El vínculo del hombre con la tierra a través de la agricultura - Rocío Vásquez Muñoz

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2021
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2021 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
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Alumno(s)Rocío Vásquez

El vínculo del hombre con la tierra a través de la agricultura

Ensayo

Intruducción

Los seres humanos recolectaron y se alimentaron con granos silvestres desde por lo menos 20.000a. C y a partir de 9500 a. C y se empezó a cultivar los ocho cultivos fundadores en el Levante mediterráneo. Estos antecedentes nos muestran el larguísimo vínculo que tenemos con la naturaleza primero a través de la recolección y después por la agricultura. Este vínculo en particular es con las plantas (arboles, flores, etc..) un ser vivo cíclico que es muy comparable a nosotros en ciertos aspectos y el vincularse con ella y su proceso productivo desencadena un aprendizaje entorno a ella que es fundamental para comprender nuestra propia naturaleza humana. En la prehistoria se formó este vínculo estrecho y vital para nuestra supervivencia y desarrollo, que revolucionó nuestra forma de forma de vida y que le debemos la consolidación de los seres humanos como civilización y sociedad. Este virtuoso vínculo que lleva existiendo y alimentándose hace miles de años ¿Cómo evolucionó a lo largo de los años con el gran crecimiento y desarrollo de las civilizaciones junto sus tecnologías? Nos preguntamos si la evolución de la sociedad a sido realmente un progreso o un receso a nivel individual, sosteniendo la hipótesis que el desarrollo de la sociedad a desencadenado una desvinculación de la relación ancestral y saludable que hemos establecido los seres humanos con la naturaleza a través de la agricultura, transformando este progreso a nivel global/sociedad en un receso y perjuicio a nosotros como seres individuales. Esto lo estudiaremos en este ensayo, primeramente, preguntándonos por el origen de este vínculo, luego por su evolución, hasta llegar al periodo pre-vanguardias, la primera y segunda revolución industrial.

Origen: La agricultura como el centro de la vida

comunidad prehistórica trabajando la tierra

Entonces primeramente para cuestionarse sobre la evolución tenemos que mirar el origen de la formación de este vínculo que primero se dio a través de la recolección silvestre desde el Periodo Paleolítico (2.500.00 ac – 10.000ac) y luego se integró la agricultura como una revolución pues esta significó un cambio radical para el ser humano pasando de ser un nómade depredador a sedentario durante el Periodo Neolítico (9000ac – 3000ac) en Europa, Asia y África y durante la Etapa Arcaica (10.000/8.000ac – 1500ac) en América, estos periodos se caracterizan por el nacimiento, expansión y progresiva mejora de la agricultura y la ganadería. ¿Qué nos dice el nacimiento de la agricultura? Después de pasar millones de años recolectando, observando , experimentando y estudiando el funcionamiento de las plantas, los seres humanos desarrollan la agricultura para producir ellos mismos a voluntad. Esto nos habla de una plena sensibilidad entorno y a merced de la naturaleza que evolucionó de la observación, al entendimiento, a la reproducción, en consecuencia de años y años de cohabitación.

Desarrollo de una semilla
Desarrollo de un embrión

De este nacimiento el vínculo del hombre/mujer con la naturaleza se estrechó y tomó una nueva forma, un vínculo a través de la agricultura, un nuevo quehacer que trae consigo aspectos que influyen en la vida a nivel personal y global.

Hablemos del aspecto personal. Las plantas son organismos vivos al igual que nosotros, que desde su diferencia y dimensiones particulares establecen ciertas similitudes con nosotros. Primero son una semilla, es decir, potenciales seres vivos, luego germinan, crecen, se alimentan, florecen, se reproducen, dan un fruto y/o una semilla y así van siguiendo el ciclo. La observación de este proceso y el trabajo con ellas nos entrega una sabiduría particular y esencial, nos habla de la vida en si misma y sus ciertas similitudes con nosotros nos permite proyectarnos para que a través de ella aprendamos sobre nosotros, sobre nuestra naturaleza y ciclicidad. Cabe destacar también por otro lado que este vínculo, que trae consigo estos aprendizajes de la vida y su naturaleza, no es unilateral, este integra un aspecto relacional recíproco. Esto es dado a que, a pesar de trabajar con la naturaleza, la agricultura es producto del hombre/mujer por ende esta existe y se sustenta gracias a él/ella, de su trabajo y cada planta que haya crecido depende de nosotros y de nuestros cuidados, al igual que nosotros dependemos de su fruto que nos alimenta y del cual ha dependido nuestra supervivencia desde hace muchísimos años.

Por otra parte, en el ámbito global, el trabajo de la tierra, la agricultura, junto al sedentarismo nos permitió establecernos en un territorio y desde allí desarrollarnos como civilización por los beneficios en el ámbito global que trajo consigo este cambio. Por un lado, la agricultura hizo que aumentara la cantidad de alimento, así aumentó la esperanza de vida y la población al haber más comida para alimentar más cabezas. Por otro lado, aquello demandó organización, por lo que surgieron las primeras figuras administrativas para distribuir las cosechas, organizar los poblados, etc.… Así las poblaciones fueron creciendo y uniéndose entre ellas entorno a las plantaciones, fueron haciéndose del territorio, fueron desarrollándose en otros ámbitos como la ganadería y la cerámica, comenzando así de a poco lo que después se transformaría en una gran sociedad.


Así constatamos que la civilización surgió gracias y entorno a la agricultura, que en ese entonces, desde el periodo neolítico había un vínculo cercano entre el hombre/mujer y la naturaleza a través de la agricultura, donde esta era la protagonista del quehacer humano e incluso fue que entorno a ella se fue desarrollando la vida e incluso la ritualidad, surgiendo así una cultura.

Disociación: La agricultura pasa a segundo plano a medida que las civilizaciones se desarrollan

¿Pero que pasó con este vínculo a ir desarrollándose más y más las grandes civilizaciones? ¿Cómo evolucionó? Dejando de lado las grandes civilizaciones americanas que a pesar de cambiar a través del tiempo siempre mantuvieron un fuerte vinculo con la Pachamama, a partir de la Edad Antigua (3000ac-476dc) y el Período Preclásico en américa (1500ac-900dc) comienza el primer apogeo de las primeras sociedades jerarquizadas, muy marcadas por la estratificación social, hubo gran desarrollo de las religiones organizadas, de la militarización y del poder político centralizado en mano de los reyes. Es decir que se formaron sociedades grandes, consolidadas, con religiones, sistemas económicos, en las cuales había diversos quehaceres, disciplinas, oficios y no había necesidad de vincularse directamente con la Pachamama o la agricultura para sobrevivir. Indudablemente esto trajo consigo maravillas de todo tipo, arquitectónicas, científicas, medicinales, etc... ¿Pero dónde quedó aquel Origen, aquel vínculo sagrado que comenzamos nombrando?

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La agricultura desde ese entonces quedó en segundo plano a pesar de que de su importancia y fundamentalidad para la subsistencia y la economía , incluso los que eran parte de su mundo, como los campesinos estaban al final de la escala social (sin contar a los esclavos), su trabajo empezó a ser menos valorado por la sociedad ya que su enfoque cambió de rumbo a nuevos quehaceres que fueron surgiendo durante el desarrollo de las civilizaciones, es por ello que la tradición y ritualidad agrícola solo se mantuvo dentro del mundo campesino sin incluir mucho al resto de clases sociales superiores. Dos ejemplos que contrastan en el tiempo, espacio y cosmovisión, son por un lado, la ritualidad campesina de la Antigua Grecia entorno a la diosa de la agricultura Deméter que siempre siguió en pie a pesar de que los intereses de los griegos girarán más hacía la política, la filosofía, arte, etc... Por otro lado, la ritualidad agrícola Aymara entorno a la Pachamama como la ‘’Lakani•Phaxsi’’, un rito en el cual se le ofrenda una llama y comida a la madre tierra en el mes de agosto, que se sigue realizando incluso hasta el día de hoy a nivel rural.

A partir de esto constatamos que a pesar de que la agricultura formara el centro económico de las civilizaciones, el vínculo tierra-humane perdió su protagonismo y quedó marginado del resto de la ciudad a pesar todos consumieran de su fruto. Sin embargo, se observa que a pesar de aquella distancia con el resto de la sociedad este vínculo seguía vivo y latente dentro del submundo campesino que siguió con aquella sagrada tradición y ritualidad entorno a la madre tierra a partir del vínculo con ella a través de la agricultura.

Ruptura del vínculo humano-tierra

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Hasta ahora a pesar del deterioro que hemos visto del vínculo este sigue presente, pero ¿Qué sucedió con el durante la revolución industrial? Durante este periodo hubo muchos cambios en la producción agrícola que transformaron las condiciones de vida. Estos cambios fueron las nuevas técnicas de cultivo (eliminación del barbecho, rotación de los cultivos, forraje) la introducción de nuevos cultivos (maíz, papa) y de maquinaria para arar, sembrar, regar y trillar. La mecanización del campo permitió gran ahorro de la mano de obra y aumento de la producción agrícola, lo que provocó que muchos campesinos tuvieran que emigrar a las ciudades para trabajar en las nuevas industrias. En la segunda revolución industrial la mecanización tomó aún más importancia al igual que la utilización masiva de abono y fertilizantes artificiales. En este periodo podemos ver una ruptura en el vínculo del hombre con la naturaleza a través de la agricultura y a su tradición, y esta se empieza a traducir en una mecanización en gran escala y un uso exagerado de productos químicos, es decir, a un alto consumo de energía. Prácticas agrícolas que provocan contaminación del agua, del suelo y de determinados alimentos (frutas, verduras, leche), la pérdida de biodiversidad y un consumo creciente de combustibles fósiles.

Conclusión

Concluimos que el desarrollo de la civilización fue desviando y alejando la cultura de la vínculo original que hemos tenido desde miles de años con la tierra a partir de la agricultura hasta llegar al punto de romper este vínculo en la revolución industrial, disociando al hombre de una relación saludable y de aprendizaje que lo ha acompañado durante toda su existencia y que sin quererlo a quedado inscrita en nuestros inconscientes, razón por la cual el contacto con la tierra es tan saludable para nuestra salud física y mental. A partir de la revolución industrial los frutos de la tierra se transformaron un producto más, pasando de ser vida a mercancía para nuestros ojos, lo cual podemos comparar con nosotros mismos, como ha evolucionado la agricultura también nos habla de uno y como nosotros también al desvincularnos de la tierra nos hemos ido transformando en un engranaje más del funcionamiento y desarrollo de la sociedad.

Bibliografía

1. http://www.iesfraypedro.com/files/sociales/segunda-industrial.pdf

2. https://www.etifa.com/evolucion-de-la-agricultura-en-el-mundo-a-lo-largo-de-la-historia

3. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_agricultura#Edad_Media_y_Edad_Moderna_temprana