Conceptualización del Espíritu según sus corrientes europeas - Valentina Aguilera Valencia

Título	Ensayo 1-2ºS 2021
Asignatura	Presentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del Curso	Presentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2021 - Andrés Garcés
Carreras	Arquitectura
Nº	1
Alumno(s)	Valentina Aguilera Valencia

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ENSAYO

¿Existe una concepción concreta que afirme cómo se comporta el espíritu? Si bien esta tiene diversas representaciones para el común de las personas, centrémonos en su origen para empezar: es la diferenciación religiosa del cuerpo (tangible y carnal), alma (individual, donde reside la imaginación, los sentimientos y la razón), y espíritu (universal, donde reside la fe, esperanza, reverencia y nuestro mundo espiritual) (Significados, 2017). ¿Esto quiere decir que su concepto está única y directamente ligado a la religión? No completamente, pero en lo que sí pueden coincidir tanto creyentes como ateos o agnósticos, es en que es algo inmaterial, que refleja la esencia de alguien o algo. Para indagar en este aspecto es necesario retroceder hacia el siglo XIX, donde las corrientes del Espiritismo, que junta a la Filosofía y la(s) religión(es), y el Idealismo, antagónicas entre sí, estaban en su apogeo y dividieron a Europa (al punto de que en 1 país prevalecieran ambas corrientes), por la supremacía de su conceptualización y, por lo tanto, el ideal de uno mismo que debían tener sus seguidores. Esas 2 corrientes fueron la cabeza de la filosofía espiritual, que vinieron a repensar el comportamiento social (al ser el espíritu un concepto universal, es decir, de más de 1 persona), perdiendo el foco en las deidades y poniéndolo en las personas y la verdad, especialmente en su forma de auto-percibirse. Para contestar la pregunta, es necesario tomar las ideas de exponentes de Francia y Rusia y sus influencias, en el caso del Espiritismo, e ideas de exponentes alemanes y rusos, en el caso del Idealismo.

Portada libro "El libro de los Espíritus" Editorial Brontes. Fuente https://www.buscalibre.cl/libro-el-libro-de-los-espiritus/48041577/p/48041577

Empezando con la relación filosófica-religiosa nos enfocamos en el Espiritismo, originado en Francia, y cuya escritura sagrada es El libro de los Espíritus de Allan Kardec, quien fue un traductor, profesor, filósofo y escritor francés, el cual define como única deidad a Dios. Sin embargo, este se orienta más hacia los hombres y cómo se relacionan, y a la naturaleza del espíritu de estos, por lo que también está orientado a la inmortalidad del alma (aludiendo a la reencarnación), la vida presente y futura, las leyes morales, y el provenir de la humanidad. Esto comienza con el estudio de Kardec sobre fenómenos paranormales, a los que buscaba darles una explicación, así que usó distintos comunicadores entre el plano material y el inmaterial o invisible, como él lo llamaba, como médiums y el Evangelio, lo que explica su conexión con la religión, lo cual es señalado en su libro: "Los espíritus anuncian que los tiempos designados por la providencia para una manifestación universal han llegado ya, y que siendo ministros de Dios y agentes de su voluntad, su misión es la de instruir e ilustrar a los hombres, abriendo una nueva era a la regeneración de la humanidad" (Kardec, 1862, p. 20). Este libro tuvo una gran influencia en países Latinoamericanos (principalmente en Brasil), como en Chile donde fue traducido y publicado por la Imprenta de Chillán, a pesar de ser duramente criticado por la Iglesia Católica.

Portada libro "Un Compendio De La Doctrina Secreta" Editorial Teosófica Esperia. Fuente https://es.calameo.com/books/0057871506ed97baf1c87

Continuando con la relación filosófica-religiosa, es importante mencionar la Teosofía de la escritora, ocultista y teósofa rusa Helena Blavatsky, la que, antes de cofundar la Sociedad Teosófica en 1875, fundó la Sociedad Espírita en 1871, fomentando los fenómenos espiritistas y mediúmnicos descritos por Allan Kardec, pero lamentablemente no prosperó debido a, según ella, la falsedad y egocentrismo de algunos miembros. Sin embargo, sus viajes a Canadá, EE. UU., Sudamérica, Italia, Turquía, Grecia, Egipto, India, entre otros, le permitió dotarse de experiencias con distintos tipos de religiones, las que influenciaron directamente en la creación de la Teosofía, la que corresponde a una religión (aunque ella y sus miembros señalan que su intención no es serlo) que propone que todas las religiones surgieron a partir de una enseñanza común, por ello existen teósofos cristianos, budistas, etc., y que abarca lo que consideran sus seguidores, la “verdad esencial” que subyace a la religión, la filosofía y la ciencia. Su cuerpo fundamental es el libro “La Doctrina Secreta”, escrito por Helena, y dentro de sus valores están la vida limpia, mente abierta, corazón puro, intelecto despierto, percepción espiritual sin velos y afecto fraternal para todos, es decir, una convivencia sana y abierta a todos los tipos de espíritus. Fue capaz de influenciar en un gran número de personas que también se convirtieron en reconocidos influyentes, ya fuese por acciones “buenas o malas”, entre los cuales se encuentra Gabriela Mistral, Adolf Hitler, Mahatma Gandhi y Jorge Luis Borges.

Portada libro "Fenomenología del espíritu" Editorial Createspace Independent Publishing Platform. Fuente https://www.buscalibre.cl/libro-fenomenologia-del-espiritu-georg-wilhelm-friedrich-hegel-createspace-independent-publishing-platform/9781545144541/p/49841404

Por el contrario, los filósofos alemanes no fueron influenciados por la religión sino por la política de izquierda y extrema izquierda (la mayoría mantenía relaciones estrechas con Karl Marx), los cuales rechazaban la religión y el clero, también se vieron influenciados por la Ilustración, el contexto histórico de la Revolución Francesa, y las guerras napoleónicas, por lo que los representantes del Idealismo, ya sea alemán o absoluto, son de la corriente del ateísmo marxista-leninista. Dentro de sus máximos exponentes está Georg W. Friedrich Hegel, filósofo alemán reconocido por su teoría del idealismo absoluto y su libro “Fenomenología del espíritu”, en el cual encontramos variados y complejos análisis, entre los cuales destacan: el tiempo es clave para definir la relación entre la persona y su entorno (lo que podemos conectar con la arquitectura y la importancia de esta como hilo conductor entre el habitante y su alrededor), el sujeto se define por oposición al mundo, compuesto de objetos y entidades definidos por sus propiedades siempre en mutación (la relevancia del paso del tiempo en la percepción del espíritu frente al constante cambio), el placer y la alegría que genera la exploración del saber está en la búsqueda de la verdad, mas no en el hallazgo en sí (lo importante es el camino hacia la creación de una obra arquitectónica, y luego el resultado final), y el análisis principal del libro: el hombre está compuesto de 4 esferas:

LA CONCIENCIA: Se encarga de la percepción y el entendimiento.
LA AUTOCONCIENCIA.
LA RAZÓN: Trasciende los límites de uno mismo.
EL ESPÍRITU: Junto con la dialéctica, puede alcanzar el conocimiento y ocuparse de la ética.

La ética se institucionaliza en la familia, la sociedad y en el Estado (que representa la síntesis entre la familia y la sociedad), que nace de un contrato social (Fenomenología del espíritu, 1807)., la que, si se rompe o muta (acciones propias del avance del tiempo), provoca la guerra y el cambio social. La filosofía está por sobre la religión pues es la ciencia que se ocupa de este espíritu en sentido amplio y, por tanto, constituye el saber total. "Mostrar que ha llegado la hora de elevar la filosofía a ciencia, sería la única justificación verdadera de los intentos que se proponen este fin, porque pondría en evidencia la necesidad de éste, y hasta le daría cumplimiento.” (Fenomenología del espíritu, 1807).

Resumiendo lo expresado por Hegel, el autoconocimiento y la atención consciente y del entorno son claves en la formación del espíritu. Este punto se expresa como un despertar humano en búsqueda de la parte olvidada de sí mismos, por George Gurdjieff, maestro místico, escritor y compositor de origen ruso, que postuló que existe un 4° camino, por el cual ayudó a cruzar guiando a sus seguidores hacia una posible evolución espiritual y humanitaria, todo por ellos mismos y no por y para una deidad (ateísmo).

Portada libro "Así hablo Zaratustra" Editorial Elejandría. Fuente https://www.elejandria.com/libro/asi-hablo-zaratustra/friedrich-nietzsche/97

En lo que coinciden los exponentes del Idealismo se puede resumir en lo que dijo Friedrich Nietzsche: “Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre.” (Así habló Zaratustra, 1885).

El Espiritismo del siglo XIX sin duda se extendió mucho más rápidamente gracias al libro de Allan Kardec, el cual fue capaz de recopilar “elementos esparcidos, sin coordinación, y cuyo alcance no había podido ser comprendido de todo el mundo" (¿A dónde vamos?, n° 21, 1904, p. 262). Además, logró “explicar lógicamente” a su manera una de las grandes dudas de la existencia humana: qué ocurre después de la muerte.
En cuanto al Idealismo podemos reflexionar, teniendo conocimiento de los antecedentes conflictivos y de los posteriores combates bélicos de Alemania y Rusia, además de su influencia política, que la perspectiva del espíritu como un colectivo se convirtió en nacionalismo (esto podría considerarse una hipótesis para el estudio del espíritu en la época de Vanguardia), ya que, al no poseer un mediador divino, y basando sus ideas en la experiencia-evidencia adquirida, toda acción del hombre es por y para sí mismo (considerándose como un colectivo).
Se concluye que no puede existir una concepción concreta de cómo se comporta el espíritu ya que este se manifiesta de tantas diversas formas como sociedades en el mundo, las que, al paso de tiempo, varían nuevamente. Aunque sí podemos afirmar que el espíritu está en constante búsqueda por la razón y la verdad.