Cuarta Etapa Primer Módulo
Título | Ventanas Públicas en los cerros de Valparaíso |
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Tipo de Proyecto | Proyecto de Taller |
Período | 2016-2016 |
Asignatura | Taller del Habitar, |
Del Curso | Taller del Habitar 2016, |
Carreras | Diseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property. |
Alumno(s) | Sofia Soto Núñez, Sofía Soto |
Profesor | Marcelo Araya, Carlos Chávez |
��Archivo:Ritmo de Lamina.mp4.zip
La ciudad de Valparaíso es un caso de estudio para muchos, ya que posee cualidades que no se
presentan en otras cuidades. Estas nos dejan ver a la ciudad viva, nos presenta una identidad y
personalidad que hablan por si solas y dejan al descubierto las generalidades y particularidades
únicas de esta ciudad.
Es así como se comienza este estudio; en grandes características se define a Valparaíso como un
gran anfiteatro, siendo el escenario el mar, el horizonte hacia el océano Pacífco; una ciudad no
fundada con una alfombra de casas que cubren los cerros y sus laberintos y raices de calles y
escaleras. Vemos esto desde afuera de la cuidad, es decir, con una escala desde la lejanía ya que al
adentrarse en esta se van a poder ver y apreciar muchas otras virtudes con respecto a su
construcción, sus lugares públicos, sus lugares privados, su ritmo, su orden y desorden, su
velocidad y por último su gente; que hace de esta cuidad su ciudad.
Luego se recorre la ciudad en busqueda de su identidad, su escencia, el cómo se habita y cómo se
apropia uno de ella. En esta etapa se reconocen los espacios dentro de los cerros en valparaíso,
haciendo más pequeño el margen de estudio ya que es ahí justamente donde se desarrolla el habitar
como propio, definiendo el “habitar” como frecuentativo de tener, es decir que mientras más se este
o se tenga, más se establece como propio.
Este último punto junto con una forma de interpretación del espacio y la búsqueda de conexión con
el lugar da pie para establecer una serie de observaciones.
Una de las primeras observaciones nace al adentrarse entre los conjuntos de casas y caminar por
pasajes hasta llegar a estos insterticios1 y ver como al seguir el recorrido se hacian más y más
frecuentes, con la excepción de que ya no eran sólo espacios vacíos sino que se construían plazas y
paseos. Debido a esto se deja notar una preocupación por las personas que habitan, ya que se
acomodan en lo deshabitado, lo transforman (nunca dejando de lado la naturaleza del propio cerro)
haciendo de este un lugar para la recreación que no siempre puede darse el lo privado, ya que otra
de las caracteristicas que destaca a Valparaíso es el hecho de que no existe el concepto de ante
jardín y por eso se da la sensación de estreches y encierro en los cerros.
Siguiendo con la linea de observación se desarrolla la idea de lo privado y lo público
evidentemente dos cosas distintas, pero como dice Octavio Paz en el libro “el arco y la lira”:
“El lenguaje, como el universo, es un mundo de llamadas y respuestas; flujo y reflujo, unión y
separación, inspiración y espiración. Unas palabras se atraen, otras se repelen y todas se
corresponden.” Es un mundo de opuestos, que se corresponden; pero esta linea entre los opuestos
se difumina cuando hablamos de Valparaíso.
1 se define insterticio como el no lugar, o como el espacio entre los lugares.
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Así se pasa a la siguiente observación, en donde se busca el ritmo, la identidad de la cuidad. Se
establece que el mundo privado se apodera de lo público, en otras palabras, cuando las personas
buscan lo propio para sentirse en su habitad y terminan exponiendo su habitad. En repetidas
ocasiones si se camina por los cerros de Valparaíso se pueden ver ropas colgadas desde las
ventanas por cables, maceteros de plantas en las veredas de las calles, sillones y sofás a la salida de
las casas como si la vereda fuera alguna especie de ante jardín y casas de perro. Seres vivientes,
como los perros, tambien entran es este mundo de lo privado y lo público como conceptos
mezclados ya que los perros callejeros ya no se esta claro que tan callejeros sean debido a que las
personas los hacen suyos (dandoles comida y agua) sin serlos en realidad.
Se comienza a profundizar en el tema de lo privado/público con respecto a la cuidad en sí, dejando
de lado (no totalmente) el factor personas. Es asi como se estudian las estructuras relacionadoas a
estos dos conceptos y lo que se hace, lo que se desarrolla con estas. Con esto de base se reconoce
en la ciudad la identidad de Valparaíso como una gran galeria hecha de ventanas, en donde se mire
y hacia donde se mire; izquierda, derecha, ariba o abajo se podrá enmarcar una parte del cerro. Las
ventanas en casas tienen la propiedad de poder ver a traves, enmarcando lo que se quiere a la vista
y también tienen la función de permitir a la luz entrar. Estas ventanas también se dan en lo público,
entre edificios y casas que se encuentran en los cerros; dentro de pasajes, el suelo, los muros en
perspectiva a ambos lados, postes y el cielo o los cables como los marcos de estas ventanas. No
sólo muestra una vista, sino que hace un resumende lo que es esta ciudad. Y siendo ésta
principalmente de callejones, lugares estrechos y casas antiguas (que poseen una altura distinta a
casas tradicionales) estas ventanas permiten la luminosidad durante el dia.
Luego se incorpora a la observación el factor que se habia dejado de lado; el hombre. Ya que en la
ciudad existe un dialogo con el hombre y es el hombre el que recorre la ciudad, no sólo con su
cuerpo, sino que también con la mente y la mirada. Al mirar se crean detenciones; a estas
detenciones y avances con la mirada se le llamará ritmo, pero este ritmo no es sólo eso. Según
Octavio Paz: “(…) el ritmo es algo más que medida, algo más que tiempo dividido en porciones.
La sucesión de golpes y pausas revela una cierta intencionalidad, algo así como una dirección. El
ritmo provoca una expectación, suscita un anhelar. Si se interrumpe, sentimos un choque. Algo se
ha roto. Si continúa, esperamos algo que no acertamos a nombrar. El ritmo engendra en nosotros
uan disposición de ánimo que sólo podrá calmarse cuando sobrevenga “algo”. Nos coloca en
actitud de espera. Sentimos que el ritmo es un ir hacia algo. Así pues, el ritmo no es
exclusivamente una medida vacía de contenido sino una dirección, un sentido.”
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Esta dirección de la que se habla se entiende como la de la mirada pero esta mirada con dirección
también posee un tiempo ya que como dice el mismo autor, el tiempo no esta fuera de nosotros, ni
es algo que pasa frente a nuestros ojos como las manecillas del reloj: nosotros somos el tiempo y no
son los años sino nosotros los que pasamos. El tiempo posee una dirección, un sentido, porque es
nosotros mismos. Al ver esta observación final se puede definir luego que el tiempo tiene ritmo en
otras palabras nosostros tenemos ritmos.
Para finalizar se toma como apoyo una afirmación del libro “el arco y la lira” que habla sobre el
ritmo: “la relación entre ritmo y palabara poética no es distinta no es distinta a la que reina entre la
danza y ritmo musical: no se puede decir que el ritmo es la representación sonora de la danza;
tampoco que el baile sea la traducción corporal del ritmo. Todos los bailes son ritmos; todos los
ritmos, bailes. En el ritmo está ya la danza; a a la inversa (…) otro tanto ocurre con el ritmo verbal:
la frase o “idea poética” no precede al ritmo, ni éste a aquélla. Ambos son la misma cosa.”
Se habla de la relación entre el ritmo y la palabra poética, y la danza, y la frase; pero no es sólo
ritmo, es ritmo musical y ritmo verbal. Para terminar, estas mismas relaciones se pueden hacer con
el ritmo y la cuidad, pero no sería cualquier ritmo, se le llamará ritmo visual; de mirada. Y se
relaciona no con cualquier ciudad sino que con la identidad de la cuidad de Valaparíso.
Cuando se recorre Valparaíso el hombre se va encontrando con estas ventanas públicas formadas
con las mismas estructuras de la cuiudad. El ritmo visual es aquél cuando nos detenemos para
observar a traves de estas ventanas y recibimos una pequeña información sobre la ciudad, en este
caso sería en primer lugar el desorden y la contraposición de casas, esta construcción improvisada
sin dejar de lado el color. En segundo lugar se demuestra también a Valparaíso como un gran
mirador, un miador hacia el mar, el atardecer. Y por último si se mira desde abajo hacia arriba los
grandes edificios del plan enmarcan la altura de estos cerros y el cómo las casas van acoplandose a
la curvatura del mismo.