C1 Observación Cognitiva - Bárbara Arriaza Araya

De Casiopea


Cómo interactuamos con los alimentos

Cada persona ha aprendido diferentes maneras de cómo manipular los alimentos, es por ello que pueden existir distintas formas de llegar a un mismo resultado a través de un mismo alimento. En ciertos casos los movimientos y técnicas se comienzan a repetir, utilizando la memoria y práctica de algo que se ha hecho con anterioridad, la repetición permite que exista una mejora y evolución constante.

Qué permite esta interacción

Algo que nos permite llevar a cabo la manipulación de los alimentos es la coordinación motriz, la cual se refiere a la coordinación física y motora que permite que el individuo pueda moverse, manipular objetos, desplazarse e interactuar con lo que le rodea. También el cerebro nos permite emitir impulsos nerviosos que sincronizan y coordinan los movimientos de los músculos y extremidades del cuerpo. Al pelar, cortar y mezclar ingredientes, estamos utilizando habilidades motoras finas.

Coordinación viso motriz

La coordinación visomotriz, también denominada como coordinación ojo-mano u óculo-motora, se puede definir como la habilidad que nos permite realizar actividades en las que utilizamos simultáneamente los ojos y las manos. Es una habilidad cognitiva compleja que debe guiar los movimientos de las manos de acuerdo a los estímulos visuales en casi todas las actividades de nuestra vida diaria.


Ojos Manos
Los ojos permiten dirigir la atención y ayudar al cerebro a saber dónde se sitúa el cuerpo en el espacio. Las manos permiten ejecutar una tarea determinada de forma simultánea y coordinada, basándose en la información visual.


Nuestra relación con la comida va más allá de la nutrición; también implica movimientos, coordinación y exploración sensorial.


El ensayo y error le ha permitido aprender que si la naranja no es detenida con una mano ésta saldrá rodando, lo cual imposibilitaría su acción de cortarla y podría ser peligroso. El cuchillo es manipulado con seguridad y confianza mientras que es alineado en el centro con detenimiento, poco a poco se ejerce la presión desde la muñeca, ayudándose con la palma en contra de la base del cuchillo para lograr el primer corte, luego se realizan cortes aserruchados hasta su división total.
Su delgada cáscara permite rasgar la mitad de la naranja sin necesidad de volver a utilizar el cuchillo, cuyo desgarro avanza sin ser guiado y produce un salpicado del jugo que hace agua la boca.


Es sostenida con fuerza y confianza para dar el primer corte, los dedos coreografían repetidos movimientos haciéndola girar pausadamente mientras que a su vez se sigue cortando. El dedo pulgar funciona como impulso base para tener la fuerza de atraer el cuchillo hacia sí controladamente mientras es tomada desde abajo para evitar el peligro de cortarse.
La práctica y experiencia permite que al seguir pelando con destreza y sin detenimiento la cáscara no se corte en ningún momento y salga completa. Esta forma de pelarla permite que los gajos queden totalmente al descubierto y así poder comerla fácilmente. En cambio, al simplemente cortarla, uno de sus lados queda con cáscara lo cual puede entorpecer.


La uña es enterrada con fuerza y presión en contra de la cáscara para lograr penetrarla. Esta acción provoca que el olor quede impregnado en las manos, manchándolas y dejándolas pegajosas.
Como si de una lámina se tratase la cáscara es removida cuidadosamente para tratar de abarcar una gran cantidad y no solo pedazos. La naranja es revelada poco a poco con retazos desiguales. Y dependiendo del grosor de la cáscara ésta será más fácil de retirar.