EAD4220-01 Seminario América 2. Paula Olmedo Latoja. Tarea 1

De Casiopea



TítuloTarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América II (2021 2º semestre)
CarrerasArquitectura, Magíster
1
Alumno(s)Paula Andrea Olmedo Latoja

Percepción y creación: condiciones simultáneas de lo corporal aplicadas en el aprendizaje espacial en la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV

A partir del discurso “El Pacífico es un mar erótico”, cuya autoría corresponde al poeta Godofredo Iommi y data del año 1978, este escrito refiere a una cuestión que persiste en relación al entendimiento de la arquitectura como una práctica espacial que se desarrolla a través del cuerpo, visión que se considera como un componente fundamental en la metodología de enseñanza de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV.

La indicación poética que surge desde aquel discurso, corresponde a una breve descripción que Iommi hace referencia respecto del acto de apertura de los terrenos de la Ciudad Abierta de Amereida, indicando:

En la apertura de los terrenos, cuando llegamos al mar, en esta ágora no puntual, sino de trayectoria que Alberto inventó el día de la inauguración de los terrenos; Alberto llegó a la orilla y dijo: en vez de hacer un molo, vamos a hacer un fiordo. Vamos a darle entrada al mar. Eso es una apertura, y ahí quedó esa palabra y no sabemos qué significa. Y hay que respetar que no sabemos qué significa. No sabemos si es literalmente hacer realmente un fiordo o es otra cosa. Pero esa es una palabra sobre el mar. (Iommi, 1978)

Y ante esa oportunidad de apertura planteada por Iommi, es que perfilaremos una idea de cómo resuenan esas palabras del arquitecto Alberto Cruz, que en su aparente levedad, resultan profundamente significativas en tanto exponen una experiencia del espacio a través del cuerpo -un agóra de trayectoria, se entiende que aconteció un movimiento de traslado del y los cuerpos a través del espacio- que decanta en una revelación que permite observar la condición perceptiva y creativa del cuerpo -a través del desplazamiento y la experiencia sensorial que ello suscita; la comprensión de la condición de la extensión, en este caso el mar, y la proposición de una forma de orientar dicha extensión.

Surge así, el interés en poner de manifiesto, mediante unas pinceladas, el ámbito perceptivo y creativo a través de la experiencia corporal, que propone el método de aprendizaje espacial en la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV, por medio de dos experiencias en particular; la observación arquitectónica y la estructura radical de la extensión.

Cuerpo y espacio: desvaneciendo un borde

Para entender el rol de la experiencia corporal en el espacio, es importante mencionar algunos alcances sobre el entendimiento del sujeto cuerpo y su espacialidad en el sentido de este escrito, indicando que cuando hablamos de cuerpo y espacio como binomio, no es en un sentido de conceptos excluyentes, sino que se considera que el cuerpo no sólo está en el espacio sino que es espacio. Para ello, tomamos como punto de partida el punto de vista antropológico que propone Le Breton (2010), quien postula que la situación del ser/individuo en el mundo está dada por su condición de ser cuerpo, es decir:

El cuerpo es la condición humana en el mundo, es el lugar sensible en que el flujo incesante de las cosas se traduce en significaciones precisas o en una difusa atmósfera, metamorfoseándose en imágenes, sonidos, olores, texturas, colores, paisajes, sensaciones sutiles, indefinibles, que surgen de sí mismo o de afuera. (p.37)

Somos seres corporeizados, a partir de esta corporeidad es que accedemos al medio en que nos desenvolvemos y el movimiento es el que permite generar una infinidad de envolventes como extensión del propio cuerpo. Como sostiene Nancy (2007): “El cuerpo es una envoltura: sirve , pues, para contener lo que luego hay que desenvolver. El desenvolvimiento es interminable. El cuerpo finito contiene lo infinito, que no es alma ni espíritu, sino el desenvolvimiento del cuerpo” (p. 16). Es decir, que cada cuerpo puede adquirir múltiples apariencias, aunque el cuerpo en rigor, siempre sea el mismo. Profundizando en esta idea de envoltura, se puede considerar el cuerpo como un primer medio, quizás una propia arquitectura, pero más allá de la cuestión de la condición de límite o no del cuerpo, se considera esa envoltura como la cantidad de espacio sobre el que un determinado cuerpo tiene acción directa, definido por el alcance a través del tronco y extremidades. (Bloomer & Moore, 1982)

En palabras de Merleau-Ponty (2010): “la consistencia del cuerpo, lejos de rivalizar con la del mundo, es por el contrario el único medio que tengo de ir al corazón de las cosas, haciéndome mundo y haciéndolas carne” (p.123), por lo tanto, la conciencia del cuerpo en el mundo es conciencia encarnada o incorporada; se conoce el espacio y se reconoce en él, por medio de su sentir, a través de la experiencia de los sentidos corporales en permanente actividad.

Cuerpo y percepción: sintiendo y conociendo

Históricamente, el sentido de la vista ha tenido un protagonismo pleno como fuente de entendimiento del medio en donde nos desenvolvemos (Pallasmaa, 2012). No obstante, la experiencia en el espacio requiere de una complejidad perceptual más profunda para lograr un mejor entendimiento de éste. Y ello significa el reconocimiento de otras fuentes de información como los demás órganos sensoriales o como la tensión a la que dichas ideas pueden ser sometidas gracias a un proceso de inferencia donde se vinculan la sensación y cognición, en ese sentido, decimos que la percepción es el proceso que contiene a ambas condiciones.

La sensación es el proceso a través del cual un estímulo es captado y transmitido en y a través del cuerpo; y la percepción es el proceso cognitivo vinculado a la memoria, que implica el volverse consciente del medio, desde la simultaneidad de la experimentación y el retorno al catálogo de experiencias registradas en la memoria y así, las sensaciones pueden ser interpretadas en una percepción, subjetiva y propia. (Elementos Básicos de Psicología Ambiental, 2020)

La percepción del espacio no ocurre en el cuerpo ni en el espacio, ocurre en la relación que se establece entre dicho cuerpo y el espacio, esta relación corrobora la realidad tanto de uno como de otro, y es en esa relación, que por un lado, se distinguen uno de otro, y por otro, se validan; así como señala Merleau-Ponty (2010): “(...) cuando, al desplegarse mis intenciones motrices reciben del mundo las respuestas que esperan. Este máximo de nitidez en la percepción y en la acción define un suelo perceptivo (...)” (p.265). Esta relación recíproca entre el cuerpo y el espacio conlleva una afectividad mutua, es decir, las acciones del espacio repercuten sobre el cuerpo y viceversa. Por tanto, la experiencia corporal en el espacio posibilita un aprendizaje encarnado, una enseñanza corporeizada, capaz de sedimentar conceptos o parámetros a través del cuerpo y establecer estructuras de aprendizaje significativas, activando el conocimiento y la reflexión, a través de la observación detenida, el análisis y la visualización de y desde el propio cuerpo. (Gálvez, 2012) En la experiencia del espacio está implícita la posibilidad de reconocimiento del tamaño y forma de las cosas o del espacio físico, en cuanto el cuerpo recurre a su propia forma y tamaño, es decir, lo que entiende de sí mismo, como punto de referencia o de comparación, para mirar y reconocer.

Cuerpo y creación: imaginando y accionando

Ahora bien, continuando con el foco desde la experiencia corporal, consideraremos que en toda labor creativa, incluyendo el acto de proyectar arquitectura, el cuerpo y la corporalidad[1] del creador corresponden a su lugar de trabajo. (Pallasmaa, 2012) Nos aproximaremos a una dimensión en particular, la imaginación, indicando que no se trata de una imaginación asociada a la fantasía, sino que vinculada a lo real y operativa, de forma práctica, como una herramienta cognitiva para transformar, como medio para lograr un motor de cambio, no como fin en sí misma. (Gálvez, 2021)

El mundo cambia en función del sitio donde fijamos nuestra atención. Este proceso es aditivo y energético. (Cage, 2010)

Tomaremos una teoría de la imaginación descrita por Gálvez (2021) en el contexto del Laboratorio de Somática aplicada a la Arquitectura y el Paisaje; la imaginación inventora, basada en las indagaciones del filósofo Gilbert Simondon. Durante los años ‘60, en París, Simondon imparte un curso titulado Imaginación e Invención, donde define que en la base de la imaginación se encuentra el movimiento, argumentando que en su inicio, en la aparición de la imagen, aparece un haz de tendencias motrices, que está relacionado con la preconcepción del encuentro entre la imagen y realidad, algo así como una pre-percepción, y a partir de ahí es que nos dirigimos hacia el entrelace con la realidad y obtenemos una recolección de señales sensoriales, tras este encuentro sensorial y su huella afectiva generamos símbolos y a partir de las sinergias y compatibilidades entre ellos es que surgiría la invención. Así, se va produciendo una cierta decantación en el ciclo de la imaginación que destila la invención, es decir, deviene en la creación de algo nuevo.

De algún modo, este ciclo de imaginación-invención, se refleja en una práctica corporal propuesta por el arquitecto Francesco Careri, quien postula el andar a través del medio como un acto creativo y señala al respecto:

Lo que me propongo transmitir a los estudiantes de mis cursos de Artes Cívicas es el placer de perderse con el fin de conocer. (...) surge en ellos el placer de encontrar nuevos caminos y nuevas certezas, descubren el gusto por construirse un pensamiento con su propio cuerpo, y una forma de actuar con su propia mente. El hecho de poner en crisis las escasas certezas a las que han llegado les permite abrir su mente a unos mundos y unas posibilidades no explorados anteriormente, los invita a reinventarlo todo: la propia idea de ciudad, la propia definición de arte y de arquitectura, su propio lugar en el mundo. (Careri, 2013)

Experiencia corporal, perceptiva y creativa en la observación arquitectónica y la estructura radical de la extensión

Reflexiones

Referencias bibliográficas

Bloomer, K. C. & Moore, C. W. (1982). Cuerpo, memoria y arquitectura. Hermann Blume.

Careri, F. (2013) Walkscapes. El andar como práctica estética. Gustavo Gili

Chicano Jiménez, A. (2017) El Acto de la Observación. Experiencia de la Transmisión de un Ethos Subyacente [Tesis]

Cruz Prieto, F. (2003). Sobre la Observación. Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV. https://wiki.ead.pucv.cl/Sobre_la_Observación

Elementos Básicos de Psicología Ambiental (2020). Tema 2.1. Sensación y percepción. http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/unidad-2-tema-2-1

Gálvez Pérez, M.A. (2012). Materia activa: la danza como campo de experimentación para una arquitectura de raíz fenomenológica. [Tesis]. http://oa.upm.es/19714/

Jackson, M. (2010). Conocimiento del cuerpo. En S.Citro (Ed.), Cuerpos plurales: Antropología de y desde los cuerpos (págs. 59-83). Biblos.

Iommi, G. (1978). “El pacífico es un mar erótico”. Transcripción de la clase magistral del poeta Godofredo Iommi M., de marzo de 1978.

Le Breton, D. (2010). Cuerpo Sensible. Metales Pesados.

Merleau Ponty, M. (1994). Fenomenología de la Percepción. Planeta de Agostini.

Merleau-Ponty, M. (2010). Lo visible y lo invisible. Nueva Visión. https://www.academia.edu/15365436/LO_VISIBLE_Y_LO_INVISIBLE_MAURICE_MERLEAU_PONTY

Nancy, J.L. (2007). 58 indicios sobre el cuerpo. Extensión del alma. La Cebra.

Pallasmaa, J. (2012). La mano que piensa: sabiduría existencial y corporal en arquitectura. Gustavo Gili.

Puentes, M. (2013). La Observación Arquitectónica de Valparaíso: su periferia efímera. Ediciones Universitarias de Valparaíso.

Notas

  1. Entendida como una realidad subjetiva, vivenciada o experienciada; por ello está en la intencionalidad de la vida psíquica. La corporalidad es historia vital interna, madura hacia la diferenciación; en tanto cada cual tiene su propia historia individual y no se limita al volumen del cuerpo, es capaz de extenderse.