Daniela Peñailillo EAD 3212 Tarea 3

Título	Daniela Peñailillo EAD 3212 Tarea 3
Asignatura	Poetica General
Del Curso	Poética General 2020
Carreras	Diseño, Diseño Gráfico"Diseño Gráfico" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property., Diseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property., Interacción y Servicios"Interacción y Servicios" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
Nº	3
Alumno(s)	Daniela Peñailillo

El encuentro de las manos con la materia

“El signo es entonces la concretización del acto de fiar en la materia. En el misterio de la materia. De esa misma materia que para ser manejada, gobernada, parece que siempre exigiera desde el primer momento la instauración de esas coordenadas que vienen desde la figura a su forma. El signo así se intercala para otorgarle a la obra transparencia.”

En la escuela desde nuestro primer año se nos enseña que la observación es el punto de inicio para cualquier tipo de proyecto, esta nos insta a comprender y analizar lo que estamos mirando y es a partir de esta de donde sacamos la mayor parte de la información que requerimos en esta primera etapa. Es durante el proceso de observación en donde logramos darnos cuenta de las virtudes de las cosas, las cuales, muchas veces pasamos desapercibidas. Dicha observación no consiste solo en mirar, esta debe ir más allá, llegando a ser de una manera más reflexiva e incluso contemplativa. Sin embargo y a pesar del universo que nos puede llegar a abrir la observación, hay veces que por si sola no es suficiente. Bajo esta última premisa, podemos observar mil veces un trozo de madera, ver como le llega la luz o los tipos de cortes que se le podrían hacer, sin embargo, es cuando comenzamos a trabajar con este cuando recién empezamos a tomar conocimiento de lo que se podría llegar a hacer o no. Hay conocimientos que solo llegan cuando nos enfrentamos a la materia, cuando experimentamos con ella es cuando esta empieza a revelarnos sus secretos y exponernos sus límites.

En mi segundo año, en el taller de Luz y Color con la profesora Silvia Arriagada, se nos dio como encargo hacer un cubo de aluminio donde se pudiera apreciar el reflejo y color de la luz. Por medio de la observación en distintas superficies, flores y objetos, logramos hacernos una idea más o menos de como podíamos llegar a abstraer este concepto y traspasarlo al cubo requerido, sin embargo, la materialidad con la que se nos pidió trabajar nos obligó a dejar este poco conocimiento abstraído y empezar desde cero. En un principio lo más dificultoso fue conocer el material, hasta ese momento un desconocido, por lo que tuvimos que hacer infinidades de pruebas para poder adquirir un dominio y poder trabajar de buena manera con él, fue solo a través de la práctica que logramos obtener el conocimiento que el material requería. Superando ese primer encuentro, el material nos brindaba la apertura a un nuevo mundo lleno de nuevas formas, luces y colores, muy distintas a lo observado previamente en las flores, por ejemplo. A medida que más trabajaba en el cubo más conocimientos iban surgiendo y la materia cada vez iba revelando mas secretos, antes completamente desconocidos para mis manos. Fue la misma materia la que nos fue entregando la sabiduría para continuar con el trabajo, sin embargo, para que esto se diera de buena manera nuestras manos debían estar involucradas en su totalidad, haciéndose presentes en todo el proceso del trabajo y recibiendo toda la información que el material nos entregaba.