Andres Morales Villarroel / E.R.E. 02
De lo observado
Quien recorre el santuario es peregrino en el lugar, la luz templada acompaña la reflexión mientras que la apertura luminosa conforma hitos, estando estos últimos siempre presentes en el peregrinaje.
Se pretende valorar los senderos en la composición del lugar, cuidar el entramado de hitos y potenciarlo. Se quiere que el habitante recorra y se detenga en un nuevo hito, se detiene en un espacio dual, en donde la luz templada y leve, presenta la misa y contiene la reflexión.
Acto: Recorrer demorado en presencia del hito luminoso
De la forma
ERE: anfiteatro vinculante de luz templada encauzada
La forma pretende potenciar el vínculo entre los hitos existentes, que serían principalmente la ermita y el lugar de encuentro, considerando también un tercer espacio que es el lugar de oración. Para ello, se toman como ejes fundamentales los senderos, los cuales se cruzan entre si extendiendo el recorrido en forma de quiebre, dando lugar allí a la detención.
Al considerar el terreno en pendiente dentro de los ejes mencionados, se ubica el altar en la parte mas baja, con el fin de que el dominio visual sea desde las zonas mas altas, intermedias y próximas, dando valor al peregrinaje guiado por un hito de luz (lugar de la misa y el acto). En la parte superior de la pendiente los árboles regalan el borde, el cual por un lado acompaña al peregrino en el recorrido y además contienen la reflexión, se conforma un anfiteatro vinculante de hitos
Los senderos dan lugar a la forma, apareciendo como vínculos entre interior y exterior, la forma al ser una extensión del sendero se vuelve permeable, dando valor a lo natural del santuario.
La luz templada acompaña al peregrino en la pendiente, siempre en presencia del hito luminoso que da forma al altar y conforma el entramado.