EAD4220-01 Seminario América 2. Isadora Aubel. Tarea 2

De Casiopea



TítuloEAD4220-01 Seminario América 2. Isadora Aubel. Tarea 2
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América II (2021 2º semestre)
CarrerasArquitectura, Magíster
2
Alumno(s)Isadora Aubel


Todo inicia antes de iniciar

Reflexiones desde "Vida, trabajo y estudio"[1]

A comienzos del año 1981 el poeta argentino Godofredo Iommi da un discurso que da inicio la vida de un grupo personas en Ciudad Abierta, Ritoque. El discurso es conocido como “Vida, trabajo y estudio”[2] , e inicia recordando un tiempo anterior cuando 30 años antes entraba por primera vez un grupo de a habitar Ciudad Abierta destacando la motivación que los llevó a esto, y cómo esa misma motivación se repite nuevamente con el segundo grupo.

En los primeros párrafos del discurso Iommi afirma:

“Pareciera ser que la página blanca es un inicio o es el fundamento de un inicio: es un error. (...) La página blanca no es ningún inicio, es ya casi un resultado, porque lo que la página blanca hace es ocultar, velar, lo que la determina como página blanca. Si uno la mira es un blanco entre bordes y dentro de esos bordes lo primero que entra es lo blanco mismo” (Iommi, 1981)

Con esta afirmación, Iommi habla de que el comienzo intrínseco que asumimos la hoja blanca es más bien un final, el resultado de todo lo que ha ocurrido antes. Iommi luego habla de la hoja blanca y la relación con el arte, aunque también lo podemos extrapolar el concepto de los finales y los inicios de la hoja en blanco a más de un aspecto de nuestra vida, ya sea en lo cotidiano o en lo extraordinario.

En la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad de Valparaíso (Ead), la materia de los talleres, ramos vertebra del aprendizaje de la arquitectura y el diseño, se construye desde salidas de observación y encuentros con la ciudad. La reciente situación mundial de pandemia le ha dado un vuelco a esta forma de encontrarse con la materia. Los estudiantes han sido recluidos en cuatro paredes, croqueando desde y en sus casas durante más de un año, utilizando como acceso al exterior ventanas o pantallas. Esta situación y la prolongación de la misma ha causado agotamiento en consecuencia al esfuerzo que supone plantearse ante encargos donde la observación es el foco, y por lo tanto el enfrentamiento a la hoja blanca se ha vuelto para muchos una batalla constante y desmotivante.

El siguiente texto reflexivo es una búsqueda de la indicación poética entre las palabras que construyeron el discurso de Iommi en la bienvenida a la vida en la Ciudad Abierta a un grupo de personas en 1981. Una indicación con respecto a los inicios, a los finales y a lo que está entremedio.



El Inicio

Cuando algunos padres hablan de acontecimientos que ocurrieron antes de que sus hijos nacieran suelen utilizar la frase “ustedes no estaban ni en el pensamiento”. Y esto nos lleva a la pregunta: ¿Comienza la existencia o la existencia de algo con el pensamiento sobre este algo?

Con esta pregunta se nos hace imposible no recordar “cogito ergo sum”[3], concepto filosófico fundamental para el racionalismo occidental y atribuido a Rene Descartes. El concepto se traduce como “pienso, por consiguiente existo” y que tiene como base la comprensión de que aunque se piense y se dude de la existencia de lo que nos rodea, sabemos que nosotros, el pensador existe por que piensa. Es decir, se puede pensar en la falsedad de lo que nos rodea, pero nuestra existencia es verdadera por que pensamos. Más allá de la idea errónea de que pensamos y luego existimos, estos son procesos que se dan al mismo tiempo.

Nuestra existencia, la existencia de lo que creamos, el inicio de los procesos. ¿Cuándo inicia un proceso? Tomemos un proceso cotidiano y mundano como el cocinar un plato y llevémoslo a un extremo preguntándonos por su inicio: ¿Comienza el cocinero a cocinar al disponer los ingredientes y utensilios en el mesón? ¿ O cuando el cocinero compra los ingredientes, o tal vez los utensilios? ¿ Cuándo sembraron el tomate, protagonista del platillo? Quizá comenzó con el primer plato cocinado por el cocinero, o tal vez con el primer plato que comió. También podríamos ser más radicales y decir que inició con el nacimiento del cocinero. ¿O con el nacimiento de la madre del cocinero?

Este recorrido que abre hilos en el tiempo y nos podría llevar al inicio de todo. ¿Comenzó todo con el nacimiento del universo? ¿con el nacimiento de la humanidad? y si es en el nacimiento de la humanidad, ¿que es lo que conformó la chispa para poder llamarlo nacimiento? ¿Es esa chispa algo súbito y efímero, o es un proceso?

Con estas preguntas ya planteadas regresamos al ejemplo del cocinero, y cuestionamos el inicio, pero más a fondo, el inicio de la idea, el inicio de la creatividad, interpolando la en el inicio de procesos creativos.


La Creatividad

Para hablar del inicio de un proceso creativo debemos antes comprender que es la creatividad. En su libro “El origen de la creatividad humana”[4], Edward Wilson define la creatividad como “la búsqueda innata de la originalidad” (Wilson, 2018). Esta búsqueda es una constante persecución de lo nuevo, lo que está más allá, ya sean entidades o procesos. Es un camino inagotable, pues una búsqueda lleva a otra, y una respuesta solo abre nuevas preguntas. Es “la resolución de retos antiguos y la revelación de otros nuevos, la sorpresa estética de hechos y teorías no anticipados, el placer de caras nuevas, la excitación de nuevos mundos.” (Wilson, 2018).

Es además un rasgo y capacidad cognitiva característica de nuestra especie que tardó casi cuatro mil millones de años en desarrollarse. Es decir, la creatividad está presente desde los inicios de la humanidad y es tal vez la que dio paso para que la humanidad naciera. Podríamos decir que es la chispa que inició todo, pero en realidad la chispa en sí fue un proceso, en este caso, un proceso evolutivo.

Es además una chispa inextinguible, que ha pasado de innovadores a innovadores desde el inicio. Pues como se dijo antes, una respuesta solo abre nuevas preguntas, y “los logros recorrerán el corazón de los innovadores, atiesarán su columna vertebral, animarán su búsqueda de logros.”(Wilson, 2018).

Y con lo anterior debemos destacar que es lo que influencia la creatividad, tanto al interior como al exterior del cerebro humano. El ambiente psicológico del ser humano, sus emociones y estados anímicos son también sumamente importantes cuando hablamos de creatividad como proceso cognitivo (Xu et. al, 2021)[5]. Por otra parte, el ambiente físico en los que se desenvuelve la humanidad tiene gran influencia en la creatividad. La extensión de la humanidad a través del vasto mundo habla de la capacidad de adaptación y creatividad cultural que posee nuestra especie, la que hace miles de años ha poblado sitios de climas y topografías extremas. Recordando además que en si, estas situaciones extremas o las que consideramos más comunes están en constante cambio, el medio ambiente es un sistema vivo que cambia paulatina y bruscamente.

Otro de los factores que influencia fuertemente la creatividad como proceso cognitivo es la comunidad, el contacto y encuentro con otros.

Lo en común

“Pero ser uno, no quiere decir estar solo”. (Siviero, 2019)

Desde los inicios, la creatividad y las humanidades han estado fuertemente vinculadas a la interacción entre personas y grupos humanos. Se afirma que el nacimiento de las humanidades fue ante el fuego que iluminaba los campamentos de los primeros humanos, donde la luz nocturna y el calor de la hoguera reunía a nuestros antepasados, sus narraciones, creencias e imaginarios. Aunque la creatividad sea un proceso cognitivo y por ello un proceso interno, los seres humanos tendemos a agruparnos, dando lugar a intercambios sociales entre momentos de soledad (Wilson, 2018)

En el aprendizaje del oficio creativo, como lo es la arquitectura y el diseño en la Escuela se da a nivel individual y colectivo. Se aprende participando, interactuando con otros , “observando las experiencias del que y como se hace.” (Siviero, 2019)[6]. Y nos preguntamos “¿qué es exactamente lo que imita, los movimientos exactos del compañero del grupo o las consecuencias de sus movimientos?” (Wilson, 2018)

Debemos destacar que estas interacciones no son únicamente para lograr una creatividad personal, las interacciones pueden ser solo momentos de encuentros pero también tiene relación la competencia y cooperación que se da entre individuos, ambas bases para una organización social exitosa. (Wilson, 2018). Los aportes de cada individuo son parte de un total, una dimensión mayor, una voz común que construye con tal de lograr lo encomendado. Cada individuo tiene un rol, un papel que jugar, una pieza de un rompecabezas mayor a la cual se compromete. La potencia creativa recae en el individuo pero se apoya en lo colectivo.

El Proceso

Si estamos en búsqueda de una indicación, no nos podemos detener en el inicio. Una indicación habla de un orden, de instrucciones y por lo tanto de un proceso o pasos a seguir que se requieren para llegar a algo.

Es también importante destacar que chispa y proceso, o inicio y proceso son términos difusos entre sí. Muchos de los procesos humanos, ya sean mentales como físicos, tienen inicio y finales de bordes difusos. No es una línea que marque el inicio y el final de la carrera, es más bien un ancho borde que contiene hitos parte de un proceso de inicio. Para ejemplificar lo recién planteado lo llevaremos a la historia de la humanidad. Las eras o edades no comienzan y terminan con un único evento, son un compilado de eventos en cierto periodo de tiempo que logró marcar una diferencia y construir un antes y después, posiblemente no perceptible para quienes lo estaban viviendo en el momento. Un ejemplo de esto es la Edad Media, históricamente contenido entre los siglos V d.C. y XV d.C. . El comienzo de la Edad Media está marcado por hitos que cambiaron el modo de habitar, cambio perceptible para estudiosos años después. De estos hitos podemos destacar la caída del Imperio Romano de Occidente (476) y las invasiones bárbaras entre el siglo III d.C. y el siglo VII d.C. , y para su final, los hitos que marcaron el término de la Edad Media fueron la caída del Imperio Bizantino (1453), la llegada de Colón a América (1492) y la invención de la imprenta por Gutenberg. Hitos que aunque ocurrieron en un rango temporal definido, su influencia y conexión entre estos es tema de discusión.

En el caso de los procesos humanos, que demoran menos tiempo que el traspaso de una era a otra, podemos apreciar de igual forma rutas que llevan a un resultado, o al inicio del proceso. Las interacciones sociales se conforman de rutas neuronales que los neurobiólogos han reconocidos tanto en cerebros humanos como en otros primates avanzados:

1 | La mentalización: donde se construyen los objetivos y se planean actividades con tal de lograrlos
2 | Empatizar: en esta ruta busca comprender cómo piensa el otro y así poder acceder a su línea de pensamiento, sentimientos y motivaciones. Esto ayuda a anticipar acciones y así poder reaccionar.
3 | La representación: donde el individuo experimenta en cierto grado las emociones y los estados de ánimo de otro. Esto se puede confundir con la empatía, pero se suele asociar más con la simpatía (Wilson, 2018)

¿Cuál es la diferencia entre una ruta y un paso en este ámbito? Si tuviéramos que llegar del Punto A al Punto B tendríamos dos opciones. La primera sería preguntar por instrucciones, donde un tercero nos daría pasos a seguir para llegar a nuestro destino: dobla acá, sigue derecho, da la vuelta en el árbol, etc. La segunda opción sería tener un mapa que nos muestre la ruta. Traemos este ejemplo a presencia ya que aunque las palabras pasos y rutas sean distintas, y se pueden afrontar de diversas maneras, la línea que las mantiene separadas es muy fina.

Los pasos

Distintas actividades y procesos tienen pasos para lograr llegar a cierto fin o para comenzar cierta acción. Este preámbulo, dependiendo de la actividad, puede ser algo que ocurre netamente al interior de nuestras mentes, o tener repercusiones en nuestro espacio físico.

En los procesos netamente mentales o al interior de nuestras mentes está el pensar, cómo llegamos a una idea o pensamiento. En su libro “El arte de pensar”[7]. Graham Wallas estructura los procesos creativos en cuatro pasos bien definidos : La preparación, la incubación, la iluminación y la verificación (Wallas, 1926).

La preparación es cuando estamos acumulando conocimiento de forma consciente, definiendo por reglas lógicas el campo de indagación. El segundo paso, la verificación, es donde seguimos conscientemente las reglas usadas en la etapa anterior de preparación. La incubación es cuando ordenamos conscientemente de dos formas los pensamientos, el primero sería pensar sobre otros temas del problema propuesto y el segundo dejar descansar cualquier pensamiento consciente. En esta segunda forma suele ser necesaria para producciones intelectuales más densas, ya que dirigir la atención a otros temas puede obstaculizar el proceso. Ya para el último paso, se debe considerar acontecimientos psicológicos “fringe-conscious” [preocupaciones/conscientes marginales] como precedentes para el flash de la Iluminación, y llamados Intimation [Indicios o Presentimientos]. Podemos contrarrestar la iluminación al ser conscientes de los Indicios, alentando a que ocurran y protegiendolos de interrupciones. Para Wallas los poetas son usualmente conscientes de los Indicios.(Wallas, 1926)

Avanzando desde el interior, el pensamiento concentrado en la mente nos pasamos ya a los procesos que se relacionan con el entorno. Este entorno puede ser uno controlado por nosotros o ser en cierto punto indiferente a nosotros. La relación con este entorno y cómo nos vinculamos con él tiene efectos distintos para diversos procesos.

Un ejemplo donde se controla el entorno próximo es el caso de Nene Humphrey[8], una artista estadounidense habla de un ritual a seguir para enfrentarse a su trabajo. Esto lo realiza hace años y se basa en la limpieza profunda de su lugar de trabajo, tarea que puede llevar hasta un mes en realizar. El enfrentarse a un espacio inmaculado y ordenado la lleva a poner las manos en movimiento nuevamente, esta vez enfocando su energía en el realizar el proceso contrario (Landi, 2014).

Por otra parte, siguiendo la línea de los cuatro pasos propuestos por Wallas podemos compararlo a los pasos en el proceso de la observación arquitectónica propuesta por Oscar Andrade, profesor de la Ead y el equipo de taller de primer año en la ponencia sobre la iniciación de la educación de la arquitectura[9]. Estos cuatro pasos para observar y caminar por la ciudad son el Desprenderse, el Preguntarse, el Perderse y el Advertir (Andrade, 2020). Sin entrar aún en materia podemos encontrar cierta relación con lo propuesto por Wallas, donde el Desprenderse se relaciona con la Preparación, la Verificación con el Preguntarse, el perderse con la Incubación y el advertir con la Iluminación y los Indicios. Esta relación será explicada mas adelante, luego de entrar en detalle a los pasos de la observación arquitectónica propuestos.

El primer paso es el Desprenderse y consiste en dejar atrás lo conocido para dar lugar a la capacidad de asombro. A esto le sigue el Preguntarse que consiste en el elemento locomotor, quien sale a croquizar tiene una pregunta con la que camina a la que también se adhieren otras que salen al encuentro mientras se camina. “Así, salir a observar consiste en caminar a través de la ciudad preguntándose sobre las relaciones entre las cualidades del espacio habitado y los actos de la vida.”(Andrade, 2020). El tercer paso, el Perderse se explica solo. Deambular por la ciudad puerto siguiendo los intereses que llaman a recorrer la multiplicidad, donde un pasaje lleva a otro y luego un lugar nunca antes visto. Hay que tener presente que este paso requiere un tiempo, una libertad para perderse que dada plazos de entregas muchas veces no gozamos. Con esto damos paso al último momento de la observación, el Advertir. En este momento es donde la capacidad de asombro a la que dio paso al desprenderse tiene protagonismo. El salir a observar no es una acción pasiva, tiene relación con el entorno. El cuerpo es un instrumento sensorial que absorbe y se maravilla de lo que lo rodea.

Luego de esta breve introducción a los pasos de los pensamientos y la observación arquitectónico los contrastaremos y comprenderemos las diferencias y similitudes se dan en procesos netamente en el interior de la mente y las que tienen una fuerte relación con el entorno. Y así como el preámbulo mental como el físico son igual de importantes.

El desprenderse de Andrade se vincula con la preparación de Wallas. A primera vista podrían sonar contrarios, pero si comprendemos profundamente las palabras de los autores nos daremos cuenta de su similitudes. El desprenderse es un proceso de preparación, el dejar atrás lo conocido es la preparación física y mental para quien sale a observar, lo posiciona tanto en un estado mental dispuesto a capturar la esencia de lo que lo rodea y por lo tanto es también un momento para la acumulación consciente e inconsciente de conocimientos. Pasando al Preguntarse y la relación con la Verificación podemos reconocer que son resultantes del proceso anterior, al despejar nuestras mentes vemos todos con ojos nuevos. esto hace aflorar preguntas. Al contrario de la verificación donde se siguen los caminos trazados de forma lógica en la preparación, el preguntarse es caminar sin camino que se relaciona fuertemente con el siguiente paso, el perderse. Este tercer paso lo contrarrestamos con la Incubación, donde el tiempo y el mantenerse en un estado relativamente meditativo tiene lugar. Los últimos pasos son donde podemos observar un vínculo más claro. La Iluminación, dada por los Indicios y Presentimientos tienen una relación directa con el Advertir. Todo el proceso tiene que ver con esto. los pasos anteriores han sido una forma de acomodar la mente o permitir que los procesos creativos tengan lugar.

Después de todo esto queremos también traer a presencia el siguiente concepto matemático que traspasa muchas veces a nuestro día a día “El orden de los factores no altera el producto”. Este enunciado es muchas veces cierto, pero hay veces que no. Hay veces que los pasos, y en este caso los pasos de un preámbulo a una actividad del pensamiento y artística son de suma importancia.

La Pandemia

El año 2020 quedó marcado en la historia de la humanidad y en la de cada uno como individuo. Aunque los primeros casos de Covid-19 son del 2019, fue a inicios de 2020 que la población mundial se vio abatida por casos, fallecimientos, inestabilidad tanto económica como emocional y el encierro. Un encierro que para muchos aún no termina.

Muchos aspectos de nuestra vida se han visto afectados por la situación mundial, una de estas es la creatividad. Hay que destacar que no solo los oficios tradicionalmente creativos basan su vida en este aspecto de la vida. La creatividad es inherente a todos los humanos, como se dijo anteriormente. Aun así, nos referiremos a quienes ejercitan, trabajan y viven en torno a la creatividad, ya sean como las artistas, músicos, estudiantes de estas áreas, entre otros.

Como se establece en párrafos anteriores, la creatividad se vincula directamente a las experiencias, interacciones y encuentros. En un mundo donde el distanciamiento social, y por lo tanto el aislamiento social, se ha convertido en la primera arma contra la pandemia, el sentimiento de soledad y desconexión interpersonal han afectado a profesionales y estudiantes. (Xu et. al, 2021). Otro aspecto del proceso creativo que se ha visto afectado por el encierro y la pandemia son los preámbulos.

El aliento de la hoja blanca

En circunstancias normales, sentarse en una esquina de la ciudad y encontrarse con la observación es un proceso que se construye desde el momento en que uno sale del taller, corta las láminas para croquear, toma el lápiz y se baja de la micro para llegar al lugar donde se observara. Es un proceso. Es un preámbulo a la página en blanco que recoge la observación. Al llegar al lugar donde se va a observar, el blanco del papel ya no es inmaculado, tiene los bordes doblados o quizá una línea que fue trazada sin querer con el lápiz mientras se caminaba. Tal y como el cocinero no comienza su plato cuando empieza a cocinar, es cuando pone frente al mesón los ingredientes y prepara los utensilios a utilizar. Todo inicia antes de iniciar.

En el estado actual del mundo, el estudiante que se propone a croquear se salta este preámbulo y se enfrenta inmediatamente a la página en blanco. La pandemia y el encierro cansan y agotan tanto la mente como el cuerpo. Los estudiantes de los talleres notan el cansancio, lo que hace que enfrentarse a lo blanco del papel se convierta en algo muy distinto a lo que se experimenta en momentos normales.

Si llevamos esto a la física, lo podríamos comparar con las fuerzas necesarias para poner en movimiento un objeto. La fuerza para quebrar el estado de reposo de un objeto es mayor a la fuerza necesaria para mantener dicho objeto en movimiento. Lo necesario para “romper” lo inmaculado de la hoja blanca es mayor a lo necesario para seguir luego de haber alcanzado un ritmo, como lo es empezar a escribir.

La hoja en blanco puede parecer muchas veces un muro el cual se debe escalar para llegar a un resultado, un obstáculo para comenzar a tomar el ritmo que se desea. Pero también la hoja en blanco nos dice otra cosa.

Regresando a la búsqueda de la indicación poética en las palabras del discurso de Iommi en 1981 nos encontramos con que la página blanca ya habla de un orden (Iommi, 1981). La hoja blanca ya está descifrada en sí misma, no guarda secretos ni es un muro que escalar, es más bien la montaña que ya escalamos para llegar a una vista impresionante.

El trato con la página es el oficio, y con esto no es con lo blanco sino con lo que oculta lo blanco (Iommi, 1981). Esto también se puede observar en las palabras del artista cubano-estadounidense Enrique Martínez Celaya que afirma “ I like to discover the painting in the act of painting itself.” [me gusta descubrir la pintura en el acto de pintar en sí mismo](Landi, 2014) El peso de la inmaculada hoja blanca, el enfrentarnos a lo nuevo, al lienzo en blanco no es más que parte de todo el camino que hemos recorrido antes, es una recopilación de nuestras experiencias. El desconocido se muestra ante nosotros en la hoja blanca, que es la nada, pero la nada es un mar de posibilidades, posibilidades ocultas en sus bordes que debemos develar mientras nos maravillamos y nos desprendemos de lo conocido.

Godofredo Iommi nos deja en el discurso de 1981 la siguiente indicación poética:

“en el arte el trato es con la nada y podemos tratar con la nada en la página blanca, que ya se nos viene como un pasado” (Iommi, 1981).

Pero además de ser una indicación poética, porque la indicación nos habla de instrucción e instrucción habla de un camino determinado a seguir para llegar a un fin, podríamos tomar estas palabras como un aliento.

El camino a la observación y a la obra es uno que ya recorrimos, ya estamos en la cima de la montaña. Por que el camino lo hemos recorrido desde que nos propusimos a hacer algo, y también desde que como humanidad hemos creado. Las vistas seguirán apareciendo para quien las busque. Aun así, trayéndolo al contexto actual, si no podemos realizar los preámbulos usuales quizá debemos crear nuestros propios caminos. Ya que los pasos son una combinación de lo que ocurre dentro de la mente y en nuestro entorno, podemos trabajar en las cosas que podemos manejar. Quizá no podremos ir y perdernos en una caminada creativa por Valparaíso pero si hay otros modos de acceder a la observación desde las cuatro paredes en las que estamos. No es fácil porque es algo nuevo y durante este año y medio hemos encontrado maneras de realizar la tarea que no está completamente consolidada y marcada como la observación en la ciudad. Pero esto no quita que existirán y que además serán una experiencia que potenciará y que estará presente la próxima vez que nos enfrentemos a una nueva hoja blanca. Lo único que está claro es que debemos seguir enfrentándonos y ejercitando la capacidad de desprender nos y asombrarnos.

Referencias

  1. Discurso por Godofredo Iommi, con respecto a la llegada de un grupo a Ciudad Abierta en 1981.
  2. Iommi,G (1981) Vida, trabajo y estudio. Disponible en https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/caa-vid-81-vida-trabajo-y-estudio-godofredo-iommi-m
  3. “Discurso del Método” (1637)
  4. Wilson, E. O. (2018). Los orígenes de la creatividad humana. Editorial Crítica.
  5. Xu, Y., Shao, J., Zeng, W., Wu, X., Huang, D., Zeng, Y., & Wu, J. (2021). Depression and Creativity During COVID-19 : Psychological Resilience as a Mediator and Deliberate Rumination as a Moderator. Frontiers in Psychology, 12(May), 1–13. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.665961
  6. Siviero, V. (2019). La enseñanza directa e indirecta del diseño. Acto & Forma, 4(8), 8–11.
  7. Wallas, G. (1926). The Art ofThought. New York, NY: Harcourt Brace.
  8. Entrevista realizada por la periodista A. Landi, que se basa en la recopilación de procesos creativos pre-obra de autores varios
  9. Andrade, Ó. (2020). Salir a la Ciudad. Primer Encuentro Nacional de Iniciación a La Arquitectura. https://www.iniciacionarq.cl/publicacion/