Encargo 03 Epistemología - La apertura de lo incesante / Javier Leiva
Título | Encargo 03 Epistemología - La apertura de lo incesante / Javier Leiva |
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Asignatura | Presentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño |
Del Curso | Presentación: Epistemología en Arquitectura y Diseño 2022 |
Carreras | Diseño |
Nº | 03 |
Alumno(s) | Javier Leiva |
LA APERTURA DE LO INCESANTE
Leves ruidos de movimientos de cuerpos entre mantos de tela tibios estimulan poco a poco mi despertar, esta levedad es interrumpida con sonidos artificiales que provienen de un dispositivo a un costado del lecho, lo que me fuerza a despabilar y alcanzar el aparato con mis manos, abro mis párpados con gran esfuerzo para recibir un velo de luz blanca que avasalla todo el cuarto, atravesando las telas que revisten la cristalera hacia un presente del mundo exterior.
Luego de detener el ruido del dispositivo sigo sin las fuerzas necesarias para separar mi cuerpo de estos tibios mantos recibo una calidez mansa que me palpa el rostro y mis cabellos, espontáneamente procedo a estirar de a poco mis extremidades como si este nuevo calor se escapara por los bordes de mis manos y restaurara todo mi cuerpo como un entero, es ahí cuando logro alzar mi torso y mi cabeza tambaleante, entrecerrando mis pestañas que batallaban por mantenerse unidas en contra de un haz de luz tan avasallador que ya había desvelado y pintado de blanco todo el cuarto. Al levantar las telas sobre mi cuerpo puedo sentir como se escapa el calor y ya no hay vuelta atrás, volver a mi posición anterior implicaría un riesgo en mi percepción del tiempo, por lo que pongo mis pies descalzos sobre la madera y me elevo, al bajar la mirada me enfrento con 2 ojos que ya estaban esperando este cruce, 2 ojos casi completamente negros y una lengua traviesa que me saluda con pinceladas en mis piernas y me entrega el ultimo incentivo para comenzar esta incesante costumbre.
Ya sobre mis dos pies, procedo a analizar los elementos de este cuarto y recordar los que sean indispensables para mis planes de hoy, los recojo e inserto ordenadamente en un recipiente textil que reposara sobre mi espalda. El animal de la lengua, los ojos y los pelos al verme ya preparado se acerca a este umbral de madera que separa el cuarto del resto del hogar, invitándome a seguir su ruta, la que me guía a pequeñas tarimas de madera que descienden en un culebreo hasta una amplia cámara con más paredes, cristales, telas y umbrales de madera. Luego aproximandome a otra sala de artefactos y utensilios brillantes, donde puedo encontrar alimentos y aguas calientes que me mantendrán aún más despierto. Mi acompañante en vigilia de mi desayuno de pronto solicita su cuota de alimento con suaves ladridos, a lo que yo accedo y entrego sin dudar.
Después de saciar mi hambre y mi sed me encuentro inserto en un salón frío y blanquesino donde encuentro mi reflejo por primera vez, acomodo mi pelo sin mucha intención y comienzo a cepillar el interior de mi boca por todos sus recovecos y esquinas, salpicando agua y esta pasta espesa que comienza a espumar mientras mas cepillo, lo escupo todo y enjuago lo que quede con mas agua. Ya con todas mis pertenencias sobre mi, me dirijo al umbral mas grande del lugar, el que separa el interior del exterior, y ya me encuentro en la ciudad, suenan las máquinas, las rejas y muy levemente un viento húmedo que me dibuja el rostro.