Carolina Bustos: Taller de Amereida VIII

De Casiopea



TítuloEl Encuentro y el Gesto
AsignaturaTaller de Amereida 2014
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Carolina Bustos

LA SORPRESA El encuentro con lo desconocido, aquello que se desata no sólo por lo que vemos sino por un sentimiento repentino hallado tras el encuentro de lo nuevo. ¿Es acaso suficiente para los ojos lavados, la obra delicada y estéticamente suave, elegante y pulcra? ¿Es acaso un acto de genuina libertad el gesto al remedar o saborear colores y mirar sabores ya sentidos? ¿Acaso no vale la pena ser valiente y atreverse a crear las superficies y los espacios en un acto de creatividad de locura poética y traer a la mirada el acto único que resulta incomprensible a los ojos del que mira por primera vez? De pie frente a la obra nacida, entonces y sólo entonces surge el espanto y la sorpresa de aquella primera mirada. La interrogante, la perplejidad, la pasión, el asco, la huída o la delicia del placer estético que emerge como un regalo de creación. Emociones que surgen de la mirada misma de la persona hacia lo desconocido. No es de suave Sfumato leonardesco, es más bien locura dadaísta. La sorpresa de la obra nueva es vital, sonora a los sentidos, grotesca de textura y lujuria de pasión. Las primeras miradas siempre son valientes, cargadas de adrenalina más nunca aburridas a la paciencia. El asombro aparece como una víspera llegada de las emociones al presenciar aquello que hace permanecer nuestra atención. Aquello que sostiene nuestro interés como primera entrada a una interrogante, aquella inquietud intelectual, creativa o nerviosa. Debemos sucumbir a la provocación en una confesada y gritada intención. La voluntad de presenciarse como tal ante lo que deseamos. “Yo, confieso que deseo provocar como un acto de amor a la pasión, y lo hago impulsando a los míos a ser estimulados con una creación NOVEDOSA …..sorpresiva.” Como un regalo de libertad.

La post modernidad nos invita a derrumbar las definiciones globales, las concepciones universales y los discursos silenciosos. Supera la rabia de la modernidad para traspasar el límite de lo imaginado y nos invita a habitar lo absurdo y lo extraño que hay en lo nuevo y único. Desde esta invitación particular, la post modernidad se haría cargo de la SORPRESA como bien deseable.
Un bien que se busca más no se consume…………se asume. 

¿Cómo lo asume la poesía? Viviendo el presente, como una invitación que se abre a lo que es posible de ser fundado. Estamos para adentrarnos con lo que nos topamos, y no dejarlo pasar asi como así. Adaptar lo nuevo a nosotros no como una posesión, sino como un nuevo concepto que va de la mano a nuestro paso. Concepto nombrado, establecido y llevado a un lugar tras la conjugación de letras que se le evoca tras la primera impresión que cautivó su percepción del nombre. He ahí la importancia del asombro. Porque además de la necesidad que tenemos de querer saber todo o saber nada. El saber se asocia al asombro en un primer momento, aquel encuentro con lo desconocido, desde uno mismo, hacía el resto como un regalo. Lo maravilloso trasciende en el regalo, aún así hay que tener coraje para atreverse a lo maravilloso. He ahí la tarea del poeta, ya que lo descubierto no concluye en un descubrir de las cosas y conceptos que deparan en el camino. Lo maravilloso es aquello que no tiene fin, y sólo nosotros somos capaces de entenderlo. Hay algo más grande de lo que vemos a primera vista, y es que somos el único ente de la creación que tiene esa capacidad de conmoverse, de sentir y asombrarse por lo que presenciamos. Aprendemos a valorar, sensibilizando lo habitual. E ahí el modo de no perdernos en el caos, de sentirnos vivos. La necesidad de expresarnos y relacionarnos entre nosotros nace como una naturalidad del ser y estar. Buscamos el equilibrio como parte de nuestro compartir, compartir lo que vemos, pensamos y reflexionamos. El regalo es sólo una parte de aquello que nace desde el compartir. Como escuela lo representamos en las travesías regalándo al lugar, a la gente, al momento, la gratuidad del estar en sintonía con el otro. El disfrutar del relacionarse como parte natural del ser humano, el darnos cuenta que va más allá de la cordialidad. Es el sentirse en plenitud. El saludo es aquel gesto de todas las rutas. De dónde provengamos, hacia donde vayamos, y con quien nos encontremos. Los gestos humanos son y serán siempre nuestro único medio universal para comunicarnos. El gesto más noble, aquel de la bienvenida, aquel del encuentro. El saludo es la armonía pura de una sonrisa, una sorpresa, el primer asombro de una emocion. El cual puede ser manifestado de diversas maneras, pero siempre seguirá siendo saludo. Una entrada a lo emocional del estar con el otro, la puerta de un encuentro. ¿Qué es lo que rescatamos al andar?. No podemos andar sin quedarnos con algo o nada. No refiréndome a la posesión directa de algo, sino que cuánto es lo que retenemos de nuestro avance por la vida para nuestros próximos saltos. O quizás hablo refiriéndome sólo a aquellos quienes caminan sin dejar de observar ni caminar. Del modo que sea. Porque hoy en día es toda una humanidad la cual concibe a diario el deseo de detenerse y apreciar. Aprender de lo observado y disfrutar lo compartido. No cayendo en la cuenta del caos social. El caos, aquel o quella confusión o desorden que se desata tras los mismos comportamientos de la persona al no tener su camino en función del estar. Llega a aquel punto en que sólo habita, ya que su todo en pensamiento se halla en un entrecruzamiento de ideas que no se alinean para llegar a algo puro. Ahí está, está el comportamiento de una persona en situaciones no habituales. Cobran una figura distinta, al no estar presentes del todo, en un momento que pudiese ser relevante en sus caminos. Es por eso que en nosotros las cosas toman a veces el camino no querido. Por no estar atentos en lo que de verdad pudiese ser lo desconocido y el otro.