Encargo 04 Epistemología - Transformaciones del espíritu en torno a la observación / Marina Cabezas
Título | Transformaciones del espíritu en torno a la observación |
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Asignatura | Presentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño |
Del Curso | Presentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño 2022 |
Carreras | Diseño |
Nº | 04 |
Alumno(s) | Marina Cabezas |
Transformaciones Del Espíritu En Torno A La Observación
“En la pasión quedamos poseídos de una manera permanente por aquello que nos ha afectado” dice Antonio González (2014) en Surgimiento: hacia una ontología de la praxis (p.13). ¿A qué se refiere con que nos ha afectado? ¿a qué/quién afecta en específico? ¿al cuerpo? ¿al Ser de Aristóteles? ¿al espíritu? Si “En la admiración estamos apasionados por aquello que nos admira, pero nuestra pasión consiste en un deseo de saber. Y esto entraña un reconocimiento de nuestra ignorancia.” (p.14) y “Aristóteles decía que el que se admira reconoce no saber” (p.14), ¿podríamos decir entonces que primero se admira (o se observa) y luego se “vuelve a no saber”? “Volver a no saber es dudar, sin miedo, aún sobre nuestras más íntimas certezas.” (Reyes, 2019)
Fabio Cruz (1993) plantea que “”Observar” sería entonces esa actividad del espíritu (y del cuerpo) que nos permite acceder una y otra vez, a una nueva, inédita, visión de la realidad”. Para él, la palabra espíritu no se puede leer separada del cuerpo, sin embargo no son lo mismo. Según José Ferrater Mora el espíritu es “Algo esencialmente inmaterial y dotado de «razón»” y para Foucault “El sujeto es aquel que se sirve de medios para hacer cualquier cosa que sea”. En este caso, entendamos al sujeto como el espíritu que se sirve de medios (de su cuerpo) para hacer cosas, para observar, por ejemplo. No existe observación sin sujeto (puesto que el cuerpo no puede observar por si solo) ni existe observación sin cuerpo (puesto que el sujeto necesita medios para hacer cosas).
¿Pero qué observamos? ¿qué admiramos? ¿puedo buscar observar o buscar admirar? ¿cómo se dispone el espíritu a la observación? Jaime Reyes en “La observación es una actividad del espíritu (y del cuerpo)” plantea que “La observación permite la abertura de un campo existencial; antes que nada, exige nuestra propia transformación”. pero ¿cómo lograr esa transformación si no sabemos realmente en qué consiste esa transformación? ya se preguntaba Foucault “¿Qué transformaciones son necesarias en el propio ser del sujeto para tener acceso a la verdad?” ¿es una transformación del espíritu? ¿tiene que ver con la espiritualidad? Según Foucault la espiritualidad es “la búsqueda, la práctica, las experiencias a través de las cuales el sujeto realiza sobre sí mismo las transformaciones necesarias para tener acceso a la verdad”. ¿Puede ser que lo que observamos es la verdad, y por eso necesitamos transformarnos para llegar a ella? ¿necesitamos acaso “ser dignos” de acceder a la verdad? Pero ¿qué es la verdad? Largos debates filosóficos se han dado en torno a esa pregunta, en esta ocasión nos limitaremos al pensamiento de Foucault: “La verdad es lo que ilumina al sujeto, lo que le proporciona la tranquilidad de espíritu. Existe en la verdad, en el acceso a la verdad, algo que perfecciona al sujeto, que perfecciona el ser mismo del sujeto y lo transfigura.”. Podríamos decir, entonces, que ocurren dos momentos de transformación del sujeto en torno a la verdad: uno anterior, que permite acceder a ella, y uno posterior, que perfecciona al sujeto. Sin embargo, ¿a qué se refiere con la perfección del sujeto? y por otro lado, ¿de qué manera ilumina al sujeto? ¿des-vela algo? ¿le revela la verdad? ¿cuál verdad?
Si el proceso del conocimiento de uno mismo conduce a la sabiduría (Foucault, 1982) y la ascesis implica la transfiguración del modo de ser del sujeto a través del saber (Foucault, 1982), ¿podríamos decir que la observación es una manera de conocerse a sí mismo a través del conocimiento de lo que ocurre a nuestro alrededor?