Arquitectura en Cohabitación: La construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza

De Casiopea
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Arquitectura en Cohabitación: La construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza, 2020
LugarEscuela de Arquitectura y Diseño
AutorBruno Marambio Márquez, Eloísa Pizzagalli, Sergio Elórtegui
Palabras Clavearquitectura, naturaleza, cohabitación, paisaje, territorio


Fondart Nacional, línea de Arquitectura, Modalidad de Investigación, Folio nº491601

Arquitectura en Cohabitación: La construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza

Los invitamos a explorar estas páginas, que dan cuenta del proceso y resultados de una investigación que busca establecer una relación con la naturaleza a través de la arquitectura. El proyecto “Arquitectura en Cohabitación” es un trabajo de investigación, financiado por el Fondart Nacional, convocatoria 2019, Región de Valparaíso, y que aborda la pregunta sobre cómo la arquitectura acontece en el territorio y entra en relación con sus componentes. Cuando la arquitectura se encuentra en un territorio con una naturaleza tan característica y con grandes valores medioambientales como lo es Chile, se hace imprescindible pensar el territorio y el paisaje. Desde esta perspectiva hemos adoptado una postura ética para crear una arquitectura que dialogue con el medio natural a partir de la observación de las entidades naturales que habitan este territorio particular. Esto, con el fin de poder entender y comprender esos hábitos naturales que nos permitan pensar una arquitectura que se adapte al medio, no a través de la mimética, sino que reconociendo el propio valor formal de la arquitectura, pero que en su proceso creativo de diseño pueda incorporar y abrir lugar para la continuidad del habitar de estas otras entidades. El propósito del proyecto es investigar mediante observación y creación de prototipos arquitectónicos, las diversas formas de habitar de la naturaleza. Particularmente, se ha seleccionado el caso de aves menores, mamíferos y abejas que nidifican en escollos rocosos, en el matorral mediterráneo y dunas costeras. Esto, entendiéndolos también a ellos como dimensiones que construyen el territorio. El esfuerzo es pensar creativamente y desplegar un espacio construido que acoja al ser humano, pero que también pueda contener a estos otros seres. Es decir, a través de un lugar que signifique una invitación a la naturaleza a relacionarse y a cohabitar con los humanos.

Cohabitar

“Cohabitar” es un concepto complejo que suele estar ligado a algo que sucede sólo entre los humanos, referido al pensamiento y el despertar de una consciencia. Sin embargo, los adelantos en biología y neurociencia abren el concepto de habitar y nos invitan a pensar en múltiples niveles de un “habitar no humano” La exploración del mundo vivo realizada por el proyecto, abre el concepto de cohabitación y lo devuelve a las preguntas originales: ¿Qué somos los humanos en relación a todos los otros seres vivientes? ¿De dónde viene nuestra forma de habitar y qué esperanza tenemos de volver a entendernos en relación con el mundo natural? Cuando un ave construye y elige un lugar para su nido, no lo hace como una máquina genéticamente prediseñada. Toma decisiones sobre esta ramita o aquella, “mide sin matemáticas”, comete errores y aciertos, resuelve problemas, se estresa en la conquista de una pareja o se desespera si sus pollos están en peligro. El ave desarrolla apego con su lugar y puede volver al año siguiente. No hay un nido igual a otro, así como no hay un ave igual a otra, aunque sean de la misma especie. Así como nosotros previsualizamos el lugar, el ave por ejemplo lo hace con su cuerpo. La sofisticación de su comportamiento no requiere del “pensar humano” o equivalente para que su nido sea un lugar habitado. El atender a otras formas de habitar no humanas nos pone en equivalencia con el resto de los seres vivientes, y más importante aún, nos enfrenta al problema de cómo darle forma al habitar juntos, “cohabitar”.

El Proyecto

Una propuesta para habitar juntos. Todos hemos encontrado en nuestra casa un insecto, una araña, o un murciélago saliendo de alguna abertura del techo. Nuestra arquitectura a veces da como resultante espacios para otros organismos. Estos encuentros pueden ser incluso problemáticos Pero... ¿y si desde un principio también pensamos la arquitectura desde las necesidades de esos otros? Una arquitectura que sea una invitación a la cohabitación, donde humanos y no humanos no se eviten, sino que colaboren en el bienestar mutuo. Hemos pensado el gabinete* luego de observar los “escollos rocosos” que surgen en las costas de Chile central. Entre los Molles y Valparaíso, estas elevaciones de roca dan lugar al habitar de plantas, aves, mamíferos y artrópodos, como verdaderas islas biológicas. El gabinete muestra las estructuras para los diferentes organismos.

El Lugar

El gabinete se encuentra posado sobre las dunas de Ritoque, dentro de la Ciudad Abierta de Amereida, en Quintero. Su emplazamiento no interrumpe el desplazamiento de las arenas que vienen desde el mar, y se levanta al horizonte con su mirada hacia el Humedal de Mantagua, sitio prioritario para la conservación de aves y fauna costera.

Los Cohabitantes

El Destino

El proyecto se basa en la idea de proponer y confeccionar un interior que reciba el oficio del naturalista.Dentro de él podrá habitar un par de investigadores por algunas semanas. Será un espacio destinado a recibir a botánicos, entomólogos, ornitólogos, geólogos y artistas cuyo trabajo sea profundizar en el conocimiento de los fenómenos naturales de la costa mediterránea de Chile central. Dentro de él se encontrará el “Herbario de Ciudad Abierta” que preserva las muestras botánicas de todas las especies de plantas de la Costa de Ritoque y archivos cartográficos de la zona.

La Obra

El Gabinete Naturalista

La Exposición

Agradecimientos

Agradecemos al Ministerio de la Cultura, Las Artes y El Patrimonio del Gobierno de Chile, y al Fondo Nacional del Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) 2019 por el respaldo a esta iniciativa.

A Concón Maderas Impregnadas* en la persona de Rodolfo Contardo por el generoso auspicio del proyecto e interés particular en el tema y materia de nuestro trabajo.

A la Escuela Mantagua de Quintero y a su directora Magaly Valencia, y al Colegio Sagrada Familia de Reñaca y a su directora Carolina Sheward por ser parte de esta iniciativa cultural que también fue pedagógica. A todos los niños y jóvenes que participaron en los diferentes momentos del proyecto, dando vida a las cosas con sus registros, juegos y preguntas. Al Taller de Ciencias 2019 por su empeñoso esfuerzo en levantar la mesa del trabajo del proyecto.

Al Museo de Historia Natural de Valparaíso, a su ex directora Loredana Rosso, su director Sergio Quiroz, y a sus asesores Juan Pablo Cruz y Gabriela Carmona por la hospitalidad con la que recibieron la muestra final, y por toda su colaboración técnica y logística para el éxito de la misma.

Al Proyecto Anillos BIOGEOART ANID PIA SOC 180040 de la PUCV en la persona de su director Andrés Moreira, y a los investigadores Leticia Arancibia, Juan Carlos Jeldes y Pablo Mansilla por cruzar caminos en busca de nuevos paradigmas en la cohabitación.

A todo el colectivo del Andes Workshop y en la persona de Cazú Zegers, por ser parte de las ideas germinales de este proyecto.

A la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV por su apoyo en las materias reflexivas del proyecto, y a la Ciudad Abierta de Amereida en la persona de su presidente Andrés Garcés por apoyar en el desarrollo de la obra y la construcción del prototipo.

Al Fondart Nacional de Creación “La Danza del Paisaje” Folio 481138 en la persona de Francisca Sazie y a la bailarina Francisca Silva por ser parte de la reflexión en el cuerpo de las ideas sobre cohabitación y paisajes sonoros.

A Hermann Manríquez, Gastón Carvallo, Rodrigo Sánchez, Ariel Leiva, Juan Carlos Torres y a todos los investigadores que nos recibieron y se dieron el tiempo para conversar sobre este tema tan luminosos como es el habitar con otros no humanos.

A Valentina Lucero, Camila Croharé, Macarena Márquez, Alen Silva, Benjamín Erazo, Benjamín Marambio y Valentina Muñoz por el hermoso trabajo realizado levantando la dimensión de divulgación y muestra del proyecto.

Y finalmente agradecer a todos los amigos voluntarios que pusieron a disposición del proyecto todo su ingenio, valentía y músculos estriados para levantar los enormes pilares que sostienen el gabinete para la cohabitación. A Pedro Drapela, Yassna Constanzo, Cristobal González, Leonardo Aravena, Marinella Caniggia, Silvana Amaro, Fernanda Torres, Eber Sáez, Max Woods y Rodrigo Sheward en representación de Grupo Talca.