El contexto urbano entendido como espacio escénico - Isidora Vargas

Título	Ensayo 1-2ºS 2020
Asignatura	Taller del Programa y Forma de la Edificación
Del Curso	Taller del Programa y Forma de la Edificación 2º Semestre 2020
Carreras	Arquitectura
Nº	7
Alumno(s)	Isidora Vargas

El contexto urbano entendido como espacio escénico

En este ensayo se abordará la idea de cómo la cotidianidad de la ciudad puede entenderse como una obra teatral. La idea surge a partir del primer encargo del Taller del Programa y Forma de la Edificación impartida por el profesor Andrés Garcés, donde se invitó a observar el espacio en que se habita y repensarlo como un espacio escénico, identificando los distintos componentes que lo conforman, los cuales son: acto escénico, espectador y fondo de escena.

Croquis 1 - Dibujo en primera persona. Me hago parte de la escena como espectador. El acto de comer se hace presente en la cocina, a través de una especie de ritual cotidiano que conforma el almuerzo: la reunión de toda la familia, la disposición de los elementos como platos, cubiertos, vasos y ensaladas, y el sonido de una conversación moderada entre los actores.

De este encargo, se concluyó: que el espacio y la disposición de los elementos que lo componen son los que ayudan a contextualizar una escena. La atmósfera de una escena también se compone de luz y sonido, los cuales también condicionan como se comportará el actor. Y que tanto elementos del espacio como actores pueden posicionarse para completar un espacio escénico, ya que la escena es dinámica y sirve para interactuar con ella.

A través de estas afirmaciones, apareció la interrogante, ¿se puede trasladar el análisis del propio espacio personalmente habitado hacia una escala a nivel urbano?

Obras arquitectónicas en correspondencia al contexto urbano

El espacio urbano, entendido como todo lugar en el que se desenvuelve un habitante en la ciudad, nos brinda múltiples escenarios en los que son llevados a cabo los actos cotidianos.

Las obras arquitectónicas, en su percepción exterior, son emplazadas en estos espacios públicos. Ya sea una casa, un edificio municipal o un teatro, es posible percibir, por lo menos visualmente, su fachada y la extensión que la contiene. Por lo que surge otra pregunta, ¿las construcciones son emplazadas en un espacio al azar, o son pensadas estratégicamente en cierto contexto que pertenece a la ciudad?

Cúpula Santa Maria del Fiore, Italia. Obra de Brunelleschi. La obra convive armoniosamente con la estética de la ciudad de Florencia.

“Brunelleschi, a quien podemos considerar como uno de los arquitectos más radicales y más completos de todos los tiempos, debido a su capacidad para ubicar los edificios en precisa correspondencia con el contexto espacial donde se emplazaban –su disposición, como dijera Vitruvio–, dando cabida a un acto para acceder a ellos, como se ve en sus iglesias y capillas, guiados por la armonía de sus columnas, capiteles y elementos arquitectónicos que se extienden más allá de lo habitual para generar continuidad entre sus partes, ordenando la forma y el vacío de la obra.” (Garcés, 2019, p. 110).

En el contexto urbano, cada construcción tiene un propósito y un acto, los cuales están directamente relacionados con la forma y elementos que la componen. Tal como una obra de teatro, donde su escenografía está directamente relacionada con el tema de la obra y la acción que llevan a cabo los actores. En las obras teatrales, es el contexto, su fondo de escena, lo que complementa y da cabida al acto, y es también el que puede crear distintas percepciones del espacio al espectador.

Escenografía y sus componentes

Teatro de Dionisio, Acrópolis de Atenas. Teatro griego, el fondo de escena se abre hacia la extensión del mar.

Teatro romano de Mérida, actual Mérida, España. El fondo de escena es un edificio que representa el poder.

La “escenografía” se define como el conjunto de elementos (decorado, iluminación, sonido, vestuario, etc.) necesarios para ambientar y representar una obra de teatro, película o programa de televisión. El fondo de escena o escenografía ha tenido diversas etapas a lo largo de la historia del teatro.

Primeramente, para los griegos, el fondo de escena era un espacio abierto hacia la extensión natural, lo cual buscaba dominar con la vista el territorio, utilizando la profundidad, la extensión y la orientación en la obra.

Para los romanos, en cambio, la extensión fue cubierta por un edificio ubicado tras el escenario, el cual representaba el poder del imperio. En la Edad media, el fondo de escena fue más abstracto, utilizando cajas escénicas para sus obras, las cuales tenían lugar en las calles de la ciudad.

Durante el renacimiento, la extensión natural deja de tener valor en la obra teatral, y replican lo ocurrido en el medievo, pero trasladando el teatro hacia el interior de los salones y ubicándolo en el lado del poder.

Con esto, podemos darnos cuenta de que el teatro está fuertemente influenciado por el contexto histórico en el que se desarrolla, teniendo el simbolismo como herramienta, queriendo representar algo y otorgándole un fundamento al teatro a través del manejo de sus componentes.

Por esto, la escenografía es un aspecto muy importante para que se lleve a cabo una obra teatral, ya que es lo que nos invita visualmente a entrar en un contexto. Solo con verlo, es posible interpretar de qué tratará la obra. La profundidad, sonido y luz son los elementos básicos que la componen, y a través de la manipulación de estos elementos, el espectador puede percibir la escena de distintos modos. Además, el correcto manejo de la escenografía hace posible que los actores puedan interactuar con mayor relación a su entorno.

Relacionando lo urbano a lo teatral

En la época actual, ir a realizar un trámite a la ciudad puede entenderse como una escena. El ciudadano, entendido como el protagonista, se dirige al lugar específico donde quiere realizar el acto, en este caso, se asignará un banco. Este lugar cuenta con protocolos que debe cumplir el ciudadano para poder llevar a cabo el trámite, ya sean, realizar una fila donde debe esperar, entablar conversaciones con los trabajadores o interactuar con objetos típicos del lugar como lo es un cajero automático. En una suerte de rito, el ciudadano sigue estos pasos, pero también improvisa su actuación, interactuando con otros personajes y elementos que componen la escenografía del lugar. Todo esto, ocurrido en un contexto público.

También hay acontecimientos anuales, los cuales son festividades donde toda la ciudad participa y que, por alguna razón se repiten cada año y que ya son percibidas como rituales que tienen una fecha exacta, donde la gente se prepara, en vestimenta y hogar, para celebrarlas. Tales como Semana Santa, Halloween, Navidad o Año Nuevo. Aquí, más que elegir un lugar en específico, se arma una escenografía a nivel mundial, donde cada una, parece ser, al tiempo que les corresponde, una gran obra teatral de la cual participan muchos actores, de distintas partes. Estos son ejemplos que se aproximan mucho más a la idea de entender cómo la ciudad puede transformarse y percibirse como una obra teatral.

Aun así, ambos ejemplos planteados son situaciones habituales que ocurren en la ciudad, las cuales pueden ser percibidas y practicadas en mayor o menor grado por el habitante, ya que se debe tener en cuenta que pertenecen a una rutina que es propia del ser humano actual y posiblemente no se haga un cuestionamiento mayor del porqué son de esa forma y solo sean limitadas a ser llevadas a cabo.

Percepción final de la ciudad como un teatro

En conclusión, el lugar elegido para la escena depende directamente del acto en sí y la connotación que se le quiere dar, y puede ser intervenido y manejado para relacionarlo aún más en su entorno. Finalmente, el ciudadano se sumerge en una teatralidad cotidiana, donde cada acción se ve como una pequeña escena que forma parte de una gran obra.

Habitantes como actores y espectadores, propósitos como actos, contexto urbano como escenografía. La ciudad presenta una obra que permanece en constante movimiento con escenas que no se detienen. Se piensa como un gran teatro, donde los habitantes son los actores que llevan a cabo los infinitos actos existentes en el diario vivir.