones de interior expuestas. La obra se emplaza en altura y el camino que la introduce es elevándose por la inclinación constante. Hay una continuidad entre la obra y el jardín concibiendo ejes que guían la obra en su totalidad. Su ubicación revela su dimensión de casa de campo. Y es en el dominio de estas distancias en donde aparece el anhelo renacentista de ir a la naturaleza y dominar distancias que permitan contemplar y filosofar sobre lo que ocurre en la ciudad con perspectiva.


El aire libre: solvente común de la villa renacentista

Para caer en la cuenta de la importancia del aire libre en la arquitectura renacentista estudiamos dos obras renacentistas. Por un lado estudiamos la Cortile del Belvedere, y sus tres espacios diferenciados construidos con niveles y funciones especificas que llegan de manera gradual al Palacio Vaticano en Roma. Todo el recorrido es enmarcado por unos muros laterales que reciben en su tamaño lo contenido en el patio central. Es en la construcción del vació y sus distintos suelos en donde el espacio se hace blando para el habitante: un habitar pleno.

Por otro lado, analizamos la Villa Barbaro, de Andrea Palladio. En esta obra pudimos observar la la fachada geométrica, el recorrido del agua que viene desde el Ninfeo y pasa por toda la obra representando el paso de la vida, la doble horizontal de la obra coronada por su entorno natural, entre otras cosas.

Caemos en la cuenta que la Villa es con aire libre y de esta manera, el jardín es parte de la propuesta arquitectónica en la prolongación de los mismos ejes de la obra hacia el jardín mismo. Es un intento de dominar lo natural para que sea parte del paisaje a través de geometrías y trazados. Así, se logra un deleite intelectual de la sociedad que va creciendo junto a estas nuevas ideas: el campo de la botánica se amplia, los viajes traen nuevas especies de flores y empiezan a haber nuevos horizontes verticales que construyen la llegada a la villa.

El jardín representa los cambios de paradigma en la intenciones del hombre renacentista en la búsqueda intelectual de dominar la naturaleza. Pienso que el hombre moderno, cuando construye su “villa” en el exterior de la ciudad valora mucho más la naturaleza en un estado más puro, sin dominio. Si bien las razones pueden ser por recursos, tiempos de construcción y seguridad en la actualidad, el hombre moderno busca adentrarse de manera más pura en la naturaleza. Casos como la Casa Cascada de Frank Lloyd Wright, entre otros, me vienen a la cabeza. La naturaleza en su estado puro como altruismo arquitectónico en la actualidad. Finalmente, comentamos en clases que el viaje es la manera más eficiente para convertirse en arquitecto según Palladio y diversos arquitectos modernos.

El vacío construído: abismo interior como espesor entre lo terrenal y lo divino

En conclusión, hemos visto como la arquitectura renacentista introdujo al oficio el anhelo humano a la obra. Proyectar una obra para quien la va a habitar. El paisaje se vuelve parte del lienzo del arquitecto renacentista proyectando ejes que van desde la obra al patio construido. De esta manera aparece el vacío como un solvente común de las villas renacentistas.

Analizando los estudio de Palladio en Los 4 Libros de la Arquitectura, caigo en la cuenta de que el vacío renacentista aparece como un espesor entre dos conceptos o áreas. Un espesor que da continuidad al habitar distintos espacios. En el caso particular del Panteón (obra estudiada por Palladio) se puede apreciar el anhelo renacentista por su vacío construido. La bóveda como elemento vinculante entre lo terrenal y lo divino. Es un vacío mayor, desescalado a la medida humana, en donde todas las dimensiones parecen inalcanzables. Esto viene acompañado de cualidades sensoriales: el eco, el velo luminoso que entra de manera senital, las dimensiones fuera del rango al alcance del cuerpo humano. Es un abismo espacial que confunde al cuerpo y lo deja de lado pata así utilizar el alma para entender el vacío que se le presenta. Desnudar el alma de lo terrenal para acercarse a lo divino. Lograr unir al hombre y a Dios (o los dioses) a través de las puertas del vacío construido.