Arte Real: Inmersión Acústica En El Teatro Bayreuth - Nicolás Vallejos Hiriart

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2021
AsignaturaTaller del Programa y Forma de la Edificación
Del CursoTaller del Programa y Forma de la Edificación 2º Semestre 2021
CarrerasArquitectura
8
Alumno(s)Nicolás Vallejos Hiriart

Arte Real: Inmersión Acústica En El Teatro Bayreuth

Resumen

Richard Wagner diseñó, a fines del siglo XIX, un teatro ideal para la representación de sus obras: el teatro Bayreuth. Este teatro busca realizar un ideal de arte real que buscaba el compositor alemán, y para lograr esto concibió un teatro con ciertas características que lo destacan enormemente ante los teatros de la época, siendo revolucionario en algunas de sus medidas. Este ensayo busca establecer las relaciones entre su ideal artístico y los elementos del teatro Bayreuth, enfocándose principalmente en el sonido de este, la experiencia del espectador y el efecto que su disposición tiene, para afirmar si es que se cumple la misión de Wagner al diseñarlo y entender, al mismo tiempo, en que consiste dicho arte real. Se analiza principalmente el concepto de democratización del arte escénico, la armonía entre los espacios (incluyendo su notable foso de orquesta), la inmersión en el sonido que propone el lugar y la relación entre el ideal wagneriano y el acto de oír y ver.

Palabras clave: teatro, acústica, auditorio, escena, arte ideal, Wagner, sonido

Introducción

Richard Wagner (1812-1883) fue un destacado compositor de música alemán en cuya obra se encuentran notorias óperas, las cuales él consideraba dramas musicales. Esto por el carácter teatral que ellas tienen en su concepción. Para representar dichos dramas, surge la necesidad de crear un teatro adecuado. De esto nace el teatro Bayreuth, llamado en alemán Festspielhaus (literalmente casa del festival), cuyas cualidades, tanto estéticas, como espaciales, e igualmente acústicas, logran la mejor versión de su música para cada espectador. El resultado fue un gran éxito, creando una sala de ópera que cambió la forma en que se conformaban ese tipo de espacios hasta la época. Este gran logro se debe a que, en el auditorio, hay una inmersión total en las acciones escénicas, gracias a un sonido que llega como un todo, de forma homogénea, hasta cada rincón del espacio, lo que logra una democratización del sonido, logrando una pureza artística que Wagner categoriza como arte real. El por qué, cómo, qué efecto tiene esto en su espacialidad que lo hace tan importante, a continuación.

Democratización del sonido

Fachada Festspielhaus. Libre de la ornamentación característica de las casas de ópera de la época. Fuente: Blog Al Compás de Juan, https://alcompasdejuan.com/richard-wagner-genio-odiado/

Iniciada su construcción el 22 de mayo de 1872 e inaugurado el 13 de agosto de 1876, el teatro Bayreuth es una casa de ópera construida por Otto Brückwald e ideada por Richard Wagner para representar sus composiciones (Bayreuther Festspiele, 2021). Su diseño tiene la peculiaridad de haber sido concebido completamente bajo la idea de crear una sala de festival que otorgara a cada espectador la totalidad de la calidad de su obra, despojándola de aspectos que no tuvieran relevancia a esto. En este primer paso, elimina, por un lado, la jerarquización social de los espectadores, que, hasta esa época, eran características de las salas de teatro, e, igualmente, desecha la ornamentación en fachada, manteniendo solo la del escenario, cuya función es tanto visual como acústica.

Bajo esta premisa de democratizar el sonido (D'orazio, De Cesaris, Morandi, Garai, 2018) y las acciones escénicas, comienza la empresa de llevar a cabo este salón que marcó una revolución en el diseño de este tipo de edificios en su momento, siendo un aspecto particularmente notorio de él la forma que tiene en cuanto a como ella dispone el sonido y sus cualidades en el espacio, potenciándolo ante todo espectador y destacando sus sutilezas.

Tres zonas dispuestas en armonía

Planta teatro Bayreuth. Señaladas sus áreas en naranjo para escena, azul para fosa de orquesta y verde para auditorio. Además, en morado se señalan las columnas que permiten la absorción de reflexiones de sonido, controlando la reverberación. Imagen de elaboración propia basada en planos de dominio público

El interior del edificio tiene tres zonas principales: el escenario, el foso de orquesta y el auditorio, que cuenta con graderías y palcos. El escenario tiene 32m de ancho máximo y 23 de profundidad (El País, 2004). Este se encuentra separado acústicamente de las graderías y usa el arco escénico como fuente de reflexiones de sonido iniciales. Tanto la escena como las gradas cuentan con columnas laterales que dispersan el sonido, disminuyendo el eco.

Entre el escenario y las gradas, se encuentra un foso en el que se sitúan los músicos, cabiendo hasta 130 de ellos. Este es escalonado, teniendo una profundidad de hasta 3,70m bajo el escenario, estando su parte más alta contigua a las graderías, que están en un nivel mayor al del escenario. Una pantalla lo cubre desde el auditorio y otra extiende el escenario sobre él, quedando fuera del campo visual de los espectadores, pero dejando descubierta parte de la separación para permitir el paso del sonido, el que viene desde abajo de la escena.

La zona de espectadores es un auditorio con una pendiente que sitúa a los espectadores de forma curva en torno a la escena, permitiendo la completitud de la visión a todo espectador. Este se divide en dos partes. Primero, las graderías, que albergan a la mayor cantidad de espectadores, y, tras ellas, los palcos, que se encuentran solo en la cara opuesta a la escena, contando con tres niveles. En total, el teatro tiene una capacidad de albergar un público de 1925 personas.

Las tres zonas interactúan de forma armónica, buscando potenciar la calidad del espectáculo que recibe el público. El escenario recibe con mucha más potencia el sonido de la fosa orquestal y además la observa, mientras que esta última prácticamente no tiene visión y, al ser cerrada, la cantidad de reflexiones acústicas que ocurren dentro de ella la hacen ser sumamente ruidosa. Sin embargo, desde el auditorio se desenvuelven con claridad los actos escénicos y el sonido es claro y homogéneo en la totalidad de su espacio, lo que evidencia la conjugación correcta de la disposición espacial del lugar y afirma la democratización del sonido anteriormente mencionada.

Esquema de fosa de orquesta con dimensiones. Imagen de elaboración propia, basada en imagen del blog Conductor's Corner, http://conductorscorner.com/Wagnerian_Glossary/Wagnerian_Glossary.html

Sumergir en acción dramática

El foso de orquesta está dirigido hacia el escenario. Imagen de elaboración propia, basad en fotografía de Friera, 2011. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Bayreuth_Festspielhaus_orchestra_pit.JPG


Wagner buscaba, con la construcción de un teatro de las características ya mencionadas, crear un lugar en que la inmersión en los actos escénicos, por parte del espectador, fuese absoluta. Llevó este ideal a tal punto en que la misma ciudad en que emplazó su teatro, Bayreuth, es una pequeña ciudad no turística a la que solo se iría a asistir a sus festivales (Perrier, 2019), cosa de que el ir a dicho teatro no se convirtiera en una instancia de relajo dentro de la rutina, sino que una oportunidad para concentrarse en las acciones del teatro mismo. Elimina, igualmente, jerarquías sociales dentro de las gradas y palcos, dejando una vista igual a todos. El comportamiento acústico sigue esta misma línea de pensamiento. El foso de orquesta está cubierto por una concha acústica que refleja el sonido hacia el escenario, lo que hace que, para el espectador, la música y las voces de los cantantes vengan desde la misma dirección. Es así como se combinan las voces del escenario con los instrumentos, creando un sonido total, que se comporta como un todo, y no una combinación de elementos análogos.

Otro elemento que genera este efecto es la distribución de reverberaciones dentro del auditorio. El decaimiento de las reflexiones es igual en cada asiento, asegurando una homogeneidad en el sonido del espacio. Además, la reverberación es igual para los sonidos que vienen del foso que la de los sonidos que vienen del escenario (Garai, 2019). La construcción de este sonido total es de una precisión sublime.

Acto de oír y ver como anhelo de representar arte real

Los argumentos teatrales previamente expuestos que considera Wagner al diseñar su teatro responden a su intención de crear un espacio en el que el acto de oír y ver sea la necesidad fundamental que prime en el habitar de dicho espacio y se despoje de aquello que es innecesario para dicha función. Según el compositor alemán,

“El arte real nunca vivirá, hasta que sus encarnaciones sólo necesiten estar sujetas a las leyes de la naturaleza, y no a los despóticos caprichos del Modo. Porque como el Hombre sólo entonces se vuelve libre, cuando obtiene la feliz conciencia de su unidad con la naturaleza; sólo entonces el Arte gana la libertad, cuando ya no tiene más que sonrojarse por su afinidad con la vida real” (Wagner, 1949)

En palabras simples, el arte alcanza su máxima expresión cuando se desrelaciona de lo humano, y solo reencuentra su vinculación con ello cuando se halla, por sí misma, con la afinidad natural que ambos tienen. Por lo tanto, al desechar lo que es netamente humano y no artístico del lugar, el espectador “no tiene otra posibilidad que observar y quedar ante la escena donde el actor se desenvuelve” (Garcés, 2019), singularizando el acto de oír y ver y solo así logrando este anhelo artístico de crear un arte puro y libre.

Conclusión

A través de la desjerarquización del teatro, creando una sonoridad idéntica en cada rincón del auditorio, se democratiza el sonido, dando a cada espectador una experiencia igual. La armonía de las zonas en cuanto a visual y sonido permite la claridad de los actos escénicos, potenciándolos al detalle ante los espectadores. Un sonido limpio y homogéneo, que viene de la misma dirección y llena el auditorio en su totalidad, con reverberaciones bajas para todas las frecuencias, uniforme en su espacio, a pesar del gran tamaño de este, logra una inmersión en la música del lugar. Todos estos componentes juntos hacen que se cumpla el ideal de Wagner de crear un arte real, es decir, pura y total, vinculada solo a lo humano en cuanto a la afinidad que tiene con él.

El teatro Bayreuth es, entonces, una exitosa realización de aquel ideal. Notablemente, logró dejar de lado conceptos que hasta entonces eran indispensables en la construcción de teatros. La fosa de orquesta que crea permite una armonía sonora con las voces en escena de una forma totalmente novedosa, ingeniosa y precisa. La disposición uniforme del público le resta su individualidad y la potencia enfrascadora del sonido hace que no le quede más opción que salir de sí mismo y adentrarse en un arte, de tal pureza, que cumple fielmente la misión con la cuál fue llevado a cabo y justifica la influencia que tuvo en la construcción de auditorios posteriores.

Referencias