Encargo 04 Epistemología - Intención de nombrar / Javiera Ruiz

De Casiopea


TítuloEncargo 04 Epistemología - Intención de nombrar
AsignaturaPresentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño
Del CursoPresentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño 2021
CarrerasDiseño
4
Alumno(s)Javiera Ruiz
PDFArchivo:Encargo 4 Javiera Ruiz Intencion de nombrar FINAL.pdf

La intención de nombrar

En un plano cotidiano, nos vemos atraídos por la sutil convergencia de las dualidades y como estas dos partes de un “algo” por separado nos permiten clasificar bajo un criterio concreto para lograr determinar una decisión respecto a una consecuencia (desde algo que pareciera ser simple como separar la ropa blanca de la de color en el lavado o decidir cuanto polvo dejo fuera de la pala al barrer, ya que es imposible integrar todo como un cuerpo dado el tamaño de las partículas de polvo y al mismo tiempo las particularidades de la escoba, es decir, tomar decisiones considerando la cualidad de los elementos en disputa).

Para lograr comprender las situaciones que nos presentan, se tiende a clasificar, enumerar, describir y nombrar. Quisiera detenerme en este último acto: el acto de nombrar. Pero para lograrlo necesito un proceso previo que implica una intención de nombrar y por lo tanto observar.

La palabra ‘intención’, intentio, expresa la acción y efecto de tender (tendere) hacia algo. Así lo encontramos en Santo Tomás, S. Theol., Ia-IIa, q. XII, a 1, si bien hay que tener en cuenta que el mismo autor subraya a veces que se trata de un vocablo equívoco (De potentia, V, I). Cuando se toma en sentido lógico —en el sentido de la llamada lógica material escolástica—, designa el hecho de que ningún conocimiento actual es posible si no hay una «intención». La intención es entonces el acto del entendi-miento dirigido al conocimiento de un objeto.[1]

La observación es posible en un acto preparatorio de la misma, la intención de observar, lo que generalmente reconocemos como disponerse ante lo que acontece, sin restringir de esta manera el objeto a lo estático. La intencionalidad, por lo tanto, implica a la mente como un contenedor de ideas y a la relación entre esta mente, sus ideas y el mundo. Se puede decir que gracias a esto, se es capaz de conocer o reconocer la realidad que habitamos. Bajo esta lógica, el acto de observar consiste en reconocer mediante la abstracción, es decir, separar una característica de un todo concreto (característica que no puede tener existencia independientemente del todo)[2]. Distinguir en un momento presente las particularidades de lo que está frente a mi, determinando de esta manera un punto de quiebre.

Pero, ¿Qué implica este punto de quiebre?

En el texto Sobre la Observación de Fabio Cruz se presenta la siguiente afirmación:

“La observación nos entrega una clave (o llave) que nos permite acceder, podríamos decir, al secreto íntimo de ese lugar, de ese cuerpo, de ese acontecimiento.

- La Observación nos ha transportado a una nueva realidad.”

Desde este punto de quiebre se logra abrir el conocimiento. Lo que fue observado en forma de potencia del acto pasa a ser otra cosa: una nueva realidad, y que algo sea nuevo me permite nombrarlo a través de las cualidades que ya logré distinguir en el acto previo.

En este escenario se pueden plantear las siguientes dudas: ¿Se deja de lado la idea preconcebida de un objeto al observar? ¿Adecúo la observación a esta idea que ya poseo o se genera una completamente nueva desde un presente? Dado el previo análisis del acto de observar y su intención, se puede decir que no se observa para validar una idea preconcebida de algo, ya que estoy observando a este objeto en un contexto determinado, diferenciando esta ocasión de cualquier otra de sus manifestaciones. Se observa para encontrarse con la forma que esta idea tiene. Es decir, mediante la abstracción puedo encontrar la esencia del objeto (comprendiendo esencia como el sentido de la cosa dada, aquello que la cosa es en sí misma, a diferencia de todas las demás y de los estados variables de la cosa al experimentar el influjo de tales o cuales circunstancias)[3].

Se puede comprender la observación a modo de areté cuando nombro lo que veo, ya que durante el proceso (potencia), este objeto observado y habitado por una idea se comprende en un acto constante, permitiendo la generación de conocimiento. Areté: término empleado por Sócrates y Platón para referirse a la máxima posibilidad de desarrollo de las capacidades, conocimientos y potencialidades intelectuales y morales de una persona. En su versión aristotélica se utiliza con el significado de virtud, entendiendo virtud como capacidad humana para realizar un propósito o cometido [4].

Referencias

  1. Diccionario Ferrater Mora. (s.f). INTENCIÓN, INTENCIONAL, INTEN­CIONALIDAD. Diccionario de Filosofía. Recuperado de:https://www.diccionariodefilosofia.es/es/diccionario/l/2064-intencion-intencional-intencionalidad.html [05-09-2021].
  2. Glosario de filosofía. (s.f). Abstracción. Webdianoia. Recuperado de: https://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=9&from=action=search%7Cby=A [05-09-2021].
  3. Diccionario Filosófico. (s.f). Esencia. Filosofia.org. Recuperado de: https://www.filosofia.org/enc/ros/esen.htm [05-09-2021].
  4. Glosario de filosofía. (s.f). Areté. Webdianoia. Recuperado de: https://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=33&from=action=search%7Cby=A [05-09-2021].