El lado B tras la "Exposición Universal de París" y las monumentales construcciones en hierro. - Isabel Gallardo

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2022
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2022 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
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Alumno(s)Isabel Margarita Gallardo

Introducción

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La revolución industrial marcó un cambio económico-social con la sustitución de una sociedad estamental por la sociedad de clases, en la que la clase social se determinaba por el bien material y económico y ya no por el origen o la sangre. La burguesía se impone socialmente y los empresarios comienzan a obtener grandes riquezas no solo vendiendo sus productos y compitiendo, sino además pagando bajos precios por la fuerza del trabajo aportada por los obreros.

Las nuevas necesidades industriales de la época y la competitiva ideología de conquistar la altura, introdujeron al hierro como el material ideal para levantar monumentales estructuras que le dieran cabida a los espacios donde se albergaran las actividades industriales de la ciudad.

El paisaje urbano se pinta de éxito y poder través de monumentales e innovadoras estructuras de hierro exhibidas ante los ojos del mundo, mientras que los suburbios superpoblados e insalubres de obreros crecen junto a las fábricas dónde son explotados y sometidos a interminables jornadas de trabajo a cambio de un mísero salario.

La ciudad y la arquitectura en medio del progreso se vuelven responsables del desalojo espacial, social y económico de la clase obrera, lo que sentará las bases de las demandas sociales en torno a las condiciones laborales y habitacionales mínimas para quien es un aporte sustancial y crucial en la construcción de las obras ilustres en Paris.

Cuerpo

Migración campo ciudad

Sustitución del hombre por la maquina. burguesía y proletariado

Con la llegada de la máquina y la producción en serie, la rapidez y cantidad de producción en bienes desarrolló una especie de ideología en el comportamiento humano. La aplicación de esta serie de innovaciones técnicas sustituyeron el trabajo manual por la máquina y se implantó un nuevo sistema de producción, “la fabrica”. La fábrica industrial transformó la dignificación del trabajo artesano y obrero, mecanizándolo y transformando el sistema de producción. Antiguamente los artesanos gozaban el respeto de su oficio o cierta independencia a la hora de desarrollar su labor, la cual era especializada. La industrialización en cambio, con el rubro de la construcción y a modo general, la fábrica, imponía en su modelo de trabajo, la separación neta de las funciones entre burgués mandante, patrón y obrero proletario. La relación con la mano de obra se segregaba desde el punto inicial de su labor, y al hombre se lo comienza a ver como una máquina.

El empresario aportaba los medios de producción, supervisaba e imponía un orden y disciplina. Y los trabajadores eran parte de una proceso de fabricación, donde se dividida el trabajo y cada parte la ejecutaban de manera repetitiva sin previa cualificación durante interminables rutinas laborales y muchas veces sin protecciones de seguridad.

Bajo la situación de sustitución de la mano de obra, múltiples campesinos y artesanos se vieron obligados a migrar a la ciudad en busca de trabajo y nuevas oportunidades, por lo que la fábrica fue la gran responsable de los grandes flujos desmedidos de migración. Los grandes flujos desmedidos alborotaron la capacidad de asentamiento en la ciudad y esta al crecer desmesuradamente, los problemas junto con ella igual. Los obreros poblaron barrios que rodeaban a las fábricas y también antiguas ciudades crecieron sin control. La migración a esta escala y la sobrepoblación beneficiaba de gran manera a los industriales quienes podían disponer de mano de obra por montón lo cual disminuía su costo, sumándole también la necesidad de trabajar que requerían los obreros. Es así como la burguesía, propietaria de fábricas, minas y demás medios de producción, aumentaba exponencialmente sus ganancias y su poder político y económico a costas del trabajo del proletariado, sentando las bases de un nuevo sistema económico, el capitalismo industrial, basado en la producción de bienes.

Comienza así una revolución tecnológica y económica que consolidaba los estratos de la sociedad burguesa por sobre el proletariado.

El rubro de la construcción a gran escala

Durante el siglo XIX La tecnología no dejó de desarrollarse y el hierro forjado alcanzó su máximo potencial cuando se inventó el laminador universal, con el que se pudo lograr grandes vigas y por ende grandes edificaciones que conquistaran la altura y el gran vacío central. Elemento de suma importancia para las necesidades de la nueva sociedad, capitalista e industrial, lugares donde se necesitaran espacios amplios como mercados, fabricas, puentes, bibliotecas. La evolución técnica de materiales y sistemas estructurales (cubiertas y soportes) fue permanente en el siglo XIX.

El uso de los nuevos materiales y sistemas estructurales se difundió a través de las exposiciones universales. fueron espacios para la experimentación con ellos, sobre todo a través de las galerías de máquinas: grandes pabellones cubiertos por armaduras metálicas y cristal. Su culminación se produjo en la de París de 1889, donde convergieron dos hitos: la Torre Eiffel y la propia Galería de máquinas; en esta última, se pudo cubrir sin interferencia un espacio de 420 metros de largo y 115 de ancho gracias a la mejora del sistema de soportes. Cubiertas y pilares forman aquí una sola pieza, de modo que la armadura se prolonga hacia abajo hasta llegar al pavimento.

Los constructores de hierro

obreros de construcción

A pesar de las múltiples diferencias y polémicas entre arquitectos clásicos que utilizaban materiales tradicionales, e ingenieros que aprovechaban los nuevos materiales y tecnologías para levantar grandes estructuras. La rapidez del tiempo le hacía juicio a quienes buscaban levantar monumentales estructuras por una parte funcionales, que pudieran albergar en su interior maquinas a gran escala y los nuevos inventos de la época, pero por otra parte la ilusión de conquista en el continuo desarrollo tecnológico e industrial ante el mundo.

“Los constructores de hierro” se convirtieron en un estereotipo de la burguesía empresarial del siglo XIX, dada su confianza en la idea de progreso y la ilusión de conquista, identificaban su desarrollo con su superioridad sobre el resto del mundo, una idea con rasgos imperialista que creció y se forjo en la construcción del hierro. Un material a gran escala visiblemente, capaz de levantar construcciones de 300 metros como la torre Eiffel. Un hito en la historia de parís.

Bajo este clima revolucionado y dotado de ilusión en el desarrollo, estaba la mano de obra del obrero quien se escondía detrás de las imponentes estructuras, construyéndolas pero no recibiendo mérito más que un bajo salario. Paralelamente a su trabajo el movimiento obrero generado no tan solo por la construcción si no que por la minería y la siderurgia principalmente, crecía en creces. Arriba en la altura ante los ojos del mundo el desarrollo tecnológico y abajo en las calles y poblados la pobreza e injusticia en manos de quienes administraban los salarios.

Tan manejable era la situación económica de los obreros por parte de burgueses que nació por parte de economistas una teoría llamada “la ley de hierro de los salarios” que defendía la existencia de una necesidad natural de que los salarios nunca pudieran subir por encima del nivel de subsistencia, lo cual evidenciaba la nula posibilidad de que los trabajadores pudieran beneficiarse del sistema económico y de su mismo trabajo. Esta situación abría aún más los ojos de los trabajadores, quienes de comenzaban a exigir ciertas justicias en torno a su labor y vida.

La exposición universal de parís

En 1889, la industria hace gala de su desarrollo, y los edificios metálicos que componen una escenografía compacta y condescendiente ejercen su papel de receptáculo para las máquinas y productos expuestos, y sobrecogidos por edificaciones que alcanzaron un nivel insuperable. La exposición cubrió un área total de 96 hectáreas. El símbolo principal de la Exposición universal fue la torre Eiffel, la cual servía como arco de entrada. Su base está formada por cuatro arcos gigantes que descansan sobre cuatro pilares situados en los vértices de un rectángulo. A medida que la torre se eleva, los pilares se giran hacia el interior hasta unirse en un solo elemento articulado.


La construcción de la torre se tardó dos años en construirla, fue construida con la intención de ser la gran obra en la próxima exposición de parís. y se vio envuelta en polémicas y paralizaciones en su construcción. Polémicas sobre la antiestética que significaba para un grupo de arquitectos y paralizaciones debido al bajo salario que recibían los obreros, la construcción se paralizo y estos se movilizaron para lograr un reajuste justo en los salarios.

Afiche © Collection Tour Eiffel

Conclusiones

La exposición de parís si bien significó una muestra de desarrollos tecnológicos y numerosos monumentos de construcciones a gran escala que pintaban y levantaban una ciudad de progreso y que en la actualidad significan obras icono de la arquitectura, significó también un gran dilema social y económico en cuánto a todo el dinero invertido y por otra parte la viva existencia de necesidades sociales y habitacionales de la época.

La realidad que se quería mostrar impactaba directamente con la lucha y división de clases en una ciudad construida de lujosos palacetes ubicados en amplias y ajardinadas zonas residenciales que respondían solamente a un sector de la población. Mientras que el otro sector, sufría los costos del sistema económico y el ideal que este mismo vociferaba. La vivienda marginal y el hacinamiento en la suburbios o espacios residuales de la ciudad. La exposición se levantó sobre la idea de mostrar la cara progresista y linda de la ciudad de parís pero escondió en su ejecución y preparación el trabajo forzoso de múltiples de obreros con salarios mínimos los cuales exigían mejoras en la calidad de vida y sobre todo justicia laboral.

El gran dilema de desarrollo tecnológico e industrial que cargaba en su base injusticias humanas sentó las bases del descontento y las ansias de romper con lo establecido, y rechazar cualquier sesgo social o económico por parte de la burguesía. La cual, en su realidad de actores principales y adinerados controlaban todo lo que se exhibía y lo que debía esconderse ante los ojos del mundo. De aquel rechazo nacen los grupos principales que le darán vida y realidad a los movimientos vanguardistas que buscan protestar contra todo orden o imposición.

Referencias

  • La exposición universal de París (1889). Su recepción en La Vanguardia

Marta Giné-Janer, Universitat de Lleida

  • Confort e Higiene: Historia de la vivienda obrera, historia de la vivienda obrera en la revolución industrial

Juan Sebastián Duque Sepúlveda

  • Arquitectura en hierro

arteespaña.com

  • Revolución industrial

wikipedia