Ensayo. Antonio Diaz G. Presentación Diseño 2023.

De Casiopea



TítuloEnsayo. Antonio Diaz G. Presentación Diseño 2023.
AsignaturaPresentación del Oficio y su Visión de Mundo
Del CursoPresentación del Oficio y su Visión de Mundo 2023
CarrerasDiseño
1
Alumno(s)Antonio Diaz

No hay avance sin mirar antes

Cuando el hombre comenzó a estudiar la naturaleza, se maravilló por la infinidad de luces llamadas estrellas que se encontraban a simple vista mirando hacia arriba, despertó la curiosidad de saber sobre un universo que estaba hacia el exterior en el espacio. Sin embargo, aún era consciente de que existía un universo desconocido, igual de inmenso y mucho más a la mano. Aquello que el hombre no podía ver no solo se encontraba a kilómetros de distancia lejos de nosotros, si no que estaba mucho más cerca de lo que el hombre pensaba. Fascinantes paisajes, llenos de organismo vivos y complejos escondidos en nuestros alrededores, que, gracias a una herramienta creada y diseñada con el objetivo de adentrarse a estos mundos inexplorados pudieron conocerse. Esta herramienta es conocida como microscopio.

El presente ensayo tiene como objetivo describir los orígenes y propósitos asociados a este artefacto a través de las cuatro causas aristotélicas. A continuación

Podríamos partir preguntándonos ¿Quién inventó el microscopio? Dejemos claro que antes de la invención de dicho artefacto, ya estaba ampliamente extendido el uso de lentes que permitían observar una imagen de forma aumentada conocidas como lupas que datan del año 1.250 aproximadamente, las cuales fueron inventadas por el filósofo y teólogo inglés Roger Bacon. Estas lupas se usaban en antiguas civilizaciones para concentrar los rayos de luz en un punto y poder hacer fuego. De hecho, las lupas son consideradas como un prototipo de microscopio o llamadas también como “microscopio simple”. Los primeros ejemplos de estos microscopios simples se remontan al uso generalizado de los lentes en las gafas. Sin embargo, el microscopio práctico o “microscopio compuesto” (que es el del que estamos hablando) que combinan una lente objetiva cerca del espécimen con un lente ocular para ver una imagen real surgió unos años después, a principios del siglo XVI y finales del siglo XVII en Europa. Como tal no se tiene un registro de quién fue el inventor, aunque se han hecho algunas afirmaciones a través de los años. Muchos dicen que fue un desarrollo progresivo producto de la fabricación de los lentes en distintas fábricas hasta dar con esta estructura sólida que se entiende como un microscopio; otros le otorgan el título de inventor del microscopio a Hans Lippershey, un inventor y fabricante de lentes quien fue el primero en hacer el diseño de un telescopio práctico, y el primero en solicitar una patente para ese diseño. El desarrollo del microscopio parte de allí, con el concepto de lente doble. Sin embargo, al que la mayoría le otorga el título del creador de este artefacto es a Zacharias Janssen y su padre, fabricantes de anteojos holandeses que se dieron cuenta por accidente que si se alargaba el tubo del telescopio se lograba mayor capacidad de aumento visual, y por tanto con la evolución de esta idea se pasaron a fabricar microscopios.

El problema era que por la poca calidad de visión no era un instrumento apropiado para la visión de la vida microscópica. En base a este descubrimiento fallido, vendría en a mediados 1609 Galileo Galilei, quien crearía lo que se conoce como occhiolino (un telescopio casero de 8 aumentos), sentando las bases oficiales de un aumento óptico mucho más potente. Con este concepto Galileo miraba a través del extremo equivocado del telescopio para ampliar objetos pequeños. Un telescopio usado de esta manera es lo mismo que un microscopio compuesto, Para terminar de darle forma a la idea del microscopio como tal es Giovanni Faber quien le asignó este nombre de palabras compuestas Micrós (pequeño) y Scopéo (mirar).

Más que la idea de asignarle el nombre de creador a alguno de estos personajes, es mejor interpretarlo como el desarrollo y perfeccionamiento de un mismo concepto por parte de varios individuos. Se debe entender que el avance que tuvo la tecnología de ese tiempo, fue la mayor responsable de las mejoras que sufrió el microscopio, y es que en años posteriores con la evolución que tuvo la física, incluyendo la óptica en trabajos como los de Newton, directamente el microscopio fue beneficiado progresivamente, ya que gracias a esto, los nuevos lentes para ese entonces eliminaron las aberraciones esféricas y cromáticas, aparte de lograr técnicas de construcción que mejoran estabilidad y firmeza del instrumento. Otras de las evoluciones que sufrió el microscopio fue gracias al físico Ernst Abbe y el empresario Carl Zeiss, quienes le entregaron fundamentos científicos para la construcción y fabricación de microscopios a nivel general, dejando de lado la prueba y error que este ya traía. Esto acabó refutando la teoría de la formación de imágenes en el instrumento, descubrimiento que mejoró innegablemente su rendimiento reduciendo el costo de producción y a su vez la industrialización y masificación. Llegado el siglo XX el progreso constante que venían sufriendo los microscopios se detuvo cuando se habría alcanzado el límite teórico de los microscopios ópticos. Cómo no se consiguió que los lentes superaran los 500 X (cantidad de veces aumentada la visión normal), se empiezan a trabajar en varios nuevos modelos que permitieran un estudio más detallado del que ya se tenía. Es así como en 1931 llega el primer microscopio electrónico de transmisión desarrollado por Ernst Ruska, el cual usa un haz de electrones en lugar de la luz, consiguiendo llegar hasta los 100.000 X. Entre los objetivos y funciones principales del microscopio óptico se encuentran la ampliación de imágenes, ya sea de objetos o de organismos que no pueden ser observados a simple vista. Esto se logra a través del uso de una o varias lentes, que permiten obtener una imagen aumentada del objeto a través del concepto de “refracción”. El principio de un microscopio es que las lentes refractan la luz lo que permite el aumento. La refracción ocurre cuando la luz viaja a través de un área del espacio que tiene un índice de refracción cambiante.

Dos conceptos básicos definen la potencia de su uso, la llamada ampliación o aumento de total que sería el número de veces que el objeto de investigación aparece agrandado, y la otra es la resolución, que sería la capacidad de discernir claramente dos puntos del objeto.

Sabiendo ya las funciones y orígenes del objeto estudiado, y recordando un poco los tipos de microscopios que existen o existían, entendamos ahora de que estaba conformado cada uno de estos, cuál era su materialidad y cuáles eran los requisitos mínimos para poder construir uno de ellos. Partamos clasificando los dos grandes tipos de microscopios diseñados desde sus orígenes hasta ahora. El primer tipo de instrumento ya nombrado como tal es el microscopio simple, calificado como el primer tipo de microscopio creado y se conforma de dos partes. Por un lado, está el microscopio como tal, constituido por un ocular (por donde se observaba el objeto), un tubo o cilindro que agarraba al lente, el tornillo de enfoque, el objetivo (es lo que apunta al objeto), el soporte del espécimen. Por otro lado, está la parte de la “iluminación” que se le podría llamar, que se formaba con una lámpara pequeña y una esfera de agua.

La particularidad de los microscopios actuales fue la evolución de su diseño y tecnología. Lo que alguna vez fueron dos piezas ahora es una sola conformada por varias partes. Este sería el segundo tipo de microscopio creado en la historia, llamado el microscopio compuesto. Dentro de este tipo de microscopio también existen dos grandes tipos, los que son monocular (se usan mirando a través de un solo ojo) y los binocular (con este se puede ver a través de ambos ojos).

Monocular
Binocular

Como puede verse en las imágenes, ambos tipos de microscopios compuestos poseen la misma base de elementos o piezas. También hay que señalar que ambos modelos de microscopio compuestos al ser actuales en la época funcionan a través de tres tipos de sistemas, que es donde se encontrarían todas sus piezas, repartidas en estos tres sistemas.

Estos sistemas de los que hablamos serían el sistema mecánico, o para entenderlo mejor sería el “cuerpo del microscopio” conformados por el mismo tubo o cilindro del microscopio simple, el brazo y la base que sostienen todo el mecanismo del instrumento. El revólver sostiene los objetivos (o las lentes en palabras más simples), las pinzas de sujeción, que son dos pinzas que sirven para retener el portaobjetos sobre la platina, la ya nombrada platina sirve como soporte para lo que será estudiado, y el tornillo macrométrico y micrométrico de enfoque, que mueven la platina o el tubo hacia arriba y hacia abajo, el macrométrico permite desplazamientos amplios para un enfoque inicial y el micrométrico los desplazamientos más cortos, que sirve para un enfoque más preciso. El segundo sistema es el sistema óptico, formado por un conjunto de lentes puestas de tal manera que producen el aumento de las imágenes que se observan a través de ellas. Las partes de este sistema son el ocular que es a través por donde se observa el número de oculares que tiene es la diferencia entre los microscopios monoculares y los binoculares), y los objetivos que son estas lentes que permiten el aumento. Por último, está el sistema de iluminación, que ya nombrado anteriormente aquí se encuentra dentro del instrumento y no es un objeto aparte. El sistema de iluminación comprende las partes que reflejan, transmiten y regulan la cantidad de luz necesaria para efectuar mejor la observación a través del microscopio. Estas piezas sería el condensador (lente que concentra los rayos luminosos sobre la preparación), el diafragma que regula la cantidad de luz que entra por el condensador, y la foto, que básicamente emite los rayos de luz que van dirigidos hacia el objeto a estudiar.

Presentacion en el oficio y su vision de mundo - partes del microscopio - antonio díaz.jpg

En el centro del sistema solar, se encuentra la estrella más grande del propio sistema, la cual en todo momento emana los llamados rayos ultravioleta que golpean de frente al planeta por distintos lados, dependiendo del momento de su rotación. Pero resulta que estos mismos rayos que han permitido la vida de distintas especies, y nuestra estadía en él planeta, también proveen una serie de peligros a nuestro organismo si nos exponemos por tiempos prolongados a estos rayos UV, es algo con lo que hemos tenido que lidiar desde el inicio de la raza humana. Ante inminentes peligros que podría traer la exposición de estos rayos, en nuestro cuerpo, se crean barreras que no dejan llegar estos rayos a tu piel, seguridad preventiva que cabe en la palma de tu mano. Les contare los orígenes de esta barra de la que hablo, llamado de distintas formas, pero cumplen la misma función, conocido como bloqueador solar, protector solar, crema colar, entre otros.

Preguntémonos por un momento como las personas se cubrían de los rayos UV (los cuales por la época no sabían que se llamaban así), antes de que se inventase el protector solar, ya que es evidente que no siempre ha existido, a diferencia del sol y sus rayos, que es algo que ha estado siempre, y con lo que tenemos que lidiar desde nuestros inicios.

Hablando desde su propósito original, las personas si se llegasen a tomar medidas para cubrirse del sol era única y exclusivamente con fines estéticos y no para proteger la piel, ya que durante siglos y en distintas civilizaciones se mantenía la idea de que la piel pálida constituía un ideal de belleza, con esta idea, diversas soluciones se buscaban para el cuidado de la piel, en la antigua Grecia por ejemplo se usaba aceite de oliva, los nativos americanos usaban hojas de pino, en Egipto se usaban variedades de ungüentos para tener la piel tan clara como fuese posible, lo cual era bastante difícil debido al clima de la zona. Con el tiempo se han hallado papiros de esa época que tenían fórmulas para evitar las quemaduras y prevenir el bronceado, junto con los ingredientes para estas fórmulas, tales como el arroz, el jazmín, o el lupino, ingredientes sumamente orgánicos recordando la época de dónde vienen estas fórmulas, lo extraordinario de todo esto es que muchos de los ingredientes usados para elaborar estos productos se han redescubierto posteriormente por científicos modernos, que hoy en día son muy usados para la reparación de la piel.

Igualmente, el uso de ungüentos no fue la única de las soluciones usadas para el cuidado de la piel, en cuanto a los artilugios, las sombrillas siempre han sido tendencia a lo largo de la historia, a tal punto de considerarse como un símbolo sagrado y quedando para uso exclusivo de las familias reales en la antigua china. Pero no siendo la sombrilla el único artilugio usado para esto, en la época Victoriana para cubrirse del sol se usaban también guantes largos, sobreros y parasoles.

Posterior a las épocas anteriormente mencionadas, ya por el año 1801, fue el descubrimiento de la radiación ultravioleta, por aparte del científico alemán Johan Ritter, haciendo posible el entendimiento sobre las quemaduras producidas por el sol. Años más tarde, alrededor del año 1920, el australiano Norman Paul, descubrió y publicó las primeras asociaciones sobre los efectos nocivos del sol en la piel y el cáncer producido por esto. Durante esta misma época y ya con la información divulgada de estos dos descubrimientos, se usó a modo de protección el óxido de zinc.

Un hito curioso, que marcó un antes y un después respecto al prejuicio sobre la gente bronceada, fue un viaje que tuvo la famosa diseñadora de moda Coco Chanel en un crucero por el mediterráneo, en donde accidentalmente su piel se bronceo mucho más de lo esperado, y las fotografías de su desembarque fueron tomadas con una piel sumamente bronceada, convirtiéndose en un icono accidental, pero que dio paso para unos nuevos ideales de belleza, y la alta sociedad se le empezó a ver con mejores ojos la exposición al sol, ya que este tipo de piel se le categorizaba a la gente trabajadora y de clase baja.

Ahora con esta nueva visión que se tenía hacia la piel bronceada, se empezaron a publicar las primeras cremas solares, pero no eran precisamente destinadas a un uso protector de la piel, sino que más bien eran cremas destinadas al bronceado, siendo la primera creada por el diseñador y perfumista francés Jean Patoh en 1927. Distintos químicos trataron por años desarrollar cremas para sanar las quemaduras por el sol, o más bien para prevenirlas (como fue el fundador de la famosa marca Loreal, Eugene Schueller), hasta que finalmente otro hito igual de curioso da el impulso para perfeccionar lo que ya se venía trabajando, y es que en 1938, el estudiante suizo de química Franz Greiter, sufrió fuertes quemaduras en medio de una escalada, lo paso tan mal, que su experiencia lo mando a crear lo que hoy se conoce como la primera crema de protección solar, se le asigno el nombre de Glacier Cream, que termino siendo comprada por la empresa Piz Buín en 1946 para establecerla en el mercado y venderla como producto.

Con los años se siguieron intentando nuevos protectores más eficientes, por ejemplo, en el caso del militar y farmacéutico Benjamín Green, quien preocupado por las terribles quemaduras que sufrían los soldados, comenzó a aplicar la parafina en la piel, resultando un ungüento bastante maloliente e incómoda que formaba una capa encima de la piel, que al fin y al cabo cumplía su función de protector. Pasó que al buscar una solución rápida ante las necesidades de los soldados, el entrego esa respuesta no del todo aceptada pero funcional, ya habiendo pasado la guerra, y con un poco menos de presión, decide añadirle a la sustancia, crema de cacao y esencia de coco para convertirlo en un producto más pronunciador, siendo este resultado comprado por la empresa Mercan Go, quienes lo vendían como un producto innovador que te protegía de las quemaduras, comercializándose bajo el nombre de Coppertone en los años 50.

En 1988 se publicó la primera crema que contenía filtros exclusivos para los rayos UV, para que luego con la llegada de los años 90 se tomara mucho más enserio los efectos nocivos que podría producir esta exposición al sol, como posibles cánceres de piel, esto provoca que se dispare la venta de este producto que ha esas alturas ya estaba comercializado y con buenos resultados.

Imagen de la que es considerada la primera crema de proteccion solar creada por Franz Greiter, en 1938, comprada y vendidad por la Piz Buín bajo el nombre de Glacier Creams
Imagen de un afiche publicitario hacia la crema de protección sola Copperton, comercializada por Mercan Go, empresa que le compró y altero la receta a Benjamín Green

Dejando de lado un poco estas recetas caceras con ingredientes bastantes orgánicos o que se podían encontrar con facilidad (como sería el caso del aceite de oliva, el arroz o el jazmín), que venían de hace décadas buscando su perfeccionamiento para entregar una solución mucho más asertiva respecto a los cuidados y protección de la piel expuesta a los rayos UV, pasamos a las nuevas fórmulas actuales con nuevos ingredientes que prometen entregar una mayor protección. Dos de los ingredientes principales que posee un protector solar mineral son el óxido de zinc y el dióxido de titanio, y los ingredientes de protectores solares químicos incluyen oxibenzona, avobenzona, octisalato, octocrileno, homosalato y octinoxato.

Y obviamente cada ungüento debe tener su empaque o recipiente donde se guarda, en este caso la gran mayoría de recipientes son de plástico y poseen una forma cilíndrica en la casi todo el pote, a excepción de su terminación, que se “aplasta” al final para extraer mejor la crema, su tapa igual mente que es por donde sale el ungüento a través de un pequeño orificio, igualmente es de un plástico, un poco más duro que sigue la forma del cilindro.

Adjunto una imagen actualizada de un protector solar de la empresa Coppertone


Por diversos factores ambientales el traspaso de los rayos UV del sol hacia nosotros es cada vez más directo e intenso, producto de esto el protector solar en estos tiempos se ha vuelto indiscutiblemente en un implemento importante y hasta vital en la vida de muchas personas que prefieren cuidar su piel, y eso a su vez lleva a una masificación en la compra de este producto en la actualidad, siendo recomendado su usado en todo momento del año, sea invierno o verano, haya sol o este nublado, ya que los rayos UV llegaran igual hacia nosotros.

Relación y Conclusión

El microscopio y el protector solar son dos herramientas que aparentemente no tienen mucho en común, cumplen funciones determinadas bastante distinta una de la otra, sin embargo, al analizar sus características y funciones, pude encontrar algunas conexiones interesantes entre ambos.

Haré un breve resumen de cada uno para luego pasar a contar y explicar las relaciones que fui hallando mientras investigaba sobre ellos

El microscopio es un instrumento óptico utilizado para ampliar objetos pequeños y poder observar detalles a niveles microscópicos. Su invención revolucionó el campo de la ciencia al permitir la visualización de partículas y estructuras imperceptibles a simple vista. El microscopio nos permite descubrir un mundo invisible a nuestros ojos, revelando la complejidad y belleza de la naturaleza a nivel microscópico.

Por otro lado, el protector solar es un producto cosmético diseñado para proteger nuestra piel de los dañinos rayos ultravioleta (UV) presentes en la radiación solar. Los efectos perjudiciales del sol en la piel son bien conocidos, como el envejecimiento prematuro, las quemaduras solares y el aumento del riesgo de cáncer de piel. El protector solar actúa como una barrera, evitando que los rayos UV lleguen a la piel y causen daños.

Entonces, ¿dónde está la conexión entre el microscopio y el protector solar? La primera relación de la que quiero hablar es el contraste entre el mundo de lo pequeño y de lo grande, pero ¿a qué me refiero con esto? La curiosidad de las personas por ver o entender lo que no esta a simple vista es lo que ha permitido el avance tecnológico y científico de muchas herramientas, productos y teorías a lo largo de los años, siento que con el microscopio y el protector solar no es diferente. El interés de ciertos personajes ya nombradas anteriormente por lograr ver y entender el mundo de lo pequeño o, mejor dicho, de lo microscópico, ayudó al desarrollo del mi original estudiado, herramienta que abrió un nuevo mundo de estudio, que resultaba imposible de mirar y conocer, hasta antes de su creación.

Por otra parte, el problema del cáncer de piel, las quemaduras solares, y el envejecimiento, provenientes de la radiación solar hacia nuestro cuerpo, engloba un problema de fuerza macroscópico, que no podemos ni ver ni percibir, pero está ahí. ¿Qué quiere decir? Pasa que para solucionar este enigma habría que por su puesto primero entender las dimensionas y el enorme problema al que nos estamos enfrentando como personas, siendo ínfimos antes el origen de la radiación (el sol). Al final las personas con su interés por entender y solucionar problemáticas para ellos o para otros, siempre estarán en un rango entre mundos muy pequeños e inexplorados, u otros muy grandes igual de desconocidos.

Continuando un poco con la idea anterior respecto a no mirar lo que está a la vista de todos, tanto el microscopio como el protector solar, nos hacen conscientes de la importancia y lo que significa mirar más allá de lo evidente, de explorar mundos que podrían considerarse como “invisibles” ya que nos los podemos ver, y de comprender la complejidad del mundo que nos rodea, sea pequeño o sea grande. Al utilizar el microscopio, nos maravillamos con la inmensidad, o más bien dicho, lo miniatura del universo microscópico, donde cosas tan pequeñas como células, bacterias y partículas interactúan en sí, lo cual nunca hubiéramos podido mirar si no fuera por esta intención de ver más allá de lo evidente. De igual manera de no haber tenido nunca la intención de observar más allá del echo de simplemente estar bronceado o no, quizás mucha más gente habría adquirido cáncer de piel, siendo obviamente uno escenario malo, pero esta visión de la que hablo trajo finalmente una barrera al problema, al estar aplicando el protector solar, estamos protegiendo nuestra piel de los daños invisibles que pueden resultar de la exposición a los rayos UV, cuidando así nuestro bienestar. Muchos de estos problemas que persiguen día a día a las personas como el cáncer de piel, o estos mundos que faltan por explorar como lo ínfimamente pequeño, entre otras cuantas problemáticas más y mundos desconocidos de los que no hablé, pero están ahí, y que asechan a la gente, muchos de ellos, o la mayoría, son invisibles, que nos rodean, pero no los podemos ver a simple vista con nuestros ojos, pero están abiertos para ser descubierto, estudiados y trabajados, para eso hay que tener esta visión del “observar más allá” encontrar todo eso que no podemos ver, y traerlo al mundo físico, con estas herramientas, instrumentos o productos. Al final ambos instrumentos nos enseñan que debemos ir más allá de lo superficial, que existen infinidad aspectos esenciales que a simple vista no podemos apreciar porque nuestro cuerpo no lo permiten, para esto creamos herramientas que vienen de nuestras ideas al mundo físico para hacernos la vida más fácil, resolviendo curiosidades o problemas. El microscopio, por un lado, nos recuerda que debemos profundizar en nuestro conocimiento y comprensión de lo que nos rodea, explorando nuevas dimensiones invisibles. Mientras que el protector solar nos invita a tener una visión más profunda de los riesgos que enfrentamos, para un mayor cuidado de nosotros mismos y a tomar medidas preventivas para asegurar nuestro bienestar a largo plazo. En conclusión, aunque el microscopio y el protector solar parecen dos herramientas completamente diferentes, comparten una conexión basada en la necesidad de ir más allá de lo evidente. El microscopio marcó él descubrimiento de un mundo invisible, ayudándonos a ver lo que no podíamos, mientras que el protector solar fue la solución para un peligro a nivel mundial, protegiéndonos contra una radiación solar invisible. Nos enseñan a mirar más allá de lo superficial y a apreciar la importancia de lo micro y macro en nuestras vidas.